Condena - Bagrar

Relatos que optan al premio popular del concurso.

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lucia
Cruela de vil
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Condena - Bagrar

Mensaje por lucia »

CONDENA



El grupo corría despavorido en todas direcciones. La bestia salvaje avanzaba en grandes zancadas sorteando obstáculos imposibles con una facilidad pasmosa. Su rugido surcaba el aire y era transportado por el viento varias millas en la lejanía. Los homínidos corrían asustados en un desorden improvisado, con los ojos desorbitados y cada uno de sus músculos en acentuada tensión. Las madres cargaban con sus crías, los machos tropezaban entre ellos mientras enseñaban sus colmillos peleando por escapar. Los ancianos y los más jóvenes eran las víctimas ideales. Los heridos y los enfermos tenían aprobadas sus sentencias.

En el espesor de la sabana de una pretérita Tierra los depredadores felinos se reunían en manada al ver la oportunidad de un buen banquete. Algunos de los fugitivos se subieron a los árboles, otros corrieron hasta lo alto de montículos buscando la protección de las alturas. Los gritos y aullidos se escuchaban desde todas partes, y eso no hacía más que llamar la atención de otros animales. Los dientes de sable se lamían los labios en una segregación salival hambrienta que provocaba espasmos en sus vacíos estómagos. Tres homínidos ya habían caído debajo de sus garras y no serían los únicos. Una masacre parecía estar a punto de cobrar forma.

Entonces uno de los hombres mono del grupo dejó de huir. Observaba ajeno a la matanza que le rodeaba una piedra tirada en el suelo. La agarró con su mano como si fuera la primera vez que lo hiciera y volvió a contemplarla con tremenda fascinación. Apartó su abstracto pensamiento para ver a la fiera que se acercaba desbocada con los colmillos por delante. Miró la piedra, volvió a mirar a la bestia. Y entonces lo hizo. Lanzó la piedra hacia el animal con todas sus fuerzas aunque con escasa precisión. Esta vez tuvo suerte, la suerte necesaria para cambiar el destino de su raza. La piedra impactó de lleno en el animal y éste reaccionó con el dolor del miedo. El homínido abrió la boca sorprendido y repitió la acción. Al poco tiempo una lluvia de piedras caía encima de los animales. Estos tuvieron que huir asustados por el sorprendente devenir de los acontecimientos. El grupo había sido salvado y una puerta se abría a su supervivencia.

El holograma se quedó en blanco. Una brillante luz insulsa ocupaba el recinto sin esquinas ni ángulos apreciables. Un sonido melancólico acompañaba a la imagen para extinguirse a continuación. A los pocos segundos la imagen se transformó y dio lugar a una nueva escena.

El homínido protegía con su cuerpo la débil llama. El frío y la humedad impregnaban la caverna, aunque ya estaba acostumbrado a ello, y agudizaban el dolor que le provocaba el reuma crónico que siempre le acompañaría. Sus bufidos retumbaban en las paredes calcáreas, perdiéndose el eco hasta el corazón más profundo de la cavidad. La oscuridad sería absoluta si no fuese por el baile hipnótico que el fuego propiciaba a sus espectadores amontonados buscando compañía.

Comenzó a soplar sobre el tizón hasta reanimar la llama. Luego le añadió ramiza y madera seca hasta que tuvo más brasas que humo y suficiente calor. Algo parecido a una sonrisa de placer asomó en los labios del hombre mono. No comprendía los motivos ni la naturaleza del fuego que cuidaba, pero sí había aprendido a crearlo. Se sentía mejor cerca de la hoguera. Le daba calidez, compañía. Sus miedos primitivos retrocedían dos pasos y alejaba a los sorprendidos depredadores que merodeaban constantemente al acecho de comida.

Se rascaba la cabeza con severa dedicación, limpiándose la suciedad como bien podía. Hoy tenía hambre, al igual que ayer, pero no podía quejarse. Su situación había mejorado sustancialmente desde que había dominado el fuego. Hoy podría dormir algo más tranquilo. Él y los suyos tenían futuro, una nueva ventana por la que poder respirar.

Un nuevo fogonazo ocupó la sala. Los ojos de la audiencia quedaron momentáneamente cegados. Una de las criaturas reaccionó moviendo sus doce tentáculos hacia delante en un gesto instintivo. Las ventosas de su compañero se contrajeron e incluso alguien lanzó un agudo siseo que molestó a la mayoría de los allí presentes.

La pantalla se deformó hasta crear una nueva imagen en tres dimensiones. Las figuras de la escena se formaban lentamente hasta que se inició un nuevo capítulo que nadie quería perderse.

El hombre primitivo untaba sus dedos con los extraños óleos que la naturaleza le proporcionaba. Sangre fresca, arcilla mojada y otros tintes del subsuelo formaban, poco a poco, familiares figuras. La cueva se mostraba cálida y confortable, bien iluminada por una vigorosa hoguera. Otros cinco individuos dedicaban su tiempo a rascarse entre ellos, unir lazos afectivos. Poco a poco el primer artista plasmaba sus vivencias en el lienzo de roca dura. Afuera hacía frío.

La imagen se difuminó lentamente en una progresión cromática iniciada en el amarillo y terminada en tonos azulados. Todo se transformaba ante el millar de ojos de la sala. La imagen situaba la escena no ya en la cueva sino en campo llano. El homínido era entonces todo un hombre, ataviado con ropajes y erguido sobre una tosca herramienta. Rascaba el suelo y cultivaba por primera vez los frutos de su dedicación. La agricultura era un nuevo éxito para su especie, un nuevo paso en la carrera por la supervivencia. Ya no caminaba buscando climas apropiados, ahora se asentaba en un lugar escogido por su mano y echaba raíces. El grupo se convirtió en tribu, y la tribu en pueblo. Gracias al duro trabajo consiguieron perpetuar la ingesta de alimentos hasta límites insospechados. Existía el hambre, pero no la inanición. La edad de los metales cobraba renovado vigor y los cultos religiosos nacían para favorecer al poderoso. Las relaciones sociales se complicaban y el humano, lenta pero gradualmente se separaba en hombre y mujer. Los depredadores que miles de años atrás perseguían al homínido, ahora lo temían.

Las conversaciones telepáticas entre el centenar de miembros del consejo se sucedían en un plano mental confuso y caótico. El representante de la civilización tikk movía su cola bífida en círculos cerrados, señal inequívoca de impaciencia. El ryumiliano gruñía desde lo más profundo de sus tres pulmones, aunque su pensamiento sonaba pacífico y conciliador. Los gemelos arkkianos, unidos entre sí por el típico apéndice discoidal, renegaban de las pruebas ofrecidas hasta ahora, y consideraban que ya era necesario pronunciarse. Una cuarta parte de la asamblea de civilizaciones consideraba suficientes los hechos. Sin embargo, el wesperiano insistía en proseguir con la exposición de los hechos. Su rostro plateado semejante al de un ave rapaz era de los más bellos de la sala, aunque lo que realmente importaba era su condición de miembro de una de las razas más antiguas de todo el universo. Muchos aprobaban la propuesta del wesperiano, aunque la disconformidad del kha’jin, un ser alado y de tres metros de alto, prometía que la reunión sería larga.

La pantalla se volvió de un color violeta. Transcurrieron varios segundos sin que sucediera nada, aunque el silencio de los oyentes tanto física como en el pensamiento era total. Sólo el heraldo de la civilización tikk protestaba como era costumbre en los de su especie. Poco a poco la imagen cobraba forma y era entonces cuando aparecía en la sala el esplendor de las civilizaciones babilónicas, egipcias, fenicias, griegas y finalmente los imperios de Alejandro Magno y el Imperio Romano. Obras colosales se levantaban por todo el continente para realzar los éxitos obtenidos por cada uno de sus pueblos. Guerras y más guerras se desencadenaban en los viejos continentes. Derrotados y vencidos hincaban la rodilla ante el vencedor. La sangre teñía los prados con su color bermejo y la desgracia y el fuego arrasaban tras las fronteras. Los pacíficos ulois no podían evitar temblar sus antenas insectívoras al contemplar la barbarie de la raza humana, capaz de cometer los peores tormentos a sus propios hermanos. Los desagradables buikaki vomitaban sus larvas intestinales en señal inequívoca de desaprobar la conducta de los juzgados. Pero también existía agrado entre los elementales fui’su, espíritus de luz que comprendían la maravillosa capacidad del hombre por abrazar la filosofía clásica así como sus primeros pasos en el conocimiento universal de la Verdad.

Las imágenes avanzaban a toda prisa. El retraso de la edad media (para los babhilianos era todo un avance), la caída de los últimos restos del imperio romano, el feudalismo hermético, la peste negra, la expansión musulmana y el descubrimiento del Nuevo Mundo sucedían como si fueran diapositivas. Unos asentían, otros se contradecían en sus propias palabras. La discordia renacía de las pruebas. No hubo acuerdo de momento.

Más imágenes holográficas. El nacimiento de la imprenta abría la posibilidad de expandir el conocimiento. El descubrimiento por parte de un hombre llamado Galileo hizo que el hombre se diera cuenta que ya no era el centro del universo. Los avances en la ciencia, en la medicina, en la física y en la química pero también en la literatura, en el arte, en la abstracción y el pensamiento, en las inquietudes sociales y personales, en la revolución y el inconformismo provocaban escalofríos de éxtasis entre los excepcionales mokais, criaturas más cercanas a la energía pura que a la perecedera materia. Éstos se elevaban por encima del resto de la asamblea gracias a su capacidad de levitación y brillaban con una intensidad inocua que expresaba su entusiasmo. Aplaudían como sólo ellos sabían aplaudir y exacerbaban el ánimo de sus simpatizantes.

La penúltima imagen surgió en el vacío de la sala. La guerra volvía nuevamente, esta vez con instrumentos mecanizados, más sofisticados y terribles. El hombre había aprendido a surcar los cielos para lanzar desde los aires bombas de muerte. Vehículos acorazados lanzaban su artillería en un intento de ampliar fronteras. La primera y la segunda gran guerra impregnaban la retina de todas las razas del universo. La película terminó con un gigantesco hongo elevarse hasta los cielos. Todos sin excepción guardaban silencio. Algunos incluso sintieron dolor. Ni siquiera el optimista wesperiano era capaz de pronunciarse sin tomar un respiro largo y pausado.

Un haz de luz sorprendió a la audiencia en su silencio mental. La figura de un humano se levantaba erguida en la tarima. Todas las criaturas allí reunidas le observaban con sentimientos opuestos, ocultos e indescifrables. Éste era incapaz de escuchar sus pensamientos, sólo notaba el grito del silencio, la comunicación invisible y el intercambio de blancas opiniones. No entendía que estaba sucediendo. Ni siquiera estaba convencido de seguir cuerdo ante tanta locura. Sin embargo no sentía más miedo que curiosidad. El humano observaba a los seres con atención y repulsa, pero también con una brillante fascinación.

El wesperiano se acercó con un andar oscilante que anticipaba el fin de la reunión. Acercó uno de sus tentáculos plateados e inmediatamente el humano sintió una paz duradera y una tristeza incuestionable. La criatura entró en su mente y le hizo comprender la gravedad del asunto. La especie humana había sido sentenciada por sus crímenes, por su capacidad de autodestrucción y por su evidente amenaza hacia el resto del universo. Una especie como la suya podía contagiar al resto de la vida con las enfermedades del odio, el racismo, la indiferencia, la codicia y la soledad, sentimientos sobradamente conocidos pero ajenos para la inmensa mayoría de las especies. Ni siquiera los legendarios gygalianos escapaban a esa amenaza. La condena había sido proclamada casi por unanimidad. Sólo el wesperiano se había negado a la sentencia.

El hombre observaba las estrellas desde su prisión. No sabía donde estaba aunque eso ya no le importaba. Su destino carecía de importancia pues la decisión ya había sido tomada. La raza humana sería marginada para siempre del resto de seres vivos, aislada en su propio mundo a la espera de suicidarse en su endémica locura. Incomprendidos, ignorados u olvidados, que más daba si al fin y al cabo siempre estarían solos.

Por instinto o por casualidad acercó la mano a uno de sus bolsillos. En su interior encontró algo inesperado. Una piedra tan grande como su puño aguardaba el momento. El humano observaba atentamente el centenar de rostros extraterrestres que se amontonaban delante de él, criaturas tan diferentes como desconocidas. Depredadores al fin y al cabo que se abalanzaban contra el indefenso homínido para probar sus carnes. Si un individuo de su especie fue el primero en tirar la piedra contra los hambrientos felinos hacía ya miles de años cambiando la historia de la humanidad, él era posiblemente el último de su especie con el valor suficiente para volver a hacerlo. Allí los tenía, dictando sentencia sin tener en consideración que cada uno era dueño de su destino. Si, sería él quien lanzaría la última piedra.
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ciro
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Re: CONDENA

Mensaje por ciro »

Demasiado moralista para mi gusto, aunque bien escrito. Enhorabuena por lo último.
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Pseudoabulafia
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Re: CONDENA

Mensaje por Pseudoabulafia »

Me gusta como está escrito aunque la idea no es nueva y al menos se me viene a la cabeza un relato muy parecido.

No me gusta el hecho de que salvo la primera pedrada, en defensa propia, parece que el hombre no hubiese cometido ningún acto violento ni hubiese sufrido hambre hasta el siglo XX. :roll:

El último párrafo sí que me ha sorprendido. :cunao:
Y no deja de dar la razón a las razas que votan por la no admisión de los humanos. No tanto por la pedrada sino porque el ser humano no haya sido capaz de encontrar un representante menos irascible.

Pero para ser sinceros, me cuesta suponer el mismo caso con el delegado de un país que quisiese entrar en la ONU y se liase a pedradas cuando se lo deniegan. :roll:
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Saber
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Re: CONDENA

Mensaje por Saber »

Me ha gustado. Es extraño porque me costó un poco meterme en el relato, pero luego lo disfruté. Me pareció original (quizás porque no leo mucho sobre el género), y el final me sacó una sonrisa.

Me llamó la atención ese temor de los extraterrestres a ser enfermados por el odio, etc... porque como dicen en la guerra de las galaxias (?) el temor lleva al odio...

Dejando eso a un lado, hay oraciones que podrían acortarse sin que el relato perdiera, o incluso haciéndole ganar calidad.

Normalmente... colocar un adjetivo antes y otro después del sustantivo, no se ve muy natural.


Una brillante luz insulsa

Tengo la sensación, a lo mejor equivocadamente... de que a algunas oraciones les vendría bien una coma, y un "el cual", "los cuales", "quienes", etc...


La oscuridad sería absoluta si no fuese por el baile hipnótico que el fuego propiciaba a sus espectadores, los cuales se amontonaban buscando compañía.

Pd: No soy corrector de estilo xD... de modo que toma con precaución mis consejos.
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Nínive
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Re: Condena

Mensaje por Nínive »

Cosas que me han chirriado un poco:
¿Qué va a hacer el humano con una piedra? pues vaya ataque contundente....Y por cierto, ¿qué hace el humano en el juicio?¿Ser el representante de toda la especie? :dragon:
En fin, que el argumento no me resulta muy original, y que creo que la historia habría ganado más contada de otra manera. Empieza muy lento, y luego se saltan muy de prisa resoluciones importantes en la trama.
También hay alguna repetición de palabras que resulta molesta al leerlo.
Por lo demás, enhorabuena por el relato, compañero. :60:
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elultimo
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Re: Condena

Mensaje por elultimo »

Me ha gustado la conexión principio-fin, el rollo "la historia siempre se ¿repite?" (nunca lo sabremos) y todo eso, pero ya. Me parece que le da demasiadas vueltas al tema de la evolución humana, sin darnos ninguna pista de a donde nos va a llevar todo eso hasta que descubrimos que una panda de extraterrestres están juzgano a la humanidad por ¿evolucionar?. No sé, me pierdo muchas cosas...
Gisso
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Re: Condena

Mensaje por Gisso »

Opinión personal:

Tenemos un repaso a la historia de la humanidad, junto a buena imaginación para crear otros seres y ser juzgados por ellos por nuestros “pecados”. El mensaje está claro, pero lo veo carente de fuerza. Sí son seres justos y bondadosos en paz entre sus culturas ¿no tendrían la opción de intentar llevarnos por el buen camino? Lo dejan por perdido siquiera antes de intentarlo... Pero bueno, somos una raza con instinto depredador y tendencia a la autodestrucción :roll: .

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Emisario
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Re: Condena

Mensaje por Emisario »

Interesante, me entretuve bastante, alguna incoherencia temporal menor, idea original, me gusta la idea del juicio que hacen todas las otras razas. No lo veo moralista, lo veo explicando una situación totalitarista, de abuso, de seres engreídos. Después de todo, ¿acaso las otras especies nacieron perfectas? ¿No cometieron errores, no sufrieron caídas, no tuvieron la oportunidad de levantarse? Como decía la vaca de aquel relato: ¡Yo creo que no!

¡Claro que no! El mismo polvo de estrellas, de explosiones de novas, les creó a ellos y a nosotros.
Felicidades al autor/a. Buena imaginación.
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David P. González
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Re: Condena

Mensaje por David P. González »

A mí me ha gustado mucho. Bien escrito, bien ambientado y fácil de leer.
Sobre la historia que nos está contando, se me ocurre una pregunta: ¿este relato no es un hecho real?, quiero decir que no hemos encontrado vida más allá de nuestro planeta, y eso es más difícil que encontrarla. ¿No estaremos cumpliendo condena, aquí, solitos?

Esta frase sin embargo me desconcierta: "Allí los tenía, dictando sentencia sin tener en consideración que cada uno era dueño de su destino." Bueno, en eso estoy de acuerdo, pero supongo que si lo que has decidido hacer con tu destino afecta al destino de otro, en contra de lo que éste ha decidido hacer con el suyo, tendrá algo que decir ¿no? (no sé si me he explicado bien XD). Para mí esa frase, junto con su concepto, sobraría.

Y algo que no me pasa desapercibido es el hecho de que el tío sea tan apañado de llevar una piedra en el bolsillo. Yo llevo siempre una :P
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Elisel
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Re: Condena

Mensaje por Elisel »

Curiosa mezcla entre historia y ciencia-ficción. Me gusta, aunque me chirría un poco que entre tanta especie solo la humana sea malvada :roll: ¿El resto son hermanitas de la caridad? No lo tengo claro :|
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kassiopea
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Re: Condena

Mensaje por kassiopea »

Nínive escribió: ¿Qué va a hacer el humano con una piedra? pues vaya ataque contundente....Y por cierto, ¿qué hace el humano en el juicio?¿Ser el representante de toda la especie? :dragon:
Yo lo interpreto como un juicio simbólico a toda la raza humana. No sabemos por qué está ahí ese hombre, y no otro, pero de todas maneras eso importa poco en la cuestión. La cuestión es que otras razas extraterrestres están juzgando a los humanos. Y al final, ese hombre que tenemos ahí enfrenta a todos y toma su piedra (simbólico también, porque ya sabemos que habitualmente uno no lleva una piedra en el bolsillo), y les dice algo así como que "con vuestras piedras hago yo mi pared" :cunao:
Pues lo que interpreto es eso, que la raza humana puede tener muchos defectos, claro que sí, pero también demuestra tener webs, porque nosotros lo valemos :mrgreen: Por otra parte, sin esos webs, tal vez, nunca hubieran evolucionado; creo que eso también intenta reflejarlo el relato :wink:

Está correctamente escrito, bien ambientado y me parece un magnífico trabajo de imaginación toda la descripción de diversas razas de extraterrestres, lástima que la narración se me ha hecho un poco densa y larga; tal vez le hubiera ido bien un poco de diálogo, para amenizar el avance de la narración.

Mis felicitaciones, pues no deja de ser un buen relato. Un abrazo :60:
De tus decisiones dependerá tu destino.


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Isma
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Re: Condena

Mensaje por Isma »

Este relato está bien. Es inocente, pero tiene... alcance, por no encontrar una palabra mejor. Me gusta especialmente las descripciones de las especies que juzgan a la especie humana. Aunque por otro lado no me acaba de convencer que atiendan al devenir de la especie humana en una suerte de Informe Semanal. Lo leí hace varios días y no he conseguido sacar en claro un comentario mejor.

A favor: El final, absolutamente. El hecho de que tire la última piedra ¿confirma la condena, o supone una vez más la oposición del ser humano a resignarse? ¿El hombre no ha avanzado nada, o el hombre es incapaz de cambiar? Me gusta que se proponga esa pregunta como broche final.

En contra: Dudo mucho de que lo que sea malo que lleve el hombre pueda contagiarse a otras especies más evolucionadas. Y si lo hace, es que no lo son tanto, y por tanto no merecen juzgar a un semejante.
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ukiahaprasim
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Re: Condena

Mensaje por ukiahaprasim »

Efectivamente, el tema del juicio a la humanidad es bastante comocido ya.. aunque siempre hay sitio para mas versiones.

Me llama la atencion que el juicio comience en la prehistoria, y que ya en la edad del hierro el 25% de los jueces parezca que tengan ya formada una opinion... ¿es eso un signo real de avance en la civilizacion, ser capaz de prejuzgar?

Por otro lado, me resulta curioso ese juicio en esa etapa... ¿EL centenar de razas alienigenas son herbivoros en mundos de herbivoros?...
Porque aqui en la tierra, para desarrollar algo de inteligencia, primero hay que sobrevivir entre cientos de especies carnivoras...
¿se trata por tanto de un juicio al hombre, o de un juicio al planeta tierra y todas las especies carnivoras?

Personalmente, eso ha rebajado la credibilidad del relato: dificilmente pueden existir planetas en los que pueda desarrollarse vida inteligente sin que haya muchos mas tipos de vida... y la vida suele ser competencia, y la competencia genera especies que se alimentan de otras... Y el ser inteligente ha de sobrevivir a los demas... puede ser que lo haga sobreviviendo de los demas, o a pesar de los demas... pero dudo mucho que lo haga sin perjuicio de los demas.

La verdad es que a pesar de que el relato esta bastante bien escrito (aunque deberia revisarse la puntuacion de alguna frase confusa), no me "ha llegado"... me parece bastante plano, carente de fuerza.... Solo el final demuestra algo de garra, aunque me resulta confuso... ¿estamos dandoles la razón a los jueces? O es un ¿pues si me vas a condenar, al menos te voy a dar motivos?

Aun así, es lo mejor de todo el relato.

Por cierto, una pequeña correccion tecnica: "El holograma se quedó en blanco"... Un holograma es una imagen holografica fija ... como fijo sería un fotograma.
Por lo que, en blanco debería haberse quedado el holovideo, o la proyeccion holografica, o...

Ukiah
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jilguero
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Re: Condena

Mensaje por jilguero »

En general, me parece una historia bien escrita y, sobre todo la primera parte, con la escena del homínido tirando una primera piedra (descubrimiento de un instrumento, supongo), me ha resultado muy amena de leer, trayéndome a la memoria esa memorable escena del amanecer del Hombre en Odisea 2001. Hay algunas cosas que me han chocado, pero son detalles menores. Por ejemplo, se nos dice “éste reaccionó con el dolor del miedo” cuando al pobre diente de sable acaba de recibir una pedrada que le ha dado de pleno. Supongo que sentirá dolor físico más que miedo del mono, digo yo. Esperaba que el relato nos narrara una evolución distinta de los homínidos, como consecuencia de esa primera pedrada. Pero el autor ha preferido crear una galería de criaturas extrañas juzgando al hombre. Buena imaginación creando criaturas, por cierto. En resumen, un relato que no está nada mal :60: .

Última edición por jilguero el 27 Oct 2012 21:40, editado 2 veces en total.


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Shimoda
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Re: Condena

Mensaje por Shimoda »

Me gustó la ambientación de este relato, y la historia, si bien no original, está bien contada. El final, muy bueno. No obstante, no es uno de mis elegidos.
Cariños y :60:
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