CRI - Amor eterno

[lucia]

AMOR ETERNO

1
Anochecía en la villa y Katia aún no sabía como había ido a parar en medio del bosque, y lo peor es que había perdido su propio rastro, ¿cómo iba a volver a casa? .
Hacía apenas un par de horas que su padre había regresado a casa, como siempre había bebido y Katia para evitar problemas decidió ponerle la cena en la mesa y salir a dar un paseo. Su madre falleció dos años atrás y desde entonces su padre no era el mismo, llegaba más tarde del trabajo y siempre borracho, a veces la culpaba a ella de la muerte de su madre y Katia siempre terminaba llorando.
Katia era hija única, tenía 16 años, su pelo era rojizo y sus ojos verdes, como los de su madre, eso hacía que cada vez que se miraba al espejo sintiera ganas de llorar. María, la madre de Katia murió de pulmonía y en su lecho de muerte le hizo prometer que sería fuerte y cuidaría de su padre.
Ahora se encontraba sola, en medio del bosque y aunque le preocupaba no encontrar el camino de vuelta, por primera vez desde hacía dos años se sentía libre.
De pronto, escuchó un ruido detrás de ella y se volvió rápidamente, se encontró con un chico que tendría más o menos su edad, su ropa estaba rota por varios sitios y estaba bastante sucio.
- ¡Casi me muero del susto! Le dijo Katia. ¿Quién eres?
- Me llamo Marco. ¿Quién eres tú? ¿y qué haces sola en el bosque a éstas horas?
- Me llamo Katia y no estoy sola.
- ¿Ah, no?, pues llevo siguiéndote un rato y no he visto a nadie contigo.
- ¿Y se puede saber por qué me estás siguiendo?
- Porque no tenía otra cosa mejor que hacer…
- Deberías estar en tu casa y no dedicarte a seguir a la gente.
- Ya estoy en mi casa.
- ¿Cómo dices? ¿Vives aquí?
- Aún no me has dicho qué haces por aquí a estas horas.
- Salí a dar un paseo… y creo que me he perdido…
- Si quieres, puedo mostrarte el camino de vuelta.
- Te lo agradecería mucho, pues mi padre estará preocupado.
Marco y Katia se pusieron en marcha, la muchacha sentía curiosidad, ¿aquel chico vivía en el bosque? , ¿le estaría gastando una broma?, ella solía salir a pasear a menudo por el bosque y no le había visto nunca, pero tampoco se lo había cruzado por el pueblo. Decidió no hacer ningún comentario al respecto, no permitiría que Marco pensara que se lo había creído y se riera de ella.
Al salir del bosque, Katia y Marco se despidieron y ella le dio las gracias, anduvo unos pasos y volvió la cabeza para ver hacia dónde se dirigía Marco, pero había desaparecido.
Cuando Katia llegó a casa, encontró a su padre dormido con la cabeza sobre la mesa, decidió no despertarlo para no tener que darle explicaciones, le echó una manta por encima y se fue a dormir.



2

A la mañana siguiente Katia se levantó más temprano que de costumbre, no había pegado ojo pensando en ese chico, necesitaba saber si Marco le había dicho la verdad, y además sentía que debía verle de nuevo para agradecerle su ayuda.
Después de prepararle el almuerzo a su padre, fue al establo y ordeñó a una de las cabras, echó de comer a las gallinas, recogió los huevos y se dirigió a la cocina dispuesta a preparar un bizcocho para Marco. Hizo las tareas de la casa y se encaminó hacia el bosque con el bizcocho y una botella de leche.
Mientras caminaba pensaba que lo más probable era que ese chico se hubiera burlado de ella y seguro que si se lo encontraba se reiría en su cara. Dos o tres veces estuvo a punto de darse la vuelta, pero su curiosidad le pudo. Y allí estaba de nuevo en medio del bosque mirando a un lado y a otro, esperando verlo aparecer.
Pero no fue así, anduvo otro rato y empezó a sentirse estúpida, ¿cómo podía haberse dejado engañar de esa manera? o ¿quizá le había entendido mal? . Decidió no perder ni un minuto más de su tiempo y puso rumbo a su casa. Apenas había andado unos veinte metros cuando vio algo extraño, parecía una cabaña pero mucho más pequeña, estaba oculta con ramas y grandes hojas entrelazadas, decidió acercarse para saber con seguridad de qué se trataba, y cuál fue su sorpresa cuando descubrió a Marco sentado sobre una gran piedra en lo que parecía la entrada de esa extraña casa.
Estaba como con la mirada perdida, parecía que estuviese pensando.
Katia se disponía a acercarse cuando escuchó un crujido detrás de ella, intentó girarse, pero de pronto se volvió todo negro.

Cuando despertó el sol ya estaba alto, se encontraba dolorida y confusa. Poco a poco fue recuperando la visión y observó que se encontraba dentro de una cabaña. Marco apareció de golpe, lo que hizo que Katia se sobresaltara:
- ¡Tranquila! Dijo Marco. Estás en mi casa, a salvo.
- ¿Qué me ha pasado?
- Verás, tengo un hermano al que no le sientan bien las visitas. Pero no tienes nada que temer, ya le he dejado claro que no eres peligrosa.
- ¿Tienes un hermano? ¿Y tus padres? ¿Vivís aquí?
- ¡Ehhhhh! No tan deprisa, aún no me has dicho qué hacías aquí y cómo me has encontrado.
- Verás…yo…solo quería agradecerte que me ayudaras ayer, te he preparado un… ¿Eh, dónde está el bizcocho?
- No sufras, mi hermano quería comérselo pero yo no lo dejé.
- No importa, lo he preparado para ti, también te he traído leche.
Katia se sonrojó.
- Gracias, hace tiempo que no pruebo un buen bizcocho casero, en cuanto regrese mi hermano le daremos buena cuenta.
- Ahora tengo que irme, debo regresar a mi casa antes de que regrese mi padre.
- Vamos, te acompaño.- Dijo Marco. – No vaya a ser que te pierdas.

Anduvieron varios metros sin decir nada, pero de vez en cuando se miraban y Katia agachaba la cabeza para que Marco no detectara su sonrojo.
Katia seguía dándole vueltas a la situación de ese chico, y por fin se decidió a preguntar de nuevo.
- ¿Cuánto tiempo lleváis aquí?
- Más del que quisiéramos.
- ¿No tenéis familia?
- No me gusta hablar de ello, pero tú me caes bien, aunque no quisiera asustarte.
- ¿Por qué dices eso?
- Creo que si te cuento la verdad creerás que estoy loco, o pero aún, huirás y o querrás verme de nuevo. Y no me gustaría, pues hace mucho tiempo que no hablaba con nadie que no fuera mi hermano. Además, me… me… gustas mucho.
- Vaya… no sé qué decir.- Katia volvió a sonrojarse.- Te aseguro que nada puede ser tan horrible como para que no quiera volver a verte.
- Buenos, ya estamos llegando, tengo que marcharme, si quieres mañana ven a verme y te lo contaré todo.
- Pero…, está bien, mañana vendré sin falta. Adiós y gracias de nuevo por acompañarme.
Katia salió de entre los árboles, caminó unos pasos y se volvió, pero Marco ya había desaparecido.
3

El día transcurrió más despacio de lo que Katia hubiera querido, no dejaba de pensar en Marco, se sonrojaba al recordar cómo le miraba con sus preciosos ojos verdes, sentía algo extraño en el estómago cada vez que sus miradas se cruzaban, ¿se estaría enamorando? Aún no sabía lo que era el amor, pero estaba segura de que no podía ser muy distinto de lo que ella sentía por ese chico, a pesar de que solo lo había visto en un par de ocasiones, había sido lo suficiente como para que deseara besarle y la sola idea de pensarlo la estremecía.
A la mañana siguiente se levantó más temprano de lo normal, se apresuró a realizar sus tareas y después de preparar una exquisita tarta de manzana, se encaminó hacia el bosque.
Llevaba un buen rato caminando, pero no lograba encontrar la cabaña. Ya iba a darse por vencida cuando sintió que algo le rozaba el hombro. Se giró sobresaltada y sintió un escalofrío cuando vio de pie a su lado a Marco.
- No te he oído llegar, ¿de dónde has salido?
- Estaba aquí todo el rato.
- Pero si llevo un buen rato caminando y mirando hacia todos lados y no he visto a nadie. Ya me estaba desesperando, pensaba que no encontraría tu casa y que no podría verte.
- Ven, sé de un sitio donde podremos hablar con tranquilidad.
Katia siguió a Marco hasta un pequeño claro oculto entre unos frondosos árboles. Se sentaron sobre la hierba, Marco se sentó frente a ella con gesto serio. Katia lo observaba atentamente, aún así su rostro le parecía hermoso, estaba ansiosa por saber cuál era esa historia que a él tanto le costaba relatar, ¿por qué pensaba que ella no querría volver a verlo después de saber la verdad?


- Te he traído una tarta de manzana.- Dijo Katia para romper aquel incómodo silencio.
- Gracias, pero no tenías por qué haberte molestado. Bien, estoy preparado para empezar, pero prométeme que te quedarás hasta que acabe. Después serás libre de marcharte y no volver a verme si así lo decides.
- Prometido. – Dijo Katia con recelo.
- Bueno, todo empezó hace ya varios años, mi hermano y yo solo teníamos 12 y 14 años. Vivíamos en un pueblo varios kilómetros al norte de aquí.
Mi padre llegó tarde a casa, había bebido. Mi madre le recriminó por ello y antes de que pudiéramos darnos cuenta comenzaron a discutir. Mi madre nos ordenó que nos fuésemos a la cama, y así lo hicimos. Desde la habitación se oía gritar a mi padre y a mi madre intentando calmarlo. De repente se oyeron unos golpes y después, el silencio.
Mi hermano y yo no salimos de la habitación hasta la mañana siguiente. Mi madre estaba preparando el desayuno y mi padre ya se había marchado. Me acerqué y noté que mi madre evitaba mi mirada, pero con un giro rápido conseguí verle el rostro, tenía el labio inferior partido, aún sangraba un poco, las mejillas hinchadas y amoratadas, al ver mi expresión de espanto, rompió a llorar.
Con la rabia contenida la abracé y no pude evitar que se me escaparan las lágrimas, mi hermano observaba la escena desde la puerta de nuestra habitación sin atreverse a dar un paso, estaba aterrado.
Nadie dijo nada durante el desayuno.
Mi padre no vino a comer y por la noche llegó temprano, había bebido de nuevo, yo estaba preparado para evitar que la golpeara otra vez, pero para mi sorpresa pasó todo lo contrario, se acercó a mi madre con gesto triste y se puso a llorar, le dijo que estaba arrepentido y que no volvería a pasar. Mi madre le besó y todos nos relajamos.
Pasaron dos semanas hasta que la escena se volvió a repetir, mi hermano no tuvo valor para salir, pero yo no estaba dispuesto a que la marcara de nuevo y me enfrenté a mi padre, esto sólo hizo que se encendiera más y me sacudió tal golpe que me estrellé contra la mesa y caí inconsciente.
Al día siguiente desperté y mi madre permanecía junto a mí con el rostro descompuesto, entre lágrimas me hizo prometer que no volvería a enfrentarme a mi padre y yo accedí.
Así pasaron cuatro años, aguantando que cada vez que le venía en gana maltratara a mi pobre madre. Pero yo ya no era un niño, así que hablé con mi hermano y juntos urdimos un plan. Le daríamos tal paliza a mi padre que se le quitarían las ganas de volver a levantar la mano. Decidimos que el próximo día que saliera mi padre de caza le acompañaríamos. Una vez internados en el bosque comenzamos a golpearle, con tal mala suerte que cayó al suelo golpeándose con una piedra en la cabeza.
Al darnos cuenta de que lo habíamos matado, regresamos a casa y cogimos el carro que usaba mi padre para ir a trabajar. Huimos sin decir nada a nadie.
Pasaron varios días hasta que llegamos aquí, era ya de noche y había tormenta, un rayo cayó cerca del carro e hizo que el caballo se asustara y comenzara a correr sin control, cuando nos dimos cuenta estábamos cayendo por un barranco.
- ¿Y cómo os salvasteis?
- No nos salvamos.
- ¿Pero qué dices?
Marco se acercó a Katia y con gesto triste intentó cogerle la mano, Katia se quedó paralizada al observar que su mano atravesaba la de ella.



- Katia, aquella noche fue la última de nuestra vida, no sé cómo pudiste verme, pero te aseguro que nadie más puede, eres especial Katia y nunca había sentido lo que siento por ti, ni siquiera sabía que podía sentir. Mi hermano y yo hemos estado vagando por este bosque desde hace meses y llevo mucho tiempo observando a la gente que pasa por aquí, incluida tú. Por eso me extrañó que un día te giraras y me hablaras.
Katia no sabía que hacer, hacía un momento estuvo a punto de echar a correr, pero algo la retenía, no podía creer lo que le estaba sucediendo, ese chico, la persona en la que pensaba a todas horas, el chico con el rostro más hermoso que había visto y que ahora la miraba con ternura, estaba muerto.
- Katia, ¿estás bien? Te has puesto blanca.
- Yo… no sé… es que no puedo creerlo.
- Si quieres marcharte lo comprenderé.
- Confieso que hace un momento sentí ganas de huir, pero no pude. Siento algo por ti que jamás había sentido. Ahora solo tengo ganas de llorar.
- Te entiendo, yo solo deseo verte a cada momento, pero la idea de no poder besarte ni tocarte me atormenta.
- Marco no quiero dejarte, no quiero alejarme de ti nunca más y no quiero renunciar a éste amor tan hermoso, hacía tiempo que no era tan feliz, desde que falleció mi madre he vivido como si algo me hubiera dejado vacía y tú has llenado ese vacío, has conseguido que volviera a tener ganas de vivir, pero ahora que sé que no podremos estar juntos, ya no quiero vivir, solo quiero estar a tu lado.
- Katia, ¿estás segura?
- No he estado más segura de algo en mi vida. Te quiero, y quiero estar contigo, para siempre.
Caminaron en silencio, mirándose continuamente, sus rostros irradiaban felicidad, pronto estarían juntos.
Llegaron al barranco donde Marco y su hermano Juan perdieron la vida. Katia no lo pensó con paso lento pero decidido caminó hasta el borde y cerrando los ojos, con una sonrisa en los labios, se precipitó hacia el fondo. No sintió nada.
Cuando abrió los ojos, Marco estaba frente a ella con una sonrisa, abrió los brazos y Katia se abalanzó hacia él. Por fin estaban juntos. Miró a Marco y detrás de él observó a un muchacho, era Juan, su hermano. Todos sonrieron. Marco acercó sus labios a los de Katia y la besó dulcemente. Katia se sintió feliz.




Todos daríamos la vida por la persona que amamos. ¿O no?

[Arwen_77]

Ups, no sé que decir.

Es una especie de invitación al suicidio al final.

No me lo esperaba para nada.
El comienzo es titubeante, con algún tiempo verbal que no me encaja del todo, pero luego va mejorando. El ambiente de cuento casi infantil, pero a la vez terrible, está muy conseguido.

[elultimo]

A mi me ha llamado más la atención la historia del niño muerto que la de la chica, y eso no debe ser muy bueno. La frase del final me sobra. Además, cuidar un poco la ortografía y la presentación siempre suma valor.

[Emisario]

Es una historia, que a mí no me ha llegado del todo. No le veo el verdadero romance, veo una decisión, una muerte para estar con un chico, acto que a mi juicio, la historia no justifica apropiadamente, es decir no como para tanto sacrificio. Se enamoró y se mató por él, ¿debido a qué..? No sé si me explico. Quizás si se hubiese desarrollado más, si el fantasma hubiese conquistado de una manera única y diferente a la chica como para que ella terminara con su vida y se amarrase a vivir el resto de la existencia con él.
Está bien narrada y mis escusas si no la he entendido correctamente.
felicito, de todas formas al autor/a. por la narración.

[Arwen_77]

Sí, eso es cierto Emisario. A mi también me ha parecido que no llega a transmitir que se produce un enamoramiento tal como para que se justifique la decisión final de la chica. Suele ser difícil "explicar" el amor je,je.

[Berlín]

Conseguir el amor eterno saltando al abismo y renunciando a esta vida ...no sé. Suicidio. Una decisión demasiado importante, muy pesada, para tomarla por un encuentro furtivo y ocasional. Es hermoso el mensaje, pero no me lo acabo de creer.
Pero como es un relato y ya sabemos que los personajes a veces hacen lo que les viene en gana, no me permito juzgar el comportamiento de Katia.

En fin, es un historia de amor con un final ¿feliz?

un abrazo para el aut@r.

Le daré otro repaso, por supuesto.

[ciro]

Sensaciones contradictorias con este relato. Por un lado hay cosas que me gustan: la idea, como se esconde el final,... y otras que no tanto: el ambiente de cuento infantil al principio (tanta tarta empalaga), hay alguna incongruencia argumental como que no se puedan tocar mientras está viva pero el hermano le da un golpe y luego, para mi gusto, tambien sobra la frase final (¿por qué aclarar lo que ya está claro?). En general el relato me ha dejado un gustillo agradable, como conclusion.

[Elisel]

Todos daríamos la vida por la persona que amamos. ¿O no?

No, chiquilla, no.

Esa frase está de más. Has terminado tu historia. A algunos les gustará el final y a otros no, pero con esa frase, además de estar desafiando al lector, das por sentado que todo el mundo está de acuerdo con lo que afirmas. ¿Te imaginas que Shakespeare hubiera terminado Romeo y Julieta con un colofón así?

A mí la historia me ha gustado. Creo que le falta fondo y desarrollo, pero también es verdad que el número de páginas es limitado y los escritores no tienen el espacio suficiente para desarrollar su historia como quisieran. El resultado es que el enamoramiento entre Katia y Marco parece muy acelerado y queda como cogido con pinzas. Es una pena porque, como ya te he dicho, la historia de una chica enamorada de un espíritu que vaga por el bosque, me gusta y me parece muy tierna.

Puedo entender que, en su soledad, Katia decida suicidarse para reunirse con Marco, pero a la falta de una mayor complejidad en la historia da la sensación de que ha sido una decisión un poco apresurada porque su relación con Marco no ha tenido tiempo de fraguarse. Aunque aquí volvemos a la falta de espacio

Por lo demás, creo que has reflejado muy bien la confusión de Katia y la sensación que tiene de irrealidad y de que Marco se haya burlado de ella. El hermano me parece un poco de relleno. Hubiera quedado estupendamente en una novela, pero es un relato corto. No tienes margen para desarrollar a los personajes principales, así que imagínate cómo quedan los secundarios.

En cuanto a la parte gramatical, cuidado con los tiempos verbales. Podían haber estado mejor. Tienes un montón de conjugaciones. Juega con ellas. Utilízalas.

"Su madre había fallecido dos años antes y desde entonces su padre no era el mismo" hubiera quedado mejor que "Su madre falleció dos años antes y desde entonces su padre no era el mismo". El fallecimiento es un pasado dentro del pasado (no sé si me explico), así que un pretérito pluscuamperfecto hubiera sido más acertado en mi opinión

Cuida un poco más la puntuación. Y repasa, pule, pule y pule hasta que veas que si haces más cambios comenzarás a empeorar lo que ya está escrito.

Pero, bueno, en definitiva tu historia me ha gustado. Es un cuento que me parece lleno de inocencia y mucha ternura, a pesar de las partes duras como lo del padre de Katia o lo que le pasa a Marco. Felicidades

[Katia]

La verdad es que me ha resultado super-ágil, muy muy amena. Y siempre digo que lo primero es la amenidad. Así que, enhorabuena

Segundo punto positivo: la crítica social a los malos tratos. Así que esto se merece otro aplauso

Es un cuento, qué duda cabe, un género inmortal con el que todos aprendimos a leer o a interesarnos por las historias de otros. Pero es un cuento adulto. No hay , en mi modesta opinión, ninguna incitación al suicidio. Un adulto sabe leer un cuento diseñado para su edad con la suficiente distancia, pienso, sin implicarse en él -bajo mi punto de vista, claro está- No se me ha pasado por la cabeza lo de lo inverosímil del enamoriscamiento por la sencilla razón de que ya el cuento como género tiene mucho de ficción en sí mismo, y éste ha sido el molde elegido por el autor. Me encanta la fe en la vida más allá de la muerte, eso me gana ya de entrada.

Está muy bien, porras... Jaja. ¡Que me ha gustado a mí, y ya está!

Muy bien: super entretenido, cautivador, misterioso, con trasfondo social, y asimismo impecablemente escrito; el muchacho al principio casi parecía una forma antropomórfica del lobo de Caperucita, o al menos, eso me infundió, jaja. Por ahora "desconfiado" y "amor eterno" (como canta Ismael Serrano, parafraseo, "...y como toda buena historia de amor acabó en tragedia") van en cabeza "per me" Felicidades

[kharonte]

Bueno, pues a mí me ha dejado un sabor a "no sé, no sé".

Me gusta que esté narrada en formato de cuento tradicional, y esa estructura me parece que la ha aprovechado muy bien. Pero la redacción le quita unos cuantos puntos al resultado general.

Luego, entiendo que utiliza los malos tratos como una forma de justificar que el personaje ceda al suicidio (¿quizá no se tiraría al barranco con tanta facilidad si su padre no bebiera?). Pero no me convence que el fantasma esté allí por la misma razón. Demasiada reiteración en el tema para mi gusto, además de que el fragmento en el que el fantasma cuenta su historia me parece la parte mas floja. Y también estoy de acuerdo en que el corolario final es innecesario.

En definitiva, un relato que se me ha deshinchado desde el principio.

[Albabooks]

Precioso, perfecto!! Me ha emocionado una barbaridad!

[Conphoos]

En general, a nivel formal está bastante bien.
Pero lo que es la historia no me ha gustado tanto. Creo que se ha querido dar un aire trágico con las familias de ambos protagonistas que a mí, personalmente, no me ha llegado.
El amor que sienten el uno por el otro está apenas desarrollado, será lo guapo que quieras y ella hará unos bizcochos tremendos, pero es que no hay tanta relación como para justificar tanto amor.
Y el final, que resulta que el otro está muerto, pues no sé. Me temo que es algo que pretende ser original y al final el efecto es el contrario, porque está muy visto. Creo que es algo con lo que hay que jugar para sacarle el jugo, no basta con decirlo.
La última frase me ha sobrado muchísimo, ha aumentado la cursilería del relato en un momento y no creo que aporte nada. Es una opinión que está bien hacerla fuera del texto, pero no que la haga el narrador.
En fin, un relato que no está mal, del que se respiran bastantes ganas y quizás cierta ingenuidad, pero que no me ha llegado a gustar.

[Ororo]

A mí no me molesta la idea del suicidio final. Quizá, eso sí, no se haya profundizado lo suficiente en los sentimientos para comprender la decisión.
La frase final que todos criticáis, tampoco es para tanto: pone en duda si la decisión de la protagonista ha sido correcta o excesiva, nada más.
Eso sí: falta trabajarlo mucho más y dar a conocer las emociones de los personajes. Además, el tono infantil no me ha gustado y el argumento no es muy original.

[RAOUL]

Bueno, en el aspecto formal ya se ha comentado algo. Yo añadiría a lo de la conjugación de los tiempos verbales, numerosas repeticiones evitables y una puntuación mejorable, con comas que deberían ser puntos y una estructura sintáctica de las frases digamos que a reconsiderar. Corregir esto sólo lo da echarle tiempo y darle vueltas al texto. Escribir, creo yo, es sobre todo reescribir. Y reescribir hasta el agotamiento. Leer en voz alta puede ser una buena técnica para apreciar los errores. Esto lo digo desde la más absoluta modestia y por lo que pueda ayudar, ¿eh?

En cuanto a la historia, tenemos nuevamente el amor al filo de la muerte, los dos enamorados separados por el río de la vida y patapúm… De un salto estamos juntos, hemos mandado este valle de lágrimas a paseo y ya somos felices. Una historia “sencilla” y bonita -
¿por qué no?- pero, siendo sincero, su plasmación me ha parecido insuficiente.

La última frase -estoy con Ororo- no entiendo yo que tenga por qué entenderse como una afirmación categórica del autor. “Todos daríamos la vida por la persona que amamos. ¿O no?”. Ese “¿o no”? - porque es evidente que no todos daríamos la vida por la persona que amamos-, puede entenderse como un "¿O (quizás) no?". Una llamada a la reflexión.

[Isma]

Me parece que está bien escrito. No he alcanzado, como comentan otros, a ver las faltas en tiempos verbales -a decir verdad es un tema con el que tengo pesadillas cuando escribo. Pero sí que me parece que el uso de las comas se puede mejorar. Esto en cuanto a la formalidad, que siempre me resulta una crítica menor (aunque una crítica). En cuanto al tema, está entretenido. Una historia de fantasmas tiene una cierta magia y un encanto inocente. Me da la impresión de que ocurre en un siglo pasado, y creo que si se hubiera explotado más un ambiente de época pasada habría ganado valor.

Por cierto que me ha recordado a un relato de Estrella de Mar de la anterior edición, La bruma y la muerte. Así que al que le haya gustado, ahí tiene un poco más de material.

Enhorabuena y gracias por un buen relato.

Todos daríamos la vida por la persona que amamos. ¿O no?

No, chiquilla, no.

¡Me parto contigo, Elisel! ¡Para ya con esos comentarios!