CPVII: Regreso inesperado

Relatos que optan al premio popular del concurso.

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Eyre
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CPVII: Regreso inesperado

Mensaje por Eyre »

Regreso inesperado


Beth Dorsey y Henry Mc Fayden se casaron en un soleado domingo de abril de 1940, en la iglesia del Buen Pastor, de Manchester. Fue una boda íntima y sencilla, quizá algo precipitada, pero Beth había insistido en que así fuera, pues Henry estaba a punto de graduarse como piloto en el aeródromo de Heaton Park. Y Alemania ya había invadido Polonia y casi toda Francia.

Los Mc Fayden tenían una larga tradición militar en la familia, y el padre de Henry era instructor de vuelo en el mismo aeródromo. Henry pensó que había tenido suerte, pues su padre tenía fama de ser uno de los instructores más duros de la RAF, y el joven aprendió a manejar los biplanos de entrenamiento con el oficial Woodham, un hombre campechano y afable en tierra, pero terriblemente exigente en el aire.
Henry estaba profundamente ilusionado con la posibilidad de llevar un caza Spitfire, el último grito de diseño aeronáutico en la RAF, pero sabía que no disfrutaría de la velocidad de esa máquina tan hermosa hasta que tuviera sus alas en el uniforme.

Beth trabajaba en la fábrica textil de su familia. El taller había sido el único testigo de los primeros encuentros amorosos de la pareja, en concreto, los domingos, cuando estaba cerrado. Beth tenía una copia de las llaves pero nunca tuvieron la garantía de que ninguno de los padres de Beth apareciera por allí para hacer algún arreglo de última hora. Siempre estaba presente ese temor a ser descubiertos, lo que hacía que la pareja hiciera el amor siempre con urgencia, sin darse cuenta de que ese mismo temor aumentaba la excitación de ambos, subconscientemente.

Se lanzaban uno en brazos del otro como fieras hambrientas y se desnudaban mutuamente mientras se besaban con el ardor de la anticipación. El deseo era tan fuerte que apenas existían preámbulos antes de la unión de sus cuerpos en uno solo. Beth ronroneaba suavemente y luego empezaba a gemir con un toque de desesperación, mientas se retorcía de placer y arqueaba la espalda .Normalmente, ella alcanzaba el orgasmo en los primeros minutos, y Henry le tapaba la boca para que sus gritos de placer no se escucharan en la casa anexa de los Dorsey. Ese momento exacto le hacía pensar a Henry, en sus vuelos de entrenamiento, cuando él gritaba: -Contacto!- Y el mecánico ponía en marcha la hélice del biplano. A partir de ahí, el joven visualizaba el despegue y las vueltas ascendentes del altímetro, la subida de la nave y el equilibrado del timón de profundidad para estabilizar el biplano a unos 600 pies. Entonces, cuando sentía esa deliciosa suspensión …arremetía aún con más fuerza, en sus vaivenes contra Beth, para, finalmente, derramarse dentro de ella. La joven experimentaba un gran placer cuando notaba las contracciones de él dentro de su cuerpo. Ambos se quedaban abrazados, en completo silencio pero con una sonrisa de oreja a oreja, en el rostro de los dos, que parecía iluminar el taller desde dentro. Ambos deseaban mantener ese abrazo, durante más tiempo pero el miedo a que los descubrieran, les obligaba a separarse y volver a vestirse, entre besos robados.

El padre de Henry tenía un amigo, también instructor, en el aeródromo de Winkfield, cerca de Windsor. William Smith apreciaba mucho a Henry y ofreció a la pareja su cottage para que pasaran su luna de miel en un lugar tranquilo y con plena intimidad.
Sólo dispusieron de una semana, tras la boda, pues el permiso de Henry no daba para más. (Incluso teniendo en cuenta que Vernon Mc Fayden había tirado de algunos hilos para permitir ese descanso a su hijo)

En el silencio y la templanza de la primavera inglesa, la pareja descubrió nuevas facetas de su amor, el placer de los paseos por los campos, la belleza de los atardeceres, mientras Henry colocaba alguna flor silvestre entre los cabellos castaños de Beth y los ojos color miel del joven reflejaban los últimos rayos de un sol que parecía haber anidado en el corazón de ambos.
Esa semana mágica transcurrió como un sueño, del que ambos no deseaban despertar pero la vida les exigía continuar con sus responsabilidades.

Henry se graduó como piloto a mediados de mayo. A partir de ese momento, la pareja tuvo muy pocas ocasiones para estar juntos, sólo un domingo cada dos semanas.
Así que sus encuentros siguieron siendo explosivos, llenos de una pasión que les dejaba el corazón reconfortado.

La pareja había alquilado un piso pequeño cuya renta pagaba Beth con su sueldo, mientras que la paga de Henry era destinada a los gastos básicos: alimentación, muebles, gas, ropa, etc…

Beth pasaba la mayor parte de su tiempo libre en soledad, y los sábados acudía a casa de sus padres, para escuchar la radio después de la cena, como tenían por costumbre. Las noticias del avance alemán en Francia eran cada vez más inquietantes y cuando supieron de la rendición del país galo, el sábado 22 de junio, la sombra del miedo dejó a todos en silencio, y a Beth profundamente preocupada por Henry. Sin pronunciar una palabra, se levantó para irse a dormir a su nueva casa, pero su padre pudo leer la angustia en su rostro.

-Beth, hija, quédate a dormir aquí esta noche. Te veo muy pálida –pidió Harold Dorsey
-Gracias, papá. Pero prefiero irme a dormir a casa. Henry llegará de madrugada y quiero estar con él.

Los padres de Beth se echaron una mirada de comprensión mutua y besaron a su hija, antes de que ésta saliera. Gerry, el hermano menor de Beth, le dio un fuerte abrazo silencioso. Pero al mirarla a los ojos, le transmitió esperanza. Gerry había sido el confidente de Beth durante el noviazgo de Henry con ella. A pesar de sus quince años, era la discreción personificada.

Beth se dirigió a su piso e intentó dormir, pero fue en vano. A la una de la madrugada, apareció Henry y ella se lanzó a sus brazos. Lo abrazó tan fuerte que Henry se extrañó:

-¿Te pasa algo, Beth?
-No … Bueno sí , estoy preocupada por ti-reconoció ella.
-¿Por qué? ¿Sólo porque han informado de la rendición de Francia?-sonrió él.
-Sí. Intuyo que nosotros somos el próximo objetivo de Alemania.
-¿Y qué? -dijo Henry, jovial.-Déjame que te hable de la maniobrabilidad del caza Spitfire, que ya he probado y disfrutado, y entenderás que los nazis no tienen nada que hacer contra la RAF.-Y la besó con alegría .Ambos se tumbaron en la cama y Henry le explicó el diseño especial del ala del Spitfire, de perfil elipsoidal, que le daba mayor estabilidad a velocidades bajas y los giros y loopings que se podían hacer con él. -¡Es como pilotar un juguete!-le dijo entusiasmado.

Beth se tranquilizó al escuchar a Henry y una sonrisa se dibujó en su cara. Entonces, él comenzó desnudarla lentamente, para pasar a hacer el amor con un fuego salvaje, pues irónicamente, se veían con menos frecuencia ahora que estaban casados, que cuando eran novios. Los miedos de Beth se habían disipado y la pareja durmió, uno abrazado al otro, hasta la mañana siguiente. Volvieron a hacer el amor, con más ternura, por la mañana y decidieron pasar el día en el campo, de excursión. Se habían aficionado a ello en su luna de miel y ahora era un placer mutuo que compartían con gran alegría.
La despedida, poco antes de medianoche, siempre era difícil para ambos, se besaban como si no fueran a verse nunca más. Se prometían escribirse a diario y se separaban con tristeza pero luego les quedaba a ambos una deliciosa sensación de calor en el corazón que perduraba hasta el día siguiente.

Beth agradecía el trabajo, que le permitía centrar su pensamiento en otros asuntos y olvidarse de Henry, al menos por unas horas. El taller cerraría por vacaciones del 15 de julio al 15 de agosto. La joven temía esas vacaciones, porque sabía que tendría más tiempo para rumiar sus miedos. La semana pasó, y la siguiente también, hasta que por fin llegó el sábado 6 de julio y Beth fue a oír la emisión de la BBC con su familia.

Estando los Dorsey reunidos en el salón, escucharon cómo circulaban rumores de un ataque inminente por parte de Alemania, rumores que la Inteligencia británica no podía desmentir. Sonó el timbre de la puerta y Gerry fue a abrir. Volvió acompañado de Vernon Mc Fayden, con semblante serio. El instructor se volvió hacia los padres:
-Lamento interrumpir la reunión familiar pero he venido para hablar con Beth.-Ésta se puso en pie, pálida.
-Usted siempre es bienvenido en esta casa-afirmó Mrs. Dorsey sinceramente.-¿Quiere una taza de té?
-No, gracias. Seré breve.

Mr.Mc Fayden se sentó en un rincón del salón, donde había dos butacas, con Beth.
-Hija, tranquilízate. Henry está perfectamente.-Un suspiro de alivio salió de los labios de la joven.
-Entonces, ¿qué es lo que quería decirme, señor?-inquirió.
-Llámame Vernon, por favor, que no estamos en el aeródromo.
-De acuerdo …Vernon.-A Beth le resultaba muy extraño tutear a su suegro.

-Beth, los tres mandos de la RAF están en estado de alerta. Todos los efectivos han sido
movilizados. Henry está bien pero ya no podrás verle cada quince días. Puede que lo trasladen a otro aeródromo. Si así sucede, te avisaré para que sepas a qué dirección escribirle -aseguró.
-Pero … Vernon ,¿crees que Henry está realmente en peligro?

-Hija, te voy a ser sincero. Intuyo que Alemania viene a por nosotros, y si bien, es cierto que la Luftwaffe nos supera en número de aviones y pilotos, nuestra Marina real supera ampliamente a la Kriegsmarine alemana. Contamos con la ventaja del Canal, y el radar. Este instrumento permite detectar un ataque inminente, con algo de tiempo para reaccionar. Los alemanes no disponen de esta tecnología. El Spitfire, como caza, supera en maniobrabilidad al Bf 109 Messerschmidt, y nuestros aviones Hurricane son perfectos para derribar a los bombarderos alemanes. Henry tiene una habilidad nata para pilotar y acertar un blanco en vuelo. Es mucho más diestro y rápido que yo mismo, a su edad. Seguramente, tendrá que entrar en combate, pero aunque yo también temo por él-Y Beth vio su propio miedo reflejado en los ojos grises de su suegro -.Creo que su destreza le salvará la vida.

-Gracias por todo lo que me has explicado, Vernon. Veo que la RAF está perfectamente preparada para un ataque alemán y eso me tranquiliza.-Beth fue a estrechar la mano a su suegro pero éste le dio un inesperado abrazo. Su actitud marcial no le permitía exteriorizar sus emociones pero había tomado un gran cariño a su nuera, casi como a su propia hija, Helen.

El padre de Henry se despidió también de los Dorsey y del joven Gerry antes de irse rápidamente. Entonces, Beth contó a su familia lo que le había relatado Vernon y todos quedaron con la moral más alta, al conocer los detalles de la logística de defensa de la RAF. Pero Beth estaba acongojada, en su fuero interno, por la perspectiva de no poder ver a Henry hasta … ¿cuándo? Y el temor de que fuera herido en combate, o algo peor, que resultara muerto.
Esa noche durmió con su familia, pues no quería ir a su piso, donde le atormentarían los recuerdos.

Durante la siguiente semana de trabajo, y última antes de las vacaciones, empezaron a circular las noticias sobre los primeros bombardeos alemanes contra convoyes navales ingleses y estaciones de radar sobre el Canal. Pero si una estación de radar era destruida, otra entraba en funcionamiento, y la RAF empezó a construir hangares falsos, para engañar a la Luftwaffe y a camuflar y proteger los aviones que estaban en tierra.
El 15 de julio comenzaron las vacaciones para Beth, una sucesión de rutina casera, angustia y también alegría, cada vez que recibía una carta de Henry. Éste le decía que lo trasladaban al aeródromo de Winkfield, en Windsor, y que eso sólo podía traerle buena suerte, pues estaba muy cerca de la casa de campo en la que pasaron su luna de miel. Pero Vernon McFayden ya había avisado de esto a Beth, tal como prometió.

Henry estaba impaciente por entrar en combate, pero tuvo que esperar hasta agosto para demostrar sus dotes de vuelo, en una operación de defensa frente a un bombardeo alemán sobre las carreteras del sudeste de Inglaterra. Henry derribó un caza Messerschmidt y estaba exultante cuando luego, le felicitó por ello el resto de su escuadrilla.
Los alemanes no conseguían abatir las defensas inglesas sobre el Canal y pasaron a una ofensiva más directa a partir del 13 de agosto. El jueves, 15 de agosto, Beth estaba escuchando la radio sobre las cinco de la tarde y oía, horrorizada, como la Luftwaffe bombardeaba industrias, aeródromos militares del sur de Inglaterra e incluso el aeropuerto de Croydon, en Londres. De repente, sonó el timbre de su piso y fue a abrir, extrañada.

Ante ella estaba Henry, sonriente, todavía con la cazadora y el traje de vuelo puestos. Ella estaba tan asombrada que no pudo articular palabra. Sólo le abrazó con todas sus fuerzas mientras él cerraba la puerta de una patada.
-Te he echado tanto de menos!- dijeron ambos, casi al unísono. Comenzaron a besarse pero, de repente, Beth se separó de él.
-Henry, ¿qué estás haciendo aquí mientras la Luftwaffe nos bombardea?-El semblante del joven se oscureció.
-Querida, me han desmovilizado-dijo abatido.
-¿Por qué?-Beth estaba perpleja.
-En la revisión médica, el doctor me detectó un soplo en el corazón. No es nada grave,
pero sí suficiente para que no pueda volar más. Mi padre me está buscando otro puesto, aunque sea en Control de Radio… Cualquier cosa con tal de seguir en la RAF. Es como mi segundo hogar.
-¿Y te desmovilizan precisamente hoy?-inquirió ella.
-Sí. Por lo visto, el informe médico se traspapeló, y ha llegado a manos del Capitán Nash esta mañana.-Sacó una copia del bolsillo y se la dio –. He tardado tanto porque la mitad de las carreteras están cortadas, y a partir de las dos, todos los pueblos que he atravesado estaban vacíos, ni un alma por las calles. Hasta que, hace un rato, he parado a tomar una cerveza y he escuchado por la radio … lo mismo que tú estás oyendo ahora.- Bajó la cabeza, avergonzado. La radio seguía encendida. Beth la apagó y llevó a Henry hasta la cama.

-¡Qué sea lo que Dios quiera! Ahora tenemos otros quehaceres, siempre que no vuelen Manchester-rió ella. Y su sonrisa iluminó todo el dormitorio. Empezó a quitarle a Henry el traje de piloto, asombrada de lo abrigado que era
Él empezó a desnudar a Beth, que sólo llevaba un vestido de algodón. El contacto de ambas pieles desnudas, electrizó a los dos. Se besaron y acariciaron cada centímetro de sus cuerpos, como si los descubrieran por primera vez. Henry empezó a besar las rodillas de Beth, subiendo luego por sus muslos. A ella, empezaron a temblarle las piernas. Luego él empezó a pasar su glande por la vulva de ella, pero sin penetrarla todavía. Beth sentía un deseo tan intenso que le resultaba doloroso.

-Por Dios, Henry, entra en mi!-suplicó.

Él accedió, después de unos segundos más de tortura. Empezó con movimientos de vaivén, suaves, que iban aumentando en intensidad y frecuencia, mientras ella movía las caderas frenéticamente. Sabía que cuando Beth empezaba a gemir, estaba ya muy cerca del orgasmo y al oír su primer grito de placer, la penetró al máximo y aumentó la presión de su pubis contra el de ella. Beth se perdió en este orgasmo, el más largo e intenso que jamás había sentido. Una deliciosa onda expansiva se extendió desde su bajo vientre, hasta su cabeza y entonces, se vio a sí misma pilotando un caza Spitfire, notando la aceleración del despegue, la rápida ascensión, la suave reacción de los timones de dirección y profundidad a sus movimientos de pedales y palanca. Sintió la deliciosa sensación de suspensión en el aire, cuando el avión se equilibraba a altura de crucero…y no se dio cuenta de que no sólo su cuerpo, sino también su mente se habían conectado con la de Henry, hasta que sintió las contracciones de él dentro sí misma, cuando Henry alcanzaba el orgasmo y ella despertó de aquella maravillosa ensoñación.

Como siempre, se quedaron abrazados en silencio y sonrientes. Luego estuvieron hablando bajito de cuánto habían sufrido la ausencia del otro, del panorama que se presentaba ahora para Inglaterra, de cuál podría ser la nueva ocupación de Henry en la RAF, etc…hasta que se quedaron dormidos. Ninguno de los dos quiso cenar.
A la mañana siguiente, Beth se levantó con una sensación de plenitud deliciosa, que duró sólo hasta que se dio cuenta de que Henry no estaba junto a ella, tampoco en ningún lugar del piso. Se había llevado su cazadora y su traje de vuelo. ¿Habría salido a comprar algún desayuno especial? -pensó. Pero aquello no tenía lógica. Nadie se lleva una cazadora de cuero forrada de lana rizada para salir en el mes de agosto.

Beth tomó sólo un té para desayunar, pues tenía el estómago cerrado por la angustia. Decidió encender la radio para saber qué había sucedido finalmente, el día anterior, y supo que sólo dos aviones alemanes habían sido derribados, mientras que la RAF había perdido tres aeronaves. Sin embargo, la operación había resultado desastrosa para las expectativas alemanas y los pilotos de la Luftwaffe empezaron a referirse a aquel jueves15 de agosto como Schwarzer Donnerstag o jueves negro.

Beth ya no soportaba más la incertidumbre. Eran las diez de la mañana y seguía sin noticias de Henry. Decidió hacer una visita a su suegro, en el aeródromo de Heaton Park .Con su bicicleta, sólo tardaría quince minutos. Nunca había visitado el aeródromo pero pensó que seguramente, estaría prohibido el acceso a los civiles, y más ahora, en tiempo de guerra. Tomó la copia del informe médico que le había dado Henry : Quizá me sirva como salvoconducto –pensó.
Estaba abriendo el candado de su bicicleta cuando escuchó pasos tras de sí. Al volverse, vio a Vernon Mc Fayden , con el rostro lívido, que se acercaba a ella. A Beth le dio un vuelco el corazón. Nunca había visto esa expresión de desolación en la cara de su suegro.

-Beth, hija, traigo malas noticias.-Su voz era sólo un susurro.
-¿Dónde está Henry?-pudo articular ella.
-Ya no está con nosotros…él…fue alcanzado ayer sobre el aeropuerto de Croydon, por un caza Messerschmidt. –A Vernon se le quebró la voz-. Me ha avisado mi amigo, William Smith, del aeródromo de Winkfield. -Se le escapó un sollozo-. Detectaron su caída en el radar y esta mañana han hallado los restos…

Beth estaba totalmente anonadada.
-Pero si estuvo conmigo, ayer, desde la cinco de la tarde…hemos dormido juntos-objetó.
-Eso es imposible, hija. El radar detectó su caída a las 16:53. Con esta tecnología no hay posibilidad de error- añadió Vernon. -Creo que estás en estado de shock.

Entonces, una luz de súbita comprensión pasó por el rostro de Beth. Luego se desmayó.

Vernon la llevó al portal, viendo que estaba inconsciente y observó caer un papel del bolsillo
de su vestido. Reconoció el membrete de la RAF , lo que le llevó a desdoblar el documento.
Asombrado, leyó la información sobre el soplo en el corazón de Henry. También se percató
de que la copia no estaba firmada por el capitán Nash, es decir, que el original todavía
no había llegado a manos del superior directo de Henry. ¿Qué habría pasado con el
original? -pensó. Y ¿Cómo había llegado un documento interno de la RAF a manos de Beth?
–Bueno, ya habrá tiempo más adelante, para la maldita burocracia-murmuró.

Desolado, utilizó la copia del informe médico para abanicar a Beth, que ya volvía en sí,
desorientada.

Vernon Mc Fayden sólo había comenzado a asimilar la pérdida de su hijo. Pero no sabía que
había ganado una nueva hija, que tras su luto, trabajaría en la RAF como transcriptora de
códigos de radio.


FIN
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Berlín
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Re: CPVII: Regreso inesperado

Mensaje por Berlín »

Quizá este relato carezca de la originalidad necesaria para que yo componga un gesto de sorpresa, pero tiene otros matices que me obligan a declarar que me gusta. Esta impecablemente bien escrito, con lo cual deduzco una mano perfeccionista y pulida detrás. Y sobre todo es una historia con una buena base de información detrás, que la enriquece mucho.
La historia es tierna, romántica, desembocando en un final trágico que encoge el corazón.

Muy buen trabajo.
Felicidades.
Si yo fuese febrero y ella luego el mes siguiente...
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elultimo
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Re: CPVII: Regreso inesperado

Mensaje por elultimo »

Otra historia que me deja indiferente. Si se supone que quiere transmitir el dramatismo de una guerra, conmigo no lo ha conseguido. Lo siento, pero demasiado rollo histórico para mi gusto que lo único que demuestra es que el autor/a de este relato es un gran conocedor de la Segunda Guerra Mundial, pero que no aportan nada a la historia más que ambientación.

El aspecto formal de haberse repasado, se hubieran evitado errores básicos de puntuación como espacios donde no deben ir, oraciones exclamativas que no se abren pero sí que se cierran, el excesivo uso de puntos suspensivos donde no hace falta…
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Isma
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Re: CPVII: Regreso inesperado

Mensaje por Isma »

Es una historia bien trabajada. Formalmente, echo de menos algunas pausas en algunas frases y de más en algunas otras. Nada terrible. Hay una muy buena labor de documentación. No hace falta comprobar que las localizaciones y las fechas son correctas; se lee igual que suena una orquesta bien dirigida. Todo esto me lleva a pensar que está muy trabajado, lo que siempre se nota y se agradece. Echo de menos un final más dramático, aunque claramente el punto álgido está en la reunión que da nombre al relato. Las descripciones del amor pasional entre los dos, quizás sea necesario recalcar esto, son muy buenas y hacen que la historia resulte muy creíble.

Un buen relato, muy trabajado. De ponerle alguna pega es que la historia, pese a ser fantástica, no me resulta muy original.

Muchas gracias por compartirlo, se me ha hecho muy entretenido leerlo.
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Saber
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Re: CPVII: Regreso inesperado

Mensaje por Saber »

Me pareció una de los relatos más bonitos. Un amor muy lindo, una buena ambientación, me hiciste sentir vívidamente la constante preocupación de la mujer, y el desenlace me pareció hermosamente romántico.
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Igor Rodtem
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Re: CPVII: Regreso inesperado

Mensaje por Igor Rodtem »

Un relato bien escrito, entretenido y bien trabajado que, sin embargo, me resulta poco original y no termina de emocionarme.
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Gisso
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Re: CPVII: Regreso inesperado

Mensaje por Gisso »

Una historia de amor (con sexo) en tiempos de guerra, llevando a un final con un toque paranormal. El problema es que este relato no me ha transmitido ninguna sensación, ni de tristeza, sorpresa o lujuria, lo veo muy frio aunque muy bien documentado. Y puede que sea este el problema que le reste sentimentalismo. Aun así, gracias por el relatoImagen.
Última edición por Gisso el 18 Abr 2012 09:15, editado 1 vez en total.
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Nínive
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Re: CPVII: Regreso inesperado

Mensaje por Nínive »

Está muy bien escrito. Se lee facilmente, y el argumento lleva mucho trabajo detrás.
Sin embargo, me falta cierta chispa en la narración. Hay partes en las que parece que estás leyendo un libro de historia, y se podrían haber contado de otra forma, una en la que los protagonistas nos transmitieran más sus sentimientos ante la guerra.
Buen trabajo :60:
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Gavalia
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Re: CPVII: Regreso inesperado

Mensaje por Gavalia »

REGRESO INESPERADO Me ha gustado bastante. Me ha recordado novelas que hace tiempo leí donde los chicos de la Raf las pasaban canutas. Creo que está bien escrita y te has documentado bien tanto en ambientación como en sucesos históricos. El toque sobrenatural en una historia de éste tipo, siempre deja un saborcillo sentimental que en algunos casos la puede empeorar, peromcreo que en tunrelato no es elmcaso. Así que enhorabuena y gracias compañer@
En paz descanses, amigo.
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kassiopea
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Re: CPVII: Regreso inesperado

Mensaje por kassiopea »

Me ha gustado mucho. Un relato excelentemente documentado y bien escrito. Es cierto que he visto algún error de puntuación, pero sin demasiada importancia. A mí no me ha parecido para nada frío. Al contrario, pienso que los sentimientos de los protagonistas están perfectamente reflejados: amor, pasión, esperanza, temor, angustia... ¡He sufrido con Beth y he llegado a sentir la potencia del caza Spitfire! También quiero destacar que, durante la descripción del encuentro sexual, se haya utilizado la metáfora de despegar con el avión y volar... Muy gráfico, tierno y hermoso.
El giro final es desgarrador y se me antoja muy bien trabado (el parte médico es la prueba de que Henry realmente estuvo allí, despidiéndose de su amada). Muy buen trabajo :eusa_clap:

Mi enhorabuena y un fuerte abrazo :60: :60:
De tus decisiones dependerá tu destino.


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Re: CPVII: Regreso inesperado

Mensaje por joserc »

Empieza la historia, toma un ritmo y de repente una escena de sexo puro y duro. Para mi gusto creo que no está en el lugar adecuado, es decir pasamos de narrar hechos generales sobre al vida de alguien a algo demasiado concreto y muy de repente. No sé, es impresión mía. Quizá narrar la misma escena pero sin tantos detalles hubiera sido mejor.

Sigo leyendo y veo que se vuelven a intercalar las escenas de sexo explícito. No acabo de verlas bien colocadas pero repito que es solo mi gusto personal.

La historia está bien contada y, a mi modo de ver, documentada, sin embargo, me parece haberla visto antes en muchas películas.

Entiendo que es su fantasma con el que se acostó finalmente ?

Gracias por el relato.
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Lifen
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Re: CPVII: Regreso inesperado

Mensaje por Lifen »

De entrada ya voy a decir que lo siento mucho que es un argumento que me gusta pero... es que he leído hace nada de tiempo unas escenas parecidas en un libro y la comparación ha sido inevitable.

Y me sabe mal porque creo que el relato no lo merece ya que está bien escrito y trabajado y también supongo que bien documentado. Y los protagonistas me han convencido plenamente, solamente, como a Jose, me sobran esas escenas tan explícitas de sexo que creo que no aportan nada a la narración. Pero es una opinión personal, por supuesto.
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Arwen_77
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Re: CPVII: Regreso inesperado

Mensaje por Arwen_77 »

Historia muy romántica con toque paranormal. Me gusta mucho la relación entre el vuelo y los orgasmos (yo siempre he sido muy de aviones je,je).
No obstante, el relato, que formalmente me parece muy correcto, es frío. No llego a empatizar del todo con los perfectísimos (son todos buenos) personajes.
No está nada mal y tiene una dificultad añadida por la documentación histórica. Enhorabuena al autor.

¡Ah! El ambiente de pilotos militares en esa época me ha recordado a Duelo de águilas, una excelente novela de un autor que antes se pasaba mucho por el foro, Antonio Ruibérriz.

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shirabonita
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Re: CPVII: Regreso inesperado

Mensaje por shirabonita »

Me parece un correcto relato en cuanto a la forma y se ve que hay un buen trabajo de documentación histórica, detrás de la trama que cuenta.
Lo que más me ha gustado es la parte "paranormal", el hecho de que Henry fuera a visitar a Beth justo después de su muerte. Eso es precisamente el detalle más romántico de la historia, en mi opinión. Y también me ha gustado la relación entre el sexo y la sensación de volar.
La pega que le veo es que le sobra un poco de "metraje".
Por lo demás, pienso que es un trabajo muy bueno.
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Ororo
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Re: CPVII: Regreso inesperado

Mensaje por Ororo »

Voy a repetir lo que otros ya han escrito sobre este relato:
Está bien escrito y ambientado, pero a los personajes les falta alma. Yo tampoco he sentido lo que sienten ellos.
Se han criticado los encuentros sexuales. Imagino que los del principio del relato son para hacernos una idea de su pasión para, luego, justificar el encuentro fantasmal. No me han molestado tanto. Quizá algo más romántico y menos explícito habría quedado más acorde con la historia.
Además, por el título y por el soplo -que resulta poco creíble como excusa para librarse en tiempos de guerra- predije que iba a ser una aparición. Y acerté, lo que le resta emoción.
En fin. Bien escrito y buena idea, pero falta transmitir esa gran pasión.
:D
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