CK1 - Día de entrenamiento - Nínive

Relatos que optan al premio popular del concurso.

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Lifen
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CK1 - Día de entrenamiento - Nínive

Mensaje por Lifen »

Día de entrenamiento

—¿Dónde está eso? —La novata sacó su libreta y sujetó el bolígrafo entre los dedos, preparada para tomar notas. La mujer que le había apremiado para subir al coche la miró con hastío y entornó los ojos.
—Como apuntes algo de lo que te explique en este turno te doy tal cojella que tendrás que mirar al suelo durante una semana por el dolor de cuello. ¡No puedes escribir nada sobre el club Ábrete libro, Dori!
La muchacha apretó los labios en un mohín de disgusto y se acomodó en el asiento del copiloto. La inspectora Lifen arrancó y condujo a toda velocidad por las calles desiertas.
—No lo entiendo —se atrevió a decir Dori—. Estamos hablando de un asesinato. ¿Cómo vamos a hacer averiguaciones sin anotar nada?
Lifen se rió y, por una vez, suavizó el tono de voz. La novata le recordaba mucho a cómo era ella antes de sumergirse en las callejuelas que circundaban el club.
—Tienen sus propias reglas. Y es mejor así. Si no quieres acabar en la carpeta de ignorados o en la de bloqueados, tendrás que aprender a moverte sin generar conflictos. —La inspectora la observó por el rabillo del ojo y vio cómo guardaba la libreta en el bolso. Con un cabeceo de asentimiento continuó—: Tenemos que desviarnos un par de manzanas para recoger a la intérprete.
—¿Intérprete? 
—Es otra de las cosas que debes aprender. A veces, cuando están muy colocados, es imposible entenderlos. Kassio estuvo metida hasta el cuello en ese mundo y reconoce todos los dialectos, incluso los más complicados. Es fantástica. Logró salir de ese infierno sin morir en el intento.
Dori jugueteaba nerviosa con la placa verde que la identificaba como «Moderanta», el grupo especial de intervención para casos relacionados con desfases literarios. Era su primer caso de asesinato y quería hacer las cosas bien. En su debut en la brigada hubo un desagradable incidente con un pollo que quería olvidar lo antes posible.
El frenazo la sacó bruscamente de sus pensamientos. Una mujer vestida enteramente de negro subió al coche y saludó con voz dulce. La novata la miró por el espejo retrovisor y ahogó un grito de sorpresa al cruzarse sus miradas. Las pupilas de Kassio eran alargadas como las de un felino y la observaban como si pudiese captar cada detalle de su alma.
—¿Me podéis poner en antecedentes? —preguntó con una media sonrisa.
Lifen asintió y comenzó a desgranar la información que le había llegado esa mañana a la central.
—Asesinato. El finado es un tal Tolomew Dewhust, un recién llegado cuyas actividades no están muy claras. Lo encontraron en el callejón de los locos. En la parte trasera del Club. Ya te imaginas, ¿verdad? Por lo que cuenta el forista que llegó en primer lugar, tenía marcas de latigazos en la espalda y quemaduras eléctricas en ambas muñecas. Pero la causa de la muerte es una flecha con punta de caza que abrió su pecho prácticamente en dos. —Suspiró con hastío y se encogió de hombros—.También consta en el informe que su rostro estaba congelado en una mueca de terror. ¿El modus operandi te resulta familiar, Kass? Poco vamos a poder hacer aquí, ¿no te parece?
La mujer de la mirada gatuna asintió con la cabeza. Las tres se sumieron en un pesado silencio que duró todo el trayecto. Las calles cada vez eran más oscuras y una niebla rojiza levitaba sobre el asfalto. Apenas se veían transeúntes, pero los bultos informes que dormitaban en los rincones bajo un parapeto de papeles y cartones se multiplicaban por doquier.
Lifen redujo la velocidad y callejeó, diligente, hasta encontrar el aparcamiento del club Ábrete libro. La pequeña explanada que se abría, imposible, entre los callejones y los edificios desvencijados de esa parte de la ciudad estaba atestada de vehículos de lo más variopinto. Los clásicos relucían aparcados al lado de enormes cazas metálicos de la era post galáctica; carrozas de otro siglo con las ruedas embarradas, junto a bicicletas de verano; los vientos se encontraban amarrados junto a las ovejas.
Las luces de neón parpadeaban con un azul desvaído en lo alto del edificio de planta cuadrada. Por las ventanas en sombras, los efluvios compuestos por letras díscolas se escapaban en vaharadas. Vigilando la puerta, una mujer de rasgos extraños, fluctuantes, como si estuviera bajo el mar y su imagen se distorsionara con la corriente, les cerró el paso.
—¡Vamos Estrella! —le increpó Lifen con acritud—. Creo que ya nos conocemos lo suficiente como para que no tenga que darte explicaciones. La mujer se acercó a ella, se onduló y agitó sus cinco brazos en dirección a Dori.
—A ella no la conozco. —Entrecerró sus ojos marinos y siseó—: No es nada personal, Lifen. Solo me aseguro que nuestras actividades sigan siendo... privadas.
Kass se adelantó, conciliadora. Susurró algo incomprensible al oído de Estrella y a esta se le iluminó la mirada. Asintió y se retiró lo suficiente como para que pudieran pasar.
—¿Qué le has dicho? —preguntó Dori admirada.
—Le he prometido kekos. En el fondo, Estrella es muy fácil de convencer si tocas las teclas adecuadas.
—¿Kekos? Pero..., pero... ¡eso es ilegal!
La novata miró a Lifen con la confusión tiñendo su rostro. La inspectora puso los ojos en blanco y sacudió la mano para restarle importancia.
—¡Anda que no te queda por ver!
Las tres mujeres entraron en el club y Estrella volvió a cerrar la puerta de acceso tras ellas. Una música envolvente y oscura les llegó junto con los murmullos de miles de conversaciones. Las paredes estaban repletas de libros multicolores y del techo colgaban tiras manuscritas que se agitaban al ritmo del gran ventilador situado en el centro.
Tras la barra, un hombre preparaba cócteles de comienzos y escupía fuego sobre ellos hasta flamear las letras y dejarlas en su punto. Cuando se fijó en las recién llegadas, entrecerró sus ojos rojizos y miró con disimulo al gran ventanal tintado que se abría enfrente, llevándose la mano a uno de los pequeños cuernos puntiagudos.
—Ahí está Sinkim "El dragón". Acaba de avisar a Lucía, la propietaria, de que estamos aquí —explicó Lifen. —Y ese que revolotea por las mesas es Rat, el camarero. Cuidado con lo que dices si está cerca. Tiene orejas de murciélago.
Antes de que pudieran llegar hasta la barra, Dori sintió cómo alguien tiraba del bajo de sus pantalones. La mano esquelética se aferraba a la tela con desesperación.
—Por favor... Dadme algo... Vanka se estremecía al suspirar... Había un monje joven con barba negra... Algo... —El hombre se retorció en el suelo y se envolvió de nuevo en sus harapos.
Dori miró a sus compañeras esperando una explicación. Kass sonrió, sacó algo del bolsillo de su cazadora y se lo dio al mendigo. Este se lo comió con fruición y se calmó un poco.
—Se llama Topito. Es un iluminado, un loco que cayó en las garras de Chejóv y ya no puede sobrevivir sin tragarse alguna de sus frases. Por eso ronda por el club, esperando las migajas de los demás.
La novata lo miró con tristeza. La gente se movía alrededor, bailando, bebiendo, leyendo en grupo, alguno discutía con voz más elevada sobre algún tema alrededor de las mesas. Sobre el escenario, el conjunto de moda —Shige, yuyu, Nora y Pulp, "Las plumíferas"—tocaban los acordes de una nueva canción mientras que dos bailarines movían las caderas a su ritmo en lo alto de sendas plataformas. Dori se quedó boquiabierta admirando los contoneos sensuales del que estaba más cerca.
—¿Quién es? —dudó por un momento y rectificó rápidamente—¿Quién son?
Kassio la miró divertida y ocultó una risilla con un ataque de tos.
—Son los acólitos de la jefa del club. El de allá es Isma "culo prieto", el más antiguo de los seguidores y por el que babeas se llama David alias "Pesadilla". Pero no tienes nada que hacer, pequeña. Ellos también están enganchados a los relatos que preparan aquí y no dejarían su trabajo por nada... ni nadie.
Unas poderosas risas llamaron su atención y las tres se giraron hacia donde provenía el sonido.
En un rincón apartado y rodeadas de una corte de admiradores, tres mujeres vestidas de cuero negro rellenaban los papeles que los otros les tendían con plumas de tinta mágica. Por cada manuscrito entregado, recibían un fajo de billetes que guardaban en un cofre de madera labrada. Un gato negro se enroscaban sobre la tapa, mirando a su alrededor con gesto adusto.
Lifen y kass cruzaron un gesto de entendimiento y se dirigieron hacia el grupo con andar seguro.
—La tríada —susurraron al oído de Dori por el camino—. Son brujas de las letras. Muy, muy peligrosas. No hables e intenta no mirarlas directamente. La de la melena nívea es Ororo, mordaz y directa. La que maneja el látigo contra aquel pobre chucho se llama Berlín. Ponte a buen recaudo de su realismo mágico o no saldrás nunca de aquí. La última es Nínive, parece dulce e inofensiva y por eso mismo es la más peligrosa. No mires sus ojos azules. Jamás.
—¿Y ella quién es? —preguntó Dori con un escalofrío al reparar en una figura cubierta con una túnica con capucha. Solo largos mechones de cabello dorado se escapaban de su prisión de tela y el rostro se mantenía en sombras.
—La llaman Ayrween, aunque nadie sabe su nombre verdadero. Las brujas utilizan su poder adivinatorio y la tienen en alta estima. ¡Cuidado! Dicen que posee la capacidad de ver en su bola de cristal la autorias más escondidas.
—Vaya, vaya, vaya... Mirad, hermanas, a quién tenemos aquí. Las Moderantas de la brigada literaria. ¿A qué debemos este honor? —preguntó Ororo arrancando la última hoja de su cuaderno y entregándosela a un pobre diablo que sorbió las frases casi sin respirar.
—Tolomew Dewhust. Fue asesinado ayer y vosotras no tenéis nada que ver en el asunto, ¿verdad?
La brujas se echaron a reír. Los seguidores las corearon un buen rato antes de que Nínive ordenara que se callaran con un gesto de su mano enguantada. Acarició el arco de tejo con el dedo índice.
—Tolo no era bienvenido en este lugar —explicó sin rodeos—. ¡No puede venir y hacer lo que le de la gana sin permiso! —Se levantó y hundió los dedos en el lomo del gato que ronroneó de placer—. ¿Verdad Elultimo? —El animal maulló en respuesta.
—Era un indeseable y se merecía todo lo que le han hecho, aunque nosotras no hayamos tenido nada que ver, claro está. —Berlín chasqueó el látigo y el hombre-chucho se estremeció—. Tranquilo, Gava, ya estoy de nuevo contigo.
—¿Qué tipo de... actividades desarrollaba en el club? —preguntó Lifen ignorando el olfateo de cierto adicto que se le acercó por detrás aspirando una guedeja de su cabello con un ruido sordo.
—¡Melón! ¡Deja en paz a la inspectora Lifen! —advirtió Kass en tono cortante.
—Huele b-b-bien —balbuceó el interpelado mientras se agarraba las manos intentando detener el temblor.
Ororo garabateó el comienzo de un relato en un trozo de papel y se lo lanzó a Melón que lo agarró al vuelo con los dientes.
—¿Ves, inspectora? Nosotros solo les ofrecemos lo que necesitan. Ni más, ni menos. Pero Tolo..., Tolo jugaba con la poesía. ¡Versos! El tipo de literatura más peligroso. Te transforma, te hace querer más y más... Lucía no lo permitía en este local y creó un rincón en el subsuelo para los practicantes, pero Tolo volvió a subirla aquí y la dejó libre. ¡Aquí! Él y su esbirro, un tal Barrikada. Querían que la poesía campara a sus anchas.
Nínive volvió a sentarse y cruzó las piernas. Asentía a lo que estaba diciendo su hermana y añadió con fervor cuando Ororo acabó su discurso:
—Cualquier adicto a la poesía puede haber cometido una locura con Tolo: un cliente descontento, una mujer despechada... Se comenta que utilizaba los poemas para atrapar entre sus redes a chicas guapas.
Lifen chasqueó la lengua, impaciente.
—Ya. No ha sido un trabajo organizado por brujas expertas, ¿verdad? Marcas de látigo formando palabras, una flecha clavada en el centro del pecho, quemaduras eléctricas en las muñecas. Y vosotras sois inocentes cual jilgueros. ¡Ja!
Las tres brujas se levantaron lentamente y con paso sinuoso se situaron frente a las representantes de la ley. Sus monos de cuero refulgían con las luces intermitentes. El silencio tomó la sala cuando la banda dejó de tocar y todos volvieron las cabezas hacia el enfrentamiento. Sinkim, el barman, saltó sobre la barra y se mantuvo en cuclillas, presto a saltar si era necesario. Isma y David tomaron posiciones de ataque y sus músculos se marcaron bajo la piel desnuda. Rat sujetaba un bulto sospechoso bajo la bandeja con bebidas.
Dori se puso detrás de Lifen y Kass. Estaba muerta de miedo. A ese lugar nunca llegarían los refuerzos. Pensó que, si salían con vida, se marcharía una temporada a la casa de campo que tenía cerca de la charca.
—Está bien —admitió la inspectora levantando las palmas de las manos en señal de rendición—. Ya sabéis que no tenemos pruebas y que nadie vio nada. Pero, —Señaló con el dedo a las brujas—, esto no acaba aquí. Algún día, cometeréis un error y estaré detrás de vosotras para meteros en prisión.
—Hasta entonces, inspectora —se burló Ororo. Sus dos hermanas se rieron y las tres volvieron a su rincón entre murmullos de asentimiento.
Las dos Moderantas y la intérprete avanzaron hasta la salida. La muchedumbre se abría ante ellas y se volvía a cerrar en cuanto pasaban. No eran bien recibidas. En cuanto salieron por la puerta, Estrella sonrió con picardía y le recordó a Kass el pago por la entrada. Esta sacudió la cabeza con tristeza.
—Cada vez es peor, Lifen. Pronto no podremos ni acercarnos por el barrio.
—Deja que se maten, Kass. Solo hemos venido a cubrir la papeleta. ¡Novata! Esta es la lección más importante de tu día de entrenamiento: si no puedes vencerlos, espera y verás cómo se eliminan ellos solos.
Dori no estaba muy segura de valer para «Moderanta», pero no dijo nada. Lo meditaría con la almohada. Si pudiera apartar del club a ese tal Pesadilla... Daría por bueno el esfuerzo de aprender a manejarse entre esa chusma adicta a las letras. Suspiró y montó en el coche.
—Me apetece un mañocao. ¿Alguien se apunta? —La pregunta quedó flotando en el ambiente cuando el coche avanzó por el aparcamiento.
Si se hubieran fijado un poco más en la figura oscura que se mantenía agachada al borde de la carretera, hubieran visto que pronunciaba un hechizo sobre tres jirones de papel. En ellos se podía leer las palabras: santoral, sacacorchos y conceptos. Si el sabor del mañocao no hubiera ocupado sus sentidos, hubieran visto al hombre que invocaba con magia al autor de esas historias y sabrían que el socio de Tolomew estaba intentando devolverlo a la vida.
Mientras el coche se alejaba y, en el club, las tres brujas escribían sus historias, una nube de tinta tomaba la forma de un hombre buscando venganza.
Dia de entrenamiento.odt
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Dori25
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Re: CK1 - Día de entrenamiento

Mensaje por Dori25 »

JAJAJA, qué bueno!!!
Me encanta!
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Shigella
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Re: CK1 - Día de entrenamiento

Mensaje por Shigella »

Oh, qué interesante. Es como una serie de detectives pero con foreros. :cunao:
1, 2... 1, 2... probando...
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Tolomew Dewhust
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Re: CK1 - Día de entrenamiento

Mensaje por Tolomew Dewhust »

8)

Este relato, efectivamente, es una maravilla. Vayamos por partes:

Tolomew ha sido asesinado, la tríada de brujas no ha tenido nada que ver, aunque, curiosamente, en su espalda tiene marcas de latigazos, en sus muñecas quemaduras y una flecha le ha atravesado el pecho... (blanco y en botella, que dicen por aquí).

Por qué lo han matado: bueno, es el nuevo (eso me hace pensar en alguien que lleve mucho tiempo, o al menos, bastante más que yo merodeando este club)... y, además, el muy osado ha paseado su poesía por estos lares, algo prohibidísimo, para eso ya tienen ese reducto que Lucia les ha concedido en los bajos fondos (el subforo de poesía en LFE). La verdad que es una hipótesis muy buena.

En el club, los foreros mendigan trozos de relatos, hay frases maravillosas: los vientos atadados a las ovejas, o ese barman preparando cócteles de comienzos, el topo alimentándose de retazos...

La ambientación me ha recordado a Sin City, a la parte de la ciudad tomada por las chicas que hacen y deshacen a su antojo, donde la única ley que impera es la que ellas dictan, y hasta los guardias sucumben a sus encantos. Sí, muy bien ambientado.

En definitiva, a mí me encanta. Ah, Lo de Barrikada susurrando "santoral, conceptos y sacacorchos" y, a continuación, el hombre que se eleva buscando venganza (Tolo) es mortaaaaaal de bueno, casi augurando un segundo acto, una continuación con algo más de sangre.

Chapó.
Hay seres inferiores para quienes la sonoridad de un adjetivo es más importante que la exactitud de un sistema... Yo soy uno de ellos.
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Saber
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Re: CK1 - Día de entrenamiento

Mensaje por Saber »

Qué relatos más divertidos habéis escrito. A mí me ha encantado (:
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Topito
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Re: CK1 - Día de entrenamiento

Mensaje por Topito »

Después de revelar las autorías, deben subir la segunda parte, y la tercera... Hacer una mini serie en el LFE.

(y dar más papel a Topito; que gran personaje :cunao: )
1
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Dori25
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Re: CK1 - Día de entrenamiento

Mensaje por Dori25 »

Topito escribió:Después de revelar las autorías, deben subir la segunda parte, y la tercera... Hacer una mini serie en el LFE.

(y dar más papel a Topito; que gran personaje :cunao: )
Imposible, está siempre de fiesta y no acude a los relatos cuando le toca! :lengualarga:
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Sinkim
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Re: CK1 - Día de entrenamiento

Mensaje por Sinkim »

Este relato es genial, la idea es una auténtica maravilla, me ha encantado :lol: :lol: Al principio me ha recordado algo a la novela de La ciudad y la ciudad - China Miéville y eso, como supondrás, es un grandísimo halago :lol: :lol:

Coincido en que esta historia se merece una continuación, además ni siquiera hemos visto a Lucía salir de su despacho y acojonar a todo el bar con su mirada mientras unta sus churros en la CocaCola :twisted: :twisted: :cunao: :cunao: :cunao: Y que conste que el bar tiene que ser una zona neutral donde la violencia está terminantemente prohíbida por orden de Lucía so pena de baneo del local. Aunque nadie dice nada de lo que pueda pasar una vez se salga por la puerta, ¿verdad, Tolo? :silbando: :silbando:

El relato me parece que tiene frases maravillosas, como bien ha dicho Tolo, la idea de los cócteles de comienzos es una idea brillante :D :D
"Contra la estupidez los propios dioses luchan en vano" (Friedrich von Schiller)

:101:
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Re: CK1 - Día de entrenamiento

Mensaje por Nínive »

¡Oh my God! ¡Me encanta ser mala malísma! Aunque... ¿por qué me has situado como hermana de Ororo? :roll:
Creo que se ha querido hacer un homenaje a los kekos del principio, a esas historias que contábamos entre todos, por eso no tiene final cerrado. Me lo he pasado pipa leyéndolo. Ese ambiente oscuro... ¡Adictos! Muy buen homenaje.
Y me parto con el personaje de Topito y su mano esquelética... :lol:
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Gavalia
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Re: CK1 - Día de entrenamiento

Mensaje por Gavalia »

Lo siento pero pasas a mi carpeta de ignorados por bruja. De nenuco en el anterior he pasado a esclavo torturado y así de pasadilla que no de pesadilla... aunque a lo mejor si :cunao:
No pienso votarte, que lo sepas 8)
En paz descanses, amigo.
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Dori25
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Re: CK1 - Día de entrenamiento

Mensaje por Dori25 »

Gavalia escribió:Lo siento pero pasas a mi carpeta de ignorados por bruja. De nenuco en el anterior he pasado a esclavo torturado y así de pasadilla que no de pesadilla... aunque a lo mejor si :cunao:
No pienso votarte, que lo sepas 8)
:meparto: :meparto: :meparto: :meparto:
O brujo!
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Isma
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Re: CK1 - Día de entrenamiento

Mensaje por Isma »

¡Qué bueno! Qué bien escrito y qué historia más chula. Una de detectives en los bajos fondos literarios. La ambientación es buenísima: me encanta cómo queda retratado el club y los personajes que pululan en él. Lo único que se me hace raro es que sea Lifen la detective con experiencia. Yo la ponía al mismo nivel que la novata Dori 8). El asesinato de Tolo, merecidísimo, aunque los bichos malos nunca mueren y Barri ya anda preparando su resurrección :cunao:. Y que Kassio haga de intérprete, cuando es la que mejor interpreta todos los relatos, un puntazo. Salgo de bailarín gogó junto con el hombre del renacimiento, Pesadilla: todo un honor. Espero que la música fuera de Manowar al menos :lol:.

Me lo he pasado pipa leyendo y me ha parecido muy bien enlazado y desarrollado. ¡Fenómeno! :128:
iliada
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Re: CK1 - Día de entrenamiento

Mensaje por iliada »

Qué bueno!! Las moderantas, la intérprete, Ayrween convertida en adivina con capucha siniestra, el culo de Isma, los ojos de Ninive, la poesía de Tolo... me lo he pasado muy bien leyendo este relato. Yo también quiero continuación.
1
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Re: CK1 - Día de entrenamiento

Mensaje por Berlín »

Lifen y kass cruzaron un gesto de entendimiento y se dirigieron hacia el grupo con andar seguro.
—La tríada —susurraron al oído de Dori por el camino—. Son brujas de las letras. Muy, muy peligrosas. No hables e intenta no mirarlas directamente. La de la melena nívea es Ororo, mordaz y directa. La que maneja el látigo contra aquel pobre chucho se llama Berlín. Ponte a buen recaudo de su realismo mágico o no saldrás nunca de aquí. La última es Nínive, parece dulce e inofensiva y por eso mismo es la más peligrosa. No mires sus ojos azules. Jamás.
Yo más contenta que unas pascuas de pertenecer a la tríada, jeje Y siempre lo he dicho: no apartéis los ojos de Nini, que parece que no ha roto un plato y es la más peligrosaaaa.

Y que bueno esto jeje:
Pero Tolo..., Tolo jugaba con la poesía. ¡Versos! El tipo de literatura más peligroso. Te transforma, te hace querer más y más... Lucía no lo permitía en este local y creó un rincón en el subsuelo para los practicantes, pero Tolo volvió a subirla aquí y la dejó libre. ¡Aquí! Él y su esbirro, un tal Barrikada. Querían que la poesía campara a sus anchas.
Me ha encantado este relato. Si es que me lo estoy pasando de muerte. :cunao:
Si yo fuese febrero y ella luego el mes siguiente...
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Dori25
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Re: CK1 - Día de entrenamiento

Mensaje por Dori25 »

Isma escribió: Lo único que se me hace raro es que sea Lifen la detective con experiencia. Yo la ponía al mismo nivel que la novata Dori 8).
Eso digo yo! Pensad que nos doctoramos el mismo día, pobre Julia que nos tuvo que enseñar a la vez!
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