CN2 - Los guantes de Papá Noel - Shigella

Relatos que optan al premio popular del concurso.

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Lifen
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CN2 - Los guantes de Papá Noel - Shigella

Mensaje por Lifen »

LOS GUANTES DE PAPÁ NOEL

“La razón principal por la que Santa es tan alegre es porque sabe dónde viven las chicas malas“
George Carlin


*****

Voy a salir un momento a fumar — anunció Raquel a Nuria, la encargada de su sección.
Bueno, pero rapidito, que estamos en hora punta — respondió ésta con cara de desaprobación.
Raquel sabía que le caía mal a la encargada, y sabía que era por culpa de Marta. Marta era la otra chica que como ella, había entrado a trabajar para la campaña navideña de la sección de perfumes de El Corte Inglés. Pagaban una miseria por estar siete horas de pie ofreciendo oler el nuevo perfume de Armani a los clientes, pero al menos era mejor que el paro.
Marta, su archienemiga, se encargaba de hacer lo propio con un perfume de Chanel en el mostrador contiguo al suyo. A pesar de haber empezado sólo una semana antes que Raquel, tenía complejo de jefa, o como Raquel decía, complejo de Musca testicularis. Le recriminaba si llegaba un par de minutos tarde, si salía mucho a fumar, si no estaba suficientemente sonriente con los clientes… y para colmo, conseguía más ventas que ella.
Cuando llegó a la calle saludó a Nico, el señor mayor que trabajaba en la puerta disfrazado de Papá Noel. El pobre no faltaba ni un día a su trabajo, que consistía en estar de pie pasando frío, lo que para alguien de su edad debía de ser duro. Aunque al menos no tenía que aguantar a jefes ni a compañeros plastas, como le pasaba a ella.
¿Qué tal hoy? — preguntó mientras se encendía un cigarrillo.
Pues como siempre. Al menos hoy no llueve. ¿Y tú? ¿Qué tal con tu compañera?
Mal. Hoy me ha regañado delante de mi jefa por decir “joder”. ¡Pero es que una señora me ha clavado el tacón en el pie y ni siquiera se ha dado la vuelta para disculparse! ¡Y a ella que le importará, si está en otra marca! Sólo intenta quedar bien delante de los jefes para que la hagan fija. Como si fueran a hacer fija a alguien de una campaña de Navidad… será tonta…
Hay gente muy amargada que se divierte amargándole la vida a los demás. Tú ni caso.
Buenos días — saludó a una pareja que se disponía a entrar al edificio —. Madre mía, ¿has visto cómo me han mirado? — Preguntó a Nico — Últimamente parece que los fumadores somos unos criminales. Pues yo le debo mucho al tabaco. Si no fuera por él ahora estaría volviéndome loca ahí dentro aguantando a la pija de Chanel.
Venga, no te alargues mucho que te llamarán la atención.
Sí, ya me subo. Hasta luego.
Adiós.
Una vez en su puesto, se colocó su mejor sonrisa de trabajo y continuó con su letanía.
¡Buenos días! ¿Querría probar la nueva Acqua di…?
¡Hola! ¿Quiere probar…?
¿Nueva Acqua di Gio…?
¿Nueva…?
A Raquel le dolían ya los músculos de la cara de tanto sonreír, pero lo único que podía hacer era aguantar estoicamente hasta las seis e irse a su casa.

Cuando salió se despidió de Nico, que allí seguía, saludando a los transeúntes y haciendo sonar una campanilla. Raquel se preguntaba muchas veces si aquello servía de algo. ¿Atraería a más clientes a los grandes almacenes? ¿Sería sólo una estrategia de marca? ¿Y qué sentido tenía en este Corte Inglés de barrio? Había visto en otros más céntricos varios Papás Noel en el mismo edificio, pero ella trabajaba en uno pequeño al que sólo iban los vecinos del barrio. De repente se le ocurrió otra posibilidad más siniestra: ¿y si sólo era un loco que se había disfrazado y plantado ahí porque le había dado la gana?
“Mañana preguntaré en el trabajo.” “O no.” — decidió finalmente — Pensándolo bien, Nico es el único con el que puedo hablar tranquilamente, los demás son todos unos estúpidos. Prefiero no saberlo.

En casa las cosas no iban mucho mejor. Julián, su pareja, llevaba meses frío y tenso. Él decía que por el trabajo. Ella pensaba que había otra.
“Seguro que Marta tiene un novio guapo, rico y romántico que le regala viajes sorpresa a París y le prepara cenas a la luz de las velas.” A Raquel no le cabía ninguna duda. Había dos tipos de personas, los que nacen con estrella y los que nacen estrellados, y ella veía muy claro a qué tipo pertenecía cada una. “No se puede luchar contra el refranero español”.
Aquella noche, Raquel soñó que volvía a su casa y se encontraba con Julián y Marta en actitud más que cariñosa. Ella ponía el grito en el cielo hasta que Marta la cortaba a mitad de una frase para regañarla por fumar. El despertador. Otro maravilloso día más. Arriba.
¿Nueva Acqua di Gio? —Después de una semana de trabajo había aprendido a reducir las frases a la mínima expresión para no quedarse con la palabra en la boca.
¡Buenos días! ¡Vaya cara que traes hoy! Los clientes no tienen la culpa si has dormido mal.
Hola, Marta, buenos días — respondió con su mejor sonrisa de trabajo.
Raquel, ¿puedo hablar contigo un momento? — dijo una voz a su espalda.
La encargada acababa de llegar a trabajar y tenía cara de pocos amigos.
Una vez a solas le explicó que había recibido quejas por el trato a los clientes.
Tengo entendido que no siempre les hablas con una sonrisa. La mayoría de las veces te expresas de manera brusca y poco elegante y además te han oído decir tacos en tu puesto de trabajo.
Yo…
No sé si te das cuenta de lo privilegiada que eres al estar aquí. Hay más de seis millones de personas en el paro y tú estás trabajando en una boutique de El Corte Inglés. Deberías poner algo de tu parte, porque si no quieres estar aquí, hay muchas personas que matarían por tu puesto. Quizá estarías más a gusto en un Bershka.
Yo… mire, al principio intentaba hablar de manera cortés, pero nadie se para a escucharme, no me da tiempo a ofrecerles el perfume porque me dejan con la palabra en la boca. Y lo de decir tacos sólo fue una vez y porque una señora me pisó.
Estás de cara al público. Tienes que aguantar eso y mucho más con una sonrisa. Si no sabes hacerlo, ya sabes dónde está la puerta.
¿Quién ha sido? — el tono de Raquel cambió radicalmente, volviéndose casi amenazador.
¿Cómo? — preguntó perpleja la encargada.
¿Ha sido un cliente el que se ha quejado de mí? ¿Hay hoja de reclamaciones? ¿O ha sido Marta, de Chanel?
Eso no importa, y no hables con esa falta de respeto a tu superiora. Vuelve ahora mismo a tu puesto.
Raquel volvió a su lugar en el pasillo sin decir una palabra más.
Ese día no salió a fumar el cigarrillo de media mañana porque no quería darles más motivos a Marta o a la encargada para regañarla — tenía la impresión de que estaban esperando a la mínima para poder echarla —. Así, se esperó hasta después de comer para salir a fumar. Allí, como siempre, estaba Nico.
Hola. ¿Has ido ya a comer? — le preguntó ella.
Sí, en el bar de enfrente. Hoy tenían una paella bastante decente. ¿Qué tal tú? Tienes mala cara y no has hecho descanso a media mañana.
Mi compañera ha puesto a mi jefa en mi contra. Esta mañana me ha recriminado cómo trato a los clientes, cuando yo no he recibido quejas de ninguno. Encima la muy estúpida me ha dicho que tengo suerte de estar trabajando aquí. ¡Que tengo suerte, la muy sinvergüenza! Soy ingeniera de caminos y tengo que soportar los malos modos de la gente durante siete horas de pie por seiscientos euros mientras les intento echar colonia en las narices. ¡Menuda suerte!
Bueno, no te preocupes. A cada cerdo le llega su San Martín.
No sé yo…
Sí, mujer. El refranero español es muy sabio.
Sí, tienes razón — contestó ella con una media sonrisa —. Bueno, me voy a ir subiendo. Que te sea leve.
Hasta luego, guapa.
Aquella tarde la pasó Raquel concentrada en sonreír y aguantar el dolor de pies y las ganas de fumar. Había decidido no volver a salir hasta que acabase la jornada, pero a las cuatro ya no podía más y salió. Saludó a Nico mientras se encendía un cigarrillo, dio una calada lenta y profunda y exhaló con un placer indescriptible. No se sentía tan bien desde hacía mucho tiempo. Se sentía en paz.
Ahora tienes mejor cara — dijo él sonriendo —. No es para menos. Tu compañera ya no te volverá a molestar.
¿Cómo que no me volverá a molestar, si es más pesada que el hilo musical de villancicos? Y ponen El Tamborilero de Raphael unas treinta veces al día…
Lo dicho, tú fíate de mí. A cada cerdo le llega su San Martín — dijo, guiñándole un ojo.
Raquel pensó que al pobre hombre se le estaba congelando el cerebro y volvió a su cigarrillo.
En ese momento dos guardias de seguridad salieron por la puerta acompañados de su jefa.
¡Es ella! — gritó con expresión de horror.
Raquel no entendía nada y se quedó quieta mirando sin parpadear a los guardias mientras iban hacia ella y le sujetaban los brazos.
Ya sabía yo que era peligrosa. La ven a diario hablando sola en la puerta, espanta a los clientes. Retenedla hasta que llegue la policía. Estarán aquí en seguida.
¿Qué está pasando? ¿Cómo que hablando sola? ¿Ya le ha vuelto a contar mentiras Marta? — cada vez estaba más alterada y se agitaba intentando zafarse de los guardias —. ¡Soltadme! ¡Soltadme! — gritaba cada vez más fuerte.

Todos los viandantes que pasaban por allí, además de clientes y dependientes que salieron a contemplar el espectáculo formaban un corro de espectadores alrededor de Raquel, Nuria y los guardias. La escena era dantesca. Una chica que no paraba de gritar y sacudirse violentamente tenía las manos totalmente manchadas de rojo hasta la muñeca, como si llevara puestos unos guantes de Papá Noel, que hacían juego con varias salpicaduras por la ropa y la cara de la muchacha. Unos minutos después comenzaron a oírse las sirenas de policía.

*****

Es aquí — indicó el jefe de planta.
Los policías que se encargaban de inspeccionar la escena del crimen se asomaron a los aseos de empleadas.
Lo primero que vieron fue sangre por todas partes. Suelo, paredes e incluso alguna salpicadura en el techo. En medio del charco de sangre descansaba el cadáver de una mujer rubia que hubiese sido bastante guapa de no haber estado degollada. En el lavabo había restos de cristales rotos que despedían un fuerte olor a perfume de mujer.
¡Joder! ¡Menuda carnicería!— exclamó uno de los policías.
Otra víctima del síndrome navideño. Por estas fechas mucha gente no puede soportar la presión de las fiestas y acaba cometiendo crímenes violentos. Ya te irás acostumbrando — respondió el compañero, más experimentado —. En fin… al lío.

Marta murió como trabajó. Con una gran sonrisa de oreja a oreja.
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Sinkim
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Re: CN2 - Los guantes de Papá Noel

Mensaje por Sinkim »

No podía faltar este tipo de relato :lol: Me ha gustado mucho me parece que la historia está muy bien llevada hasta
el giro final que sorprende bastante y le da otro sentido al inocente título :D

¡Felicidades autor, te ha quedado una historia muy chula! :lol:
Por cierto, la frase inicial es genial :cunao: :cunao:
"Contra la estupidez los propios dioses luchan en vano" (Friedrich von Schiller)

:101:
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elearah
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Re: CN2 - Los guantes de Papá Noel

Mensaje por elearah »

Muy bien logrado. Me sorprendió. No me esperaba el final.

Felicitaciones. :60: :60:
1
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Gavalia
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Re: CN2 - Los guantes de Papá Noel

Mensaje por Gavalia »

No me ha dejado indiferente y creo que está bien redactado. Pelín trastornada la muchacha, lo cierto es que en un principio pensé que el tal Nico y Raquel, se conocían más o menos bien, sobre todo por la forma de hablar entre ellos que empleaban, y por eso me chocó un poco que reflexionara sobre si podía ser un loco el papa Noel de marras. En fin cosas de locos. Enhorabuena buena autor y feliz año nuevo.
En paz descanses, amigo.
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albatross
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Re: CN2 - Los guantes de Papá Noel

Mensaje por albatross »

Primer relato que leo. Dinámico. No me he aburrido ni un momento, lo que significa que no sobra nada. Buenos diálogos y sorpresa final. Espero a leer otros para poder comparar pero, de momento, muy buenas impresiones.

Enhorabuena autor.
(aunque yo diría más bien autora)
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Dori25
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Re: CN2 - Los guantes de Papá Noel

Mensaje por Dori25 »

JEJEJEJE que bueno!!!!!!!!!!!
Por cierto, otr@ protagonista que fuma mmmm

Y me alegro de que
haya matado a Marta, si no al final, tendría que haberlo hecho yo!
El título buenísimo!
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Yuyu
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Re: CN2 - Los guantes de Papá Noel

Mensaje por Yuyu »

Me gustó la vuelta de tuerca, muy impactante. Me encanta el escándalo en el corte inglés y las pullitas por explotadores. Muy buen tema el acoso en el trabajo, aunque al final resultara que está la trabajadora muuuy loca. :60: :hola:
gracias por participar.jpg
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Ratpenat
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Re: CN2 - Los guantes de Papá Noel

Mensaje por Ratpenat »

Buen relato, me gusta sobre todo al principio, con el asco que le da su jefa.
La cita no me gusta. O sea, me gusta, pero no soy fan de las citas. George Carlin era muy bueno, desde luego.
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Topito
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Re: CN2 - Los guantes de Papá Noel

Mensaje por Topito »

Yo siempre digo la misma frase a mis conocidos y amigos: «Desde que trabajo en atención al cliente, he perdido la esperanza en la humanidad.»
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Shigella
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Re: CN2 - Los guantes de Papá Noel

Mensaje por Shigella »

Yo he trabajado de cara al público, pero la fe en la humanidad la he perdido por ser española en general :roll:

Los relatos de este año están marcados por la crisis. Varios me he encontrado ya de esta temática y me quedan unos cuantos por leer. Aunque en éste no sea muy evidente porque no es un drama y se habla de ello de pasada, sigue el tema ahí, flotando como un fantasma.

Me he quedado muy a gusto con el final, como dice Dori
si no se la llegan a cargar habría tenido que ir yo a matarla :twisted:
1, 2... 1, 2... probando...
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ciro
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Re: CN2 - Los guantes de Papá Noel

Mensaje por ciro »

Relato correcto, con su giro final incorporado, no muy de mi gusto. Bueno, a mí en general ni fu ni fa. Lo veo cargado de tópicos. Te podría decir aquello de que es bueno y original, lástima que lo original no sea bueno y lo bueno no sea original. Para mí lo mejor es la cita de George Carlin. Si lo hubieras dejado ahí hubieras quedado en todo lo alto.
Por cierto, me estoy dando cuenta que mientras Sinkim está con un espíritu navideño excepcional (todo le parece bien), yo estoy de un borde horrible. Luego me daréis por todos lados :dragon: .
La forma segura de ser infeliz es buscar permanentemente la felicidad
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Ratpenat
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Re: CN2 - Los guantes de Papá Noel

Mensaje por Ratpenat »

ciro escribió:Por cierto, me estoy dando cuenta que mientras Sinkim está con un espíritu navideño excepcional (todo le parece bien), yo estoy de un borde horrible. Luego me daréis por todos lados :dragon: .
Tú y Ororo sois los malvados siempre :cunao: (y se agradece)
Un día tendríais que presentar las votaciones eurovisivas, sois tal para cual :mrgreen: :mrgreen: :mrgreen:
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Berlín
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Re: CN2 - Los guantes de Papá Noel

Mensaje por Berlín »

Creo que este relato habla de una fantasía secreta que albergamos muchos: exterminar a ese compañer@ insufrible, cotilla, chivato, criticón, pelota. Si, exterminarlo, y cuando esté a punto de expirar cortarlo a pedacitos (carcajada gutural con ecos incluidos), que sufra mucho jaja

Me da a mi que el autor (autora) se ha quedado la mar de agusto escribiéndolo, se ha sacado un lastre, ha respirado.

Yo quiero un Papa Noel que me diga que a todo cerdo le llega su san Martín y que luego se de una vuelta por mi curro y lo "limpie" un poco, joooooooooooo

Entretenido, no puedo decir mucho más. El final muy chulo. :cunao:
Si yo fuese febrero y ella luego el mes siguiente...
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elultimo
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Re: CN2 - Los guantes de Papá Noel

Mensaje por elultimo »

Creo que voy a ser la nota discordante. Me ha gustado todo menos el giro final. Eso sí, quitando eso, el resto me ha gustado todo. Me lo he leído casi sin enterarme, no se me ha hecho nada pesado y el tono me ha encantado.
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Isma
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Re: CN2 - Los guantes de Papá Noel

Mensaje por Isma »

No estoy seguro de haberlo entendido muy bien. Entonces, ¿Raquel ha matado a Marta sin saber que lo ha hecho? ¿Un poco como en El club de la lucha? Y por esas mismas, entiendo que el tal Nico (de Nicolás, o Papá Noel; o nicotina :boese040:. Muy buen juego) es imaginario, ¿no?

El giro final me ha desconcertado un poco pero a vista de otros comentarios debe ser que lo he leído con poca fortuna.

Por lo demás, la lectura me ha resultado muy entretenida. Los diálogos acortados son muy graciosos y naturales. Pero ya digo que no acabo de creerme que Raquel, muy cabal y cuerda, acabara con ese serio trastorno de doble personalidad maníaco-asesina. Los ingenieros de caminos son malignos :lol: pero no tanto.

En fin, desconcertante e intrigante. Quedo en ascuas.
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