NH1 Plenilunio de Enero - Miss Darcy

Relatos que optan al premio popular del concurso.

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lucia
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NH1 Plenilunio de Enero - Miss Darcy

Mensaje por lucia »

Plenilunio de Enero

¿Quién sobre la tierra podría culpar a los soldados troyanos y aqueos de  sufrir tanto tiempo por el bien de una mujer? Es claro, ella es la imagen misma de una diosa inmortal. (Ilíada)

Las estrellas brillaban resplandecientes sobre el cielo de Esparta, pero la joven Helena las ignoraba. Solo tenía ojos para la luminosa esfera que la miraba desde el cielo, desafiante. Aquella sería la última noche que podría disfrutar como niña, pues la siguiente vez que Helios desapareciese en su viaje nocturno y fuese reemplazado por la brillante Selene, sería el plenilunio de enero. El día de la celebración de su matrimonio, cuando su vida cambiaría al pasar de ser una niña a ser considerada una mujer.
Helena temía ese día en lo más profundo de su alma, con el pesar de tener que pertenecer a una persona de la que desconocía absolutamente todo. Aún así, sus penas serían menores que las del resto de mujeres que, como ella, desposarían ese plenilunio. Ella permanecería en su propio hogar, con su familia, sin sufrir la separación permanente y forzosa de todos aquellos a los que amaba. Esa era su ventaja pues cómo hija del soberano de Esparta, su padre había ofrecido su trono al pretendiente más valeroso. Así, el Rey se aseguraba un bravo sucesor que perpetuase su linaje junto a su hermosa heredera.
Para procurar encontrar un esposo digno de la belleza de su hija, el monarca había organizado una serie de juegos atléticos muy del gusto del rapsoda Homero. Pero su padre conocía el corazón de los hombres, y una vez obtuvo su vencedor, obligó a todos los participantes a jurar lo siguiente: prometerían por su honor y el de los dioses respetar y ayudar al ganador si alguna vez este los necesitaba por causa de Helena. De este modo su querido padre había conseguido que su heredero ganase el vasallaje de los hombres más nobles y fuertes de toda la Hélade, gracias a ella y a su proverbial belleza.
La misma belleza que tantos problemas le acarreó antaño. Así, lo que podría haber sido un foco de conflicto entre sus pretendientes se volvía ahora un punto de unión permanente y duradero.
Pero Helena no sabía si alegrarse de la elección de su padre. Según le contaban los rumores, su futuro marido caminaba ya cerca de los treinta y ella apenas contaba con catorce primaveras. No sabía nada sobre él, excepto que era el hermano menor del poderoso Rey de Micenas, Agamenón, casado con su hermana Clitemnestra. Excelso linaje el de los Átridas, con el que su familia estaba feliz de emparentar doblemente gracias al esfuerzo de su padre Tindáreo.
A pesar de estas buenas disposiciones para su próximo enlace, Helena deseaba ardientemente una sola cosa: amar, encontrar como Afrodita a su Adonis perfecto y doblegarse a las pasiones que Eros le permitiese vivir. ¿Encontraría esa pasión con su esposo? Quién sabía, quizá acaso solo las temidas Moiras, aquellas aciagas hilanderas que se entretenían tejiendo con sufrimiento el destino ajeno.
Helena descendió despacio las escaleras que separaban su dormitorio del piso inferior. Llegó hasta el gran patio donde se encontraba el altar ceremonial de la familia y el fuego sagrado, el corazón de su hogar, que ardía de manera permanente en honor de los dioses y de los ancestros. Cogió una ramita de mirto del gran montón preparado para su boda y la echó al fuego, recitando unas palabras en honor a Hestia, pues ella era siempre la primera a quien orar. Le imploró que le concediera un hogar dichoso y feliz, lleno de armonía y amor. Después tomó otra rama y la arrojó al fuego, implorando con fervor a Artemis que aceptara las ofrendas que le haría la noche siguiente, en la primera ceremonia de su boda. En su honor se desprendería de sus juguetes de niña, de un mechón de su propio cabello y de uno de sus cinturones, símbolo de su castidad. Ella regiría su paso de niña a mujer y la protegería en sus futuros embarazos, así pues su devoción era firme y la diosa lo sabía, pues aceptó su ofrenda agradecida. A punto estuvo Helena de lanzar otra pequeña ramita en honor de Afrodita, para que la diosa le procurara la pasión hacia su esposo, pero un ruido la alertó y Helena se escondió tras una gran ánfora de aceite.
Descendiendo del piso superior se encontraban su madre y su esclava de confianza, Nausica. Helena lanzó un grito de asombro pues nunca había visto a su madre abandonar el gineceo al ponerse el sol. Algo malo debía de estar pasando.
Helena hija, sal de detrás de esa tinaja -susurró su madre con un hilo de voz-. Si mi señor esposo nos descubre aquí abajo, estando el sol oculto en el horizonte, nos arrepentiremos.
Helena rodeó la tinaja cabizbaja. No quería que su madre sufriera por su culpa. En realidad, pocas eran las veces que había visto a su padre enfurecido, pero habían sido suficientes. No quería provocar su ira antes de un día tan importante, en el que arriesgaba su futura felicidad. Su madre la tomó de la mano y la condujo escaleras arriba, mientras Nausica, astuta, revisaba las ofrendas que al día siguiente se ofrecerían a la familia del novio. Comprobó aliviada que todo seguía intacto y siguió a su señora escaleras arriba.
No había sido fácil reunir la cuantiosa dote para Helena, pero Tindáreo podía sentirse orgulloso del fastuoso tesoro que había reunido para mayor gloria de su linaje. La espléndida dote estaba repleta de ingentes cantidades de oro, joyas fastuosas, delicados vestidos y una bellísima colección de ánforas y cántaros entre otros objetos preciosos que se entregarían el tercer día del enlace, cuando Helena estuviera ya debidamente desposada, con la que coronaría el poderío de la ciudad de Esparta.
Leda se acurrucó en su camastro, con su hija Helena en los brazos, siendo consciente de que esa sería la última vez que podría protegerla. La niña había comenzado a llorar, desconsolada, y con ella su madre que padecía por no poder evitar el sufrimiento de su hija. Ellas no podían hacer nada para controlar su destino, dispuesto en manos de sus padres y maridos, pues era mandato de los dioses. Se tenían las unas a las otras para consolarse, pero a veces, eso no era suficiente.
¿Qué te aflige hermosa Helena? -le preguntó Nausica, sentándose a los pies de la niña-. Déjanos conocer tus penas, que compartidas se padecen en menor grado.
Helena se enjugó las lágrimas con el dorso de la mano mientras su madre le besaba la frente.
Tengo miedo -reconoció la niña.
Eso es normal querida -respondió Leda suspirando-, pero no temas, la noche de bodas pasará rápido. Menelao te tratará con cariño, de eso puedes estar segura.
No es eso lo que me atemoriza...
¿Entonces qué te aflige, princesa mía? -preguntó Nausica sorprendida.
Deseo encontrar el amor y sé que no amaré a mi marido. Me duele no poder alcanzarlo nunca, pues amar es el único y ferviente deseo de mi corazón.
¿Encontrar el amor? ¡Ay hija mía! Ese no es nuestro destino pues solo las diosas afortunadas obtienen esa gloria, allá arriba en el Olimpo. Recuérdalo bien, tú eres hija de una simple mortal y como mortales hemos de dar honor y honra a nuestros maridos. Seca tus lágrimas querida y alégrate por que tu padre te haya procurado un esposo acorde a tu rango.
Helena no deseaba discutir más con su madre, así que asintió pesarosa y fingió dormir. Sería con los primeros rayos del sol cuando Helena se levantó, desprendiéndose de los protectores brazos de su madre. Volvió al piso inferior y recogió la rama de mirto que por la noche, asustada, había dejado caer cerca del fuego. Tomó también de un jarrón cercano una hermosa rosa blanca. Se acercó al fuego y solemne, se la ofreció a Afrodita.
¡Oh, tú en cien tronos Afrodita reina, Hija de Zeus, inmortal, dolosa! ¡No me acongojes con pesar Cipria! Bríndame el amor que mi alma implora. Ven, pues, ¡Oh diosa! y mis anhelos cumple, cual protectora, siempre a mi lado.i

Helena no la podía ver, pero a su lado, sonriente la excelsa Afrodita observaba el profundo ruego de su adorada protegida. Helena, quien había recibido una inmortal belleza como bendición de la diosa, conocería no solo el amor, sino el más hermoso de todos.
Pero Afrodita, diosa del amor y de la guerra, quería que ese amor permaneciera en el recuerdo de los hombres para siempre. Recuerdo que quedaría plasmado en la guerra más cruenta de todas: la Guerra de Troya.
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Si cedes una libertad por egoísmo, acabarás perdiéndolas todas.

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David P. González
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Re: NH1 Plenilunio de Enero

Mensaje por David P. González »

Creo que las últimas palabras sobran: La guerra de Troya. Se sobreentiende.
Bien escrito, pero me ha parecido simple y poco original.
No me desagrada, pero tampoco me entusiasma.
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ciro
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Re: NH1 Plenilunio de Enero

Mensaje por ciro »

Buen relato, con buen tratamiento del lenguaje, reinterpretando algunas cosas del mito de Helena (pero bueno como se trata más de un mito que de algo histórico es bastante válido. No hay que olvidar que en el mito Helena ya no es virgen cuando se casa con Menelao y ya ha sido secuestrada anteriormente por Perseo, por lo que es difícil que solo tenga 14 años en ese momento de la historia que se narra). El final me parece adecuado. Es uno de los buenos relatos del concurso.
La forma segura de ser infeliz es buscar permanentemente la felicidad
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ukiahaprasim
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Re: NH1 Plenilunio de Enero

Mensaje por ukiahaprasim »

Muy osado meterse con el tema de Helena (Historia o Mitologia?), y todo bien descrito, y bien planteado....

Pero no pasa nada y siendo el tema bastante previsible, el aspecto estetico (bastante bueno), apenas llega para salvarle ..

Ukiah
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Nínive
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Re: NH1 Plenilunio de Enero

Mensaje por Nínive »

¡Hola compañero! :hola:
Otro relato que me parece bien ambientado, pero con poca chicha. Parece le prólogo de lo que realmente va a pasar.
Por otro lado, no cuenta nada nuevo. Si no fuera por el mito de Helena, sería una historia más sobre un matrimonio de conveniencia de los muchos que ha habido y las dudas de la chiquilla antes de la boda.
La narración es estupenda. Amena y clara. Pero me falta algo con qué llenarla. :oops:
Lo siento autor, no serás de mis favoritos. :60: :60:
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Sinkim
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Re: NH1 Plenilunio de Enero

Mensaje por Sinkim »

Me ha gustado mucho la idea y como está desarrollada, me ha parecido muy original, pero me ha sabido a poco, aunque claro si quieres contar la Iliada desde el punto de vista de Helena vas a necesitar mucho más que un cuento :lol: :lol:
Me ha parecido muy bien escrito y con algunas frases y expresiones que me pegan mucho para esa época :D :D
"Contra la estupidez los propios dioses luchan en vano" (Friedrich von Schiller)

:101:
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Isma
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Re: NH1 Plenilunio de Enero

Mensaje por Isma »

No me ha convencido mucho, lo siento. Me gusta la recreación de una casa griega, con las prohibiciones de salir una vez puesto el sol (¿es eso cierto? ¡qué curioso!) y las ofrendas. Pero hay detalles aquí y allá que me sacan del texto.

Hay un punto en el que se dice: "La misma belleza que tantos problemas le acarreó antaño.". ¿Qué problemas le acarreó antaño, si Helena sólo tiene 14 años? En otro momento se habla del poderío de la ciudad de Esparta, como si sólo hubiera una. ¿Es correcto? No tengo muy clara la división en ciudades o polis pero me resulta raro que sólo haya una, y no consigo aclararme en wikipedia (socorro!). El final me resulta, lo siento, predecible, con la plegaria de Helena un tanto confusa. Y, ¿es Afrodita diosa de la guerra? Siempre había pensado que era Ares. Además, creo que el mito de la guerra de Troya con origen en los dioses es ligeramente distinto.

En fin, que me he atragantado un poco. Probablemente lo vea de otro modo cuando lea los comentarios de otros foreros y me entere bien del contexto histórico. Siento que con este relato mis deficiencias históricas han chocado con el disfrute. Lo siento autor.
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Ororo
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Re: NH1 Plenilunio de Enero

Mensaje por Ororo »

Nada nuevo. Un repaso al mito.
Me ha parecido más un trabajo sobre Helena de Troya que un relato. No veo el cariz literario.
La redacción resulta poco fluida, se da excesivas vueltas a la belleza y querencia al padre y me ha parecido poco interesante.
He echado de menos alguna vuelta de tuerca :wink:
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elearah
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Re: NH1 Plenilunio de Enero

Mensaje por elearah »

Me ha gustado el relato. Es una visión intimista de un hecho mítico, que está bien logrado. He conseguido transportarme al lugar y tiempo leyendo; eso es muy bueno y no tan fácil de lograr.

Si bien no hay sorpresas ni vueltas, sí me pareció muy interesante la idea del rezo a Afrodita como desencadenante de la guerra de Troya.

Felicitaciones. :60:
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albatross
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Re: NH1 Plenilunio de Enero

Mensaje por albatross »

Un relato correcto y muy femenino; tal vez algo corto; queda algo “blandito” para los lectores que buscan emociones fuertes. Y no me refiero a sangre: una emoción fuerte puede ser estética: la puede provocar el cuidado exquisito al buscar la palabra justa y al trenzar un párrafo sorprendente que hable sobre cualquier cosa. Agradable lectura en cualquier caso pero sin sorpresas.
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Re: NH1 Plenilunio de Enero

Mensaje por jilguero »

Como punto de partida de una novela o un texto más largo, no lo veo mal. Como un relato corto, que se supone contarnos una historia completa, solo lo veo aceptable. Has sido muy valiente, autor, siendo capaz de atreverte con un personaje que todos tenemos en la cabeza y me da que, inevitablemente, eso juagará en tu contra, pues no nos va a sonar a demasiado nuevo. Me gusta el tono poético que usas, pero seguro que trabajando un poco más el texto, podando algunos adjetivos, te quedaría una prosa todavía mejor.
Aquí y allá, hay detallitos que quedan extraños, como si tuvieras en la cabeza una idea mayor y aquí hubieras esbozado solo su inicio. Por ejemplo, se dice que Nausika revisa las ofrendas y comprueba, aliviada, que todo sigue igual. ¿Había peligro de que robasen algo? Lo digo porque en un relato, cualquier detalle que se dé, cabe esperar que acabará teniendo importancia.
Resumiendo, es un texto al que no le veo grandes pegas, pero tampoco grandes virtudes.
Por lo que me temo que, pese a la legendaria belleza de la prota, no estará entre los elegidos de Jilguero. :60:


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Re: NH1 Plenilunio de Enero

Mensaje por Emisario »

Buen relato, entretenido. No me afecta el conocer la historia, es uno de los buenos relatos que llevo leídos hasta ahora. Algún detalle formal, pero nada grave. Los 14 años de edad me parecen adecuados para la historia, conociendo la juventud relativa con la que se unían en aquellas épocas. Tiene algo de suspenso (si cabe, dado que es un tema conocido) y eso mismo le da mérito, pero hay tópicos recurrentes y habituales que le quitan algo de interés (machismo y la búsqueda del amor/pasión en el matrimonio). Espacio que yo habría aprovechado para meter algo más de acción, pero eso ya es de gusto personal.
Enhorabuena, y mucha suerte.

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Re: NH1 Plenilunio de Enero

Mensaje por elultimo »

Este relato no me ha convencido mucho. Me parece que la idea original de querer contar los sentimientos de Helena es muy buena y la ambientación está muy bien conseguida, incluyendo detalles que yo, por lo menos, desconocía. Pero creo que se queda un poco corta la narración y que le falta algo para que enganche.
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Fernando Vidal
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Re: NH1 Plenilunio de Enero

Mensaje por Fernando Vidal »

Me agradó la ambientación pero no consiguió satisfacerme del todo el argumento.
Creo que no me satisfizo del todo porque las acciones de los personajes implicados no difieren de manera notoria con el argumento original de las tradición mitológica griega; o quizás porque no se nos ofrece algo más además de lo ya conocido. Quizás con una Helena rebelde o pérfida hubiésemos tenido una historia subvertida o trastocada que por ende se hubiese tornado más interesante. :)
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Miss Darcy
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Re: NH1 Plenilunio de Enero

Mensaje por Miss Darcy »

Me ha parecido un relato bien narrado, que explica desde un punto de vista distinto un momento muy concreto de esa historia, que todos sabemos más larga... De ese final saco una idea: ten cuidado con lo que pides y a quien, que lo mismo se te concede XD

Alguien preguntaba más arriba que si Afrodita era la diosa de la guerra. Yo creo que sí, y no sólo ella. Atenea era la diosa de la guerra defensiva, Ares de la guerra ofensiva y Afrodita era la Señora de la guerra, literalmente, como amante confesa de Ares jeje.

A pesar de lo que opinan otros foreros, a mi me ha gustado :cunao:

Enhorabuena :60:
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