CN1 - Pedrito
Moderadores: kassiopea, noramu
CN1 - Pedrito
Pedrito
Pedrito camina lentamente por la calle iluminada de luna, inundada de sombras y
chirriar de viento. Lleva las manos en los guantes, y observa el suelo sucio que
comienza a mojarse con la tormenta, negruzca y fea. Casi como su pantalón raido y
mal planchado. Tienen sus bajos manchas de barro, pero no se da cuenta. El miedo,
y la luna llena lo ensimisman. El temor al agua, desbordándose por las baldosas y
encharcándole los píes, lo hace huidizo; y lo lleva, directamente, a recrearse en “otros”
recuerdos. Solo suyos. No pertenecen a nadie más que a su memoria. La lluvia cae sin
piedad sobre su cabeza. Camina absorto en sus pensamientos, y en sus “experiencias”.
Obsesionado se ensimisma hasta agotarse y despreciarse a sí mismo. Con apatía mira a
un lado y otro, y piensa…
-La Navidad debe ser algo es más que esto.-
Sale al paseo principal, decorado con luces, de acceso al museo donde trabaja; oculto
detrás del viejo y solitario torreón románico de la plaza. La penumbra se proyecta ahora
sobre él. Esta noche veinticuatro de Diciembre, y las últimas tormentas, lo esconden;
también la sombra de la hojarasca. Camina taciturno, rumia...
- En el museo es imposible promocionarse.-
El suelo lleno de hojas parece hablarle, mira cada una de ellas, y al removerlas con el
pie, cree que se le acercan, queriéndole susurrar algún villancico. Pisa también las del
lado de los setos. El fuerte ulular del viento, y un chapoteo de granizo acompaña su
ánimo huraño. Pedrito arrastra los pies porque siempre heredo, de sus primos, zapatos
de plantillas agujereadas. Camina así porque odia el agua corriendo por las baldosas.
Camina así, esquivando el granizo aterronado a su alrededor.
-El paseo está iluminado y, sin embargo, esta noche parece más desierto que nunca, no
acompaña, y la hora menos.- Murmura entre dientes.
Debe ser tarde, me he descuidado, serán las ocho o las nueve.-
Mira su reloj sabiendo que no funciona desde tiempo atrás. Lo lleva desde el día que dio
“aquel golpe defensivo y mortal”. Aún parado no se lo quita de la muñeca.
Pedrito, se acerca poco a poco, al reloj de césped del paseo, inundado de agua. Abierto
en dos por una grita profunda e inexplicable. Surgida tras un terremoto que no escuchó,
absolutamente, nadie.
Sus horas hechas de arbustos se divisan mal, en esta época sin flores; y lejos de las
farolas, fuentes, y los bancos de piedra; y sus matojos altos y descuidados, ahora
tapados por el granizo, le confieren un color macabro y artificial.
Se acerca con el brazo extendido y lo introduce en la profunda y fangosa grieta, se
pregunta.
-¿Cómo funcionará esta maquinaria, no será con abono jajajaja? Las ocho y cuarto
marca. La hora que imaginaba.-
Hace rato que, suda, carraspea, y tiembla. No se atreve a volver a casa y eso que sus
padres se preocuparan. Lloran a menudo. Se preguntan dónde está y porqué no llama.
-Esta noche en su compañía no, mi cabeza es una noria.- Deambula por el paseo…
Vagabundea sin atreverse a dar la cara ante su familia; se siente incómodo cenando en
su presencia. -Prefiero llegar tarde y meterme en la cama, que celebrar la Nochebuena
con ellos. Si ven que no llego, cenaran sin mí. -
La esperanza, de llevar una vida normal, le abandonó cuando aparecieron “las voces”
con sus ruidos inesperados en el ascensor, o en cualquier sitio. Ellas, cada dos por tres,
le repiten sin descanso Descastado… mal hijo…
-Ya tres años oyéndolas, fue después de entrar en aquél coma a causa de la infección de
orina. “Esto parece infección.” Eso decían los médicos.-
De pronto, al alejarse del centro del paseo, estallan sus oídos en fuertes ruidos. -Sí,
resucité, sabe Dios como consiguieron mis padres aquel dinero para especialistas, ¡y
para qué! Desde entonces no puedo vivir tranquilo.-
Algo le llama la atención por su forma. -Un momento, qué es esto…me resulta,
familiar. –
Dejó caer su baba por entre los labios y la pisó sobre el rio de agua que lo inundaba.
Lentamente, curioso, sigiloso, con miedo, flotando entre los charcos y en una nube,
se acercó hasta un
intenciones. Miro. A su alrededor ¡nadie! Solo él, ruidos vertidos por el caudal de agua
y granizo, y las voces; Eran tales sus insultos, que sentía maltrechos los pabellones y
toda la cabeza.
- El paraguas ¡otra vez se me ha olvidado! No me hubiera servido de todos modos ¡Esto
es un diluvio!-
Seguro de la luna, ya escondida, y de que no le veía nadie, dio una patada con todas
sus fuerzas al fardo, y se abrió ante sus ojos como una flor carnívora y gigante. Dos
brazos, dos piernas, y una cara vuelta hacia el suelo se desparramaron por el asqueroso
asfalto; manchado de granizo.
Se trataba de un hombre enjuto, de su misma estatura, parecía vestirle el mismo traje
que a Pedrito, y su cuerpo casi no tenía vida; se sobresaltó excesivamente.
-¿Y este pelo… tantos huesos… esa estatura, y la chepa… ¡es parecido a mí!-
Furioso, le volvió la cabeza de otra patada, y -¡qué horror! Si es mi cara morada de
frió.-
Solo las voces podrían revelarle alguna cosa, pero ellas decidían el tema de
conversación, lo hacían a su antojo, no él. Según entraba en sus planes.
bulto informe,
pero…con disimulo y frío, ocultó sus malas
Nunca había visto la muerte de cerca. Ni en la cara de su madre, ni en la de su padre,
ni en la de su hermano, ni en la de sus amigos, afortunadamente todos vivían…!
maldición! carecía de vivencias que le ayudaran a descubrir lo que parecía su propia
muerte.
-El cielo dibuja culebrillas, y me estoy empapando; ya corre el agua dentro de los
zapatos. Esto es un rio. La lluvia y el granizo van a tirarme al suelo.-
La cabeza es un torbellino. Una noria. En la luz desdibujada de la farola giran los
rostros de sus padres. Intuye como su madre morirá, sola, en la residencia de ancianos;
sin su familia. Y como él, su hijo, se ocupa en situarse, y piensa …-¡Debo ser alguien!
Hoy es Nochebuena, y han venido a cenar a casa, porque no había otro remedio; y
encima me dicen que hacía mucho que no los visitaba. Aquello es un sitio oscuro,
enfermizo, lleno de pobreza y personas viejas, huele...-
Las voces ahora suenan en sus oídos, huecas y cada vez más agudas.
-La voz de la vieja, la que me escupe, y me llama descastado ¡Es es la voz de
madre, claro!… Mis jornadas son largas, y los fines de semana, cortos, ir a verlos;
es imposible… mira que les digo: sabéis que odio a la gente vieja, y qué más queréis,
tu mamá, no has dejado de insultarme, en cualquier sitio. Me ofendes, me acosas.
Me llamas descastado; intentas hundirme, hasta en mi propio trabajo. Y yo callando,
asustado sin reconocerte.-
En esto se da cuenta que había caído algo en ese árbol cercano y tronchado las ramas.
-Huele a quemado. Esta tormenta es terrible. Una pesadilla. ¡Qué dices madre! qué
tienen ahora que ver los recuerdos.-
Su pánico mezclado con el agua turbia, contempla al cuerpo cadavérico tan frío como él
mismo, y tan azul. Mientras él rumia y rumia, cada vez más asustado, el cuerpo, dentro
de la gran zanja del reloj, es empujado por el agua y las piedras.
mi
-Los viejos ya se sabe, son egoístas y no cuentan con los proyectos de sus hijos. No
comprenden que internarlos es ley de vida – mientras tanto, escuchaba el eco de su
madre.
-“El pasado, ya es presente hijo, remuerde, y te golpeaba sin permiso, eh”.-
-Igual que tú hacen ellas; hacéis lo que queréis, no demostráis piedad por mí. –
Aquel cuerpo inerte, embarrado
escarcha, aún reflejaba vida en su rostro; algo trajo a su memoria otra cara, la de su
padre.
-Este hombre… no puede ser… ¡si está casi muerto! – Comprobó el anillo del dedo
anula, y si, era el de su padre. Comprendió. –Contigo padre compartí veintiocho años
de vida.-
granizo, se estrellan en su cara sorprendida.
- Sí, sí lo es, es él, ahora recuerdo… comentó que igual se pasaba por el museo, antes
de mi salida. Le ilusionaba conocer mi despacho. Tú verás. Seguramente la tormenta lo
ha arrastrado a la zanja cuando le cayó ese rayo. Ya le dije que hoy lo dejara. “Padre en
otra ocasión te lo enseño”. Ahora, por cabezota mira eres un moribundo, aunque…¡qué
más da, la vida es así!-
Pedrito y su padre no se llevaban bien, se extrañaban. Pero si reconocía su rostro
inconsciente, cada vez mas afilado por la agonía.
La rueda de su vida lo aplastaba con claridad meridiana, y la de todas las llamadas
recibidas desde la residencia a las que no acudió. Las voces de sus padres, al otro lado,
siempre le pedían una visita de cuando en cuando.
En el suelo, encharcado por la lluvia, el granizo, y toda la tierra que baja mezclada
entre piedras, se encontraba su padre, y él no podía retirarlo de la gigantesca tormenta.
Arrinconado por ella en una pendiente agrietada, ya parecía formar parte del reloj;
en la zanja, junto a un gran charco de agua sucia y
Los recuerdos, saltan sobre él como borbotones de sangre, e igual que el
roto en su aguja de las doce en punto. Esa es la hora que desde hace años contemplaba
Pedrito en su reloj parado, y que inexplicablemente no se quitaba de la muñeca.
En este momento de su vida disfrutaba de alegres fines de semana, recomendados por
su siquiatra. No los iban a estropear sus padres por nada, se dijo, tras atender las voces
llamándole descastado.
En aquella Nochebuena de tormenta y frio; golpeado por las voces, el viento, el rayo, la
lluvia, el granizo y la muerte de su padre. Pedrito, no pudo llorar, ni quiso. No entendía
el deseo de salir de casa de su padre para verlo en su trabajo. Ya era una Nochebuena
horrible, y no se podía hacer nada. Por la mañana, o pasados unos días, cuando saliera
del museo, haría las gestiones. -Mamá se ocupará. Siempre hay alguien que se ocupa de
esto. -
Este capricho, como él lo llamó, de su padre; a Pedro le parecía inexplicable.
Pedrito camina lentamente por la calle iluminada de luna, inundada de sombras y
chirriar de viento. Lleva las manos en los guantes, y observa el suelo sucio que
comienza a mojarse con la tormenta, negruzca y fea. Casi como su pantalón raido y
mal planchado. Tienen sus bajos manchas de barro, pero no se da cuenta. El miedo,
y la luna llena lo ensimisman. El temor al agua, desbordándose por las baldosas y
encharcándole los píes, lo hace huidizo; y lo lleva, directamente, a recrearse en “otros”
recuerdos. Solo suyos. No pertenecen a nadie más que a su memoria. La lluvia cae sin
piedad sobre su cabeza. Camina absorto en sus pensamientos, y en sus “experiencias”.
Obsesionado se ensimisma hasta agotarse y despreciarse a sí mismo. Con apatía mira a
un lado y otro, y piensa…
-La Navidad debe ser algo es más que esto.-
Sale al paseo principal, decorado con luces, de acceso al museo donde trabaja; oculto
detrás del viejo y solitario torreón románico de la plaza. La penumbra se proyecta ahora
sobre él. Esta noche veinticuatro de Diciembre, y las últimas tormentas, lo esconden;
también la sombra de la hojarasca. Camina taciturno, rumia...
- En el museo es imposible promocionarse.-
El suelo lleno de hojas parece hablarle, mira cada una de ellas, y al removerlas con el
pie, cree que se le acercan, queriéndole susurrar algún villancico. Pisa también las del
lado de los setos. El fuerte ulular del viento, y un chapoteo de granizo acompaña su
ánimo huraño. Pedrito arrastra los pies porque siempre heredo, de sus primos, zapatos
de plantillas agujereadas. Camina así porque odia el agua corriendo por las baldosas.
Camina así, esquivando el granizo aterronado a su alrededor.
-El paseo está iluminado y, sin embargo, esta noche parece más desierto que nunca, no
acompaña, y la hora menos.- Murmura entre dientes.
Debe ser tarde, me he descuidado, serán las ocho o las nueve.-
Mira su reloj sabiendo que no funciona desde tiempo atrás. Lo lleva desde el día que dio
“aquel golpe defensivo y mortal”. Aún parado no se lo quita de la muñeca.
Pedrito, se acerca poco a poco, al reloj de césped del paseo, inundado de agua. Abierto
en dos por una grita profunda e inexplicable. Surgida tras un terremoto que no escuchó,
absolutamente, nadie.
Sus horas hechas de arbustos se divisan mal, en esta época sin flores; y lejos de las
farolas, fuentes, y los bancos de piedra; y sus matojos altos y descuidados, ahora
tapados por el granizo, le confieren un color macabro y artificial.
Se acerca con el brazo extendido y lo introduce en la profunda y fangosa grieta, se
pregunta.
-¿Cómo funcionará esta maquinaria, no será con abono jajajaja? Las ocho y cuarto
marca. La hora que imaginaba.-
Hace rato que, suda, carraspea, y tiembla. No se atreve a volver a casa y eso que sus
padres se preocuparan. Lloran a menudo. Se preguntan dónde está y porqué no llama.
-Esta noche en su compañía no, mi cabeza es una noria.- Deambula por el paseo…
Vagabundea sin atreverse a dar la cara ante su familia; se siente incómodo cenando en
su presencia. -Prefiero llegar tarde y meterme en la cama, que celebrar la Nochebuena
con ellos. Si ven que no llego, cenaran sin mí. -
La esperanza, de llevar una vida normal, le abandonó cuando aparecieron “las voces”
con sus ruidos inesperados en el ascensor, o en cualquier sitio. Ellas, cada dos por tres,
le repiten sin descanso Descastado… mal hijo…
-Ya tres años oyéndolas, fue después de entrar en aquél coma a causa de la infección de
orina. “Esto parece infección.” Eso decían los médicos.-
De pronto, al alejarse del centro del paseo, estallan sus oídos en fuertes ruidos. -Sí,
resucité, sabe Dios como consiguieron mis padres aquel dinero para especialistas, ¡y
para qué! Desde entonces no puedo vivir tranquilo.-
Algo le llama la atención por su forma. -Un momento, qué es esto…me resulta,
familiar. –
Dejó caer su baba por entre los labios y la pisó sobre el rio de agua que lo inundaba.
Lentamente, curioso, sigiloso, con miedo, flotando entre los charcos y en una nube,
se acercó hasta un
intenciones. Miro. A su alrededor ¡nadie! Solo él, ruidos vertidos por el caudal de agua
y granizo, y las voces; Eran tales sus insultos, que sentía maltrechos los pabellones y
toda la cabeza.
- El paraguas ¡otra vez se me ha olvidado! No me hubiera servido de todos modos ¡Esto
es un diluvio!-
Seguro de la luna, ya escondida, y de que no le veía nadie, dio una patada con todas
sus fuerzas al fardo, y se abrió ante sus ojos como una flor carnívora y gigante. Dos
brazos, dos piernas, y una cara vuelta hacia el suelo se desparramaron por el asqueroso
asfalto; manchado de granizo.
Se trataba de un hombre enjuto, de su misma estatura, parecía vestirle el mismo traje
que a Pedrito, y su cuerpo casi no tenía vida; se sobresaltó excesivamente.
-¿Y este pelo… tantos huesos… esa estatura, y la chepa… ¡es parecido a mí!-
Furioso, le volvió la cabeza de otra patada, y -¡qué horror! Si es mi cara morada de
frió.-
Solo las voces podrían revelarle alguna cosa, pero ellas decidían el tema de
conversación, lo hacían a su antojo, no él. Según entraba en sus planes.
bulto informe,
pero…con disimulo y frío, ocultó sus malas
Nunca había visto la muerte de cerca. Ni en la cara de su madre, ni en la de su padre,
ni en la de su hermano, ni en la de sus amigos, afortunadamente todos vivían…!
maldición! carecía de vivencias que le ayudaran a descubrir lo que parecía su propia
muerte.
-El cielo dibuja culebrillas, y me estoy empapando; ya corre el agua dentro de los
zapatos. Esto es un rio. La lluvia y el granizo van a tirarme al suelo.-
La cabeza es un torbellino. Una noria. En la luz desdibujada de la farola giran los
rostros de sus padres. Intuye como su madre morirá, sola, en la residencia de ancianos;
sin su familia. Y como él, su hijo, se ocupa en situarse, y piensa …-¡Debo ser alguien!
Hoy es Nochebuena, y han venido a cenar a casa, porque no había otro remedio; y
encima me dicen que hacía mucho que no los visitaba. Aquello es un sitio oscuro,
enfermizo, lleno de pobreza y personas viejas, huele...-
Las voces ahora suenan en sus oídos, huecas y cada vez más agudas.
-La voz de la vieja, la que me escupe, y me llama descastado ¡Es es la voz de
madre, claro!… Mis jornadas son largas, y los fines de semana, cortos, ir a verlos;
es imposible… mira que les digo: sabéis que odio a la gente vieja, y qué más queréis,
tu mamá, no has dejado de insultarme, en cualquier sitio. Me ofendes, me acosas.
Me llamas descastado; intentas hundirme, hasta en mi propio trabajo. Y yo callando,
asustado sin reconocerte.-
En esto se da cuenta que había caído algo en ese árbol cercano y tronchado las ramas.
-Huele a quemado. Esta tormenta es terrible. Una pesadilla. ¡Qué dices madre! qué
tienen ahora que ver los recuerdos.-
Su pánico mezclado con el agua turbia, contempla al cuerpo cadavérico tan frío como él
mismo, y tan azul. Mientras él rumia y rumia, cada vez más asustado, el cuerpo, dentro
de la gran zanja del reloj, es empujado por el agua y las piedras.
mi
-Los viejos ya se sabe, son egoístas y no cuentan con los proyectos de sus hijos. No
comprenden que internarlos es ley de vida – mientras tanto, escuchaba el eco de su
madre.
-“El pasado, ya es presente hijo, remuerde, y te golpeaba sin permiso, eh”.-
-Igual que tú hacen ellas; hacéis lo que queréis, no demostráis piedad por mí. –
Aquel cuerpo inerte, embarrado
escarcha, aún reflejaba vida en su rostro; algo trajo a su memoria otra cara, la de su
padre.
-Este hombre… no puede ser… ¡si está casi muerto! – Comprobó el anillo del dedo
anula, y si, era el de su padre. Comprendió. –Contigo padre compartí veintiocho años
de vida.-
granizo, se estrellan en su cara sorprendida.
- Sí, sí lo es, es él, ahora recuerdo… comentó que igual se pasaba por el museo, antes
de mi salida. Le ilusionaba conocer mi despacho. Tú verás. Seguramente la tormenta lo
ha arrastrado a la zanja cuando le cayó ese rayo. Ya le dije que hoy lo dejara. “Padre en
otra ocasión te lo enseño”. Ahora, por cabezota mira eres un moribundo, aunque…¡qué
más da, la vida es así!-
Pedrito y su padre no se llevaban bien, se extrañaban. Pero si reconocía su rostro
inconsciente, cada vez mas afilado por la agonía.
La rueda de su vida lo aplastaba con claridad meridiana, y la de todas las llamadas
recibidas desde la residencia a las que no acudió. Las voces de sus padres, al otro lado,
siempre le pedían una visita de cuando en cuando.
En el suelo, encharcado por la lluvia, el granizo, y toda la tierra que baja mezclada
entre piedras, se encontraba su padre, y él no podía retirarlo de la gigantesca tormenta.
Arrinconado por ella en una pendiente agrietada, ya parecía formar parte del reloj;
en la zanja, junto a un gran charco de agua sucia y
Los recuerdos, saltan sobre él como borbotones de sangre, e igual que el
roto en su aguja de las doce en punto. Esa es la hora que desde hace años contemplaba
Pedrito en su reloj parado, y que inexplicablemente no se quitaba de la muñeca.
En este momento de su vida disfrutaba de alegres fines de semana, recomendados por
su siquiatra. No los iban a estropear sus padres por nada, se dijo, tras atender las voces
llamándole descastado.
En aquella Nochebuena de tormenta y frio; golpeado por las voces, el viento, el rayo, la
lluvia, el granizo y la muerte de su padre. Pedrito, no pudo llorar, ni quiso. No entendía
el deseo de salir de casa de su padre para verlo en su trabajo. Ya era una Nochebuena
horrible, y no se podía hacer nada. Por la mañana, o pasados unos días, cuando saliera
del museo, haría las gestiones. -Mamá se ocupará. Siempre hay alguien que se ocupa de
esto. -
Este capricho, como él lo llamó, de su padre; a Pedro le parecía inexplicable.
Nuestra editorial: www.osapolar.es
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Mis diseños
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- ukiahaprasim
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- Mensajes: 37965
- Registrado: 15 May 2007 19:23
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Re: CN1 - Pedrito
No me he enterado de ná....
¿los saltos en la narracion son voluntarios? ¿enlazan unos con otros? ¿son errores?... no lo se... la verdad es que este puede ser otro de esos relatos a los que el maquetado mata...
algo sucede, pero nada parece tener sentido...
Un ejemplo
Si a esto sumamos una forma un tanto confusa de estructurar las frases (realmente, yo repasaría mucho los signos de puintuacion y el uso de conjunciones, oraciones subordinadas, etc...), mas que leer el relato, he deambulado por el mismo, mas perdido que el propio Pedrito...
De hecho, creo que en algun momento nos cruzamos por el parque y nos miramos ambos con sorpresa, como quien observa un espejismo..
Ukiah
¿los saltos en la narracion son voluntarios? ¿enlazan unos con otros? ¿son errores?... no lo se... la verdad es que este puede ser otro de esos relatos a los que el maquetado mata...
algo sucede, pero nada parece tener sentido...
Un ejemplo
¿soy yo, querido autor? ¿eres tu? ¿o es el foro?...Solo las voces podrían revelarle alguna cosa, pero ellas decidían el tema de
conversación, lo hacían a su antojo, no él. Según entraba en sus planes.
bulto informe,
pero…con disimulo y frío, ocultó sus malas
Nunca había visto la muerte de cerca. Ni en la cara de su madre, ni en la de su padre,
ni en la de su hermano, ni en la de sus amigos, afortunadamente todos vivían…!
maldición! carecía de vivencias que le ayudaran a descubrir lo que parecía su propia
muerte.
Si a esto sumamos una forma un tanto confusa de estructurar las frases (realmente, yo repasaría mucho los signos de puintuacion y el uso de conjunciones, oraciones subordinadas, etc...), mas que leer el relato, he deambulado por el mismo, mas perdido que el propio Pedrito...
De hecho, creo que en algun momento nos cruzamos por el parque y nos miramos ambos con sorpresa, como quien observa un espejismo..
Ukiah
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Re: CN1 - Pedrito
En éste relato tengo apuntado en el móvil,"repasar porque no he entendido nada",creí que era yo que había hecho mal el corta y pega pero veo que está así aquí también.Yo creo que tiene que ser algún error.Si es así estaré encantada de volver a leerlo,si no,pues no sé que decir,básicamente que no me he enterado de nada y que también estoy en el parque mirando con sorpresa a Pedrito y a un robot metálico.
Ronda de noche. Mundodisco 29. Terry pratchett
La sombra de Ender (Ender 5) - Orson Scott Card
El asombroso Mauricio y sus roedores sabios. Mundo disco 28. Terry Pratchett
La sombra de Ender (Ender 5) - Orson Scott Card
El asombroso Mauricio y sus roedores sabios. Mundo disco 28. Terry Pratchett
Re: CN1 - Pedrito
Hay una rana también en el parque???
Además de que faltan tildes en casi todos los pasados:
Pedrito arrastra los pies porque siempre heredo, de sus primos
Las construcciones de las frases yo creo que son caóticas a propósito, igual que el entremezclar tiempos verbales y momentos históricos de la vida de Pedrito.
Fijaos que yo creo que yo creo que no es el foro o la maquetación digamos, creo que el autor ha querido reflejar el caos de la mente de Pedrito, ¿sigue en coma? Es su alma la que vaga por el parque y él sigue en la habitación del hospital?
Por cierto; ¿se puede alguién quedar en coma por una infección de orina? Eso si que me ha dado terror!
Además de que faltan tildes en casi todos los pasados:
Pedrito arrastra los pies porque siempre heredo, de sus primos
Las construcciones de las frases yo creo que son caóticas a propósito, igual que el entremezclar tiempos verbales y momentos históricos de la vida de Pedrito.
Fijaos que yo creo que yo creo que no es el foro o la maquetación digamos, creo que el autor ha querido reflejar el caos de la mente de Pedrito, ¿sigue en coma? Es su alma la que vaga por el parque y él sigue en la habitación del hospital?
Por cierto; ¿se puede alguién quedar en coma por una infección de orina? Eso si que me ha dado terror!
Re: CN1 - Pedrito
Esta forma de prosa es demasiado elevada para este neófito de las letras. Aun ando desenterrando posibles significados. Tronco has conseguido volverme un poco más loco.
Gracias por tu aportación. Me voy que he quedado con Ukiah y Pedrito en el parque, Lo mismo me aclaran algo
Suerte compañerit@
Gracias por tu aportación. Me voy que he quedado con Ukiah y Pedrito en el parque, Lo mismo me aclaran algo
Suerte compañerit@
--- Pareces atribulado!!
--- No entiendo... tan sólo me estoy cagando.
--- Corre raudo, pues...
--- ¡Por los dioses! ¡¡¡Necesito un diccionario!!!
--- No entiendo... tan sólo me estoy cagando.
--- Corre raudo, pues...
--- ¡Por los dioses! ¡¡¡Necesito un diccionario!!!
Re: CN1 - Pedrito
Pues yo no se si ha sido a idea o cosa del corta-pega del foro pero es que es prácticamente imposible de leer. A diferencia de con otro relato que lo dejé a medias, éste me he esforzado por leerlo completo pero siempre pensando que era un error de publicación y que le debía al autor hacer ese esfuerzo ya que él o ella no tiene la culpa.
Pero si el caos es a propósito quiero decir que no me ha llegado nada. Una cosa es mezclar pensamientos y otra frases, guiones y hasta comas.
Pero si el caos es a propósito quiero decir que no me ha llegado nada. Una cosa es mezclar pensamientos y otra frases, guiones y hasta comas.
Re: CN1 - Pedrito
Estoy haciendo un word con todos los relatos y he entrado para ver si había sido yo la que había copiado mal. Me resulta ilegible
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Re: CN1 - Pedrito
Caótico, vaya que sí. Parece que le falte algún trozo por ahí.
¿No se habrá equivocado y enviado un borrador en vez del texto terminado?
¿No se habrá equivocado y enviado un borrador en vez del texto terminado?
Re: CN1 - Pedrito
Lo siento autor, pero no me atrevo a comentar porque no lo he entendido bien.
Veo a un hombre perdido bajo la lluvia, solo y desgraciado, con unos padres que entiendo son ancianos y están en una residencia, entiendo que el protagonista oye voces, que estuvo muy enfermo en coma y que desde entonces todo ha ido mal.
...
me apena decirte esto autor, porque igual es un error al publicarlo, y tú te estás mordiendo las uñas de impotencia.
Pero ánimo, porque todo tiene arreglo, puedes retocarlo o aclararlo cuando se hagan públicos. No desesperes.
¡venga un abrazo navideño!
Veo a un hombre perdido bajo la lluvia, solo y desgraciado, con unos padres que entiendo son ancianos y están en una residencia, entiendo que el protagonista oye voces, que estuvo muy enfermo en coma y que desde entonces todo ha ido mal.
...
me apena decirte esto autor, porque igual es un error al publicarlo, y tú te estás mordiendo las uñas de impotencia.
Pero ánimo, porque todo tiene arreglo, puedes retocarlo o aclararlo cuando se hagan públicos. No desesperes.
¡venga un abrazo navideño!
Si yo fuese febrero y ella luego el mes siguiente...
- jilguero
- Vivo aquí
- Mensajes: 22370
- Registrado: 05 Abr 2010 21:35
- Ubicación: En las ramas del jacarandá...
Re: CN1 - Pedrito
Jilguero se ha calado hasta los huesos mientras te leía y se ha sentido tan perdido como Pedrito en esa desapacible noche. Un tiempo aciago como telón de fondo de una mente desequilibrada, es lo único que he captado: otra cosa no te puedo decir...
¿Qué me está pasando? Las cavilaciones de Juan Mute
El esfuerzo mismo para llegar a las cimas basta para llenar un corazón de hombre (A. Camus)
Re: CN1 - Pedrito
El creador tiene que estar tirándose de los pelos
- ukiahaprasim
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Re: CN1 - Pedrito
Además de verdad.... Todavia recuerdo yo mi disgusto con los oobi...Dori25 escribió:El creador tiene que estar tirándose de los pelos
Yo si fuera él, le mandaría a Lucia el original en otro formato, para que lo republicara...
Vamos, si llega a ser el mio, a estas alturas se lo habia re-enviado maquetado en HTML, pdf, word, y hasta tallado en piedra si ahce falta...
Ukiah
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Re: CN1 - Pedrito
Tranquilo máquina que tu relato no fue tan malo....ukiahaprasim escribió:Además de verdad.... Todavia recuerdo yo mi disgusto con los oobi... Ukiah
--- Pareces atribulado!!
--- No entiendo... tan sólo me estoy cagando.
--- Corre raudo, pues...
--- ¡Por los dioses! ¡¡¡Necesito un diccionario!!!
--- No entiendo... tan sólo me estoy cagando.
--- Corre raudo, pues...
--- ¡Por los dioses! ¡¡¡Necesito un diccionario!!!
- ukiahaprasim
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Re: CN1 - Pedrito
Gavalia escribió:Tranquilo máquina que tu relato no fue tan malo....ukiahaprasim escribió:Además de verdad.... Todavia recuerdo yo mi disgusto con los oobi... Ukiah
Touché.... cuando estas fino, hay que reconocertelo....
ya sabes, la galletita pal chucho... |
1
- jilguero
- Vivo aquí
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- Ubicación: En las ramas del jacarandá...
Re: CN1 - Pedrito
Te llevaste un premio especial, de mi admirada Ororo, a la rareza, que es una virtud nada despreciable en la Literatura.ukiahaprasim escribió:Gavalia escribió:Tranquilo máquina que tu relato no fue tan malo....ukiahaprasim escribió:Además de verdad.... Todavia recuerdo yo mi disgusto con los oobi... Ukiah
Touché.... cuando estas fino, hay que reconocertelo....
Ukiah
ya sabes, la galletita pal chucho...
Esto del formato es un problema que los que sabeis más deberiais darnos un cursillo a los que menos sabemos. Ciertamente, se sufre viendo fallos de este tipo y no pudiendo arreglarlos.
¿Qué me está pasando? Las cavilaciones de Juan Mute
El esfuerzo mismo para llegar a las cimas basta para llenar un corazón de hombre (A. Camus)