CPVIII En realidad, un sueño - Andres451

[lucia]

En realidad, un sueño


A veces no me resulta tan fácil distinguir la nostalgia de la melancolía. Yo creo que son dos sentimientos que se necesitan, como la luz y la sombra o el día y la noche. ¿Cómo puedo saber si ahora, sintiendo este gélido viento en mi espalda, observando el amanecer frente al río, mi mente se encuentra recordando con felicidad o con tristeza un pasado tan imborrable en mí? ¿Será acaso que la mente tiene la mera tarea de traer el pasado al presente y es el corazón, que late acorde a los flashes del ayer, el que produce ese líquido abstracto de melancolía y nostalgia? Sé que me estoy enredando en algo banal, basta para mirar mi cara en el reflejo del agua para saber como me siento. Pero no lo hago porque me da miedo, no quiero saberlo… no por ahora. Sólo deseo ver el sol crecer en el horizonte y a mi decrecer en el interior, allá donde solo yo puedo llegar sin siquiera mover mi frío cuerpo. Luego sabré si es una cosa o la otra.
La primera imagen al cerrar los ojos sos vos, Berenice, pero estás de espalda y avanzás sin mirar atrás. Te alcanzo y te sujeto por el hombro, entonces nuestras pupilas se encuentran como cuatro canicas que chocan entre si. Y de repente, todo es real.
Se me viene cuando nos conocemos. Vos estás opaca, es raro decirlo porque generalmente cuando nos atrae alguien, la persona parece resplandecer. Pero vos no, te ocultás en tu timidez de la mano de una amiga y tomamos unos tragos. Nuestras lenguas y pasados se aflojan como un nudo que costó ser desatado. Ahí es cuando las canicas chocan por primera vez, lo recuerdo perfectamente y eso que, de la borrachera, terminamos cantando de madrugada por las calles. Después llega una despedida con promesa de reencuentro pero a mí me sabe a poco sabés, porque no siempre lo que brilla es oro y vos, en tu opacidad me dejás ciego. Es como una ironía que me juegan los ojos. Y te vas entonces, brillando sin brillar y yo lleno de pena gritando en silencio que te quedes.
La segunda vez es diferente. Yo creo que la primera vez te caí bien. Ahora me hablás más desinhibidamente como si la chica tímida de ayer fuera un espejismo de esta Berenice que se anima a dedicarme una sonrisa cuando el resto divaga en sus conversaciones. Y a mí me basta eso para estar contento todo el día, así de simple te lo explico.
Suceden los encuentros y la confianza ya es mutua. El resto son simples maniquíes. Estoy seguro que vos también sentís aquello, hasta te parecen siluetas en blanco y negro como a mí. Y de repente se quiebra la atmósfera. ¿Cómo esperar el sonido de un trueno o el resquebrajamiento de un vidrio? Así me siento yo cuando empezás a relatarme tu sueño y me doy cuenta que no estoy en él. Mi egoísmo se niega a aceptar que sólo nos conocemos hace unos días y no me basta con estar en tu vida real sino que ardo por ser partícipe en la onírica también. ¿Pero cómo vas a darte cuenta de tan nimio detalle que sólo un loco como yo puede pensar? Me frustro pero no digo nada, me quemo y por la noche te agrego a mi vida que despierta cuando duermo, esperando que hagas lo propio.
Se hacen costumbres tus historias de sueños y yo sigo sin aparecer. Pasan los días y nos conocemos más. Nos amamos, no hay excusas. Mi alma pide a gritos gritarte aquello y lo hago sin medir lo estúpido que puede llegar a sonar dicho reproche. Vos me mirás un tanto sorprendida (¡¿Cómo olvidarlo!?), te das vuelta y me preguntás:
_ Si es verdad que las luces alumbran… ¿Por qué no me dejan ver las estrellas?
Me quedo atónito y con la boca abierta, dispuesta a que entren veinte moscas. El silencio se hace sinónimo de tiempo y no sé qué responder. Entonces me abrazás, me besas y lo olvidamos sin olvidarlo, como quien se olvida que tiene las medias puestas pero sabe que, aún así, están ahí abajo cubriendo los pies.
Después llega la madrugada del kayak en que salimos sin rumbo por el río. Yo sé que te cansa pero te encanta y el sol poco a poco empieza a salir. Mientras remamos me contás que soñaste con tal y tal persona y que te pasó esto y aquello, pero lo hacés triste, como no queriendo entrar más en aquel mundo. La mueca de mi rostro deprimido se borra con tu repentina sonrisa que parece decirme que no me doy cuenta de algo obvio. Dejamos de navegar y yo no me animo a preguntarte por qué siquiera no me mentís y me decís que sí aparezco en tus sueños y ya. Sólo me atrevo a decirte que si estuviera en ellos podría hacerlos más bellos para vos y te me reís y me repetís aquella frase de las luces. Pero ahí está la clave.
Y después viene la última escena, la de la típica despedida, la que no promete reencuentros. Te vas y no sabés cuando podrás volver y una etapa se cierra.
Entonces abro los ojos y vuelvo a ver el río, majestuoso claro. El amanecer ya es un hecho y finalmente me atrevo a ver mi reflejo. Noto pura melancolía, a pesar de que te estuve recordando como algo maravilloso. No me asusto y lo asumo, como se asume que va a llover o que vamos a morir. Pienso en aquel gesto que me decía que era algo obvio, en aquellas risas, en tu frase, en tu tristeza onírica. Y logro entenderlo… yo soy tu sueño, este es tu mundo ideal, y acá te seguiré esperando, ansioso, hasta que vuelvas a soñar conmigo.

[Medianoche]

Hay algunos errores (ciertos de que omitidos y varios relativos sin tildar [cómo y cuándo]). Por lo demás, mi favorito por el momento. Me encanta la cadencia y el ritmo. Ese aire a Borges. El toque onírico, surrealista.

Vamos, que me ha encantado

[Ororo]

El nombre de Berenice hace este relato todavía más onírico de lo que es.
Es curioso y original por la perspectiva y la forma en la que se narra la historia. Es un canturreo.
Formalmente, mejorable y no creo que pase la primera criba, pero me ha parecido muy peculiar.

[Tanisfer]

Corto, pero efectivo; como dice el refrán “lo corto, dos veces bueno”. Es un buen relato, algo onírico, y de un corte muy intimista, pero pese a ello (y aunque no suelo ser muy partidario de los textos tan “subjetivos”, por definirlos de algún modo) ha conseguido llegarme.
No sé, quizás sea porque he creído ver en la pluma de su autor/a algunos destellos poéticos que me han gustado mucho, o tal vez porque las historias de amor siempre logran ejercer un extraño influjo hipnótico sobre mi persona. Sea como sea, y más allá de algunos errores ortográficos y de sintaxis (tironcillo de orejas para el autor/a por no haber revisado al cuento antes de haberlo enviado), debo felicitar a su autor/a porque ha logrado, en pocas palabras, transmitir una emoción muy grande.

Valoración personal: 6.5/10

[Yuyu]

Es muy bonito, la idea del relato narrado desde el punto de vista del "soñado" me encanta. Aún así, no me acaba de convencer, pero es por mis gustos personales creo. Felicidades por la creación!!!

[Ismael González]

No me ha llegado, lo siento. Ha resultado muy onírico, hasta diría que intimista, para mi gusto. Sin acritud.

[Gisso]

Relato onírico, pura poesía en prosa, pero ya siendo una cuestión de gustos, se me hace muy melosa la historia y los pensamientos que nos ofrece. Me chirría un poco las referencias que haces a la nostalgia y a la melancolía. Aunque se podría decir que no son sinónimos, las dos tienen que ver con la tristeza y no con la alegría, no entiendo la comparación noche y día, no son contrarios. Pero si me equivoco y no sé por dónde voy, no os cortéis en .

Aiss, el amor...

[Desierto]

Me ha resultado más una carta de amor de un adolescente febril que un relato que cuente una historia. Per se no está mal, pero demasiado intimista y subjetivo.

[elultimo]

Me ha gustado mucho cómo está contado, todo bien ordenado y contado de forma sencilla, sin experimentos literarios ni alardes metafóricos. La historia bien es cierto que no es nada original y produce una sensación de deja vu demasiado explícita que hace que sientas un poco de tedio, pero que sea tan corta contrarresta eso, lo cual es un punto a su favor.

[jilguero]

Conciso, emotivo y con ese deje de allende los mares que enamora a Jilguero. Pega, una versión más de las muchas que hay sobre el trueque entre realidad y sueño. Pero, como ya he dicho en otro hilo, esta versión es la tuya y el que nos suene conocida es un problema para los lectores, mas no para ti, autor, que habrás disfrutado tanto como otros lo hicieron antes. De momento, se queda en la lista de relectura ya que su destino dependerá mucho del nivel del resto de los relatos (llevo 7 solo).
¡Enhorabuena, autor, un texto muy bello!

[xabeltrán]

Bonito, pero ¿por qué tan breve? ¿Por qué el autor no ha explotado más, y mejor, la relación entre ambos, el amor desenfrenado que los une, más allá de todo sueño y realidad? Me da la impresión de que pasa de puntillas por la historia y que no ha profundizado apenas.

En cuanto a la redacción, hay algunos errores y podría mejorarse, pero es agradable de leer. Felicidades a medias.

[Gavalia]

Demasiado corto creo. No le veo argumento ni guión. Es poético, pero los monólogos son demasiado difíciles de mantener sin aburrir. No digo que no me haya gustado, pero desde mi punto de vista le falta chicha. No te apures mucho, quien te lo dice tampoco es que sea una lumbrera. Gracias comapañer@

[Sinkim]

Me ha gustado mucho la idea pero el texto, aunque tiene frases muy hermosas y poéticas, no me ha terminado de llegar Creo que se le podría haber sacado más jugo a la historia y al hecho de habitar en un mundo de sueños

[moskita]

Me ha encantado Escribes muy bien, pero para ser sincera algunas frases me han chocado un poco, como esta por poner un ejemplo:

Solo deseo ver el sol crecer en el horizonte y a mi decrecer en el interior

Digamos que se me atragantó en la lectura. Pero vamos, que a pesar de esto se va a quedar entre los favoritos porque me encanta como escribes

[andres451]

Un relato onírico y de amor donde el protagonista es el sueño y espera a la chica. Bastante bien, me entretuvo.