Encierro - El largo adiós - Isma
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Encierro - El largo adiós - Isma
El largo adiós
Ohio, Norteamérica. El hombre espera entre un pastizal y los límites de un bosque. Ha llegado un poco antes para recrearse en los indicios de la primavera. Lo más llamativo está en la arboleda. Entre los robles y nogales florecen los cornejos blancos y los cercis añaden un punto infantil con sus toques de color rosa. Pero dondequiera que mira encuentra vestigios de vida nueva; renacuajos en el arroyo, esquivas serpientes entre el herbazal, movimientos fugaces en las ramas.
El cielo se oscurece y la brisa golpea la pradera inclinando los tallos verdes. Un momento después, el ruido llega como una ola. Centenares, miles de palomas migratorias surcan el firmamento ocultando el brillo del sol en un flujo interminable. El hombre ríe. Bajo la ondulante masa de pájaros, tiene la sensación de encontrarse bajo la superficie del agua. Caen del cielo plumas azules, rojizas, blancas como plumones. Es una sensación maravillosa.
Monteverde, Costa Rica. Una selva, tan húmeda que el agua resbala de las grandes hojas y del musgo cuajado de rocío. El hombre se interna sin temor por la espesura de helechos, sobre un suelo blando de hojas descompuestas y humus, bajo un intrincado entramado de ramas, hojas, troncos y lianas. Su atención se centra en las charcas y pequeñas hoyas de agua, donde se detiene para observar el pequeño microcosmos de vida.
Esta vez no le va a ser tan fácil encontrar a su objetivo. Tiene que pasar horas en el laberinto vegetal y examinar decenas de estanques y pozas hasta dar con ella. La rana se encuentra sobre un tronco semihundido. Es minúscula y brilla, dorada, como el sol. Un prodigio más de la naturaleza.
Namibia, África. El suelo rojizo de la sabana es tan cálido como el recuerdo. Ha viajado miles de veces, pero la tierra de África sigue siendo la que más le fascina. El tiempo deja de tener sentido para él mientras pasa sentado horas, la tarde, la noche, la mañana. Siempre se sorprende del color del cielo en esta tierra primigenia; de las manadas de órices, de los gatos de roca, erguidos junto a sus madrigueras, de los zancudos pájaros secretario. Y de los grandes mamíferos: los elefantes, las jirafas, incluso un enorme león que pasó tan cerca de él que hubiera podido tocarlo.
Al tercer día de espera lo encuentra. Es un animal majestuoso. El hombre se acerca: quiere atisbar en sus ojos hundidos. El rinoceronte negro occidental es mucho más impresionante que las imágenes de los registros. Tan grande como él. Tan pacífico como un anciano rey de la sabana. Los ojos asediados de arrugas son negros y profundos. Los ojos del animal hablan. El hombre extiende una mano para tocarle, aunque sabe que es imposible. En vez de eso, se la lleva a la boca. Una lágrima le cae por su mejilla.
Brasil. India. España. Dinamarca. Corea. Mongolia. Australia. ¿Por dónde buscar a la siguiente especie? ¿En qué sitio y en qué época fijar la vista de todos los posibles? ¿Tiene sentido hacer algo así? ¿Y qué conseguirá sacar en claro?
Son preguntas importantes. El hombre desconecta la máquina que le ha permitido viajar por todos esos lugares remotos en el tiempo y en el espacio. La tecnología habría sido considerada magia por los antiguos habitantes del planeta que gira allá abajo. El hombre que la utiliza comprende los conceptos sobre los que se sustenta y sabe que su invención fue una necesidad. Necesitaba disponer de algo que le ayudara a comprender. Necesitaba aprender de los errores. Necesitaba, también, recordar al planeta que tanto le había dado.
Ahora reflexiona. La pared de la nave es transparente para que pueda observar a la esfera terrestre recubierta de una perenne nube parda. Bajo su capa, la tierra es yerma. Deberán pasar miles de años antes de que su ponzoña se asiente y la vida pueda volver a renacer otra vez, nueva, diferente, cambiada. Qué largo camino. Cuánta riqueza desaprovechada. Pero el hombre sabe que es heredero de todo ese esfuerzo. No piensa cometer el mismo error que su antepasado.
El hombre vuelve la mirada de sus tres ojos hacia la pantalla y extiende uno de sus larguísimos brazos hacia los controles. Acaba de decidir el lugar y tiempo en que visitará a la siguiente especie extinta, el homo sapiens. Su especie, el homo novo, no cometerá el mismo error. Aunque le duela, aprenderá de sus fracasos.
La Tierra, muda, asiente y espera.
Ohio, Norteamérica. El hombre espera entre un pastizal y los límites de un bosque. Ha llegado un poco antes para recrearse en los indicios de la primavera. Lo más llamativo está en la arboleda. Entre los robles y nogales florecen los cornejos blancos y los cercis añaden un punto infantil con sus toques de color rosa. Pero dondequiera que mira encuentra vestigios de vida nueva; renacuajos en el arroyo, esquivas serpientes entre el herbazal, movimientos fugaces en las ramas.
El cielo se oscurece y la brisa golpea la pradera inclinando los tallos verdes. Un momento después, el ruido llega como una ola. Centenares, miles de palomas migratorias surcan el firmamento ocultando el brillo del sol en un flujo interminable. El hombre ríe. Bajo la ondulante masa de pájaros, tiene la sensación de encontrarse bajo la superficie del agua. Caen del cielo plumas azules, rojizas, blancas como plumones. Es una sensación maravillosa.
Monteverde, Costa Rica. Una selva, tan húmeda que el agua resbala de las grandes hojas y del musgo cuajado de rocío. El hombre se interna sin temor por la espesura de helechos, sobre un suelo blando de hojas descompuestas y humus, bajo un intrincado entramado de ramas, hojas, troncos y lianas. Su atención se centra en las charcas y pequeñas hoyas de agua, donde se detiene para observar el pequeño microcosmos de vida.
Esta vez no le va a ser tan fácil encontrar a su objetivo. Tiene que pasar horas en el laberinto vegetal y examinar decenas de estanques y pozas hasta dar con ella. La rana se encuentra sobre un tronco semihundido. Es minúscula y brilla, dorada, como el sol. Un prodigio más de la naturaleza.
Namibia, África. El suelo rojizo de la sabana es tan cálido como el recuerdo. Ha viajado miles de veces, pero la tierra de África sigue siendo la que más le fascina. El tiempo deja de tener sentido para él mientras pasa sentado horas, la tarde, la noche, la mañana. Siempre se sorprende del color del cielo en esta tierra primigenia; de las manadas de órices, de los gatos de roca, erguidos junto a sus madrigueras, de los zancudos pájaros secretario. Y de los grandes mamíferos: los elefantes, las jirafas, incluso un enorme león que pasó tan cerca de él que hubiera podido tocarlo.
Al tercer día de espera lo encuentra. Es un animal majestuoso. El hombre se acerca: quiere atisbar en sus ojos hundidos. El rinoceronte negro occidental es mucho más impresionante que las imágenes de los registros. Tan grande como él. Tan pacífico como un anciano rey de la sabana. Los ojos asediados de arrugas son negros y profundos. Los ojos del animal hablan. El hombre extiende una mano para tocarle, aunque sabe que es imposible. En vez de eso, se la lleva a la boca. Una lágrima le cae por su mejilla.
Brasil. India. España. Dinamarca. Corea. Mongolia. Australia. ¿Por dónde buscar a la siguiente especie? ¿En qué sitio y en qué época fijar la vista de todos los posibles? ¿Tiene sentido hacer algo así? ¿Y qué conseguirá sacar en claro?
Son preguntas importantes. El hombre desconecta la máquina que le ha permitido viajar por todos esos lugares remotos en el tiempo y en el espacio. La tecnología habría sido considerada magia por los antiguos habitantes del planeta que gira allá abajo. El hombre que la utiliza comprende los conceptos sobre los que se sustenta y sabe que su invención fue una necesidad. Necesitaba disponer de algo que le ayudara a comprender. Necesitaba aprender de los errores. Necesitaba, también, recordar al planeta que tanto le había dado.
Ahora reflexiona. La pared de la nave es transparente para que pueda observar a la esfera terrestre recubierta de una perenne nube parda. Bajo su capa, la tierra es yerma. Deberán pasar miles de años antes de que su ponzoña se asiente y la vida pueda volver a renacer otra vez, nueva, diferente, cambiada. Qué largo camino. Cuánta riqueza desaprovechada. Pero el hombre sabe que es heredero de todo ese esfuerzo. No piensa cometer el mismo error que su antepasado.
El hombre vuelve la mirada de sus tres ojos hacia la pantalla y extiende uno de sus larguísimos brazos hacia los controles. Acaba de decidir el lugar y tiempo en que visitará a la siguiente especie extinta, el homo sapiens. Su especie, el homo novo, no cometerá el mismo error. Aunque le duela, aprenderá de sus fracasos.
La Tierra, muda, asiente y espera.
Re: Encierro - El largo adiós
¡Oh, dios mío! Yo empantanada escribiendo ciencia ficción y no me libro de ella ni el concurso.
Bien. Las descripciones, aunque cortas, me han parecido un pelín lentas. Lo que mas me ha gustado es el encuentro con la mirada del rinoceronte. Eso está muy bien. El final, una vez sabes que la historia es de ciencia ficción, no es demasiado original, pero está bastante bien.
Bien. Las descripciones, aunque cortas, me han parecido un pelín lentas. Lo que mas me ha gustado es el encuentro con la mirada del rinoceronte. Eso está muy bien. El final, una vez sabes que la historia es de ciencia ficción, no es demasiado original, pero está bastante bien.
Siempre contra el viento
Re: Encierro - El largo adiós
Una historia preciosa, la que más me ha gustado hasta ahora. Felicidades, autor Me parece muy bien escrita y con un final muy esperanzador, aunque conociendo al homo sapiens no me extrañaría que como el homo novo no tenga cuidado acaben capturándolo y disceccionándolo
Me ha hecho gracia que hables de rinocerontes y hace una hora haya puesto esta imagen en Bellas artes
Me ha hecho gracia que hables de rinocerontes y hace una hora haya puesto esta imagen en Bellas artes
"Contra la estupidez los propios dioses luchan en vano" (Friedrich von Schiller)
Re: Encierro - El largo adiós
Pero si el Homo sapiens ya está extinto, el protagonista no tiene nada que temer.Sinkim escribió:Una historia preciosa, la que más me ha gustado hasta ahora. Felicidades, autor Me parece muy bien escrita y con un final muy esperanzador, aunque conociendo al homo sapiens no me extrañaría que como el homo novo no tenga cuidado acaben capturándolo y disceccionándolo
Al principio se me ha hecho un poco pesada tanta descripción de la naturaleza, pero el final me ha gustado. La moraleja no es muy original, pero funciona.
1, 2... 1, 2... probando...
Re: Encierro - El largo adiós
Shigella, si que tiene que temer porque los viajes que hace son también viajes temporales, la Tierra en su presente es casi inhabitable
"Contra la estupidez los propios dioses luchan en vano" (Friedrich von Schiller)
Re: Encierro - El largo adiós
Ah, yo he entendido que era una especie de inmersión en una realidad virtual y por eso no podía tocar a los animales, porque eran como hologramas.Sinkim escribió:Shigella, si que tiene que temer porque los viajes que hace son también viajes temporales, la Tierra en su presente es casi inhabitable
1, 2... 1, 2... probando...
Re: Encierro - El largo adiós
Tal y como lo cuenta, en plan recuperar el pasado y los recuerdos, yo lo entiendo más como un viaje en el tiempo. Si fuera un holograma sería que ha conseguido recrear el mundo a la perfección y tampoco tendría que pasar días recorriendo los bosques buscando a los animales
Luego el autor se sacará una tercera opción y nos hará callar a los dos
Luego el autor se sacará una tercera opción y nos hará callar a los dos
"Contra la estupidez los propios dioses luchan en vano" (Friedrich von Schiller)
- Mister_Sogad
- Tigretón
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- Registrado: 20 Dic 2009 10:04
- Ubicación: Perdido en mis pensamientos
Re: Encierro - El largo adiós
Me ha resultado muy interesante y placentero el viajar de aquí para allá con el protagonista buena parte del relato, en mi mente se iba construyendo una persona viajera amante de la naturaleza, luego se ha convertido en un ente, un fantasma que una vez muerto aprovecha ser etéreo para conocer la naturaleza (no sé por qué esta idea me ha encantado), pero, finalmente, al descubrir la realidad del personaje y tomar perspectiva del relato creo que me ha fascinado la idea. Buen relato autor/a.
Re: Encierro - El largo adiós
No sabía por donde ibas a salir, bueno, me imaginaba que trataría sobre la extinción de las especies, pero no a ese nivel. Los viajes en el tiempo siempre me han dado yuyu según como se plantean y en este caso no me ha convencido del todo ¿por qué no intentar salvar la Tierra convenciéndolos de lo que va a ocurrir? Me respondo yo mismo: si no toman por locos a los Homo Novo, tal vez estos no quieran darles una oportunidad a los Homo Sapiens, porque tal vez la evolución a Novo no llegaría a ocurrir. El efecto mariposa, un pequeño cambio puede tener efectos insólitos. Reconozco que me hubiera gustado más que fueran como hologramas y que la nave sea como una especie de Arca de Noe con contenido genético de estas especies para cuando la Tierra vuelva a ser habitable.
PD: Una cosa que siempre me ha parecido algo absurda... quieren Terraformar otros planetas pero no somos capaces de mantener en equilibrio el nuestro
PD2: ¿Se nota que me ha gustado un poquito este relato ?
PD: Una cosa que siempre me ha parecido algo absurda... quieren Terraformar otros planetas pero no somos capaces de mantener en equilibrio el nuestro
PD2: ¿Se nota que me ha gustado un poquito este relato ?
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- Iliria
- Foroadicto
- Mensajes: 4867
- Registrado: 23 Jul 2014 23:13
- Ubicación: En la Torada Mágica, para siempre
Re: Encierro - El largo adiós
Pues yo he disfrutado con las descripciones de los paisajes. Son muy evocadoras
En cuanto al argumento, no creo que vayan por ahí los derroteros de la Tierra. Pero bueno, eso es lo de menos. Es la visión del autor, y le ha quedado muy bien
Quizá he echado un poco en falta más detalles de esta nueva especie de ser humano. En qué se diferencia de la anterior, cuál es su forma de pensar, su cultura... pero sería extenderse mucho (da para relato más largo, ojo)
Yo del Homo Novo, no asomaba por los lares del Homo Sapiens. Por si aca...
En cuanto al argumento, no creo que vayan por ahí los derroteros de la Tierra. Pero bueno, eso es lo de menos. Es la visión del autor, y le ha quedado muy bien
Quizá he echado un poco en falta más detalles de esta nueva especie de ser humano. En qué se diferencia de la anterior, cuál es su forma de pensar, su cultura... pero sería extenderse mucho (da para relato más largo, ojo)
Yo del Homo Novo, no asomaba por los lares del Homo Sapiens. Por si aca...
Si tienes un jardín y una biblioteca, tienes todo lo que necesitas - Cicerón
-¿Y con wi-fi?
-Mejor.
-¿Y con wi-fi?
-Mejor.
Re: Encierro - El largo adiós
Me ha gustado.
Original y bien planteado, si bien ese momento cifi me ha roto un poco. Pensaba yo que iba a ir la cosa encaminada hacia algo más intangible o intimista. Me preguntaba la razón por la que el hombre buscaba rarezas, me tenías muy intrigada. La razón tiene su aquél y hace referencia muy adecuadamente al tema propuesto.
Veo una mente grandiosa. Me han encantado los parajes por donde nos has llevado y las criaturas. Muy bien ambientado.
Para haberse gestado en un rato me parece excepcional.
Original y bien planteado, si bien ese momento cifi me ha roto un poco. Pensaba yo que iba a ir la cosa encaminada hacia algo más intangible o intimista. Me preguntaba la razón por la que el hombre buscaba rarezas, me tenías muy intrigada. La razón tiene su aquél y hace referencia muy adecuadamente al tema propuesto.
Veo una mente grandiosa. Me han encantado los parajes por donde nos has llevado y las criaturas. Muy bien ambientado.
Para haberse gestado en un rato me parece excepcional.
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Re: Encierro - El largo adiós
Cuando habla del hombre me recuerda a cómo describe Asimov en la última pregunta al hombre, como un ente "incorruptible" que ha trascendido, conectados todos unos con otros y soportados por robots "también incorruptibles". No sé si era la intención del autor o no, pero me lo ha recordado y eso me gusta.
Ben fet
Ben fet
Re: Encierro - El largo adiós
Admiro a los que sois capaces de recrear paisajes y hábitats tan vivamente para que crea estar allí. Yo, que a duras penas distingo un árbol de un arbusto, que carezco de interés por los animales, me siento fascinada cuando leo algo que me lo presenta tan real y cercano. Me he trasladado con mucho gusto por medio mundo y luego resulta que estaba a borde de una nave espacial y que o bien he disfrutado con hologramas o con lugares ya extintos. Qué penita me ha dado. A aquel de los tres ojos le daría una colleja para que se fuera del relato.
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- Wintermute
- Lector voraz
- Mensajes: 215
- Registrado: 09 Oct 2010 23:57
- Ubicación: Barcelona
Re: Encierro - El largo adiós
Bien, pero mucho prolegómeno y la chicha se me queda corta. Quizá en la extensión permitida no se podía hacer mucho más (la verdad, a mi no se me ocurre), pero el tema está quizá demasiado tratado como para no darle algún giro (aunque, insisto, eso sea complicado y, con limitación de tiempo, doblemente complicado).
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- Topito
- GANADOR del V Concurso de relatos
- Mensajes: 4300
- Registrado: 13 Abr 2009 20:43
- Ubicación: Los Madriles
Re: Encierro - El largo adiós
o llama la atención, sin embargo, no importa si uno sabe escribir. Es complicado las descripciones y transmitir la ambientación al lector: tú lo has conseguido.
Un relato tipo Greenpeace. Me gusta.
Te doy: 1berlín, 1Tolo, 1 Ororo, 1 Isma y 3 Gissos
Un relato tipo Greenpeace. Me gusta.
Te doy: 1berlín, 1Tolo, 1 Ororo, 1 Isma y 3 Gissos
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