Este relato ha ido ganando puntos en cada relectura. La verdad es que cada vez me gusta más. Me gusta en especial que no lleguemos a saber si el Verdugo es capaz de ver realmente esas almas malignas o si se lo imagina todo... Hay un momento (cuando sufre el ataque al corazón) que pierde la determinación y casi se alegra de haber fallado (pues la niña parece realmente encantadora). Peeero al final recupera la determinación gracias a ese nuevo corazón blanco proveniente de su propia alma, y sigue con "su misión". ¿Es el Verdugo un loco psicópata o acaso es todo cierto? Me gusta mucho que el autor/a lo haya dejado en el aire.
Qué bueno este párrafo:
Viste ropa de invierno, como cabe esperar, jersey y pantalones granates, bufanda y guantes blancos, chaquetón y botas beige. Sobre su hombro izquierdo su alma es una deforme masa oscura, de un tamaño completamente desproporcionado se aferra a ella en precario equilibrio, su mano derecha circunvala el contorno de la cara infantil de manera que las afiladas garras negras parecen hundirse en la carne, bajo la barbilla.
Qué bien lo ha hecho el autor! Lo que empieza como una simple descripción de las ropas de la niña, termina siendo toda una revelación. El lector se queda ojiplático al comprender que aquel hombre, el Verdugo, puede contemplar las almas, y que la de esa encantadora niña parece particularmente nefasta. Y el autor nos lo cuenta como si estuviera describiendo algo sin importancia, por eso el impacto es mayor. Me encanta, plumita
Una vez que el Verdugo recupera su determinación, con el corazón blanco ya latiendo dentro de su pecho (o al menos eso es lo que cree), consigue encargarse rápidamente de la niña. Para mí todo cobra sentido. Y lo más escalofriante es preguntarse si esas almas existen de verdad...
El título da escalofríos. Yo evoco la imagen de ojos de peces muertos, que siempre me dan yuyu. Y me imagino esos ojos de peces muertos en el alma blanca del Verdugo, arrrggghhh