CV2-Heroína en el lápiz - Estrella de mar
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CV2-Heroína en el lápiz - Estrella de mar
Diario de una terapia de rehabilitación.
Día 1
Amanezco luna y desdibujado. Sin mi sombrío lapicero.
Es tiempo de oscuridad y vértigo profundo.
Una brisa glacial insufla espanto a través de mi burbuja. Araña mi piel. Traspapela y exilia las hojas de los cuentos que están en mi mesita.
Escribir me está haciendo daño. Hoy me extirpo todos los lápices.
Comienzo la terapia de sueño.
Día 6
El deseo de un pequeño lapicero me está quemando. A duras penas me hago el sordo y logro esquivar su poder de atracción.
NO.
Una punta de lápiz afilada sigue arponeando mi alma, una punta de lápiz como una garra.
Ahora mismo, si pudiera, escribiría con mis lágrimas.
Día 11
No logro dejar de pensar en él. ¡Mi lápiz, álamo negro!
El que escupía palabras averiadas y las lanzaba como cerbatanas venenosas. El que aullaba rabia a la luna.
Lo rompí a mordiscos.
Mis sombríos lapiceros sólo escriben cadáveres, cadáveres que cuelgan agazapados en mi mano.
Estoy enfermo, enfermo de vidas muertas.
Día 20
Estas son las dos palabras que se me han quedado tatuadas en la mente: son muertos.
«Son muertos», pronuncio lúgubremente. «Llevan todos el signo de los muertos». «¡Son muertos, muertos, muertos!», repito frustrado, llevándome una mano a la frente y negando con la cabeza.
Siempre son muertos. Los quemaré todos. No salvaré ninguno.
Día 25
He caído. Le he robado un lápiz de aspecto anodino pero con un aire de fragilidad irresistible a una bibliotecaria. Aún no he escrito. Lo he dejado a la luz de la luna en el alféizar de la ventana. Sólo estoy observándolo.
Las nubes lo colorean con un torrente púrpura bruno. Está tan bonito
Me acerco, pero no lo cojo.
Llueven lágrimas sobre mi lapicero.
Día 25 (madrugada)
Palabras brotadas de mi nuevo lápiz y que han salido volando por la ventana:
Mi triste lapicero escribe palabras fosforescentes.
Pero, rápidamente, permutan en sombrío.
¿Dónde el resplandor, dónde el alba, dónde el fin de la agonía?
¿Cuándo el lapicero sanador?
«Están heridas, irreversiblemente heridas», me digo, cabizbajo. «Y un conjunto de palabras heridas hacen un relato muerto», remato tajante, asomando media sonrisa con una mueca de autodesprecio.
Escribo para llorar en silencio. Lloro cuentos que brotan de la palma de mi mano agarrotada.
Les falta:
Aliento de vida.
Una voz que no esté quebrada.
Cordón gramatical.
Gorjeo de raíces.
Ya intenté:
Traerlos a la vida con rituales demoníacos.
Ponerles nomeolvides en sus tumbas, sarcófagos que yacen en mi libreta.
Repetir en letanía «venid a la vida» tres mil setecientas treinta y nueve veces.
Rociarlos con rayos de sol y de luna.
Nada funcionó.
Me gustaría extirparme esta heroína. Ahora me vuelve a doler el lápiz al releer lo que he escrito.
Quisiera romperlo y quemar esa hoja. Pero no lo hago.
La arranco de mi libreta y los lanzo a los dos por la ventana.
Día 26
Me arrepiento de lo que hice anoche. Me muero por un lápiz.
Día 29
He conseguido otro, sustraído a un estanquero despistado. Un lapicero muy pequeñito y ajado, que está a punto de quedarse sin palabras.
Emborrono mi libreta:
Mi sombrío lapicero persigue el cuento linterna que me cure la oscuridad y con el que pueda sonreír a la muerte. Un cuento que no se escupa a sí mismo.
Pero ni siquiera se atisba una palabra viva
«¡Ah, una sola palabra viva!», exclamo, ensordecido por los lamentos de mi corazón. «¡No quiero sonar como palabra temblante que se susurra a solas en la noche!» «¡Quiero escribir vivo!», grito, ridículo.
Escondo el lápiz debajo del colchón. Temo hacerlo añicos.
Día 33
Lo he vuelto a coger. Necesito el placer de caer para echar a volar.
Garabateo en mi libreta.
Aquí pongo el gozo. Escribir es:
Respirar.
Viajar a diferentes nosotros.
Romper el espejo del vacío.
Desatarse el ser.
Hacer de vigía de noches.
Es como llenarse de barro y moldear figuritas.
Y es destino.
«Pero también es extraer clavos», digo estremeciéndome. «Y florecer invierno miles de veces, con la culata del lápiz apuntándote al corazón», susurro lastimero.
Aquí retrato la sed. Escribir es:
Gritar penumbras.
Habitar el exilio.
Llorar temblor y fiebre en silencio, rechinando los dientes.
Ser títere y titiritero.
Luchar con leviatanes.
Es como agonizar sin esperanza de muerte.
Y es destin
Día 38
He tenido que robar otro lápiz porque el otro se me rompió antes de llegar a la «o». No lo hice a propósito. Apreté mucho y lo desnuqué al pobrecito.
Todo lo va rompiendo un hombre roto.
Día 50
Una muchedumbre de ausencias me visitó ayer. Se ha producido en mí una metamorfosis.
A la mierda la terapia de rehabilitación.
Día 51
Un sombrío lapicero es un puente. Un puente que separa a una hoja en blanco de un fantasma.
Y las palabras son pájaros. Pájaros surcando cielos níveos, volando como vuela la libertad.
Nunca más volveré a romper un lápiz, ni quemaré mis hojas. Yo mismo fui fantasma antes de venir y volveré a ser fantasma cuando me vaya.
Porque estoy repleto de cueva empuñaré mi lápiz como antorcha.
Aquí la metamorfosis. Sucedió así:
Anoche, un rayo iluminó la negra sima.
Una brisa fría, muy densa, penetró en mi cuerpo. Anocheció luz en un instante. La puerta, de repente, estaba entreabierta. Vi formarse la palabra-llave en la cerradura.
Percibí sus presencias. Estaban aquí, una oleada de escritores antepasados que jamás volverían a tener:
Ni voz.
Ni mano.
Ni lapicero.
Un ejército de muertos, infectados también por el veneno de escribir, tomaba mi cuerpo y hablaba por mi boca.
Repleto de escalofríos, con voz de ultratumba, balbuceé muy quedamente:
«Relato muerto es el que no está escrito. Un sombrío lapicero es una lámpara».
Y mi mano, impulsada por una fuerza extraña, apuntó con escritura errática en la última página de mi libreta:
«Mi pequeño álamo negro, la noche nos ilumina. Y, juntos, alumbraremos fantasmas hacia la vacuidad de las hojas. Las almas de los cuentos esperan al otro lado».
Día 1
Amanezco luna y desdibujado. Sin mi sombrío lapicero.
Es tiempo de oscuridad y vértigo profundo.
Una brisa glacial insufla espanto a través de mi burbuja. Araña mi piel. Traspapela y exilia las hojas de los cuentos que están en mi mesita.
Escribir me está haciendo daño. Hoy me extirpo todos los lápices.
Comienzo la terapia de sueño.
Día 6
El deseo de un pequeño lapicero me está quemando. A duras penas me hago el sordo y logro esquivar su poder de atracción.
NO.
Una punta de lápiz afilada sigue arponeando mi alma, una punta de lápiz como una garra.
Ahora mismo, si pudiera, escribiría con mis lágrimas.
Día 11
No logro dejar de pensar en él. ¡Mi lápiz, álamo negro!
El que escupía palabras averiadas y las lanzaba como cerbatanas venenosas. El que aullaba rabia a la luna.
Lo rompí a mordiscos.
Mis sombríos lapiceros sólo escriben cadáveres, cadáveres que cuelgan agazapados en mi mano.
Estoy enfermo, enfermo de vidas muertas.
Día 20
Estas son las dos palabras que se me han quedado tatuadas en la mente: son muertos.
«Son muertos», pronuncio lúgubremente. «Llevan todos el signo de los muertos». «¡Son muertos, muertos, muertos!», repito frustrado, llevándome una mano a la frente y negando con la cabeza.
Siempre son muertos. Los quemaré todos. No salvaré ninguno.
Día 25
He caído. Le he robado un lápiz de aspecto anodino pero con un aire de fragilidad irresistible a una bibliotecaria. Aún no he escrito. Lo he dejado a la luz de la luna en el alféizar de la ventana. Sólo estoy observándolo.
Las nubes lo colorean con un torrente púrpura bruno. Está tan bonito
Me acerco, pero no lo cojo.
Llueven lágrimas sobre mi lapicero.
Día 25 (madrugada)
Palabras brotadas de mi nuevo lápiz y que han salido volando por la ventana:
Mi triste lapicero escribe palabras fosforescentes.
Pero, rápidamente, permutan en sombrío.
¿Dónde el resplandor, dónde el alba, dónde el fin de la agonía?
¿Cuándo el lapicero sanador?
«Están heridas, irreversiblemente heridas», me digo, cabizbajo. «Y un conjunto de palabras heridas hacen un relato muerto», remato tajante, asomando media sonrisa con una mueca de autodesprecio.
Escribo para llorar en silencio. Lloro cuentos que brotan de la palma de mi mano agarrotada.
Les falta:
Aliento de vida.
Una voz que no esté quebrada.
Cordón gramatical.
Gorjeo de raíces.
Ya intenté:
Traerlos a la vida con rituales demoníacos.
Ponerles nomeolvides en sus tumbas, sarcófagos que yacen en mi libreta.
Repetir en letanía «venid a la vida» tres mil setecientas treinta y nueve veces.
Rociarlos con rayos de sol y de luna.
Nada funcionó.
Me gustaría extirparme esta heroína. Ahora me vuelve a doler el lápiz al releer lo que he escrito.
Quisiera romperlo y quemar esa hoja. Pero no lo hago.
La arranco de mi libreta y los lanzo a los dos por la ventana.
Día 26
Me arrepiento de lo que hice anoche. Me muero por un lápiz.
Día 29
He conseguido otro, sustraído a un estanquero despistado. Un lapicero muy pequeñito y ajado, que está a punto de quedarse sin palabras.
Emborrono mi libreta:
Mi sombrío lapicero persigue el cuento linterna que me cure la oscuridad y con el que pueda sonreír a la muerte. Un cuento que no se escupa a sí mismo.
Pero ni siquiera se atisba una palabra viva
«¡Ah, una sola palabra viva!», exclamo, ensordecido por los lamentos de mi corazón. «¡No quiero sonar como palabra temblante que se susurra a solas en la noche!» «¡Quiero escribir vivo!», grito, ridículo.
Escondo el lápiz debajo del colchón. Temo hacerlo añicos.
Día 33
Lo he vuelto a coger. Necesito el placer de caer para echar a volar.
Garabateo en mi libreta.
Aquí pongo el gozo. Escribir es:
Respirar.
Viajar a diferentes nosotros.
Romper el espejo del vacío.
Desatarse el ser.
Hacer de vigía de noches.
Es como llenarse de barro y moldear figuritas.
Y es destino.
«Pero también es extraer clavos», digo estremeciéndome. «Y florecer invierno miles de veces, con la culata del lápiz apuntándote al corazón», susurro lastimero.
Aquí retrato la sed. Escribir es:
Gritar penumbras.
Habitar el exilio.
Llorar temblor y fiebre en silencio, rechinando los dientes.
Ser títere y titiritero.
Luchar con leviatanes.
Es como agonizar sin esperanza de muerte.
Y es destin
Día 38
He tenido que robar otro lápiz porque el otro se me rompió antes de llegar a la «o». No lo hice a propósito. Apreté mucho y lo desnuqué al pobrecito.
Todo lo va rompiendo un hombre roto.
Día 50
Una muchedumbre de ausencias me visitó ayer. Se ha producido en mí una metamorfosis.
A la mierda la terapia de rehabilitación.
Día 51
Un sombrío lapicero es un puente. Un puente que separa a una hoja en blanco de un fantasma.
Y las palabras son pájaros. Pájaros surcando cielos níveos, volando como vuela la libertad.
Nunca más volveré a romper un lápiz, ni quemaré mis hojas. Yo mismo fui fantasma antes de venir y volveré a ser fantasma cuando me vaya.
Porque estoy repleto de cueva empuñaré mi lápiz como antorcha.
Aquí la metamorfosis. Sucedió así:
Anoche, un rayo iluminó la negra sima.
Una brisa fría, muy densa, penetró en mi cuerpo. Anocheció luz en un instante. La puerta, de repente, estaba entreabierta. Vi formarse la palabra-llave en la cerradura.
Percibí sus presencias. Estaban aquí, una oleada de escritores antepasados que jamás volverían a tener:
Ni voz.
Ni mano.
Ni lapicero.
Un ejército de muertos, infectados también por el veneno de escribir, tomaba mi cuerpo y hablaba por mi boca.
Repleto de escalofríos, con voz de ultratumba, balbuceé muy quedamente:
«Relato muerto es el que no está escrito. Un sombrío lapicero es una lámpara».
Y mi mano, impulsada por una fuerza extraña, apuntó con escritura errática en la última página de mi libreta:
«Mi pequeño álamo negro, la noche nos ilumina. Y, juntos, alumbraremos fantasmas hacia la vacuidad de las hojas. Las almas de los cuentos esperan al otro lado».
- Tolomew Dewhust
- Foroadicto
- Mensajes: 4995
- Registrado: 16 Ago 2013 11:23
Re: CV2-Heroína en el lápiz
Este relato lo he escrito yo, .
Ya lo sé, ya lo habías adivinado: el tono poético, esa incontinencia verbal que me caracteriza, ese esbozar sin perfilar del todo.
Ahora que lo leo más sosegadamente, creo que se me ha ido la mano. Tal vez un poquito de poesía, solo un poquito, y luego una historia contundente y hubiera triunfado, porque, no me negaréis que está escrito del 10. Con mucho tacto, con mucho gusto.
El pero es la historia, chirría demasiado. No fluye como debiera, o, más bien, fluye en el mismo sentido, no rompe el ritmo en ningún momento y eso lo hace lento y pesado.
En fin, espero que os haya gustado .
Ya lo sé, ya lo habías adivinado: el tono poético, esa incontinencia verbal que me caracteriza, ese esbozar sin perfilar del todo.
Ahora que lo leo más sosegadamente, creo que se me ha ido la mano. Tal vez un poquito de poesía, solo un poquito, y luego una historia contundente y hubiera triunfado, porque, no me negaréis que está escrito del 10. Con mucho tacto, con mucho gusto.
El pero es la historia, chirría demasiado. No fluye como debiera, o, más bien, fluye en el mismo sentido, no rompe el ritmo en ningún momento y eso lo hace lento y pesado.
En fin, espero que os haya gustado .
Hay seres inferiores para quienes la sonoridad de un adjetivo es más importante que la exactitud de un sistema... Yo soy uno de ellos.
Re: CV2-Heroína en el lápiz
Un conjunto de palabras heridas hacen un relato muerto.
Me encanta esta frase, mucho. Y hay otras cosas que también.
La historia, si la he entendido bien, del adicto a la escritura que se está quitando con no muy buenos resultados, no tanto. Tenía que haber sido comedia o drama, la mezcla de las dos cosas no me gustó.
Gracias por compartirlo.
Me encanta esta frase, mucho. Y hay otras cosas que también.
La historia, si la he entendido bien, del adicto a la escritura que se está quitando con no muy buenos resultados, no tanto. Tenía que haber sido comedia o drama, la mezcla de las dos cosas no me gustó.
Gracias por compartirlo.
Ronda de noche. Mundodisco 29. Terry pratchett
La sombra de Ender (Ender 5) - Orson Scott Card
El asombroso Mauricio y sus roedores sabios. Mundo disco 28. Terry Pratchett
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Re: CV2-Heroína en el lápiz
Me ha gustado muchísimo, me parece que tiene unas cuantas frases que son auténticas joyas, como la que ha remacardo Yuyu o como "Estoy enfermo, enfermo de vidas muertas."
Se nota que es un relato muy, muy trabajado. Felicidades al autor
Un pequeño inciso: en la frase "El que escupía palabras averiadas y las lanzaba como cerbatanas venenosas" la cerbatana es el arma, lo que se lanzan son los dardos
Se nota que es un relato muy, muy trabajado. Felicidades al autor
Un pequeño inciso: en la frase "El que escupía palabras averiadas y las lanzaba como cerbatanas venenosas" la cerbatana es el arma, lo que se lanzan son los dardos
"Contra la estupidez los propios dioses luchan en vano" (Friedrich von Schiller)
CV2-Heroína en el lápiz
Muy chulo. Poético y fresco. Hay que obviar el hecho de que el diario escrito en primera persona no puede haber sido escrito por el protagonista, pero me importa poco. Me gusta la historia y cómo está narrada.
Re: CV2-Heroína en el lápiz
Ay, por qué un relato tan magníficamente puntuado, tan pulcro, tan sencillo y tan elaborado a la vez, tan poético, místico, directo, onírico... no me llega? Por qué si el autor escribe divinamente no me contagia ninguna emoción?
Lástima, debo ser yo. El relato no tiene pega.
(me está gustando cómo Tolo se mete en jardines sin meterse en jardines, mola!)
Lástima, debo ser yo. El relato no tiene pega.
(me está gustando cómo Tolo se mete en jardines sin meterse en jardines, mola!)
Re: CV2-Heroína en el lápiz
El relato está muy bien, coincido con que hay frases muy buenas. Pero leo frases, no noto un relato. El relato está muy bien, sí, pero lo veo mejorable.
- kassiopea
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Re: CV2-Heroína en el lápiz
Qué maravilla!!!! A mí me has fascinado, plumita. Y que sepas que me has hecho llorar en el bus, rodeada de gente que a saber qué pensarán... Todo lo que has conseguido transmitir yo lo he sentido desde tiempo ha, me maravilla la forma en que has conseguido reflejar todas esas emociones sobre el papel. A tus pies y un millón de gracias
Re: CV2-Heroína en el lápiz
Puff, yo con este no he podido.
Es muy poético, y muy profundo, pero yo soy demasiado básica y terrenal para tanta prosa poética. Lo siento.
Es muy poético, y muy profundo, pero yo soy demasiado básica y terrenal para tanta prosa poética. Lo siento.
1, 2... 1, 2... probando...
- jilguero
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Re: CV2-Heroína en el lápiz
Espero no te enfades si te digo que me ha resultado un pelín pretencioso, con demasiado ego de autor. Aunque también te quiero recordar que me resultó algo pretencioso el arranque del relato matemático de Tolomew y al final le dí la máxima puntuación. Es más, si te lo digo es porque sé que escribes bien, eres original y podrías haberlo hecho todavía mejor. ¿Cómo?, pues creo que con menos repeticiones y con más sutileza (igual la pretenciosa soy yo dándote recetas ).
Dicho lo cual, te digo también que tienes frases que ponen los pelos de punta, que son una maravilla. Dentro de la calidad, porque el relato la tiene, le veo luces y sombras. Por supuesto, muchas más luces (originalidad, contenido, poesía) y queda seleccionado para la relectura pues puntos de mi parte me da que se llevará.
PD: quizás sería más exacto decirte que, si yo hubiera escrito este relato, me habría sentido incómoda, temiendo que el lector creyera que me las doy de...; pero es posible que en tu caso sea auténtico de principio a fin y, en tal caso, mis sombras están de más. Se me ha ocurrido esto al leer que a Kassio le ha emocionado leerte y ella suele tener buen ojo
Tolomew quizás?
Dicho lo cual, te digo también que tienes frases que ponen los pelos de punta, que son una maravilla. Dentro de la calidad, porque el relato la tiene, le veo luces y sombras. Por supuesto, muchas más luces (originalidad, contenido, poesía) y queda seleccionado para la relectura pues puntos de mi parte me da que se llevará.
PD: quizás sería más exacto decirte que, si yo hubiera escrito este relato, me habría sentido incómoda, temiendo que el lector creyera que me las doy de...; pero es posible que en tu caso sea auténtico de principio a fin y, en tal caso, mis sombras están de más. Se me ha ocurrido esto al leer que a Kassio le ha emocionado leerte y ella suele tener buen ojo
Tolomew quizás?
¿Qué me está pasando? Las cavilaciones de Juan Mute
El esfuerzo mismo para llegar a las cimas basta para llenar un corazón de hombre (A. Camus)
Re: CV2-Heroína en el lápiz
Muy poético, aunque supongo que es por la hora en la que lo leo, pero me ha parecido algo monótono.
Aún así, me gusta la idea de que el escritor sea incapaz de desintoxicarse. En contra, no comparto la idea de que escriba muertos, sino al revés, al escribir da vida a los que no existen... quizá porque difiero con la idea principal no acabe de disfrutarlo.
Prometo leerlo mejor mañana, con la mente despejada.
Aún así, me gusta la idea de que el escritor sea incapaz de desintoxicarse. En contra, no comparto la idea de que escriba muertos, sino al revés, al escribir da vida a los que no existen... quizá porque difiero con la idea principal no acabe de disfrutarlo.
Prometo leerlo mejor mañana, con la mente despejada.
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Re: CV2-Heroína en el lápiz
Andome un poco perplejo con el presente relato, que en un principio nació como terapia, y se ha transformado según observo en heroina. Supongo que no hablas de caballo y entonces es cuando intento encontrar su significado y aunque lo atisbo... ¡No lo veo!
Creo que has rebuscado demasiado en una terminología poco habitual. El modo que tienes de interpretarla; creo que ayuda poco, quizás sea por lo críptico que me parece tu argumento. Consigues hacerlo florido pero me temo que no cumple con lo de hermoso. Trabajo tiene, eso está claro, pero por como lo has conformado; creo que necesitas reconfigurarlo, si es que se puede hacer eso. Suerte
Creo que has rebuscado demasiado en una terminología poco habitual. El modo que tienes de interpretarla; creo que ayuda poco, quizás sea por lo críptico que me parece tu argumento. Consigues hacerlo florido pero me temo que no cumple con lo de hermoso. Trabajo tiene, eso está claro, pero por como lo has conformado; creo que necesitas reconfigurarlo, si es que se puede hacer eso. Suerte
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--- Pareces atribulado!!
--- No entiendo... tan sólo me estoy cagando.
--- Corre raudo, pues...
--- ¡Por los dioses! ¡¡¡Necesito un diccionario!!!
--- No entiendo... tan sólo me estoy cagando.
--- Corre raudo, pues...
--- ¡Por los dioses! ¡¡¡Necesito un diccionario!!!
Re: CV2-Heroína en el lápiz
A mi me ha encantado. Tiene unas frases hermosísimas y nos cuenta muy bien lo que siente el protagonista, quizá escritor frustrado, quizá no. Da igual. Lo que quiere es quitarse la obsesión por escribir (aunque eso no lo entiendo muy bien, si tiene que ser maravilloso poder hacerlo) hasta que se da cuenta de que sin ella no vive, está muerto, él y sus escritos.
Me he quedado totalmente maravillada y admirada de lo que eres capaz de escribir
Me he quedado totalmente maravillada y admirada de lo que eres capaz de escribir
Re: CV2-Heroína en el lápiz
Un relato complicado de comentar...
Sobra que diga que la originalidad tanto en forma como en fondo es la característica principal.
El formato de diario me ha gustado, le da un toque realmente dramático. Transmite la desesperación, la pasión del protagonista por escribir. Pero los pensamientos que aparecen en cursiva no llegan a gustarme. Eso de los dos puntos y la lista de lo que les falta, lo que ya intentó, qué es escribir... Me descuadra mucho con el resto del texto. Lo habrás hecho para descongestionar pero esas frases esquemáticas, en mi opinión, rompen el ritmo.
En cuanto al tema... aplaudo tu capacidad de profundizar en el acto creativo, las palabras muertas, los relatos muertos. Es lo que más me ha gustado.
Aparte, la lucha contra uno mismo y la batalla ganada cuando se admite lo que se es. Como siempre digo, no hay que luchar contra la naturaleza de cada uno, pese a que aparente destructiva. Porque, intentando contruir lo irreconstruible se puede destruir mucho más. Ya lo dices tú mismo: "Necesito el placer de caer para echar a volar".
El álamo negro me ha ganao, para qué negarlo.
He visto unas comillas que a veces se ponen y a veces no, aunque tendría que revisarlo mejor y, en conjunto, hay algo que me rechina. Serán las dichosas listas tras los dos puntos, será que hay tanta y tanta metáfora lapiceril que me ha sobrecargado, será que se alarga un poco este diario y le sobran páginas...
No sé... alabo, me arrodillo ante tu profundidad de pensamientos y salto con el lomo erizado como un gato por la sobrecarga eléctrica.
En cualquier caso, enhorabuena.
Sobra que diga que la originalidad tanto en forma como en fondo es la característica principal.
El formato de diario me ha gustado, le da un toque realmente dramático. Transmite la desesperación, la pasión del protagonista por escribir. Pero los pensamientos que aparecen en cursiva no llegan a gustarme. Eso de los dos puntos y la lista de lo que les falta, lo que ya intentó, qué es escribir... Me descuadra mucho con el resto del texto. Lo habrás hecho para descongestionar pero esas frases esquemáticas, en mi opinión, rompen el ritmo.
En cuanto al tema... aplaudo tu capacidad de profundizar en el acto creativo, las palabras muertas, los relatos muertos. Es lo que más me ha gustado.
Aparte, la lucha contra uno mismo y la batalla ganada cuando se admite lo que se es. Como siempre digo, no hay que luchar contra la naturaleza de cada uno, pese a que aparente destructiva. Porque, intentando contruir lo irreconstruible se puede destruir mucho más. Ya lo dices tú mismo: "Necesito el placer de caer para echar a volar".
El álamo negro me ha ganao, para qué negarlo.
He visto unas comillas que a veces se ponen y a veces no, aunque tendría que revisarlo mejor y, en conjunto, hay algo que me rechina. Serán las dichosas listas tras los dos puntos, será que hay tanta y tanta metáfora lapiceril que me ha sobrecargado, será que se alarga un poco este diario y le sobran páginas...
No sé... alabo, me arrodillo ante tu profundidad de pensamientos y salto con el lomo erizado como un gato por la sobrecarga eléctrica.
En cualquier caso, enhorabuena.
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