CV1 Una boda - Fernando Vidal
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CV1 Una boda - Fernando Vidal
Una boda
Noche estival. Hermosa noche de cielo despejado y luna llena. Los últimos invitados se unen al grueso de la concurrencia. Todos aguardan expectantes, ansiosos. La iglesia luce iluminada, abarrotada. La marcha nupcial resuena, el sonido de la melodía sale desde el coro y llega hasta la nave central, las galerías laterales, las capillas adyacentes. La novia hace su entrada de la mano del padre. La blancura del vestido resalta su hermosa piel bronceada. Avanza, camina con gracia. El cabello dorado se mece sobre sus hombros en forma de delgados rizos. Luce indeciblemente bella, radiante. Los asistentes se ponen de pie, voltean, la contemplan, murmuran halagos. Rafael también da media vuelta, la mira, sonríe. La emoción lo embarga.
Y no es para menos. Ella aproxima su belleza hacia él, con cada paso que da acorta la distancia.
Rafael ya se imagina con ella, solos en la limusina, libres por fin del acoso de los familiares y amigos, besándose lejos de los flashes fotográficos, relajándose en los cómodos asientos del coche y brindando con una copa de champán en la mano, entre risas y tiernos susurros. Y luego las paradas. Sí, unas breves paradas porque ella sin duda querrá detenerse en los parques cercanos al mar para caminar y correr tomada de su mano, exhibiendo su impecable vestido y su felicidad. Rafael se imagina con toda claridad a los transeúntes curiosos: a las parejas de ancianos que los observan y seguramente recuerdan aquel momento feliz que también alguna vez vivieron, a las parejas jóvenes que los miran con admiración y hasta envidia pues sueñan con alcanzar algún día la misma dicha de la que aquella pareja de recién casados está gozando.
Rafael continúa imaginando: ahora se ve regresando a la limusina y ordenando al conductor que los lleve al hotel cinco estrellas para disfrutar de esa noche en una lujosa suite que seguramente uno de sus familiares ha tenido a bien obsequiarles.
Y a la mañana siguiente el viaje. Una semana de luna de miel, una semana entera con ella. Días maravillosos en el Caribe mezclados de amor y deseo. El sol, el agua cristalina, la blanca arena, ella recostada sobre una toalla, su piel, su exquisita piel, tocarla, sentirla, probarla. Ella solo para él y él solo para ella.
La novia ya está cerca, están muy cerca. Rafael puede sentir su exquisito perfume, cruzan las miradas…
Pero ella continúa su camino, da un paso, da otro, la distancia vuelve a crecer. Ella mantiene el rumbo, se aleja, solo se detiene ante el altar. El novio la recibe ofreciéndole la mano, se sonríen. La ceremonia va a empezar.
Rafael los observa. La sonrisa se le borra de los labios. Sabe que debió ser él la pareja de la novia, sabe que debió ser él quien la recibiera frente al altar. Una sensación de asco crece en su interior. Es un crimen, piensa que es un crimen, una mujer tan linda no puede entregarse a un novio tan vulgar, tan horrible.
Ah, si tan solo ella lo conociera… Se enamoraría de él, eso es seguro, no querría perderlo.
Pero ya es muy tarde, ella no lo conoce. Nadie en esa iglesia lo conoce. Él es un extraño y ellos son unos extraños para él. Rafael todavía no tiene claro qué fue lo que lo llevó a entrar en la iglesia, abrirse paso entre los invitados y presenciar la llegada de esa novia anónima.
Las campanas de la iglesia repican, anuncian la perpetua unión de la desproporcionada pareja. Los invitados les arrojan arroz a la salida. Rafael ya no los ve, ya no los oye, se aleja despechado perdiéndose en la oscuridad.
Noche estival. Hermosa noche de cielo despejado y luna llena. Los últimos invitados se unen al grueso de la concurrencia. Todos aguardan expectantes, ansiosos. La iglesia luce iluminada, abarrotada. La marcha nupcial resuena, el sonido de la melodía sale desde el coro y llega hasta la nave central, las galerías laterales, las capillas adyacentes. La novia hace su entrada de la mano del padre. La blancura del vestido resalta su hermosa piel bronceada. Avanza, camina con gracia. El cabello dorado se mece sobre sus hombros en forma de delgados rizos. Luce indeciblemente bella, radiante. Los asistentes se ponen de pie, voltean, la contemplan, murmuran halagos. Rafael también da media vuelta, la mira, sonríe. La emoción lo embarga.
Y no es para menos. Ella aproxima su belleza hacia él, con cada paso que da acorta la distancia.
Rafael ya se imagina con ella, solos en la limusina, libres por fin del acoso de los familiares y amigos, besándose lejos de los flashes fotográficos, relajándose en los cómodos asientos del coche y brindando con una copa de champán en la mano, entre risas y tiernos susurros. Y luego las paradas. Sí, unas breves paradas porque ella sin duda querrá detenerse en los parques cercanos al mar para caminar y correr tomada de su mano, exhibiendo su impecable vestido y su felicidad. Rafael se imagina con toda claridad a los transeúntes curiosos: a las parejas de ancianos que los observan y seguramente recuerdan aquel momento feliz que también alguna vez vivieron, a las parejas jóvenes que los miran con admiración y hasta envidia pues sueñan con alcanzar algún día la misma dicha de la que aquella pareja de recién casados está gozando.
Rafael continúa imaginando: ahora se ve regresando a la limusina y ordenando al conductor que los lleve al hotel cinco estrellas para disfrutar de esa noche en una lujosa suite que seguramente uno de sus familiares ha tenido a bien obsequiarles.
Y a la mañana siguiente el viaje. Una semana de luna de miel, una semana entera con ella. Días maravillosos en el Caribe mezclados de amor y deseo. El sol, el agua cristalina, la blanca arena, ella recostada sobre una toalla, su piel, su exquisita piel, tocarla, sentirla, probarla. Ella solo para él y él solo para ella.
La novia ya está cerca, están muy cerca. Rafael puede sentir su exquisito perfume, cruzan las miradas…
Pero ella continúa su camino, da un paso, da otro, la distancia vuelve a crecer. Ella mantiene el rumbo, se aleja, solo se detiene ante el altar. El novio la recibe ofreciéndole la mano, se sonríen. La ceremonia va a empezar.
Rafael los observa. La sonrisa se le borra de los labios. Sabe que debió ser él la pareja de la novia, sabe que debió ser él quien la recibiera frente al altar. Una sensación de asco crece en su interior. Es un crimen, piensa que es un crimen, una mujer tan linda no puede entregarse a un novio tan vulgar, tan horrible.
Ah, si tan solo ella lo conociera… Se enamoraría de él, eso es seguro, no querría perderlo.
Pero ya es muy tarde, ella no lo conoce. Nadie en esa iglesia lo conoce. Él es un extraño y ellos son unos extraños para él. Rafael todavía no tiene claro qué fue lo que lo llevó a entrar en la iglesia, abrirse paso entre los invitados y presenciar la llegada de esa novia anónima.
Las campanas de la iglesia repican, anuncian la perpetua unión de la desproporcionada pareja. Los invitados les arrojan arroz a la salida. Rafael ya no los ve, ya no los oye, se aleja despechado perdiéndose en la oscuridad.
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Última edición por Lifen el 16 Jul 2013 08:40, editado 2 veces en total.
Re: Una boda
Me ha hecho sentir mucha lástima por Rafael. Pobre chico. No me ha entusiasmado mucho la historia por la temática (también puede ser que es la tercera historia de desamor que llevo leída en este concurso), pero reconozco que la he leído con interés y no me ha aburrido en absoluto, lo cual es un punto positivo. Lo que no me ha quedado muy claro es si Rafael se está imaginando toda la boda, se imagina cómo sería su boda mientras ve la de otros o si se imagina su boda con la novia porque está enamorada de ella y ella se casa con otro (en este último caso, si fuera así, habría que darle una buena colleja por martirizarse de ese modo )
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Re: Una boda
Creo que es un muy buen relato, al menos en cuanto a la historia en sí. Me gustan este tipo de historias que, en un punto determinado, hacen que te cuestiones todo lo que has leído anteriormente.
Buen trabajo.
A las preguntas de Elultimo: Creo que en el relato comenta que es una novia "anónima" para él, así imagino que se ha metido en la iglesia sin más y se ha imaginado que él mismo era el novio. O eso he leído yo jejeje.
Gracias y suerte.
Buen trabajo.
A las preguntas de Elultimo: Creo que en el relato comenta que es una novia "anónima" para él, así imagino que se ha metido en la iglesia sin más y se ha imaginado que él mismo era el novio. O eso he leído yo jejeje.
Gracias y suerte.
Re: Una boda
Tienes razón, no me acordaba de ese detalle... aunque así, también puede ser que la ame en secreto.blinder escribió:Creo que es un muy buen relato, al menos en cuanto a la historia en sí. Me gustan este tipo de historias que, en un punto determinado, hacen que te cuestiones todo lo que has leído anteriormente.
Buen trabajo.
A las preguntas de Elultimo: Creo que en el relato comenta que es una novia "anónima" para él, así imagino que se ha metido en la iglesia sin más y se ha imaginado que él mismo era el novio. O eso he leído yo jejeje.
Gracias y suerte.
Re: CV1 Una boda
Una historia interesante, me ha gustado el giro que tiene y me deja con la duda de que tipo de persona es Rafael que entra en una boda desconcocida, se enamora de la novia y se monta su propia película en un momento
"Contra la estupidez los propios dioses luchan en vano" (Friedrich von Schiller)
Re: CV1 Una boda
Me ha gustado pero me ha faltado entender o saber los motivos de Rafael para colarse en una boda y fantasear con una novia desconocida .
Ronda de noche. Mundodisco 29. Terry pratchett
La sombra de Ender (Ender 5) - Orson Scott Card
El asombroso Mauricio y sus roedores sabios. Mundo disco 28. Terry Pratchett
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Re: CV1 Una boda
Vaya con Rafael. Me ha gustado mucho este personaje. Y la historia está bien escrita y planteada. Gracias
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Re: CV1 Una boda
Me gusta mucho cómo describes en las primeras frases, me ha metido en la historia de lleno. Pensaba que iba a ser la descripción de una boda veraniega, lo cual habría sido interesante.
Estoy con yuyu: ¿Por qué se cuela en una boda y se enamora de la mujer sin siquiera conocerla? Un poco raro
Estoy con yuyu: ¿Por qué se cuela en una boda y se enamora de la mujer sin siquiera conocerla? Un poco raro
- Miss Darcy
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Re: CV1 Una boda
Estaba yo tan emocionada, imaginándome un mundo de color de rosa para los novios y ¡Zasca! en toda la boca...
Me queda la duda de si Rafael es un perturbado o solo un simple solitario jeje. Más bien lo segundo, ¿no?. Autor/a me has enganchado, aunque quizás las dos/tres primeras frases tan cortas del primer párrafo pedían un poco más de lirismo, y el final me ha dejado dislocada (para bien). Buen trabajo
Me queda la duda de si Rafael es un perturbado o solo un simple solitario jeje. Más bien lo segundo, ¿no?. Autor/a me has enganchado, aunque quizás las dos/tres primeras frases tan cortas del primer párrafo pedían un poco más de lirismo, y el final me ha dejado dislocada (para bien). Buen trabajo
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Re: CV1 Una boda
Me parece una buena idea y un buen relato. El engaño es perfecto; todo hace sugerir que es el desconocido quien se va a casar. Podría quedar en la sorpresa, pero va un poco más allá y nos transmite una sensación de desasosiego, de duda. Un intruso en una reunión expuesta. ¿Cuáles son sus intenciones? ¿Por qué lo ha hecho? Quizás yo lo hubiera dejado en el aire para crear más desconcierto en el lector, eliminando:
Otro punto menor a pulir es la hora del día. Me descuadran las acciones que Rafael imagina, siendo una boda nocturna (de hecho me suena algo raro que sea nocturna).
En fin, muy buen trabajo, autor.
Código: Seleccionar todo
Rafael todavía no tiene claro qué fue lo que lo llevó a entrar en la iglesia
En fin, muy buen trabajo, autor.
- albatross
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Re: CV1 Una boda
A mí me ha sorprendido el cambio de papel de Rafael al final del relato, lo cual significa que el autor ha cumplido con su objetivo. Eso está bien.
Además el relato tiene la ventaja que si cambia la frase del principio "Noche estival" por "Noche otoñal", también sirve para el concurso de otoño.
Además el relato tiene la ventaja que si cambia la frase del principio "Noche estival" por "Noche otoñal", también sirve para el concurso de otoño.
Re: CV1 Una boda
Este es el segundo relato que leo de "pajas mentales", el otro ha sido el del poeta limpiador de cristales que sueña con la tipa esa del anuncio.
me gusta el engaño, me lo he creído y luego he sentido la tristeza de Rafael, desilusionado porque esa novia ha pasado de largo.
¿Pero como sabe que el novio es vulgar? por qué se enfada tanto? a ver si va a ser una especie de psicópata...uhmmmm
me gusta el engaño, me lo he creído y luego he sentido la tristeza de Rafael, desilusionado porque esa novia ha pasado de largo.
¿Pero como sabe que el novio es vulgar? por qué se enfada tanto? a ver si va a ser una especie de psicópata...uhmmmm
Si yo fuese febrero y ella luego el mes siguiente...
- Tadeus Nim
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Re: CV1 Una boda
Esta bien, correcto, con giro final... No se, soy yo eh, pero las historias de perdedores que pierden y, supongo, siguen perdiendo cada día me llenan menos y me dejan un poso de "mechachus en la mar".
Buen trabajo.
Buen trabajo.
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Re: CV1 Una boda
Pues si, a mi me ha dado penita y me ha llegado, me he quedado impactada cuando he visto que él era totalmente anónimo y simplemente entró en una Iglesia.
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Re: CV1 Una boda
Lo malo: creo que falta alguna coma, pero sin mayor importancia y se utiliza un lenguaje en presente que el texto me parezca demasiado básico, sin embargo...
Lo bueno: es sorprendente el final, pues a mí no se me ha hecho predecible y transmite perfectamente que el tío es un tarado mental que podría llegar a ser algo más que eso (un psicópata, por ejemplo).
La historia se lee muy bien.
Lo bueno: es sorprendente el final, pues a mí no se me ha hecho predecible y transmite perfectamente que el tío es un tarado mental que podría llegar a ser algo más que eso (un psicópata, por ejemplo).
La historia se lee muy bien.
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