CP XI Fractal note - Indigeitor

[lucia]

FRACTAL NOTE.

I. Día 5 del 3.
AL otro lado del cristal, en el exterior, llueve sobre mojado.
Dentro de la oficina ella mira a través de la ventana. Hastiada de tanto aburrimiento, tiene las manos quietas con los dedos descansando sobre el teclado. Al devolver su mirada a la pantalla, siente que no es capaz de teclear ni un dígito más. Entonces, inesperadamente, se le pasa por la cabeza que ojala fumase. Empuja el puente de sus gafas con el dedo índice. Necesita desconectar. Así que se levanta, atraviesa la planta y llega al ascensor. Pulsa el botón de llamada. No se pregunta si irá hacia arriba o hacia abajo, solo quiere salir de ahí. Las puertas se abren como una hambrienta boca de acero inoxidable. Dentro hay un hombre con gabardina y sombrero grises, calado hasta los huesos. No le ve la cara, ya que tiene la mirada fija en el suelo. Entra sin saludar, ni siquiera le apetece soltar la típica obviedad que quizá sí diría en otro momento: «La que está cayendo». Lo piensa, pero no lo dice. Cuando las puertas se cierran, advierte que el extraño saca un cuaderno de tapas negras al tiempo que empieza a hablar.
Perdona que te moleste, ¿te importaría leerme esta línea de aquí?
¿Qué? —pregunta ella, contrariada.
Es que se me han mojado las gafas. Es un fastidio, ¿verdad? Tú también llevas, así que entenderás lo que es. He intentado secarlas pero ahora están peor. Y sin ellas no puedo ver nada de cerca. Por favor, necesito saber qué es lo que pone aquí.
Está bien —asiente ella con cierto gesto de hastío. Mientras, coge el cuaderno y empieza a leer la línea que el extraño le ha indicado—. A ver… Dice: «El día 6 del 3, a las 12:24, Juan Nadie se cruza con un tipo a quien no conoce y lee un texto que el extraño le ofrece. Tras terminar, olvida tanto al hombre como lo que ha leído».
Muchas gracias —dice el extraño mientras recupera el cuaderno y lo introduce bajo la gabardina.
Perdone —incide ella esbozando una desconfiada sonrisa. De inmediato mira su reloj de pulsera. Comprueba con cierto alivio que son las 16:33 y recuerda que hoy es día 5—. No, nada. Déjelo, es una tontería.
Las puertas se abren y el hombre abandona el ascensor. Están en la planta baja. Ella se queda dentro, viendo cómo el extraño se aleja mientras se cierran las satisfechas e inoxidables fauces. Por algún motivo, se esfuerza en retener este momento en su memoria. Lo consigue sin problemas. Recuerda al extraño, recuerda su voz y recuerda lo que ha leído. Entonces, se ríe de sí misma antes de pulsar el botón que le llevará de vuelta a la planta donde trabaja. Ya ha desconectado lo suficiente.
II. Día 6 del 3.
LA escena del crimen ha sido minuciosamente acordonada por tres agentes de policía. Mientras esperan a los detectives que se encargarán del caso, comentan la jugada.
¿Tú crees que éste es otro caso de “La Mano Invisible”? —pregunta el primero.
Tiene toda la pinta —confirma el segundo.
Si es así, ¿cuántos van ya? —insiste el primero.
Pues no tengo ni idea —contesta el segundo—, pero un montón. Más de cien.
Con éste, según fuentes oficiales, suman 143 —sentencia el tercero.
En ese momento entran en escena los hombres a los que esperaban. Son de lo mejor que hay en lo que respecta a investigaciones de homicidios. En la comisaría todo el mundo les conoce. Se trata del Jefe Ángel Anchalaviggum y del Detective Iván Torpe. El primero saluda a los tres agentes de forma fría. El segundo ni siquiera eso.
Jefe, ¿crees que tenemos entre manos otro más?
Pues eso me temo —asiente el Jefe Anchalaviggum mientras otea la habitación.
Se trata del salón de un piso pequeño. El cadáver está sentado en frente de un escritorio que hay bajo una ventana situada en la pared apuesta a la puerta de entrada, con la cabeza ladeada a la izquierda y los brazos caídos. No hay signos de lucha. Pero sí un charco de sangre en el suelo, justo bajo la cabeza del cadáver. Además, siguiendo la trayectoria que marca la inclinación del cuerpo, se descubre una salpicadura en la pared. Por otro lado, encima del escritorio, hay un cuaderno y un bolígrafo. Nada más.
Varios testigos escuchan un disparo —empieza a relatar el Jefe—. Puerta cerrada por dentro. Nota de suicidio, escrita de puño y letra por la víctima. Disparo en la cabeza, agujero de entrada en la sien derecha, por lo que seguramente la víctima sea diestra. Arma y proyectil, no hallados es la escena. Sin muestras de pólvora en la mano, ni tampoco en cabeza, cuello u hombro. La autopsia concluirá que el agujero de bala se corresponde con un disparo efectuado a quemarropa. El informe policial dirá que nadie forzó la puerta, y que tampoco hay rastro de que ninguna otra persona haya estado en la habitación. Todo apuntará a un suicidio; salvo porque no hay ni arma, ni proyectil, ni prueba alguna que demuestre que la víctima se haya disparado a sí misma. Así que sí; parece otro caso de nuestro hombre: “La Mano Invisible”.
Puede que sea algo parecido a lo que sucede en un embarazo psicológico —incide el agente número tres desde la puerta—. Puede que la víctima estuviera…
¡Pffff! —se carcajea el Detective Iván Torpe—. ¡Vaya chorrada! ¿Y esto que ha sido? ¿Un suicidio psicológico? Ande… No se meta y vuelva a su trabajo, agente.
III. Día 15 del 3.
JUAN Nadie está en su casa, sentado en el sofá, enfrente del televisor. Está absorto en la pantalla, como si el aparato le hubiese echado un diabólico lazo a sus retinas.
La presentadora del programa, una mujer atractiva y de siniestra expresión, habla directamente a la cámara mientras camina delante de un croma donde se van proyectando imágenes y gráficos.
«Recordemos que la última muerte confirmada sucedió el pasado día 6, a las 12:24. Con ésta irían un total de 143 víctimas, según el recuento oficial. Pero, como bien saben nuestros espectadores, hay un elevado número de casos que, según nuestros expertos, resultan sospechosos de haber sido perpetrados por “La Mano Invisible”. Sin ir más lejos, los dos últimos: los detectives encargados de perseguirle. ¿Puede que se estuvieran acercando demasiado a él? ¿O es posible que estos dos, supuestamente honrados, hombres de ley fueran en realidad criminales? Recordemos que “El Espectro” siempre se ha encargado de personas que habían pasado totalmente desapercibidas para la justicia. Ciudadanos anónimos aparentemente rectos de quienes, solo tras su muerte, pudo averiguarse la verdad. Y en todos los casos se trataba de criminales de la peor calaña. La versión policial afirma que la muerte de los dos detectives no tiene nada que ver con el caso de “La Mano Invisible”, pero nuestros expertos lo ponen en duda. ¿Es posible que este asesino en serie, este justiciero misterioso, haya empezado a liquidar a policías corruptos? Por supuesto, la versión oficial afirma que los dos agentes tenían una vida intachable. Pero, ¿cómo saberlo? En el caso de que se confirme que estas dos muertes han sido causadas por “La Mano Invisible”…».
¿¡Que qué mierdas estás viendo!? —exhala la mujer de Juan Nadie en un tono que denota que no es la primera vez que hace la pregunta.
Eh… Sí, perdona cariño mío. Estaba embobado… Es que no sé, tengo una sensación extraña con esta historia… El día 6, a las 12:24… Esa fecha y esa hora… No sé por qué, pero me suenan de algo, como si hubiese soñado con ellas.
¡Pero si tú nunca te acuerdas de tus sueños!
Sí, lo sé, lo sé… Puede que sea un deja vú, o que ya haya visto estas imágenes antes, o que haya leído la noticia en algún sitio… Solo sé que tengo la sensación de que ya había visto esa fecha y esa hora. Y lo del suicidio también me suena de algo…
Pues muy bien. ¡Venga, déjate de mierdas y mueve el culo! ¡A poner la mesa!
Sí, cariño mío.
IV. Día 9 del 3.
EL Detective Iván Torpe está sentado en frente de su escritorio, en el cuarto de su piso de soltero. Con un bolígrafo de color rojo escribe en un cuaderno: «Soy un estúpido y merezco morir. Adiós». Deja el boli y coge su arma reglamentaria. La amartilla y presiona el cañón contra su sien. Aprieta el gatillo. Todo termina.
La escena del crimen ha sido minuciosamente acordonada por tres agentes de policía. Mientras esperan a los detectives que se encargarán del caso, comentan la jugada.
¿Crees que se trata de otro caso de “La Mano Invisible”? —pregunta el primero.
Espero que no… —opina el segundo—. Sería la primera vez en la que el arma del crimen se haya en el escenario. Éste sí parece un claro caso de suicidio. Aunque…
Sí, resulta sospechoso —asiente el primero, cruzándose de brazos, pensativo—. Después de tantas muertes iguales, que ésta sea idéntica salvo por el arma y la bala…
Además, era uno de los detectives encargados del caso.
Sí —interviene el agente número tres—, es posible que el detective no fuera tan bueno como uno podría imaginarse…
En ese preciso momento entra en escena el Jefe Ángel Anchalaviggum. Por su expresión parece que ha escuchado toda la conversación. Atraviesa el pasillo y después, sin decir una palabra, el cordón formado por los tres policías. Entra en el piso y se acerca directamente al cuerpo de la víctima: su protegido. Su rostro se torna sombrío. No derrama ni una lágrima. Sin embargo, cuando descubre el arma colgando de la mano sin vida, un temblor aparece en su mirada.
Agentes, compórtense —dice una voz femenina de tono autoritario que proviene del pasillo—. Respeto para un compañero fallecido, por favor. Y usted; ni se le ocurra volver a decir nada sobre la víctima.
Pero… —balbucea el agente número tres.
¡Ni pero, ni leches! ¡Si abre la boca una vez más le aseguro que volverá a regular el trafico en menos que dice: “Sí, señora”. ¿Lo ha entendido?
Sí, señora.
Perfecto. Ya veo que lo ha entendido.
La mujer es la sustituta del Detective Iván Torpe. Se llama Dona Reman; Detective Dona Reman. Ella y el Jefe Ángel Anchalaviggum se conocen desde hace tiempo, pero hasta ahora no habían coincidido tan estrechamente. Como sabe a qué atenerse, al entrar en la escena, se acerca a su jefe y no abre la boca. Solo aguarda en silencio.
V. Días 12, 13 y 14 del 3.
LA Detective Dona Reman ha muerto en idénticas circunstancias que su antecesor. Al percatarse de esto, el Jefe Ángel Anchalaviggum detecta un patrón. Es el único hilo suelto que tiene, así que decide tirar de él. Así que somete a una intensa vigilancia al tercer agente de policía que se ha encargado de acordonar las escenas de los últimos crímenes. Se llama Luís Iluminado y es el único sospechoso. No hay ninguna prueba objetiva que le incrimine, solo una intuición afinada por años de experiencia.
Un grupo de cámaras es colocado en el piso del sospechoso. De forma extremadamente meticulosa se cubren todos los ángulos, no queda punto muerto alguno. Además, tres equipos independientes y en constante comunicación le siguen a todas partes.
Pasa un día y no hay ninguna actividad del sospechoso que haga pensar que forma parte de actividades delictivas. Incluso, por sus actos, se podría decir que es un hombre bondadoso; generoso, amable y atento con sus semejantes. Además demuestra tener un alto nivel de empatía, lo que, para el Jefe Ángel Anchalaviggum, supone un indicio de que puede ser una persona con la suficiente sensibilidad como para desear una sociedad en la que su ideal de justicia se vea cumplido. Sin embargo, no parece ni mucho menos un asesino en serie tan despiadado como para matar a 143 personas, por muy malvadas que ellas fueran, además de acabar con la vida de dos policías honrados.
Tras el segundo día de vigilancia, el Jefe Ángel Anchalaviggum se percata de la existencia de un cuaderno que el sospechoso ojea a menudo. Le llama la atención el cuidado que pone al tocarlo, como si se tratase de un tesoro de incalculable valor. Se deja llevar por su instinto y decide prestarle toda su atención.
Se trata de un cuaderno aparentemente normal. Tapas de cartón grueso y negro. Encuadernación rústica cosida y hojas de color blanco hueso. Sin cuadriculas ni líneas, paginas totalmente lisas. Una tercera parte de ellas están manuscritas por el puño y letra de Luís Iluminado. En la portada, en la parte inferior derecha, con letras blancas, aparece inscrito: «FRACTAL NOTE».
El sospechoso abre el cuaderno y lo lee lentamente, tomándose todo el tiempo del mundo. Saborea cada palabra, disfruta de cada pausa. Al hacerlo parece como si rezase, como si estuviese en contacto directo con Dios. O eso es lo que expresa su rostro.
El Jefe Ángel Anchalaviggum solicita a los especialistas en la materia que realicen ampliaciones de los visionados donde salen las páginas del cuaderno, imágenes congeladas en las que pueda leerse lo que en él está escrito.
VI. Día 15 del 3.
EL agente de policía Luís Iluminado está en su casa, sentado en frente del escritorio. Observa su cuaderno con aire melancólico. Entonces, sin pensar, empieza a escribir. Una palabra, una frase, un párrafo, otro más… Y finalmente, antes de anotar la última línea, se detiene un instante. Cierra los ojos y masculla lo siguiente: «¿Por qué, Señor, por qué?». Después devuelve su mirada al cuaderno y concluye el escrito con la siguiente oración: «La investigación es tan compleja como el investigador es; lo que es justo, pues el investigador es lo investigado».
Luís Iluminado cierra el cuaderno y espera. Luego reza: «Dios, dime qué he hecho mal. Siempre he actuado según tu voluntad. Dime, ¿qué he hecho mal?». Acto seguido abre el cuaderno por la última página escrita y empieza a leer. Cuando termina el primer párrafo escucha cómo la puerta de su casa es echada abajo por la policía. No se resiste. Es detenido acusado de ser el autor de 145 muertes. Él es “La Mano Invisible”.
La sala de interrogatorios tiene una mesa anclada al suelo. A un lado está el Jefe Ángel Anchalaviggum. Al otro, Luís Iluminado, esposado de pies y manos. Tiene el rostro sereno, como si estuviese donde debe estar.
Tenemos pruebas de cómo lo haces —afirma el Jefe—, “La Mano Invisible”. ¿Te gusta ese nombre? ¿“La Mano Invisible”?
Ni me gusta ni me disgusta —contesta Luís—. No es nada, solo un nombre, tan solo palabras. La gente le da mucha importancia a las palabras, pero yo no.
¡Dejémonos de tonterías! —explota el Jefe, dando un puñetazo en la mesa—. Confiesa ahora mismo y evitarás ir directo a la silla. Es lo único que podrás conseguir. Ahora mismo tengo un equipo de expertos analizando tu cuaderno. Pronto demostraremos que lo que escribes en él termina ocurriendo. ¡Confiesa!
Ja, ja, ja… —ríe Luís Iluminado en una carcajada que empieza contenida y termina rozando la locura—. No tiene ni idea de lo que pasa, ¿verdad? Yo solo creo el arma, no soy quien aprieta el gatillo. Además, todo eso es irrelevante. Yo no soy más que otro títere en este juego. Alguien, en alguna parte, está leyendo lo que estamos haciendo ahora mismo; haciéndolo, así, realidad. —Justo al lado, en la sala contigua, está un muchacho joven, el sustituto de la Detective Dona Reman, leyendo el cuaderno—. Y alguien más escribe, y alguien más lee. ¿Es que no lo ve? ¡Bah! Es inútil. Para ser investigador, es usted demasiado corto de miras. Debería saber algo importante: La investigación es tan compleja como el investigador es; lo que es justo, pues el investigador es lo investigado.

[Landra]

Aunque no suelo leer novela policiaca, si que veo muchas series sobre el tema. Y mientras leía he puesto varias voces a los personajes de una de mis series favoritas actualmente "the closer" (que os recomiendo encarecidamente). He entrado de lleno en las imágenes y me lo he creído. Me he reído con los nombres de los policías aunque son tan poco creíbles que durante unos segundos he salido del clímax que habías logrado en mi lectura.

A mi el relato me gusta. El momento donde lee la nota "... y se olvidará de haberlo leído" a mi me parece "brillante". (Me recuerda a un capítulo de doctor who, pero estoy seguro que solo yo he visto ese capítulo o incluso mejor dicho la serie).

Solo una cosa, el relato tiene mucho parecido con "Death Note". Magnífica obra del japones llamado "ni me acuerdo", por lo tanto, muy original el relato no es. Incluso deberías haber quitado el "Note" en el título para que no hubiera dado pistas claras de lo que podríamos leer a continuación.

Aun así, a mi me ha gustado, he disfrutado muchísimo leyendo el texto.

Un saludo!!!

[Isma]

Me ha hecho mucha gracia . No sé por qué. Es un relato de intriga y misterio con un toque sobrenatural y absurdo. La redacción es mejorable aunque no está nada mal y se lee fácil, sobre todo por los puntazos que he visto repartidos por ahí. Genial la sugerencia de "suicidio psicológico" . Mejorable es también el tono de voz de los personajes, que es muy similar: parecen todos policías. Incluso la señora Nadie se tiene que cepillar la boca .

Dentro de lo bizarro del argumento, hay una cosa que me ha llamado la atención, y que destaca por su incoherencia. No se puede someter a vigilancia a un sospechoso como si tal la cosa solo en base a una intuición. Fíjate: en el resto del relato la coherencia se mantiene sobre una línea absurda (en el buen sentido) pero ahí me ha rechinado.

El final da a entender que el tal Juan Iluminado define la realidad en su cuadernillo y que incluso los lectores de este relato estamos participando en la historia. Tiene su punto de gracia y me gusta.

¡Suerte!

[Isma]

Solo una cosa, el relato tiene mucho parecido con "Death Note". Magnífica obra del japones llamado "ni me acuerdo", por lo tanto, muy original el relato no es. Incluso deberías haber quitado el "Note" en el título para que no hubiera dado pistas claras de lo que podríamos leer a continuación.

Ohh... ¡Es cierto! En Death Note el asesino escribe los nombres de las víctimas en un cuaderno y los dioses de la muerte japoneses (los shinigami) se lo cargan. Buena asociación.

La descripción de la escena del crimen me ha recordado la foto que subió un forero a facebook hace poco. El forero jura no estar participando en este concurso, pero es curioso:

[Shigella]

Pillado! Pero alma de cántaro, si ponéis estos títulos os hacéis spoiler a vosotros mismos...
Supongo que es porque si admites las referencias desde el principio nadie puede acusarte de plagio

Este relato tiene una cosa que me encanta, y es que los diálogos son muy auténticos. A estos personajes sí que me los creo.
También me ha gustado el toque final de relato dentro de relato, en el que nos hace partícipes de los crímenes por estar leyendo esto. Muy recursivo todo.

Hay un par de cosas que no me cuadran mucho, como que el jefe le llene la casa de cámaras al malo sólo por un pálpito (no parece muy legal) y el otro no se dé cuenta .
Tampoco sé por qué el malo sabe que va a pasar algo malo justo antes de que le pillen.
Otra cosa que no entiendo es que claramente se ve que tratan con un psicópata y dicen que es una persona muy empática y por eso se preocupa por su sentido de la justicia

No me ha quedado del todo claro cómo funciona el cuaderno, ¿cada vez que alguien lee algo pasan cosas (luego olvidan haberlo leído) pero sólo las puede escribir el malo? Pues qué poco práctico para el asesino, la Death Note de verdad es más cómoda.

Por cierto, se me ha hecho un poco incómodo leer un texto tan condensado, donde no están separados los párrafos, ni los capítulos, ni hay guiones en los diálogos. Aunque sé que a veces pasa eso cuando pegan los relatos por aquí aunque el original no fuese así.

[Isma]

Tampoco sé por qué el malo sabe que va a pasar algo malo justo antes de que le pillen.

El cuaderno donde escribe el sospechoso se llama "Fractal Note". ¿No será este propio relato?

[Shigella]

Tampoco sé por qué el malo sabe que va a pasar algo malo justo antes de que le pillen.

El cuaderno donde escribe el sospechoso se llama "Fractal Note". ¿No será este propio relato?

Pero si el relato está escrito es porque no lo escribe él, luego si tampoco es el que provoca las muertes leyéndolas, él ni pincha ni corta en todo esto, luego es inocente.
Yo entiendo que en su Fractal Note él escribe los crímenes, los lee otro y nosotros, a un nivel superior estamos leyendo este relato que contiene al otro relato. No sé si me se entiende. (Aunque eso no sería un fractal, pero es que en un fractal él sería inocente )

[indigeitor]

Aunque no suelo leer novela policiaca, si que veo muchas series sobre el tema. Y mientras leía he puesto varias voces a los personajes de una de mis series favoritas actualmente "the closer" (que os recomiendo encarecidamente). He entrado de lleno en las imágenes y me lo he creído. Me he reído con los nombres de los policías aunque son tan poco creíbles que durante unos segundos he salido del clímax que habías logrado en mi lectura.

A mi el relato me gusta. El momento donde lee la nota "... y se olvidará de haberlo leído" a mi me parece "brillante". (Me recuerda a un capítulo de doctor who, pero estoy seguro que solo yo he visto ese capítulo o incluso mejor dicho la serie).

Solo una cosa, el relato tiene mucho parecido con "Death Note". Magnífica obra del japones llamado "ni me acuerdo", por lo tanto, muy original el relato no es. Incluso deberías haber quitado el "Note" en el título para que no hubiera dado pistas claras de lo que podríamos leer a continuación.

Aun así, a mi me ha gustado, he disfrutado muchísimo leyendo el texto.

Un saludo!!!

No, no solo tú has visto Doctor Who. De frikys está el mundo lleno y en cualquier momento dominaremos el mundo...
Y, efectivamente, es un humilde tributo al manga Death Note, cuyo guión es de Tsugumi Ohba. Quizá sea una tontería, pero me parecía más honesto evidenciarlo. Soy fan del manga, del anime, incluso de las películas con actores reales. He cogido la idea y le he metido también la de la Historia Interminable... Así que original no es, no. Aún así me gustó la idea que sea el lector el que haga realidad lo escrito, tal y como sucede en "nuestro mundo". Y... ¿Quién sabe hasta donde llega la cadena?

Gracias por tus comentarios.

[indigeitor]

Solo una cosa, el relato tiene mucho parecido con "Death Note". Magnífica obra del japones llamado "ni me acuerdo", por lo tanto, muy original el relato no es. Incluso deberías haber quitado el "Note" en el título para que no hubiera dado pistas claras de lo que podríamos leer a continuación.

Ohh... ¡Es cierto! En Death Note el asesino escribe los nombres de las víctimas en un cuaderno y los dioses de la muerte japoneses (los shinigami) se lo cargan. Buena asociación.

La descripción de la escena del crimen me ha recordado la foto que subió un forero a facebook hace poco. El forero jura no estar participando en este concurso, pero es curioso:

Jajaja... El mundo es una red de casualidades que se van desvelando como causalidades...

[Shigella]

Aún no se pueden decir las autorías!

[indigeitor]

Pillado! Pero alma de cántaro, si ponéis estos títulos os hacéis spoiler a vosotros mismos...
Supongo que es porque si admites las referencias desde el principio nadie puede acusarte de plagio

Este relato tiene una cosa que me encanta, y es que los diálogos son muy auténticos. A estos personajes sí que me los creo.
También me ha gustado el toque final de relato dentro de relato, en el que nos hace partícipes de los crímenes por estar leyendo esto. Muy recursivo todo.

Hay un par de cosas que no me cuadran mucho, como que el jefe le llene la casa de cámaras al malo sólo por un pálpito (no parece muy legal) y el otro no se dé cuenta .
Tampoco sé por qué el malo sabe que va a pasar algo malo justo antes de que le pillen.
Otra cosa que no entiendo es que claramente se ve que tratan con un psicópata y dicen que es una persona muy empática y por eso se preocupa por su sentido de la justicia

No me ha quedado del todo claro cómo funciona el cuaderno, ¿cada vez que alguien lee algo pasan cosas (luego olvidan haberlo leído) pero sólo las puede escribir el malo? Pues qué poco práctico para el asesino, la Death Note de verdad es más cómoda.

Por cierto, se me ha hecho un poco incómodo leer un texto tan condensado, donde no están separados los párrafos, ni los capítulos, ni hay guiones en los diálogos. Aunque sé que a veces pasa eso cuando pegan los relatos por aquí aunque el original no fuese así.

En primer lugar, gracias por tus comentarios.
Parece unánime que no es creíble lo de la vigilancia a Luis Iluminado(aunque estamos hablando de un mundo en el que se cumple todo lo que se escribe en un cuaderno y luego es leído...), que no el asesino, ¡ojo! El asesino en realidad es quien lee lo escrito (quien aprieta el gatillo). Tal y como comenta al final, él solo fabrica el arma, no es el brazo ejecutor. Solo cuando alguien lee lo escrito, esto se hace realidad. Así que, en el supuesto caso de que hubiese un juicio y él fuese condenado, supongo que habría que condenar de la misma forma a todos los fabricantes de armas, ¿no?
Respecto a lo condensado del texto y que no haya guiones... No diré nada en contra de la maravillosa persona que colgó el texto en la página, que, como digo, es maravillosa. Y persona, además.

[indigeitor]

Aún no se pueden decir las autorías!

Uaaaaaaaa! Perdón, perdón. Soy nuevo....
Pero... ¿Por qué? Si he leído por ahí que el jurado ya tiene el veredicto claro...

[Frigg]

Aún no se pueden decir las autorías!

Uaaaaaaaa! Perdón, perdón. Soy nuevo....
Pero... ¿Por qué? Si he leído por ahí que el jurado ya tiene el veredicto claro...

Porque ahora toca el veredicto del jurado popular, y para que nadie juegue con ventaja, se supone que hay que comentar los relatos sin que se sepa el autor.

[kassiopea]

Aún no se pueden decir las autorías!

Uaaaaaaaa! Perdón, perdón. Soy nuevo....
Pero... ¿Por qué? Si he leído por ahí que el jurado ya tiene el veredicto claro...

Ainssssss...

El concurso popular acaba de empezar, no pueden desvelarse las autorías hasta el final, en cuanto se sepan todos los resultados.

[Ororo]