CPVII: Culpa - Jarri el Sucio

[Ashling]

Culpa

Hacía años que trabajaba cara al público pero no recordaba haber tenido ningún problema de este tipo. Si había tenido que lidiar con algún abuelo malhumorado pero poco más. Sin embargo hoy había sido despedido, y no les culpaba. Puede que causara algún que otro problema. Pensé que el hecho de no abrir la boca ante cuestiones de los usuarios, o posteriormente ante las quejas de mis superiores podría haber influido. También porqué no, que la mañana anterior cuando un hombre recrimino mi pasividad ante las peticiones de su hija, me levantara y le agrediera pudo tener algo de culpa.
Como en una peli americana recogí mis cosas y las metí en una caja de cartón. Salí sin despedirme de mis compañeros en la Biblioteca. No es que tuviera una mala relación con ellos sino todo lo contrario. Éramos como una pequeña familia y era una gente muy agradable y educada. Pero estaba un poco borracho.
Al salir del recinto sentí que mis brazos se debilitaban, así que me agache, deje la caja, encendí un cigarro y seguí mi camino abandonando allí mis pertenencias. Pronto llegué a mi destino: el bar más cercano a la Biblioteca. Claudio, el encargado me hablaba bastante aun sabiendo que yo, de un tiempo a esta parte no estaba especialmente conversador.
- Bueno Xaime, hoy más pronto que de costumbre, ¿eh? ¿Qué vamos a poner, lo de siempre?
No respondí, con no decir que no obtenía un buen whisky que calmaba un poco el fuego que me corría por la sangre de una manera enfermiza. Algunos dirían que cada día estaba más tarado. Mi percepción era simplemente una incapacidad por rendir, el simple hecho de pensar me provocaba unos dolores de cabeza espantosos.
A las dos horas decidí que era el momento de ir a casa. Eran las doce y media de la mañana y un sol horroroso alumbraba la ciudad. El recorrido entre el que solía ser mi hogar y el que había sido mi trabajo no era largo pero siempre cogía el coche. Me subí en él y durante cerca de diez minutos dormité hasta que el calor del volante en mi cara me despertó. Arranqué y puse rumbo a casa.
Era uno de los momentos duros porque no se me había dado por quitar sus fotos, ni cambiado absolutamente nada. No se si era un síntoma de valentía o de cobardía. Siempre habría corrido hacia lo que me daba miedo. Y para mí es una muy clara prueba de cobardía.
Mire qué tenía por casa. Abrí una cerveza pero luego encontré una botella de ron medio vacía asi que me fui al salón con ambas cosas en las manos y puse la tele.
Me desperté a las pocas horas con un timbrazo. << Su puta madre>> Me dije.
- Si.
-Soy yo.
Era mi mujer. Hacía cosa de tres meses que se había ido de casa. Y no tengo nada malo que decir de ella al igual que de los que me habían echado esa mañana, más aun si tenemos en cuenta de que tuvo el detalle de no echarme a mí y pasar por el trago de hacer ella las maletas.
Estaba tan guapa como siempre, me dijo que eran las siete y media de la tarde. Supuse que vendría de currar.
- Vas a perder tu trabajo Xaime, esto es serio- Me estaba obligando a meterme en la ducha, no opuse resistencia. – Hablaremos cuando estés más despejado, tienes todo hecho un asco.
Obediente, salí de la ducha y me puse la ropa que Angela me había dejado encima del váter. Me miré al espejo y vi todo borroso así que recordé ponerme las gafas. Me sentía nervioso así que fui a la cocina y abri una cerveza. - ¿Quieres una birra?- Grite con cortesía.
- Vamos Xaime no me jodas, vengo para llevarte conmigo. Hoy vamos a cenar los cuatro.
Por mis cojones, pensé. – Olvidalo – Dije.
Supongo que el hecho de no aceptar la invitación de mi mujer a cenar con ella y mis dos hijos me convierte en un ser repulsivo. Llevaba un tiempo sin verlos. Alex era el mayor de mis hijos, tenía trece años, era increíblemente responsable. Supongo que salía a su padre, además le gustaba el tenis y era bueno con las mates, y Xurxo era el mediano, era despistado y a sus nueve años ya contaba con un extraño humor muy adictivo para mí.
- Por favor, hazlo por ellos, hazlo por ti, pero haz algo. ¿Cómo te aguantan en la biblio?-
Por un momento dude, pero fui claro. <<Me han echado esta mañana>> Tampoco tenía porqué irme por los cerros de Úbeda. Ángela entró en cólera, oí palabras sueltas como: irresponsabilidad, niños, futuro, hijo de puta, borracho, casa, calle. Quise hacerme un cróquis en la cabeza, intentar ordenarlas pero no fue fácil. Al final entendí el mensaje.
- Tienes razón Ángela.
- En fin, ya hablaremos de esto en otro momento, ahora vamos a ir a cenar y te vas a comportar como un padre. Joder. ¿Has pensado en mí en algún momento? – Nunca podría culparla por gritarme así, debía sentirse imponente, triste, preocupada, claro que pensaba en ella pero me sentía incapaz de todo. Mi cuerpo me pesaba tres veces lo real. Sin embargo tampoco podía enfrentarme a ella.
Accedí a la cena.
Bajamos a su coche. Era nuevo y nunca había montado en él. Con su coche anterior me había quedado yo ya que el mío había quedado siniestrado.
Paramos delante de casa de mis suegros. Ángela bajo del coche y me quedé solo en dentro. En la radio sonaba una música negra que no me agradaba en absoluto asi que la apagué. Me sentí nervioso, quería irme, salir del coche y meterme en un bar a relajar mis nervios. No me dio tiempo a huir y dos terremotos empezaron a golpear la ventanilla del copiloto donde yo me hallaba.
Abri la puerta y abracé a mis hijos.
- ¡Papá! ¡Papá! – gritaban. Realmente estaban felices de verme y tampoco les culpaba. Eran pequeños e ingenuos. No supe que decir así que me quede callado y dejé que Ángela conversara en mi nombre.
- Contarle a papá qué habeis hecho estos días. – Decía- Cuentale a papá el gol que marcaste el sábado.
La cena transcurrió. Transcurrió con algún adjetivo que no soy capaz de encontrar. Ángela controlo mi sed así que la angustia creció y creció hasta que volvimos a estar con el coche en la puerta de la casa de los padres de mi mujer. Xurxo me dio un beso y Alex también acompañándolo de un abrazo.
- Papá, no estes triste. – Me dijo mi hijo mayor. Después desaparecieron por la puerta del portal, acompañados de su madre. Note como mis ojos se llenaban de líquido y no quise continuar allí. Nacieron fuerzas para salir del coche.
“Quédate en casa con ellos. Yo me cojo un taxi. Gracias.”
Solucioné con ese mensaje y llamé a un Taxi. Al subirme aun no sabía a donde quería ir. Un whisky era necesario. Le di la dirección. Me llevó a casa y al subir me paré a mirar sus fotos en la entrada. Me di cuenta de que solo me quedaba cerveza, así que amague con salir a la calle a comprar una botella de algo más contundente pero no lo hice. Deje las llaves en su sitio y cogí una cerveza.
Me senté en el sofá del salón y encendí la tele pero no llegue a verla. Pensaba en mis hijos. Pensé en que quizás no me culpaban. Me acerqué a la estantería y cogí su álbum, en un acto de cobardía de los que os hablé, de huir hacia delante. Qué bonita era mi pequeña. Quizás ella tampoco me culpara, quizás ella hubiera querido que sus hermanos tuvieran un padre. Quizás habría entendido que no pude evitar a aquel coche.
Me desperté en el sofá horas después.
“Angela, hoy recojo yo a los niños. Pasa un buen dia”

[Katia]

Culpa

El autor refleja la tristeza de un hombre que ha perdido su empleo, hecho lamentablemente frecuente en la España actual. Emotivo. Felicitaciones al autor.

Dedicatoria musical:


Enlace

[xabeltrán]

Sé que me repito más que el ajo, pero es que de nuevo se trata de un relato con serios problemas de redacción.

La historia es amarga, desalentadora, y el autor consigue que el protagonista caiga mal. Eso es una proeza, porque como lectores a menudo tendemos a empatizar y queremos que el personaje principal nos caiga bien; así que enhorabuena en ese sentido.

Sin embargo, hay demasiada tristeza para mí, no me gustan los relatos tan devastadores y duros.

[Nínive]

La redacción necesita un buen repaso. He tenido que leer un par de veces algunas frases para entender qué nos contaba.
La descripción de en qué convierte un trauma a una persona está lograda. Pero no convence la redención del final. Cuando uno está en pozo similar, no es tan fácil salir.
Sigue trabajando

[Berlín]

Me parece una historia más de desesperación, de pérdidas innumerables, todas seguidas, porque parece que cuando viene una desgracia siempre vienen más.
Lo malo es que historias de este tipo abundan tanto en la literatura...

Pero la verdad es que se lee bien, y no se me ha hecho pesada, así que algo bueno ha de tener. Un abrazo.

[saltamontes]

Has conseguido que empatice con el protagonista y su historia verdaderamente es triste,aunque realmente el se lo busque.
un saludo!

[jarri el sucio]

Muy poco trabajado. Si es cierto que la historia es buena y me engancha, falta haberle echado un tiempo para repasarlo y mejorar ciertos aspectos, en mi opinión. Lo mejor: la historia en sí, bonita dentro de la tristeza. Lo peor: la sensación que me da de que podría haber sido mucho más.

[Gisso]

Para mí, la historia queda muy sencilla y sin sentimiento. Se intenta dar un giro más dramático al final, aparte de un típico intento de redención, pero no veo que funcione. Tampoco parece que se haya trabajado mucho el relato, necesita una buena corrección ortográfica y para que yo diga esto... De todas formas, gracias por el relato .

[Ororo]

Este relato muestra serios problemas de redacción y faltan todas las tildes del mundo.
Pese a esto, el personaje se agarra al corazón de uno y te hace ver claramente el infierno por el que está pasando: se ve la desesperación, apatía, debilidad, indolencia, depresión... Bravo por eso.
Me pregunto: si así escrito capto todo eso, ¿qué hubiera pasado con una buena composición?

[joserc]

En el primer párrafo debería aclararse un poco más si se habla en primera o tercera persona. Se confunde un poco. Lo comento porque la primera impresión de cualquier escrito puede ser la más importante. El problema es que después de eso la redacción tampoco mejora en general.

Aparte de eso no me acaba de llegar por varias razones. Creo que un final un poco más trabajado hubiera dado un mejor resultado, por ejemplo.

[sergiocossa]

Ilegible. Una historia plana, sin nada para resaltar.

Plagado de errores, acentuación. Diálogos vacíos.

Independiente de la historia, como suelo destacar: presentar un texto así, sea a un concurso, sea a un simple foro, es una falta de respeto para el lector.

Un sludo.

[xabeltrán]

Sergio, cada cual es libre de emitir sus propias opiniones, pero creo que has cruzado la raya y has entrado en la descalificación personal.

[Gisso]

Yo estoy con Xabeltran e iba a decir lo mismo. No todos tenemos la misma fluidez y maña al escribir. Tal vez esté lleno de errores ortográficos o la historia parezca vacia. Pero de ahí a decir que es una falta de respeto... No creo que haya intentado reírse de nosotros al escribir el relato. Seguro que habrá querido con toda su buena fe plasmar esa idea que tendría en mente, pero no todos tenemos esa facilidad. A mi también me parece despectiva esa frase.

[sergiocossa]

¿Hay una raya marcada a la que no se deba cruzar? ¿He escrito algo ofensivo?

¿Es correcto que el autor no se tome la molestia de poner más de treinta acentos en un texto de cuatro páginas?
Y varios errores más que no es necesario detallar y que no pueden tener una excusa como por ejemplo falta de tiempo o maña.
Es mi opinión personal y la reafirmo: una falta de respeto para el lector.

Un saludo.

[Gisso]

Pues yo creo que sí, el respeto hacia la persona que ha escrito la historia. Una cosa es machacar el relato, otra a la persona que lo ha escrito por el simple hecho de querer compartir su relato, tenga o no tenga faltas.

Y edito y reafirmo: una falta de respeto hacia el escritor.