NH1 Los poetas de la luna - Andres451

Relatos que optan al premio popular del concurso.

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lucia
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NH1 Los poetas de la luna - Andres451

Mensaje por lucia »

Los poetas de la luna


El viento del tiempo ha hecho que hoy en día siga escuchando todavía la historia de Tajomaru y Yoshihide. Siempre me resultó interesante que estas dos personas hayan logrado pasar de año en año por las lenguas de los habitantes de lo que otrora se denominó Edo y hoy es llamado Tokio. Sin embargo, siendo yo escritor, nunca se me había ocurrido narrar en detalle la tragedia de “Los poetas de la luna” hasta que, por mera casualidad, me topé en un museo con una maravillosa pintura de Tajomaru. Como un fósforo encendido y luego arrojado a un pajar, fue la fiel imagen del guerrero la que provocó el chispazo que me sentó por horas a dejar por escrito este relato que sólo era conocido de boca en boca.
Ahora sí, dejando de lado esta breve introducción, pasaré a contar mi versión de esta historia.

Tajomaru nació en el año 1580 aproximadamente en un pueblo cercano a Edo. Poco se sabe de su infancia, pero hay algo de ella que lo marcó para siempre y pasaré a contarlo.
Tajomaru soñaba como todo joven en convertirse en un gran samurai. Dedicaba sus tardes a practicar con sus amigos con espadas de madera. Había algo innato en él y era su fuerza. Los adultos que lo veían practicar sabían que el joven había nacido para la espada, él también lo entendía así y por eso rebalsaba optimismo en cuanto a lo que creía que sería su porvenir.
En aquel pueblo corría el rumor de que había una bruja de más de cien años de edad que era capaz de ver el futuro de quien se lo pidiera. Probablemente era sólo una anciana fuera de sus cabales, pero a Tajomaru y sus amigos les resultó intrigante y cierta noche decidieron ir con la vieja. No hace falta aclarar que la mujer era una ermitaña poco sociable. Primeramente se negó a predecir su futuro, pero fue la insistencia de Tajomaru la que hizo que la bruja declinara su decisión. Cuentan que cuando escuchó la voz de Tajomaru su rostro se ensombreció y, con una risa un tanto cómplice y tétrica, accedió. Empezó relatando el futuro a todos los amigos de nuestro protagonista, siempre mirando las llamas. Cuando llegó el turno de Tajomaru, la anciana se limitó a decir:
_ Tú serás el hombre que logrará cortar la luna.
Los niños abuchearon a la anciana y se retiraron de la posada, sin embargo, Tajomaru quedó boquiabierto como poseído por aquellas llamas del futuro que se reflejaban y ardían fervientemente en sus pupilas. La anciana vio la determinación del pequeño y le regaló una hermosa katana que había conservado de sus antepasados pero que ya no tenía ningún significado para ella pues, según decía, la muerte la sorprendería pronto y su espada quedaría a la merced del primer ladrón que ingresase a su morada.
A partir de esa noche, Tajomaru no descansó un solo día. A los quince años de edad su aspecto físico era como el de un adulto y su destreza con la katana podía equipararse con la de un samurai.
Cuando cumplió veinte años, decidió comenzar su viaje. Antes de partir grabó en la hoja de la espada la siguiente frase: “Espada que corta la luna”.
Sediento de probar sus verdaderas habilidades, participó de la cruenta batalla de Sekigahara. Tras la misma, se convirtió en ronin allá por el año 1600 cuando Ieyasu Tokugawa ascendió como primer Shogun del shogunato Tokugawa del Japón. Como es sabido, un Ronin era un samurai sin amo, por ende, sin trabajo y, lamentablemente, Tajomaru estuvo en el bando que perdió la guerra. Caído en desgracia, con algunas heridas (por suerte superficiales), sólo portando su sable, vagó por ese Japón no falto de bandidos y desorientados, robando para comer y siempre escondiéndose del bando victorioso.

Tras meses de vivir en la montaña, Tajomaru sabía que un crudo invierno se avecinaba y que no sobreviviría en aquel terreno hostil. Fue entonces cuando, ya sin importarle si lo mataban, arribó a Edo para encontrarse con su destino, fuera cual éste fuera. Con un kimono sucio y harapiento y un bushido derrotado, caminó por las calles ante la atenta mirada de la gente que ya bastante había sufrido por la guerra. Razón por la cual nadie se ofreció a proveerle agua siquiera. Sin embargo, Tajomaru podría haber soportado varios días más en ese deplorable estado sin desmayarse, pero cuando sus ojos contemplaron a una dama de belleza sobrenatural que vestía un kimono floreado y que, en una de sus manos sostenía una flor de loto, su cuerpo decidió descansar. Las miradas de ambos se cruzaron en medio de una calle polvorienta y fue entonces cuando, tras un placentero suspiro, de esos que roban un pedazo de vida, Tajomaru se desplomó.
Muchos se preguntan qué fue lo que provocó a esa bella doncella a ayudar a un ronin. Para mí es muy simple: amor. Su nombre era Mizuki, hija de un poderoso señor feudal cuyo nombre era Yoshihide. El padre de la joven se mostró molesto en un principio, pero sentía un amor y obsesión enfermizos hacia su hija y terminó permitiendo que el ronin fuera cuidado en su morada. Yoshihide sabía que si el bandido resultaba ser del bando enemigo, sus cabezas estarían en peligro por hospedarlo. Lo mantuvieron escondido de la sociedad y obligó a su Mizuki a prometer que, una vez pudiese caminar, el vagabundo se iría de sus vidas para siempre.
El día que Tajomaru despertó, Yoshihide se encontraba pintando (su gran afición) un biombo en el jardín. El ronin buscó por toda la habitación su katana pero no pudo hallarla. Cegado por la desesperación, salió totalmente desnudo y se encontró con Yoshihide que, como mencionamos previamente, pintaba tranquilamente en el jardín. Mizuki se encontraba en compañía de su padre así que, como era de esperarse, tapó sus ojos y Yoshihide insultó a Tajomaru por su descortesía.
_ Mi katana.
Eso fue todo lo que Tajomaru dijo como réplica a los improperios. La chica se retiró del jardín y sólo quedaron ellos dos por escasos segundos hasta que una sirvienta brindó a Tajomaru un kimono que terminó vistiendo rápidamente. Acto siguiente, como si toda la ira de Yoshihide desapareciera de golpe, invitó a Tajomaru a sentarse junto a él.
_ ¿Cómo es tu nombre, joven?
_ Tajomaru.
_ ¿De dónde vienes?
_ De las montañas.
_ Participó en la guerra. – esto, cabe aclarar, fue más una afirmación que una pregunta por parte del artista.
_ Sí.
_ ¿Bando ganador o perdedor?
Fue entonces cuando los ojos del señor feudal dejaron de lado el biombo y trataron de descubrir la sinceridad de Tajomaru.
_Perdedor. – respondió éste sin vacilar. Pues su vida hacía rato que no dependía de sí mismo.
_ Me gusta su sinceridad. Hay dos razones por las cuales sigue usted con vida, Tajomaru. La primera es por la insistencia de mi hija Mizuki en salvarlo. La segunda – y entonces fue cuando Yoshihide desenvolvió de un trapo dorado la katana de Tajomaru. Los ojos del vagabundo se iluminaron y a punto estuvo de quitársela de las manos. – es por esta hermosa espada.
_ Es mía.
_ Así es. Tajomaru, quiero que observe el biombo que pinté.
Hasta ese momento, Tajomaru no había desviado ni por un momento la mirada hacia donde el dibujo se encontraba. Cuando lo hizo, quedó estupefacto durante varios segundos ante tal maravilla. La luna en todo su esplendor figuraba en el centro del biombo. Una luna llena amarillenta rodeada de delgadas nubes sobre un río muy oscuro pero más claro que la noche. Entonces, llenándose de orgullo y soberbia, Yoshihide exclamó:
_ ¡Yo soy el pintor de la luna!
Tajomaru no pronunció palabra, se había distraído al ver que Mizuki espiaba la conversación escondida detrás de un árbol de cerezos.
_ No se quede mudo Tajomaru. Seguro ha visto esta misma luna durante alguna de sus solitarias noches en las montañas.
Esta vez el ronin asintió y recordó una fría noche en que apuntó con su katana a una luna llena amarilla idéntica a la que se encontraba atrapada en el biombo de Yoshihide. Sin embargo, no creyó al señor feudal que el color del satélite fuera tal porque él lo hubo pintado. De todas formas le siguió la corriente y luego volvió a su verdadero interés.
_ ¿Qué tiene que ver mi katana?
Yoshihide se puso de pie y la desenvainó. El color de la misma era de un plateado tan puro como el alma de su hija. Luego señaló con su dedo índice los kanji que en la hoja inmortalizados estaban.
_ “Espada que corta la luna”
_ Así se llama. – explicó Tajomaru.
_ Lo sé, y es una ofensa hacia la luna. A esa belleza que yo mismo he pintado. – claramente Yoshihide no estaba del todo cuerdo. – Jamás dejaré que este arma la corte. Así que, a cambio de salvarle la vida, usted me la regalará para que pueda destruirla y eliminar el peligro latente que significa para la luna.
Hay quienes dicen que sólo pasaron segundos hasta que Tajomaru respondió. A mí me gusta pensar que en su cabeza el tiempo transcurrió muchísimo más lento. Que mientras en la realidad fueron segundos, en el ensimismado Tajomaru pasaron años, toda su infancia, sus recuerdos, sus sueños, su destino… absolutamente todo se le hizo presente. ¿Cómo lograr su karma si regalaba el instrumento que lo llevaría al lugar de Dios? En definitiva, su respuesta fue no, y pidió respetuosamente que su katana fuese devuelta a sus manos.
Entonces se produjo un quiebre a toda relación posible entre estas dos personas. Yoshihide frunció el ceño y alzó bruscamente la mano. En un abrir y cerrar de ojos cuatro samuráis rodearon a Tajomaru. Este acto provocó que Mizuki saliera de su escondite y suplicara a su padre clemencia, pero éste, cegado totalmente por la ira, por primera vez no la escuchó.
El corazón de Tajomaru golpeó fuertemente al verla, como aquella vez que la vio con la flor de loto en la mano. Sólo que esta vez no se desmayó y decidió luchar por amor, por su karma. ¿Y cómo detener la voluntad predestinada del hombre que estaba dispuesto a intentar cortar la luna? ¿Cómo oponerse en su camino hacia el cielo? En un rápido movimiento de bandido robó la espada de las manos de Yoshihide y, acto seguido, atravesó el corazón del hombre que juró haber pintado la luna. La sangre color escarlata jamás pudo borrarse de los ojos de la inocente Mizuki, quien gritó presa de terror.
Entre visiones de sus agotadores entrenamientos, entre visiones de la dura batalla de Sekigahara, Tajomaru se batió a duelo contra los cuatro samuráis que, sorprendidos por la estocada que recibió su amo, atacaron al ronin totalmente fuera de sí. Pero Tajomaru estaba enfurecido, era un tigre luchando para sobrevivir. Al primero que se acercó le rebanó la mano y su kimono se manchó de sangre. A los otros tres procuró siempre no darle la espalda mientras aguantaba con su espada las diversas estocadas. Recibió algunos cortes menores en sus brazos y uno en su mejilla. Un hilo de sangre descendió hacia su labio superior y lo relamió. Sus ojos ardían, era una fiera dispuesta a obtener lo suyo. El segundo samurai cayó ahogándose en su propia sangre por el profundo corte que recibió en el cuello. Pero su instinto de bandido le decía que era cuestión de tiempo para que el resto de samuráis que trabajaban para Yoshihide se enteraran y arribasen al jardín. Entonces, tomando una rápida decisión, dio por primera vez la espalda a sus rivales y comenzó a correr. A la pasada tomó velozmente a Mizuki y se la cargó al hombro, para su sorpresa la doncella era muy liviana y no provocó la disminución de su trote. Mizuki no trató de impedir el secuestro, estaba ida. La última imagen que tuvo del jardín fue la luna del biombo impregnada con gotas de sangre de su padre.
Cuando los samurais estuvieron a punto de alcanzar a Tajomaru, fue demasiado tarde. Ya se encontraban en las calles de Edo y el bandido, sin dudarlo un segundo, se arrojó a un río que se encontraba en su camino. Luego dejó que la corriente hiciera lo suyo. Los hombres de Yoshihide se quedaron en la orilla viendo como su enemigo se escapaba. Ninguno de los dos sabía nadar. Tampoco Mizuki, quien había decidido no intentar siquiera una brazada. De todos modos Tajomaru la salvó y la llevó consigo hacia una orilla lejana.
Sabía que durante varios días (y quizás por el resto de su vida) sería perseguido por los hombres de Yoshihide. Por lo pronto decidió esconderse en un bosque lejano de la ciudad. Allí se encontraba, sentado en medio de la naturaleza, sin prender un fuego porque sabía que podría alertar a sus perseguidores y, en frente de sus ojos, la mujer que tanta conmoción le había generado. Mizuki no hablaba, tiritaba de frío pues toda su ropa estaba mojada y la noche empezaba a caer lentamente. Tajomaru le confesó todos sus sentimientos, hasta le dijo que cuando la vio por primera vez creyó que era Kichijoten, la diosa de la fortuna. Mizuki entonces volvió a hablar. Le dijo que también se sentía atraída por él. Que desde el primer momento lo había amado. Esa noche se calentaron el uno con el otro. Hicieron el amor y Tajomaru olvidó por completo el mundo que lo rodeaba, los problemas que sobre él habían caído, absolutamente todo.

Era de madrugada, Tajomaru tenía los ojos cerrados. De pronto volvió en sí, todo aquello que había olvidado mientras estuvo con Mizuki volvió a su mente. Su instinto animal le dijo que era hora de despertar. Entonces sintió realmente la luna, su destino, la gravedad; todo ejercía sobre él una presión sobrehumana. Y al abrir los ojos no tuvo más opción que atravesar con su espada la delicada y pálida panza de Mizuki. La chica, que se encontraba parada justo encima de él, dejó caer la daga que bien escondida había tenido todo ese tiempo. Luego se desplomó sobre un costado, sin vida. Tajomaru se puso de pie y limpió suavemente la hoja de su espada. Probablemente derramó lágrimas mientras lo hacía, preguntándose por qué Mizuki había intentado matarlo.
Algo que nunca había pensado el pobre ronin era el significado del nombre Mizuki (pues todo aquello transcurrió en un día o dos, y cuando Yoshihide reveló el nombre de su hija, él estaba totalmente concentrado en recobrar su katana). Yoshihide, tan enamorado de la luna, había llamado a su hija con ese nombre que significaba “Bella luna”. Hay quienes dicen que Yoshihide en realidad quería proteger a su hija, otros que Tajomaru siempre supo el significado del nombre de ella y tenía planeado cumplir con su destino sí o sí, aunque se tratase de una persona. Lo que es seguro es que Tajomaru recordó entonces la sonrisa siniestra de la bruja y se abatió en varios suspiros (de esos que te roban un pedazo de vida) mientras repetía una y otra vez la frase “karma es karma…”

Jamás se supo más de Tajomaru, no fue encontrado con el correr del tiempo. Ni siquiera su cadáver. Cada vez que en Japón se ve esa luna llena amarilla sobre las aguas de algún río uno no puede dejar de pensar en Yoshihide y su pincel. Hay también quienes dicen que Tajomaru logró cortar la luna y que por eso a veces la vemos por la mitad.
En definitiva, ese cuadro que contemplé de Tajomaru elevado en un salto divino con su katana desenvainada apuntando a la luna en el horizonte no hizo más que traerme a la memoria este relato.
Dejo entonces por escrito la historia de estos poetas sin palabras, de estos poetas de acciones y creencias, que hicieron poesía con la luna. Hombres que, sin saberlo jamás, fueron llamados Los poetas de la luna.
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Si cedes una libertad por egoísmo, acabarás perdiéndolas todas.

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ukiahaprasim
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Re: NH1 Los poetas de la luna

Mensaje por ukiahaprasim »

No me acaba de convencer a mi ese rol activo del narrador ajeno a la historia hablando en primera persona...

Por lo demás, no está mal narrado, pero no me acaba de llegar.

Los personajes me resultan ajenos, aunque sea lo normal, porque están a gran distancia temporal y cultural..
Supongo que estarán bien contextualizados desde el punto de vista personalidad-sociedad pero carezco de criterio para valorarlo...

El final... bien... supongo que es el que toca, pero hay algo que chirria.... y mucho...

La ignorancia del protegonista sobre el significado del nombre de su enamorada...

Seamos serios, un nombre japones no es ningun misterio para un japones... No tiene que pensar en su significado... Es como si un Ingles le dijera a Stephen King "hombre, no habia caido yo que tu apellido significaba rey"... (that "king" means king)

Tambien puede ser que ser que al buen Tajomaru le importara un pimiento como se llamaba Mizuki, y ni le escuchara a su padre decirlo, ni se preocupara nunca por enterarse... .... pero yo a eso lo llamaría encoñamiento mas que enamoramiento... y desde luego, hubiera cambiado bastante el tono del relato...

Ukiah
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ciro
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Re: NH1 Los poetas de la luna

Mensaje por ciro »

Algunos fallos de redacción y alguno, pequeñito, histórico. Akutagawa tiene un relato sobre un bandido llamado Tajomaru, quizá sea en este personaje en el que se inspira el autor o en las numerosas series o películas sobre el famoso bandido. Tiene ciertos tintes poéticos y un destino fatal que cuadran mucho con la mentalidad oriental, además de su originalidad argumental, que hay que agradecer. Siempre es difícil situarse en una mentalidad tan distinta de la nuestra.
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Re: NH1 Los poetas de la luna

Mensaje por Nínive »

¡Hola compañero! :hola:
Un vistazo rápido a internet no me ha sacado de dudas sobre si Tajomaru existió de verdad. :shock:
Me ha resultado un tanto confusa la manera de describir a los personajes. No he empatizado con ninguno. No sé muy bien cúal es la razón. Los encuentro contradictorios y poco creíbles (o las situaciones que se crean, puede ser también).
La historia no deja de ser curiosa, pero creo que no es el enfoque adecuado para contarla.
No sé, creo que será una relectura porque no acabo de cogerle el punto. :60:
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Sinkim
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Re: NH1 Los poetas de la luna

Mensaje por Sinkim »

Me ha gustado mucho la historia aunque he de reconocer que no me esperaba ese final
yo creía que se iba a limitar a cortar los lienzos de la Luna que pinta el otro y a casarse con la chica una vez cumplido su destino :D
Me ha parecido muy poética y el estilo de los cuentos japoneses está muy logrado, me ha gustado sobre todo la reacción final de la chica
intentando matarlo para restaurar su honor y el de su padre :D

He de reconocer que a mí también me chocó lo que ha dicho Ukiah
respecto del nombre de la chica, tendría que haber sido algo inmediato a no ser que tenga algo que ver con las diferentes caligrafias que tienen y venga por ahí el que no se diera cuenta de ello :D
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andres451
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Re: NH1 Los poetas de la luna

Mensaje por andres451 »

A mí me gustó. Creo que para comprender un poco el relato y a sus personajes hay que estar un poco curtido en la cultura japonesa de la época.

Sobre lo de Tajomaru y el nombre de la chica creo que se explica en este párrafo:
"Hay quienes dicen que Yoshihide en realidad quería proteger a su hija, otros que Tajomaru siempre supo el significado del nombre de ella y tenía planeado cumplir con su destino sí o sí, aunque se tratase de una persona."
Es decir que lo que relata el narrador puede no ser completamente cierto y lo de que "hay quienes dicen" sea lo verdaderamente cierto.

Al menos así lo interpreté yo. :lol:
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albatross
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Re: NH1 Los poetas de la luna

Mensaje por albatross »

El autor hace un esfuerzo lírico que se agradece, pero el cuento se me desmonta bastante ―léase dejo de creerme la historia― cuando Mizuki se entrega sin reparos y sin dudarlo al asesino de su padre, un samurái básico, despiadado y nada simpático al que acaba de conocer.
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ukiahaprasim
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Re: NH1 Los poetas de la luna

Mensaje por ukiahaprasim »

andres451 escribió:Sobre lo de Tajomaru y el nombre de la chica creo que se explica en este párrafo:
"Hay quienes dicen que Yoshihide en realidad quería proteger a su hija, otros que Tajomaru siempre supo el significado del nombre de ella y tenía planeado cumplir con su destino sí o sí, aunque se tratase de una persona."
Es decir que lo que relata el narrador puede no ser completamente cierto y lo de que "hay quienes dicen" sea lo verdaderamente cierto.
Si, pero esa condicionalidad "dicen"... choca mucho con lo que expresa de modo tajante el relato:
Algo que nunca había pensado el pobre ronin era el significado del nombre Mizuki (pues todo aquello transcurrió en un día o dos, y cuando Yoshihide reveló el nombre de su hija, él estaba totalmente concentrado en recobrar su katana). Yoshihide, tan enamorado de la luna, había llamado a su hija con ese nombre que significaba “Bella luna”
Es más, aunque la condiciones o lo corrijas a posteriori, esa afirmacion resaltada se cae por su propio peso... aunque estuviera planteada como una de las posibilidades, en realidad es una posibilidad imposible...

Ukiah
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David P. González
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Re: NH1 Los poetas de la luna

Mensaje por David P. González »

Debe ser una historia que pasa de boca en boca, como bien cuentas, porque no encuentro nada XD.
Me ha gustado mucho, pero no está bien contada.
Para mi gusto, necesita una reescritura.
Hay expresiones horrorosas (siempre para mi gusto, no te ofendas).
En el primer diálogo entre Tajoramu y Yoshihide, éste empieza tratando de tú al chico y luego pasa a tratarle de usted.
También encuentro flojos ciertos puntos clave en la trama.
En definitiva, que me gusta tu historia, pero no como te ha quedado en este relato.
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Emisario
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Re: NH1 Los poetas de la luna

Mensaje por Emisario »

¡Qué bueno! Me ha gustado mucho y me he entretenido mucho leyéndolo. Las conclusiones entremezcladas y parcialmente opuestas son típicas de las leyendas y aunque puede haber un fallo menor en la concordancia, me deja una muy buena experiencia de lectura. Me has sacado de la racionalidad y no he encontrado mucho de lo que discutir, buen escritor, buena historia y bien contada. Tiene algunas posibilidades de mejorar, claro, ¿cuál relato no la tiene? pero eso es más gustos personales que realidad concreta.
Mucha suerte,

Emisario
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Re: NH1 Los poetas de la luna

Mensaje por elultimo »

Este relato se me va a hacer un poco difícil de comentar. Por una parte, la cultura japonesa no me ha llamado nunca mucho la atención (comentario que nada tiene que ver con este relato: para mí, aquí en Occidente tenemos una visión demasiado idealizada de la misma), pero no por eso me iba a dejar de gustar esta historia. Me parece que incluyes muchos de los elementos que una historia sobre samuráis deba tener por definición (sacrificio, amor, lucha, superación personal, la mezcla entre leyenda y realidad, el misticismo...). Me ha recordado películas como Tigre y dragón, con los protagonistas andando por encima de las ramas, casi volando... Así que por esa parte, muy bien.

Pero por otra, aunque se nota tu esfuerzo por usar un lenguaje acorde con la historia que quieres contar, en esa parte me parece que es donde flojea tu relato. Tiene algunos fallos menores de redacción que, con una revisión, podrían haberse solucionado o, como se suele decir por aquí, con una lectura en voz alta te hubieras dado cuenta de ellos; pero son detalles mínimos que no afectan demasiado a la lectura. Me refiero más al tono general con que cuentas la historia que, aún viéndose el esfuerzo que le has puesto, no me ha convencido demasiado.

De momento, lo dejo en una categoría neutral o, dicho de otra forma, para una relectura.
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Miss Darcy
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Re: NH1 Los poetas de la luna

Mensaje por Miss Darcy »

Me gusta todo lo que tenga que ver con Asia y ese aura melancólico que lo envuelve todo y le da un no sé qué, un qué se yo a las historias. Y tú lo has conseguido autor, de eso no tengas ninguna duda. Hay algunos fallillos leves en la redacción, pero eso es mínimo y a mí no me ha molestado en la lectura. Me ha gustado mucho el final, a un ronin sólo le pueden ocurrir catástrofes, claro que sí, y esa fatalidad era necesaria.

Quizás un repasillo a la redacción podría haberle dado más fuerza, pero a mí me ha encantado.

Enhorabuena :60:
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Re: NH1 Los poetas de la luna

Mensaje por jilguero »

La historia que nos narras, autor, me parece muy poética y que casa bien con la idea que yo tengo de la mentalidad oriental (de lo poco que he leído y las pelis vistas). Por ese lado, muy bien. Además, según entiendo, el personaje es histórico o legendario, con lo cual sería adecuado al concurso. Sin embargo, la manera de narrarla no me convence. Hubiera preferido un narrador de principio a fin o bien que los propios personajes nos la vayan contando con sus actos. La mezcla que haces no me parece acertada. También a la prosa le deberías dar un buen repaso. Hay palabras que repites muy seguidas. Por ejemplo, terminas el primer párrafo con “pasaré a contar mi versión de esta historia” y en el siguiente renglón nos dices “pasaré a contarlo”. También tienes frases con muchos “que”.
Resumiendo, que tu historia no está mal pero la forma de contarla podría haber sido mejor :60: .
Última edición por jilguero el 20 Oct 2013 22:10, editado 1 vez en total.


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Re: NH1 Los poetas de la luna

Mensaje por Isma »

Bueno bueno. Por dónde empiezo.

La parte histórica. Hay fallos gordos. A ver; uno no se hace samurai, ni ronin, así como así. Un samurai (literalmente, "el que sirve") siempre, siempre, siempre tiene un señor. El samurai dedica su vida a servirle y el señor, a cambio, le ampara. Ser samurai es poco menos que ser aristócrata en el Japón feudal y representa una diferencia fundamental con un campesino. No se cambia de una casta a otra así como así. Si lo hizo, debió ser un acontecimiento crítico en su vida, que había que currarse mucho, mucho y que no conlleva sólo el cambio de título.

Sigamos. Participa en la batalla de Sekigahara tras lo que indica que se convierte en ronin. Un ronin es un samurai sin señor. Dado que los samurais sólo sirven a un señor en vida, el convertirse en ronin debió ser otro hecho clave (nota: no se puede ser ronin sin haber sido samurai). Muchos samurais se suicidan cuando se quedan sin señor, tan grave es. Los que no lo hacen, en su mayoría aún siguen teniendo la conciencia de que son nobles. Para eso se lo curraron tanto. Es una diferencia abismal con los bandidos (si exceptuamos a Robin Hood, claro está), aunque al final el hambre todo lo iguala. Bueno.

Pero, la katana. La katana es el alma de un samurai. El alma. Como tal tiene un valor incalculable. Es harto improbable que una vieja pueblerina disponga de un arma así y que además se la de a otra persona. Pero supongamos que se la da. Pues bien, que después de eso alguien toque tu alma como hace el tal Yoshihide, y no solo eso, sino que la desenvaine, es la mayor ofensa que un hombre puede hacer a otro. Hartísimamente improbable que Yoshihide, para más inri un poderoso señor feudal y buen conocedor de estos temas, lo hubiera hecho y que el protagonista, incluso siendo ronin, se lo hubiera permitido.

Se menciona también que marcha por Edo con un bushido derrotado. No sé si es metafórico; supongo que sí. El bushido (literalmente, "el camino del guerrero") era el código de honor del samurai; lealtad y honor hasta la muerte. Tan impregnada está la cultura japonesa de este código ético que sus ecos llegan hasta hoy en día. ¿Se puede ir por ahí con un bushido derrotado?

En la parte formal, el relato tampoco me dice mucho. La bruja que "declina" la decisión. La muchacha "ida". La muerte por katana en la panza. No, definitivamente no me convence.

Quizás mi crítica esté siendo dura porque el nivel de este concurso está siendo muy alto y realmente hay gente que se lo ha trabajado mucho. Lo siento autor, pero no olvides que soy sólo un lector y esta es sólo una opinión. Suerte.
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Ororo
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Re: NH1 Los poetas de la luna

Mensaje por Ororo »

Este relato me sabe demasiado a leyenda. Una leyenda con su simbología y significado, incluso su intriga final.
Creo que va de menos a más, lo cual es bueno.
Al principio, me ha parecido que transcurren demasiadas cosas y que el tema samurai no está muy desarrollado. Ser un samurai es más que ser extremadamente fuerte y saber manejar la katana. Por ese lado, me falta todo el misterio que encierran. Además, lo que decía, pasamos de su infancia a la guerra y de pronto se encuentra con Mikuzi. Creo que se cuenta demasiado y de forma superficial.
La parte de la leyenda, curiosa. Me ha empezado a gustar más cuando te has metido de lleno en ella.
He visto algún tiempo verbal que no me convence.
En resumen: R.
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