Me he empapado de todos los hilos sobre pynchon abiertos en el foro y he cogido unas cuantas citas (no recuerdo a que hilo pertenece cada una, espero me disculpeis):
madison escribió:Arden yo pienso comprarlo, de todos modos opinar sobre Pynchon es arriesgado y dificil.
A Pynchon o bien le amas o te desespera
Llevo las primeros 200 páginas que he leido de este autor y puedo afirmar sin lugar a dudas que en mi caso se ha convertido en una atracción fatal e irremediable, tal y como me ocurrió en su dia con
Karel Capek. No pude con Faulkner, Cortazar y su rayuela me gustó bastante, pero Pynchon me está apasionando.
Elperejil escribió:
[...]
En el caso de Pynchon el mundo es el nuestro, o casi el nuestro (o más bien nuestro pasado). Los lugares, las gentes, la tecnología (y en esto se nota que Pynchon se documenta hasta la extenuación, porque la riqueza en detalles es abrumadora), es la misma... aparentemente. Hay ligeras variaciones. El mundo tiene unos cuantos ajustes, muy pequeños, que lo hacen más misterioso y fascinante, y ambiguo, pues muchas veces esos cambios no se presentan como hechos sino como posibibles productos de la mente de algún personaje. La tierra puede ser hueva, el éter puede existir, los poderes paranormales ser una realidad cotidiana para alguna gente, los dirigibles están de moda, la gente se pone a cantar de vez en cuando como si eso fuese un musical, etc. Y luego están las criaturas fantásticas de Pynchon, tomadas del "folklore" del siglo XX: bombillas que no se apagan, cocodrilos que viven en las alcantarillas, meteoritos con vida propia (muy lovecraftiano esto), rayos esféricos con conciencia, personas que se pueden bilocar (estar en dos lugares a la vez), etc...
Ese mundo que crea acaba por ser fascinante, mágico y nos parece tremendamente original y pródigo en cuanto a imaginación y creatividad, pero al mismo tiempo es tremendamente semejante al nuestro. No inventa un mundo completamente nuevo, sino que dota al nuestro, a nuestra historia, de una magia muy especial que se encontraba encerrada en sus objetos, sus leyendas urbanas, sus paranoias, etc...
Aparte, el nivel de atención que exige su lectura es muy alto, con lo cual estás inmerso en él. Y, por ello, al despegarse, vuelves a la realidad y la ves, por unos momentos, con otros ojos... las bombillas pueden estar vivas, la electricidad ser una forma de mágia, y todo puede estar regido por extrañas y ambiguas conspiraciones.
Me ha encantado esta cita, porque al leerla empiezas a entender de que va Pynchon, quizá el comentario no se ajuste del todo a Vineland, pero si te ayuda a comprenderlo.
madison escribió:Es que yo creo que lo colosal de los libros de Pynchon es precisamente eso. No deben leerse con la idea de buscar sentido a su historia, es cuestión de dejarse llevar sin preguntarse nada, ni el porqué...
Bueno ya veremos, por ahora bien
Exactamente. Si logras o te abandonas a ese estado de receptividad, Pynchon innunda tus sentidos.
rokkur escribió:
[...]
Es bueno ver que no esto solo en esto de perderse en una trama inexistente, por momentos muy graciosos.
Es el primer libro de Pynchon que leo, y como dicen, es agotador, pero no lo puedo dejar, se volvió una necesidad.
Me ocurre exactamente lo mismo.
De lo que estoy seguro es que no va a ser el último libro que lea de este autor.