CN3 - Postales - Sinkim
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Postales
¡Fun, fun, fun!
La postal navideña enmudeció cuando Juan la cerró.
— Otra postal terminada, una más o una menos, según se mire —pensó Juan mientras la cogía y la guardaba en el sobre con la dirección de su madre.
Desde pequeño su madre le había obligado a enviar postales a todos sus familiares y a todos sus amiguitos. Tras la prematura y extraña muerte de su padre su madre se había convertido en la única familia del joven. Juana era una mujer muy religiosa y con un fuerte temperamento que siempre conseguía lo que quería aunque para ello tuviera que recurrir al chantaje emocional. La vida de Juan se convirtió en poco más que una serie de interminables normas y reglas que había que obedecer.
Años después y, por fin, independizado algunas de esas normas aún seguían enquistadas en lo más hondo de su alma. Así que ahí se encontraba el pobre Juan mandando postales de Navidad a gente a la que no soportaba porque “La Navidad es una fecha de paz y reconciliación en la que hay que tender la mano a aquellos que están más lejos de nuestros corazones”.
Juan siguió con la postal para Antonio, su ex jefe. Hace seis meses que le había despedido con la excusa de la crisis para contratar al día siguiente a un becario que hiciera su trabajo a mitad de precio y embolsarse él la diferencia. Lo que más echaba de menos de su trabajo era el laboratorio que había sido para él su Sancta Sanctorum, un lugar donde todo tenía sentido, donde las disoluciones y los precipitados cumplían unas normas y unas reglas que él entendía y que siempre podía predecir y controlar. La mente analítica de Juan le había encauzado desde pequeño por los caminos de la ciencia y al final había terminado enamorado de la química y de todos los procesos que le permitían controlarla.
La postal para Roberto le costó un poco más, tuvo que pensar mucho antes de encontrar alguna palabra amable que escribir al hombre que le había robado a su mujer, al hombre que, hasta hace un año, había sido su mejor amigo. Roberto y él se habían conocido el primer año de carrera y enseguida habían conectado. A pesar de sus caracteres opuestos, o quizás por eso mismo, se habían llevado bien casi desde el principio. Roberto se aprovechó de la capacidad de concentración de Juan para poder estudiar juntos y Juan conoció las noches de marcha, el alcohol y las chicas gracias al carácter extrovertido de su amigo. Cuando una noche conocieron a Raquel a Roberto le bastó una mirada a la cara de su amigo para saber que Juan se había enamorado por primera vez. Durante años, a pesar de sus sentimientos, Roberto nunca hizo nada para inmiscuirse entre los dos, incluso fue el padrino en su boda; pero, cuando el destino quiso que ambos tuvieran que trabajar juntos en un proyecto, la chispa que Roberto creía apagada desató un incendio que ninguno de los dos pudo parar. Aunque intentaron que Juan lo comprendiera la traición había golpeado demasiado fuerte como para que él pudiera escuchar nada de lo que dijeran.
La última postal era para Fernando López, el tipo que le había embestido en una rotonda el mes pasado y que aprovechándose de su estado de conmoción había redactado el parte de accidente amistoso de tal forma que ahora Juan se veía en la obligación de pagar los desperfectos de los dos coches. Aunque su seguro le había garantizado que el suceso no iba a tener ninguna repercusión en su póliza el sentimiento de derrota e indefensión que acompañó al proceso judicial junto con la consecuente ira y rabia hicieron mella en Juan y provocaron que, por una vez en su vida, decidiera enfrentarse cara a cara con sus demonios.
Juan cerró la última postal, se quitó los guantes y la mascarilla, dejó las pinzas a un lado y guardó el bote que contenía el poco ántrax que había sobrado de lo que cogió del laboratorio el día antes de que le despidieran. Siempre había sabido que algún día le haría falta.
¡Feliz Navidad a todos y espero que pronto recibáis vuestra postal navideña! Ya sabéis que, a veces, Correos se retrasa un poco.
¡Fun, fun, fun!
La postal navideña enmudeció cuando Juan la cerró.
— Otra postal terminada, una más o una menos, según se mire —pensó Juan mientras la cogía y la guardaba en el sobre con la dirección de su madre.
Desde pequeño su madre le había obligado a enviar postales a todos sus familiares y a todos sus amiguitos. Tras la prematura y extraña muerte de su padre su madre se había convertido en la única familia del joven. Juana era una mujer muy religiosa y con un fuerte temperamento que siempre conseguía lo que quería aunque para ello tuviera que recurrir al chantaje emocional. La vida de Juan se convirtió en poco más que una serie de interminables normas y reglas que había que obedecer.
Años después y, por fin, independizado algunas de esas normas aún seguían enquistadas en lo más hondo de su alma. Así que ahí se encontraba el pobre Juan mandando postales de Navidad a gente a la que no soportaba porque “La Navidad es una fecha de paz y reconciliación en la que hay que tender la mano a aquellos que están más lejos de nuestros corazones”.
Juan siguió con la postal para Antonio, su ex jefe. Hace seis meses que le había despedido con la excusa de la crisis para contratar al día siguiente a un becario que hiciera su trabajo a mitad de precio y embolsarse él la diferencia. Lo que más echaba de menos de su trabajo era el laboratorio que había sido para él su Sancta Sanctorum, un lugar donde todo tenía sentido, donde las disoluciones y los precipitados cumplían unas normas y unas reglas que él entendía y que siempre podía predecir y controlar. La mente analítica de Juan le había encauzado desde pequeño por los caminos de la ciencia y al final había terminado enamorado de la química y de todos los procesos que le permitían controlarla.
La postal para Roberto le costó un poco más, tuvo que pensar mucho antes de encontrar alguna palabra amable que escribir al hombre que le había robado a su mujer, al hombre que, hasta hace un año, había sido su mejor amigo. Roberto y él se habían conocido el primer año de carrera y enseguida habían conectado. A pesar de sus caracteres opuestos, o quizás por eso mismo, se habían llevado bien casi desde el principio. Roberto se aprovechó de la capacidad de concentración de Juan para poder estudiar juntos y Juan conoció las noches de marcha, el alcohol y las chicas gracias al carácter extrovertido de su amigo. Cuando una noche conocieron a Raquel a Roberto le bastó una mirada a la cara de su amigo para saber que Juan se había enamorado por primera vez. Durante años, a pesar de sus sentimientos, Roberto nunca hizo nada para inmiscuirse entre los dos, incluso fue el padrino en su boda; pero, cuando el destino quiso que ambos tuvieran que trabajar juntos en un proyecto, la chispa que Roberto creía apagada desató un incendio que ninguno de los dos pudo parar. Aunque intentaron que Juan lo comprendiera la traición había golpeado demasiado fuerte como para que él pudiera escuchar nada de lo que dijeran.
La última postal era para Fernando López, el tipo que le había embestido en una rotonda el mes pasado y que aprovechándose de su estado de conmoción había redactado el parte de accidente amistoso de tal forma que ahora Juan se veía en la obligación de pagar los desperfectos de los dos coches. Aunque su seguro le había garantizado que el suceso no iba a tener ninguna repercusión en su póliza el sentimiento de derrota e indefensión que acompañó al proceso judicial junto con la consecuente ira y rabia hicieron mella en Juan y provocaron que, por una vez en su vida, decidiera enfrentarse cara a cara con sus demonios.
Juan cerró la última postal, se quitó los guantes y la mascarilla, dejó las pinzas a un lado y guardó el bote que contenía el poco ántrax que había sobrado de lo que cogió del laboratorio el día antes de que le despidieran. Siempre había sabido que algún día le haría falta.
¡Feliz Navidad a todos y espero que pronto recibáis vuestra postal navideña! Ya sabéis que, a veces, Correos se retrasa un poco.
- Topito
- GANADOR del V Concurso de relatos
- Mensajes: 4300
- Registrado: 13 Abr 2009 20:43
- Ubicación: Los Madriles
Re: CN3 - Postales
Uy... Gracias que a mi me felicitan por whatsapp. Jajaja.
Gracioso y ameno relato. Gracias autor.
Gracioso y ameno relato. Gracias autor.
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Re: CN3 - Postales
jajaja me ha encantado.
Leía y pensaba que me las estaba viendo con un pardillo navideño, de estos que lo perdonan todo, con un manso, pero ¡ay! al final resulta que no es un manso, que es Dexter Morgan que ha vuelto más retorcido que nunca.
Un gran final, muy bueno.
Leía y pensaba que me las estaba viendo con un pardillo navideño, de estos que lo perdonan todo, con un manso, pero ¡ay! al final resulta que no es un manso, que es Dexter Morgan que ha vuelto más retorcido que nunca.
Un gran final, muy bueno.
Si yo fuese febrero y ella luego el mes siguiente...
- joserc
- GANADOR del IV Concurso de relatos
- Mensajes: 1493
- Registrado: 17 Ago 2006 13:52
- Ubicación: Madrid
Re: CN3 - Postales
Otro que ha presentado el relato mientras preparaba las uvas de nochevieja. Mi mente sherlockholmesiana lo deduce de algunas comas que faltan por ahí y de la brevedad del escrito.
Mucho rencor guardado que acaba saliendo en estas fechas. Ya lo dicen en mi pueblo: Dios me salve de los toros mansos que de los bravos ya me salvo yo.
Gracias por compartir.
Mucho rencor guardado que acaba saliendo en estas fechas. Ya lo dicen en mi pueblo: Dios me salve de los toros mansos que de los bravos ya me salvo yo.
Gracias por compartir.
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Re: CN3 - Postales
Cortito pero intenso. Me he sentido muy identificada. Menos mal que acaba bien
1, 2... 1, 2... probando...
Re: CN3 - Postales
Me ha gustado la historia aunque me he quedado con ganas de conocer a algún destinatario más
Yo por si acaso voy a guardar las felicitaciones que reciba y que las abra Ukiah que él está a salvo
Yo por si acaso voy a guardar las felicitaciones que reciba y que las abra Ukiah que él está a salvo
"Contra la estupidez los propios dioses luchan en vano" (Friedrich von Schiller)
Re: CN3 - Postales
Relato muy breve, pero divertido. Puede que incluyendo un par de postales más el relato ganara.
Saludos.
Saludos.
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- Tolomew Dewhust
- Foroadicto
- Mensajes: 4992
- Registrado: 16 Ago 2013 11:23
Re: CN3 - Postales
Hay seres inferiores para quienes la sonoridad de un adjetivo es más importante que la exactitud de un sistema... Yo soy uno de ellos.
- barrikada
- No tengo vida social
- Mensajes: 2174
- Registrado: 27 Oct 2011 19:37
- Ubicación: Graná/Alacant/Roma
- Contactar:
Re: CN3 - Postales
Bastante bueno el giro final. Es corto, pero muy vivo. Me ha parecido que el carácter del personaje está perfectamente descrito y los detalles son más o menos entretenidos. Quizá alguna postal más o profundizar en las que ya ahí hubiera sido una gran decisión, pero aun así, el resultado es muy satisfactorio. Enhorabuena, autor.
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- Miss Darcy
- Me estoy empezando a viciar
- Mensajes: 309
- Registrado: 13 Mar 2013 10:56
Re: CN3 - Postales
Un giro radical en la trama... ¡Y cuanta mala leche acumulada! Lo único que me preocupa es como va a sobrevivir el pobre cartero a semejante bombardeo químico XD
Un relato divertido autor
Un relato divertido autor
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Re: CN3 - Postales
Breve pero muy bueno, se deja leer bien y cuando piensas que Juan es un buenazo se descubre su verdadero espíritu navideño.
Juan siguiendo las normas de Juana a su manera.
Juan siguiendo las normas de Juana a su manera.
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- ukiahaprasim
- Robotillo
- Mensajes: 37965
- Registrado: 15 May 2007 19:23
- Contactar:
Re: CN3 - Postales
Bieeeeeeeeen!!!!! .... . Por fin alguien con un poquito de mala leche.... Aunque hubiera preferido que tuvieras tambien algunas poquitas comas mas..
¿sabes que pasa?.. Que si uno llega ahogado y sin aliento, las esporas de antrax se le quedan en los pelitos de la nariz, y como si nada..
No es que sea la bomba.. Pero te agradezco la intencion de sacudir un poco al lector...
Pd. Eso si, mucho por repasar en este relati...
Ukiah
Enviado via TamTam. (Olvidé la yesca en casa, así que las señales de humo están descartadas hoy).
¿sabes que pasa?.. Que si uno llega ahogado y sin aliento, las esporas de antrax se le quedan en los pelitos de la nariz, y como si nada..
No es que sea la bomba.. Pero te agradezco la intencion de sacudir un poco al lector...
Pd. Eso si, mucho por repasar en este relati...
Ukiah
Enviado via TamTam. (Olvidé la yesca en casa, así que las señales de humo están descartadas hoy).
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Re: CN3 - Postales
A cuadros me has dejado. Nada, ahí mandando las postales navideñas con antrax, como el que hace puzzle o una maquete como hobby. En mi familia, mi hermana tiene la costumbre de darnos una postal en Nochebuena . Cortito, pero con muy buen giro final.
¿También mandas postales con Antrax ?Shigella escribió:Cortito pero intenso. Me he sentido muy identificada. Menos mal que acaba bien
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Re: CN3 - Postales
Creo que la idea es muy buena (no la de mandar postales con antrax sino la del relato ), pero encuentro la redacción un poquito descuidada.
La forma segura de ser infeliz es buscar permanentemente la felicidad
Re: CN3 - Postales
No, desgraciadamente (o por suerte para la humanidad) yo no trabajo en un laboratorio de microbiología.Gisso escribió:¿También mandas postales con Antrax ?Shigella escribió:Cortito pero intenso. Me he sentido muy identificada. Menos mal que acaba bien
Como mucho he pensado en envenenar gente, pero las guerras bacteriológicas tienen un encanto especial.
A mí la idea de este relato me ha enamorado.
1, 2... 1, 2... probando...