Cría cuervos... - kassiopea

Relatos que optan al premio popular del concurso.

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lucia
Cruela de vil
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Cría cuervos... - kassiopea

Mensaje por lucia »

Cría cuervos...




Abrí los ojos en la oscuridad, sobresaltado. Mientras dormía, algo nuevo había empezado a latir dentro de mí. Me incorporé de un salto. Agucé el oído y olisqueé el aire. Inspeccioné mi habitáculo. Nada. Todo parecía normal, cotidiano. Pero no, yo lo sentía en mi interior: algo había cambiado.

Ésta fue la primera vez que tuve conciencia de la llamada.

Las paredes de aquella casa, que se me antojaron tan acogedoras en un pasado no tan lejano, comenzaron a inclinarse sobre mí. Me asaltaron sensaciones e impresiones hasta entonces desconocidas: ¡me sentí atrapado!, ¡no era más que un prisionero en una jaula dorada! Una inquietud palpable y un extraño frenesí se apoderaron de mí.

Al tercer día, absolutamente incapaz de obviar las revelaciones que ponían patas arriba mi confortable existencia anterior, escapé. Corrí eufórico, hasta el punto de quedar sin aliento, por calles atestadas y zonas pulcramente ajardinadas. Husmeé entre los parterres alineados y tomé una flor con forma de mariposa; ¡descubrí que era de plástico! Reanudé mi carrera en cuanto la alarma sonó. Vislumbré expresiones de censura a mi alrededor. Sin embargo, tan pletórico me sentía que apenas advertí la contaminación que, como una nube densa y oscura, rodeaba toda la urbe.

¡Era libre! ¿Por qué nunca antes me importó no serlo?

Y ahora, un nuevo mundo se abría ante mí...

Crucé la calzada sin mirar y me rodeó un coro de bocinazos estridentes. Hubo un frenazo. El olor a goma quemada impregnó mis fosas nasales. Una de aquellas máquinas infernales se detuvo a pocos centímetros de mí. ¿Cómo era posible que continuaran fabricándolas? ¡No hacían más que fomentar la polución!

Luego, mientras escapaba sin resuello calle abajo, la escuché por vez primera dentro de mi cabeza: “Ten cuidado, debes sobrevivir”, me dijo. Y, aunque ella se expresaba sin palabras, la comprendí a la perfección. Y obedecí.

Así fue cómo ella, la que me llamaba, guió mis pasos hacia el Norte de la ciudad.

En mi peregrinar me crucé con muchos otros cuyo destino era idéntico al mío. Nos reconocíamos de inmediato por la férrea determinación que asomaba en nuestras miradas. No obstante, aunque nos complacía hacernos compañía durante un trecho del camino, avanzábamos la mayor parte del tiempo en solitario. No debíamos levantar sospechas, ella nos lo había advertido.

La primera noche dormí acurrucado entre los escombros de una antigua casa recién derribada. En aquel lugar construirían pronto otro rascacielos-jardín, sin duda tan flamante como monstruoso, reflejo de la voraz soberbia del hombre.

El segundo día me interné en la red de túneles que atravesaban la urbe, por los que circulaban los vehículos de mayor tonelaje. El aire estaba ahí abajo, irónicamente, menos viciado que en la superficie. Atento en todo momento al pulso magnético de la llamada, me orienté con facilidad. Tras varias horas de rápido avance por el subsuelo, salí de nuevo al exterior. Ante mí divisé los oscuros contornos del río... triste vestigio de lo que fue en el pasado.

Me detuve durante un tiempo indefinido, profundamente conmovido por la desolación del paisaje. Aquel lugar que había sido surcado por aguas puras e impetuosas, no era ahora más que un hilo de agua fangosa. Había inmundicia por doquier, amontonándose sobre todo en ambas orillas. Los pocos árboles que bordeaban el cauce estaban medio muertos, envenenados, exhaustos. El cielo plomizo, tan denso que ocultaba el sol y las estrellas, contribuyó a despertar en mí una terrible sensación de abatimiento.

Pero me dirigí al puente y, decidido, lo crucé. Pues lo sentía... ¡ya estaba cerca!

Alcancé mi destino al atardecer. Cerca del enorme vertedero, en las afueras de la urbe, nos encontramos. En cuanto llegué allí, un campo salpicado de amapolas y delimitado por viejos olivos, la llamada cesó. Todos nos observamos, expectantes, emocionados. Enseguida nos embargó un profundo sentimiento de hermandad, una intensa sensación de plenitud que nunca antes llegamos siquiera a soñar.

Éramos multitud. Multitud de razas, de muy dispares ascendencias y procedencias. Y, sin embargo, éramos uno. Me sentí conectado con todos y con todo.

Entonces, la tierra tembló debajo de nosotros.

Una tenue vibración comenzó a recorrer nuestros cuerpos y, aunque momentos antes no se movía ni una hoja en los árboles, un cálido viento nos envolvió de repente. Las retorcidas ramas de los olivos empezaron a agitarse, como fornidos centinelas desperezándose, y el viento ululó a su alrededor. Un cuervo, en lo alto, graznó.

Luego, cuando el astro rey se escondía ya tras el inflamado horizonte, se abrieron las nubes plomizas que habían estado cubriendo nuestras cabezas. Unos postreros rayos del sol nos alcanzaron y arrancaron destellos de plata a la hojarasca que, volando y arremolinándose sin parar, parecía danzar, jubilosa, por toda la explanada.

En ningún momento nos inquietamos, pues ella comenzó a hablarnos. Nos explicó por qué nos había atraído hacia aquel lugar de reunión. Nos informó sobre cuál era nuestra misión. Y nos aseguró que, como nosotros, en aquel mismo instante, muchos otros empezaban a movilizarse por todo el planeta...

La escuchamos con plena atención.


*******


La mañana siguiente emprendimos el camino de vuelta. Cada uno de nosotros tenía su particular destino, pero ella, en nuestro fuero interno, nos acompañaba a todos. Sabernos útiles, tener conciencia de que formábamos parte de tan importante plan, nos daba una inquebrantable resolución y nos llenaba de esperanza. Sí, esperanza, pues ahora sabíamos que en verdad era posible un futuro mejor.

Realicé el viaje de regreso en tiempo récord. Estaba impaciente por llegar y, al fin, actuar. No obstante, sentí una punzada de indecisión en cuanto divisé la silueta de la casa que en el pasado me albergó. Sin embargo, me dije, nunca llegó a ser un hogar verdadero. Tomé asiento en el último escalón y, pacientemente, clavé mi mirada en la puerta. Esperé.

Al cabo de un rato, aquella puerta se abrió. Al verme, sus pupilas se dilataron y él se detuvo bajo el umbral, estático. Los labios se le entreabrieron y dejaron escapar una exclamación de asombro. En aquellos instantes deseé advertir en él algún asomo, por pequeño que fuese, de alegría genuina, pero aquellos labios se cerraron y contrajeron, conformando finalmente un hosco y desdeñoso gesto.

—¿De dónde sales tú ahora? —me increpó, echando fuego por los ojos y apuntándome con un dedo— Te largaste, ¿no? ¡Pues ya puedes marcharte de nuevo!

No, ni siquiera había esperado mi regreso...

—¡Maldito estúpido desagradecido! —seguía reprendiéndome, regodeándose en ello.

Gruñí, tan enfadado como dolido, y le mostré amenazadoramente los dientes. Unas gotas de saliva se me escaparon mientras él continuaba voceando. Entonces, más que dispuesto a cumplir con el cometido que me había sido encomendado, y justo cuando él se disponía a patearme, salté.

Quedó tan sorprendido que ni siquiera gritó. Cayó de espaldas al suelo, perplejo, indefenso. Y es que difícilmente podría haber eludido el ataque inesperado de un pastor alemán de cuarenta kilos como era yo. Encaramado sobre su pecho, hundí los dientes en su cuello y le desgarré fácilmente la garganta.

El suelo del recibidor se cubrió de escarlata. Le contemplé todavía durante unos instantes, mientras se asfixiaba con su propia sangre.

Cuando todo hubo terminado, me alejé calle abajo. Quedaba mucho trabajo por delante. En mis adentros, dándonos instrucciones, siempre vigilante, la escuché de nuevo:

“Recordad: agruparos cuando lo creáis necesario y actuad rápido, antes de que adviertan siquiera qué está pasando. El factor sorpresa será vuestro mayor aliado.

Ellos se lo han buscado, no debéis dudarlo. Han demostrado ser una plaga inmunda que arrasa y destruye por dondequiera que pasa. ¡Deben ser aplastados! Tenemos que aniquilarlos sin piedad si queremos sobrevivir... Porque, hijos míos, os lo aseguro: ésta es una cuestión de supervivencia.”


*******



Así fue cómo Gaia, la madre Tierra, declaró la guerra al hombre e inició, con la ayuda del resto de sus criaturas, la limpieza que daría comienzo a una nueva era.
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Si cedes una libertad por egoísmo, acabarás perdiéndolas todas.

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ciro
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Re: Cría cuervos...

Mensaje por ciro »

No está mal, aunque equipara un poco espureamente la inteligencia animal a la humana. Incluso que el propio perro sea quien hace el relato en primera persona, es un poco forzado. Buen relato de todas maneras.
La forma segura de ser infeliz es buscar permanentemente la felicidad
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Topito
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Re: Cría cuervos...

Mensaje por Topito »

La idea me ha gustado, aunque el final no me ha llegado a convencer del todo. La ambientación del principio, mientras el protagonista caminaba hacia el encuentro de la madre, me ha gustado. Sin embargo, al llegar al final de la historia no me llega a convencer. Y claro esta es subjetivo, una apreciación personal. Es el pequeño fallo que le veo.

De todas formas lo he disfrutado y doy la enhorabuena al autor/a.
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Gisso
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Re: Cría cuervos...

Mensaje por Gisso »

Opinión personal:

Vamos a ver, el relato no está mal, aunque no me ha llegado sorprender, ya que se da entender que los que se reúnen son alguna clase de animales (bueno, más bien “muchas clases”) y no humanos. Aun así, no había pensado en un perro y menos, para qué era esa reunión. Pero la línea que separa la ciencia-ficción y la fantasía en este relato es muy fina: necesito que se me explique como la Madre Tierra, Gaia, coge conciencia sobre sí misma y no convertirla en un espíritu. Por otro lado, ¿por qué se reúnen si luego pueden escuchar su voz desde cualquier lado? Quitando de estas dudas que tengo, el relato es bastante ameno con un buen final.

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Nínive
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Re: Cría cuervos...

Mensaje por Nínive »

¡Pobre humanidad!
Yo sí hubiera estado preocupada si mi Jara hubiera pasado la noche fuera de casa. ¿Ella no me salvaría?
Algo sospechaba ya en el principio cuando el protagonista cruza la carretera. Tanto husmear....
El final un tanto abrupto, quizá. Dejar entrever algo más la masacre no hubiese estado mal.
Entretenido.
Enhorabuena por el relato, compañero. :60:
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Bagrar
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Re: Cría cuervos...

Mensaje por Bagrar »

Este relato lo considero más de género fantástico que de ciencia ficción. Está bien escrito, interesante y con buen ritmo, aunque le falta misterio, mucho misterio. Quizás con un giro en la historia más sorprendente me habría llegado al corazón.

PD. Ahora veo a mi perro con otros ojos :lol:
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Isma
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Re: Cría cuervos...

Mensaje por Isma »

Un relato de estilo apocalíptico muy bien narrado, que mantiene una intriga mística hasta el final. Me gusta, aunque me pregunto ¿por qué sólo los perros responden a la llamada de Gaia? ¿No deberían responder también los pájaros, los árboles, los animales acuáticos? Por lo demás me ha gustado.
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Pseudoabulafia
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Re: Cría cuervos...

Mensaje por Pseudoabulafia »

Me ha parecido bastante ameno y fácil de leer.
La historia creo que está bastante bien contada, aunque reconozco que no es mi tipo de lecturas preferido, y probablemente por eso no ha acabado de convencerme. :roll:
El final a mí si que me ha sorprendido y no me lo esperaba.

Con el detalle de los neumáticos al principio me ha hecho pensar que la sociedad había tomado de alguna forma una nueva prohibición contra el uso de vehículos:
El olor a goma quemada impregnó mis fosas nasales. Una de aquellas máquinas infernales se detuvo a pocos centímetros de mí. ¿Cómo era posible que continuaran fabricándolas? ¡No hacían más que fomentar la polución!
Sin embargo, ahora que conozco el final no me cuadra demasiado. ¿Cómo puede ser un perro consciente del proceso industrial de fabricación? ¿Es el perro consciente de el significado de polución y de la relación causa-efecto con los coches?

Creo que eso contribuye al hecho de que yo haya pensado que sería un ser humano, pero como no hay más explicación posterior de la conciencia del perro, creo que es un poco engaño. :roll:
Última edición por Pseudoabulafia el 18 Oct 2012 10:24, editado 1 vez en total.
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Dori25
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Re: Cría cuervos...

Mensaje por Dori25 »

Es que a mi lo de los perros asesinos y más si son pastores alemanes con lo buenos que son no me gusta :comp punch:
Además de que el principio con el perrito corriendo y buscando el lugar de la llamada se me ha hecho un poco lento.
Las frases cortas contribuyen a la rapidez de la acción eso sin duda.
Creo que en este relato me dejo llevar demasiado por mi amor a la raza canina.
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Ororo
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Re: Cría cuervos...

Mensaje por Ororo »

Ahhh... conmigo has jugado al despiste, autor! El título me ha confundido y, nada más comenzarlo, he pensado que el protagonista sufría una mutación de hombre a cuervo! :lol:
Me ha gustado bastante el argumento y la forma contundente, clara, concisa llevarlo. Ha despertado mi interés y lo ha mantenido durante todo el tiempo. Eso es muy bueno.
Eso sí, la temática no es muy de ciencia ficción ¿no? Yo pensaba que iban a ser abducidos o algo así y, aunque lo conciso y contundente tiene su punto positivo, también me habría gustado saber algo más sobre el asunto.
En general, un relato contundente y original.
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joserc
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Re: Cría cuervos...

Mensaje por joserc »

Este no lo considero de ciencia-ficción. No me ha llegado mucho y se me ha hecho un poco largo.

Gracias por compartirlo.
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Estrella de mar
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Re: Cría cuervos...

Mensaje por Estrella de mar »

Me ha gustado mucho. La idea es muy original, a mi modo de ver. Yo me he papao que era una persona. :lol: El tema de Gaia y la llamada es lo que más me ha gustado. :P También es de valorar que está bien escrito. En cuanto a lo que preguntáis de por qué sólo el perro, yo he entendido que son todas las criaturas. :roll: Pero en este caso nos narra la llegada a la reunión del perrete germano. :boese040: Bueno, eso es lo que me ha llegado a mí, que puedo estar completamente wrong. :lol:
Ahora bien, yo lo veo más susceptible de ser catalogado como Fantasía que de Ci-fi. :roll: Pero también es verdad que yo no entiendo ni papa de Ci-fi. :cunao:
El título me gusta, es de ésos que entiendes al final. :P
Enhorabuena, compañerit@. :402:
Autor/a: gracias por enseñarnos un trocito de tu alma literaria. Gaia te estará muy agradecida. :lol:
Por un cachito de la mar de Cai les cambio el cielo que han prometío.
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elultimo
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Re: Cría cuervos...

Mensaje por elultimo »

Este es de los que me ha gustado (ya era hora que hoy dijera algo bueno :( ). El único "pero" que le pongo es que el autor personifica demasiado al personaje (entiendo que para ocultar la verdadera naturaleza del protagonista) y debido a eso el final queda un poco incoherente, pero por todo lo demás bastante bien. Que esté contado en primera persona lo considero un acierto.
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Shimoda
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Re: Cría cuervos...

Mensaje por Shimoda »

Me parece un relato impecable, original, ameno y de fácil lectura. El final, excelente. Pasa a mi lista de favoritos.
Cariños y :60:
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David P. González
Pesadilla
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Re: Cría cuervos...

Mensaje por David P. González »

Está bien escrito y es entretenido, pero se nos presenta a buenos y malos, y no tengo claro que los buenos sean tan buenos, y los malos tan malos.
La única alusión al mitovo por el que hay que exterminar a los humanos es esta: Ellos se lo han buscado, no debéis dudarlo. Han demostrado ser una plaga inmunda que arrasa y destruye por dondequiera que pasa. ¡Deben ser aplastados! Tenemos que aniquilarlos sin piedad si queremos sobrevivir... Porque, hijos míos, os lo aseguro: ésta es una cuestión de supervivencia.” Bueno, es una razón, pero, ¿no podría ser ese el discurso de Hitler refiriéndose a los judíos? No se citan hechos que apoyen tal argumento, lo que hace parecer a Gaia como Genocida.
Mejorando ese punto, el relato ganaría mucho.
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