Ya estoy de vuelta autor/a.
Por ahí más atrás dice el pariente de Tolo que me crea lo que me cuentas, ¡pero si yo lo hago! Sigo pensando que tu apuesta es por un loco, quizá sea culpa mía, que me gusta algo anclado a la realidad aunque tenga sus tintes oníricos, es decir, que que un relato de estos muertecitos pueda extrapolarse a la realidad y que todo lo que se salga de ella sea un buen trabajo en cuanto a la sicología de los personajes y, obviamente, la narración de los escenarios y escenas oníricos e irreales. Así que creer me creo tu protagonista, como un loco que ve cosas que para él son reales.
Claro, eso no significa que no me guste la fantasía y la cifi, pase eso por delante. Poniéndome pues en esa tesitura es cierto que tu relato me resulta incluso más atractivo (gracias pues al pariente de Tolo), por las posibilidades que se abren. Si el Verdugo está realizando una misión real entonces se me plantea la dimensión del alter ego, esa niñita con un alma que, según el Verdugo, es algo a lo que nunca antes se había enfrentado. Pero ¿la niña en sí es mala? ¿o lo será en el futuro? Mira esto me resulta interesante, da que pensar, ¿y si la niña no es mala sino que llegará un momento en que en su vida llegará a ser alguien de una maldad desmedida?, entonces el Verdugo se ocuparía de que las cosas de ese estilo no lleguen a pasar, ¿no?
Interesante autor, me haces pensar unas cuantas cosas, me gusta.