CV1 Contigo, contigo, contigo - Tadeus Nim
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CV1 Contigo, contigo, contigo - Tadeus Nim
Contigo contigo contigo
“…
Estando contigo, contigo, contigo
de pronto me siento feliz,
y cuando te miro, te miro, te miro
me olvido del mundo y de mí,
qué maravilloso es quererte así
estando contigo, contigo, contigo
me siento feliz.
…”
Sonia sentía, más que escuchaba, la canción que cantaba Marisol. Bailaba sin moverse. No estaba retenida pero no se movía; el mundo en blanco y negro, a trompicones, como en una vieja televisión de hacía cincuenta años la invitaba a "bailar para adentro". No estaba sola, su marido sí se movía, pero no al compás del “contigo, contigo, contigo”. Formaba parte del viejo programa que avanzaba a trompicones.
Ernesto señalaba con el dedo hacia ¿su ombligo? ¿Por qué señalaba a su tripa? Y ¿qué decía? Hablaba pero no era capaz de comprender qué era lo que le estaba diciendo. La canción continuaba. Ernesto hablaba en su idioma, eso lo sabía, pero no entendía nada de lo que decía, como si hablara en una lengua incomprensible. Lo escuchaba perfectamente, aun sintiendo la canción en primer plano; lo oía con la reverberación de cajón de lata de las viejas televisiones. Además, Ernesto era un negado para los idiomas, incluido el suyo propio al que maltrataba a la menor oportunidad. ¡Y seguía señalando a su ombligo! Sonia se estaba enfadando, no entendía a Ernesto, con el que llevaba casi una vida entera, y, encima, le hacía señas con las manos.
Se obligó a bajar la vista hacia donde le señalaba y comenzó a vislumbrar cómo, a un palmo del ombligo de Ernesto, en el aire, tomaban forma unas letras. <<¿Qué está pasando aquí? ¿Unas letras? ¿En el aire? Y, ¿de colores? ¡Están formando palabras! Mi… amor… deja… de… ¿Qué? ¿Pero cómo podía? ¿Cómo se atrevía? “Mi amor, deja de soñar con subtítulos, que luego te enfadas conmigo” ¡Habráse visto desfachatez! ¡Pues claro que me iba a enfadar con él! ¿No podía hablar normal, que tenía que hacerlo con subtítulos? Al menos los subtítulos los entendía>>. Ernesto estaba vestido de pirata. Y la canción, de repente, sabía a sarcasmo.
Sonia abrió los ojos. Hacía calor esa noche. Sentía el sudor sobre su cuerpo. No le gustaba el calor. A su espalda, como si fuera una caldera, percibió, aún más sofocante, la presencia de su marido en forma de aura irradiada a través del ya recalentado aire, hasta su espalda descubierta, con la camisetilla de tirantes. Adormilada, por encima del hombro, lo miró. Y le soltó una patada en el gemelo con el talón. Inmediatamente se dio cuenta de que había estado soñando y que el pobre Ernesto no le hablaba con subtítulos ni estaba vestido de pirata sino con un pijama. ¿Seguía escuchando la canción de Marisol? No, ya no, se había diluido como el mundo en blanco y negro a trompicones. Ernesto soltó un gruñido y se llevó una mano a la cara. Hizo como que se enjugaba un agua inexistente, quizá sudor de esa noche especialmente bochornosa en el apartamento alquilado para pasar las vacaciones. Se incorporó de costado un poco y se echó mano al gemelo. Sonia sintió una punzada culpable.
—¿Te pasa algo?
—En cuanto volvamos a casa voy al médico. Lo del gemelo no es normal. De vez en cuando me duele en medio de la noche sin venir a cuento. Y mira que como plátanos por lo del potasio ese, o lo que sea. Es que no es un calambre como cuando se hace bola, se pone duro y es una agonía. Es distinto —decía Ernesto medio dormido, acariciándose la zona golpeada.
—Es que, Ernesto, no haces ejercicio, y quieres hacerlo todo estos días —contestó Sonia.
—Mi vida, me hago viejo —dijo mientras se recostaba de nuevo y su voz se hacía más gutural a cada sílaba pronunciada—. Esto antes no me pasaba. Lo único bueno de que pase los años y hacerse mayor es que he estado más tiempo contigo... —Y Ernesto se volvió a quedar profundamente dormido.
Sonia sintió como Marisol volvía a inundar su paladar de sabor a hogar, a niños, a sábado contenido, a vacaciones en la playa. En color.
“…
Cuando amanece nevando no siento la falta del sol
y los copos de la nieve, y los copos de la nieve
me parecen de color.
…”
Madrid
Junio 2013
“…
Estando contigo, contigo, contigo
de pronto me siento feliz,
y cuando te miro, te miro, te miro
me olvido del mundo y de mí,
qué maravilloso es quererte así
estando contigo, contigo, contigo
me siento feliz.
…”
Sonia sentía, más que escuchaba, la canción que cantaba Marisol. Bailaba sin moverse. No estaba retenida pero no se movía; el mundo en blanco y negro, a trompicones, como en una vieja televisión de hacía cincuenta años la invitaba a "bailar para adentro". No estaba sola, su marido sí se movía, pero no al compás del “contigo, contigo, contigo”. Formaba parte del viejo programa que avanzaba a trompicones.
Ernesto señalaba con el dedo hacia ¿su ombligo? ¿Por qué señalaba a su tripa? Y ¿qué decía? Hablaba pero no era capaz de comprender qué era lo que le estaba diciendo. La canción continuaba. Ernesto hablaba en su idioma, eso lo sabía, pero no entendía nada de lo que decía, como si hablara en una lengua incomprensible. Lo escuchaba perfectamente, aun sintiendo la canción en primer plano; lo oía con la reverberación de cajón de lata de las viejas televisiones. Además, Ernesto era un negado para los idiomas, incluido el suyo propio al que maltrataba a la menor oportunidad. ¡Y seguía señalando a su ombligo! Sonia se estaba enfadando, no entendía a Ernesto, con el que llevaba casi una vida entera, y, encima, le hacía señas con las manos.
Se obligó a bajar la vista hacia donde le señalaba y comenzó a vislumbrar cómo, a un palmo del ombligo de Ernesto, en el aire, tomaban forma unas letras. <<¿Qué está pasando aquí? ¿Unas letras? ¿En el aire? Y, ¿de colores? ¡Están formando palabras! Mi… amor… deja… de… ¿Qué? ¿Pero cómo podía? ¿Cómo se atrevía? “Mi amor, deja de soñar con subtítulos, que luego te enfadas conmigo” ¡Habráse visto desfachatez! ¡Pues claro que me iba a enfadar con él! ¿No podía hablar normal, que tenía que hacerlo con subtítulos? Al menos los subtítulos los entendía>>. Ernesto estaba vestido de pirata. Y la canción, de repente, sabía a sarcasmo.
Sonia abrió los ojos. Hacía calor esa noche. Sentía el sudor sobre su cuerpo. No le gustaba el calor. A su espalda, como si fuera una caldera, percibió, aún más sofocante, la presencia de su marido en forma de aura irradiada a través del ya recalentado aire, hasta su espalda descubierta, con la camisetilla de tirantes. Adormilada, por encima del hombro, lo miró. Y le soltó una patada en el gemelo con el talón. Inmediatamente se dio cuenta de que había estado soñando y que el pobre Ernesto no le hablaba con subtítulos ni estaba vestido de pirata sino con un pijama. ¿Seguía escuchando la canción de Marisol? No, ya no, se había diluido como el mundo en blanco y negro a trompicones. Ernesto soltó un gruñido y se llevó una mano a la cara. Hizo como que se enjugaba un agua inexistente, quizá sudor de esa noche especialmente bochornosa en el apartamento alquilado para pasar las vacaciones. Se incorporó de costado un poco y se echó mano al gemelo. Sonia sintió una punzada culpable.
—¿Te pasa algo?
—En cuanto volvamos a casa voy al médico. Lo del gemelo no es normal. De vez en cuando me duele en medio de la noche sin venir a cuento. Y mira que como plátanos por lo del potasio ese, o lo que sea. Es que no es un calambre como cuando se hace bola, se pone duro y es una agonía. Es distinto —decía Ernesto medio dormido, acariciándose la zona golpeada.
—Es que, Ernesto, no haces ejercicio, y quieres hacerlo todo estos días —contestó Sonia.
—Mi vida, me hago viejo —dijo mientras se recostaba de nuevo y su voz se hacía más gutural a cada sílaba pronunciada—. Esto antes no me pasaba. Lo único bueno de que pase los años y hacerse mayor es que he estado más tiempo contigo... —Y Ernesto se volvió a quedar profundamente dormido.
Sonia sintió como Marisol volvía a inundar su paladar de sabor a hogar, a niños, a sábado contenido, a vacaciones en la playa. En color.
“…
Cuando amanece nevando no siento la falta del sol
y los copos de la nieve, y los copos de la nieve
me parecen de color.
…”
Madrid
Junio 2013
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Última edición por Lifen el 22 Jun 2013 22:50, editado 1 vez en total.
Re: Contigo, contigo, contigo
Es un relato gracioso, con un punto de vista curioso. Nocturno y con alevosía, diría yo. En el tercer párrafo me han confundido un poco los pensamientos de la mujer, pues me bailan los tiempos verbales. Creo que tendría que ser todo presente.
Pero bueno, es entretenido y agradable de leer.
Pero bueno, es entretenido y agradable de leer.
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Re: Contigo, contigo, contigo
Sueño de una noche de verano. O eso mismo he pensado mientras lo leía. Me ha hecho muchísima gracia que la protagonista se cabree con su marido por hablar en subtítulos jajaja.
Por lo demás creo que es un buen relato, aunque siento que le falta algo más de acción para mi gusto.
Gracias y suerte.
Por lo demás creo que es un buen relato, aunque siento que le falta algo más de acción para mi gusto.
Gracias y suerte.
Re: Contigo, contigo, contigo
Me he perdido totalmente con este relato. Lo dejo para releerlo en otro momento a ver si así consigo entenderlo mejor.
Re: Contigo, contigo, contigo
Este relato me ha recordado a una persona y además me gusta Marisol, ja.
Me pareció divertido y Sonia un poco enojona, no me gustaría de esposa si yo fuera Ernesto. Quizá si se pudiera usar más de esas 600-1,000 palabras, llegaría a un punto en el que la historia dijera algo más.
Me pareció divertido y Sonia un poco enojona, no me gustaría de esposa si yo fuera Ernesto. Quizá si se pudiera usar más de esas 600-1,000 palabras, llegaría a un punto en el que la historia dijera algo más.
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Re: Contigo, contigo, contigo
A mí me ha parecido una historia preciosa. La mujer algo maliciosa... pero el matrimonio me ha resultado entrañable y el relato agradable de leer.
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Re: Contigo, contigo, contigo
Lenguaje sobrio para una noche onírica. Me ha gustado aunque me haya perdido un poco. Relato de amor adulto y que siendo tierno no resulta en absoluto cursi. Gracias
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Re: CV1 Contigo, contigo, contigo
Me ha parecido una historia muy graciosa, y toda la parte del sueño es genial
"Contra la estupidez los propios dioses luchan en vano" (Friedrich von Schiller)
- aradia.ms
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- Ubicación: Ni idea. Me pierdo en mi propia casa.
Re: CV1 Contigo, contigo, contigo
No me ha quedado otra que reírme con el sueño, sobre todo al final, cuando ve a su marido vestido de pirata... más que nada porque yo misma tengo una imagen de mi marido vestido de pirata que me hace carcajearme cada vez que sale a relucir. Como el puntapié.
Me temo que quizá no sea objetiva con las sensaciones que me produce, pero me ha gustado. Es original y divertido en su visión de la pareja.
Me temo que quizá no sea objetiva con las sensaciones que me produce, pero me ha gustado. Es original y divertido en su visión de la pareja.
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Re: CV1 Contigo, contigo, contigo
Me parece bien escrito, la parte del sueño y el despertar es muy simpática. Me choca que Ernesto pueda hacer una reflexión tan amplia estando prácticamente dormido, mi marido gruñiría . Me pareció bonita la conexión entre el sueño y la realidad pero no le veo nada más, no sé si lo hay.
Ronda de noche. Mundodisco 29. Terry pratchett
La sombra de Ender (Ender 5) - Orson Scott Card
El asombroso Mauricio y sus roedores sabios. Mundo disco 28. Terry Pratchett
La sombra de Ender (Ender 5) - Orson Scott Card
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Re: CV1 Contigo, contigo, contigo
aradia.ms escribió:... más que nada porque yo misma tengo una imagen de mi marido vestido de pirata que me hace carcajearme cada vez que sale a relucir.
Jo. Yo conozco a alguien que gusta vestirse de pirata. ¿Estará eso de moda? Volví a leer la historia y me reí mucho más que la primera vez.
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Re: CV1 Contigo, contigo, contigo
¡Pobre Ernesto! me ha provocado mucha ternura. Sí, cualquier día de estos debería mirarse esos calambres que la ingesta de potasio masivo no consigue hacer desaparecer. Que tierno y cuanto amor...
Un relato delicioso, me gusta Marisol, me gustan las patadas nocturnas y alevosas y me gustan los hombres cariñosos que se disfrazan de piratas en los sueños y hablan con subtítulos, ea.
Un relato delicioso, me gusta Marisol, me gustan las patadas nocturnas y alevosas y me gustan los hombres cariñosos que se disfrazan de piratas en los sueños y hablan con subtítulos, ea.
Si yo fuese febrero y ella luego el mes siguiente...
Re: CV1 Contigo, contigo, contigo
Pues yo me he imaginado a Aradia pegando patadas nocturnas
Qué divertido, pobre Ernesto!!!!
Qué divertido, pobre Ernesto!!!!
- Tadeus Nim
- No tengo vida social
- Mensajes: 1314
- Registrado: 13 Nov 2012 13:55
- Ubicación: Eso ¿Donde estoy?
Re: CV1 Contigo, contigo, contigo
Que puntazo, soñar con subtítulos. Eso debe estar un escalón por debajo de soñar en blanco y negro y uno por encima de tener un piano de banda sonora y cartelones intercalados. Eso si, en color los subtitulos. Autor, un puntazo.
La canción esa no me había fijado mucho en ella (y la conozco de toda la vida del señor) y el ultimo cachito que hay al final mola, la imagen de los copos de nieve de colores me resulta superpoderosa. Uis que me pongo noño.
Me gusta Sonia con su runrun subcosciente y su semi/casi/ahí ahí le anda/inconsciente coz y Ernesto con su amor sincero mientras cae, de nuevo, en los brazos de morfeo. Sonia al final es como todas las chicas, solo quiere que la quieran.
Vestido de pirata.
Me ha gustado, si.
Buen trabajo.
La canción esa no me había fijado mucho en ella (y la conozco de toda la vida del señor) y el ultimo cachito que hay al final mola, la imagen de los copos de nieve de colores me resulta superpoderosa. Uis que me pongo noño.
Me gusta Sonia con su runrun subcosciente y su semi/casi/ahí ahí le anda/inconsciente coz y Ernesto con su amor sincero mientras cae, de nuevo, en los brazos de morfeo. Sonia al final es como todas las chicas, solo quiere que la quieran.
Vestido de pirata.
Me ha gustado, si.
Buen trabajo.
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Re: CV1 Contigo, contigo, contigo
No se puede ser más hipster que soñar en blanco y negro y con subtítulos.
Está bastante bien, entretenido, aunque al principio me he perdido y he vuelto a empezar.
Está bastante bien, entretenido, aunque al principio me he perdido y he vuelto a empezar.