Hola Aben.
Lo terminé hace unos días y me ha gustado mucho
La novela no decae en ningún momento y sigue mostrando otros niveles de los abusos de poder que suponen las dictaduras.
Lo que me gusta también del libro es que el autor consigue hacer un gran retrato de la figura del dictador sin que éste aparezca en la novela más que un par de veces mal contadas. Pero las dictaduras casi siempre son así, su carácter terrible se manifiesta a través de sus tentáculos, que llegan a todos los estratos y a todos los rincones de la sociedad, mientras que la propia figura del tirano en ocasiones se manifiesta inmaculada especialmente en la imagen que proyecta al exterior.
Cuando el miedo se instaura en todos los corazones atenazando la libertad de actos y pensamientos, la voluntad entera queda secuestrada. Todo eso incluso cuando nadie se siente seguro a la sombra del dictador, pues en cualquier momento, por un detalle sin importancia puedes caer en desgracia. Así sucedió
al sacristán, al licenciado, al general Canales e incluso a Miguel Cara de Ángel. |
La ausencia de garantías para el individuo es también otro hecho cotidiano. La justicia es una pantomima,
como el el caso del juicio en el que la mitad del tribunal militar estaba formado por un atajo de borrachos y las sentencias están ya dictadas antes de celebrarse. |
La corrupción y el abuso desangran al país y a la sociedad que se ve oprimida por los correligionarios del tirano. Dos buenos ejemplos los pone de manifiesto el autor en las figuras
del indio al que roban todas sus pertenencias y de las tres hermanas a las que visita el general Canales, víctimas de la usura del médico. |
Luego es denominador común en cárceles y comisarías la tortura institucionalizada, que es cruel y ensañada con los detenidos, a los que extermina física y psicológicamente pues conoce de sus puntos débiles.
Así acabó con Cara de Angel, mancillando la imagen de lo único que le mantenía con fuerzas para soportar la humillación, el hambre, la enfermedad y la suciedad de su aislamiento en la celda diecisiete. |
Este personaje es el más completo de la novela, y sobre todo la lucha interior que mantiene entre el deber y la fidelidad al tirano, y enfrente su conciencia y sentido del bien y del mal, y el amor que despierta en su alma cuando conoce a la hija del general.
De todo el resto de personajes, por el que más repugnancia he sentido es por el Auditor General,
que no puede ser más vil, corrupto y desalmado, que se permite hasta traficar con personas. |
En cuanto al lenguaje de la novela, es brillante y poético en todo momento, qué contradicción, ¿verdad?. Que para mostrar algo tan sucio y terrible se empleen tan bellas palabras.
En fin, te aconsejo que si en algún momento estás indeciso y no sabes qué leer, lo tengas en cuenta.
Por las fechas que estamos, ya aprovecho para desearte un Feliz Año Nuevo.
Un abrazo.