CP XI Cuando H encontró a O - Nelly

Relatos que optan al premio popular del concurso.

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lucia
Cruela de vil
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CP XI Cuando H encontró a O - Nelly

Mensaje por lucia »

CUANDO H ENCONTRÓ A O

Cada día que pasaba odiaba más su condición de “molécula”.
Si al menos fuera como el carbono. Ése se pasaba el día de fiesta, de aquí para allá, enganchándose a cualquier molécula promiscua que se encontrara en el camino. Y no sólo a cualquier molécula promiscua, sino a las que no lo eran. Castas, remilgadas, remilgados, solitarios, tímidos, sociables… el carbono se asociaba con todos. Formaba kilométricas congas de átomos bailones que siempre estaban de fiesta.
Y sin embargo ella, tan sola, tan redonda y perfecta y sin embargo, tan sola.
- Pues no sé qué tiene el Helio que no tenga yo –musitó contemplando una foto de la boda de su amiga-, a fin de cuentas, yo soy suave y dulce.
¿Por qué nadie me quiere?, pensaba desesperada.
Un día decidió poner fin a su desventurada existencia. Comenzó a vagar por el éter, (lo que los humanos llamarían “el vacío”) y se desplazó hasta la estratosfera con intención de dejarse caer en el interior de un volcán.
- ¡Niña mía, ¿dónde vas?! –le preguntó una molécula de Azufre con espanto.
- ¡Aparta, quiero morir! –contestó nuestra protagonista-, mi vida carece de sentido. Estoy sola en un mundo de parejas, ¡e incluso tríos! ¡Déjame pasar! ¡Déjame morir!
- Mi amorcito…, tú lo que necesitas es asociarte con alguien.
- ¡Quita del medio, Azufre! ¡Nadie me soporta!
- ¡Ay, chiquita, no estés tan triste! Seguro que ahí fuera está esperando alguien para vos… ¡¿Cómo una molécula tan perfecta y bonita como tú iba a quedarse sola?!
Nuestra protagonista se puso a temblar, lo que en parámetros humanos sería igual que llorar desconsoladamente.
- ¡Tú no lo entiendes, Azufre!
Por más que se acercaba a unos y a otros, siempre obtenía los mismos resultados catastróficos: o bien salía disparada en dirección contraria, o bien se le pegaban elementos muy pesados y para nada divertidos.
- No estés triste, mi amor –le dijo el Azufre-, el Universo es grande.
Demasiado, pensó su interlocutora.
Se alejó del cráter del volcán y se abandonó a la deriva de la autocompasión. Vagó por un firmamento cada vez más oscuro y vio elevarse sobre el horizonte una luna roja tan grande que se asustó. Entonces se dejó llevar por una corriente de aire ionizada y dio vueltas y más vueltas en el sentido de las agujas del reloj. Después la atrapó un cumulonimbo y fue empujada hacia las profundidades de la tierra por un tornado.
Terminó en un oscuro cráter de Yellowstone. Y allí estuvo un sinnúmero de años hasta que se atrevió a asomarse de nuevo a la superficie.
Un reno casi la absorbe con su respiración, pero en el último instante pudo escapar. Escondida entre su pelaje atravesó todo un bosque de coníferas y fue testigo de una aurora boreal que precedió a un ligero temblor.
- ¡Buenas noches, linda señorita! –le saludó un átomo de Francio-, ¿cómo estás?
- Bien, ¿y tú?
- Trevian.
Nuestra protagonista vibró. Le gustaba el Francio. Le hacía sentirse excitada.
Al Francio también parecía gustarle ella. Brillaba un poquito más en su presencia. Lo que la molécula no sabía era que el Francio sólo se asociaba con un tal Selenio. Ambos, unas rarezas sobre la faz de la Tierra.
Como llevaba ya muchos años existiendo y vagando de aquí para allá, nuestra molécula pensó que debía aventurarse:
- ¿Voulez-vous coucher avec moi? –preguntó.
Era lo más osado que había dicho en su vida.
El Francio se quedó tan desconcertado que casi se cae del reno sobre el que viajaban.
- ¿Qué si quiero qué…? –preguntó.
Como había dicho “Trevian”, la molécula pensó que había estado en el país galo, pero al parecer el Francio tenía de Francia lo que el Plutonio de extraterrestre.
- Nada, déjalo, déjalo…-se apresuró a decir, calentándose y no precisamente a causa del deseo.
- Eres una molécula muy divertida –dijo el Francio preparándose para saltar y abandonar su cuadrúpeda montura-, te deseo lo mejor. Aunque sin duda el que se asocie contigo debe de ser alguien totalmente diferente. Ahora mismo te noto incompleta y algo desorientada. Pero no estés triste, nunca sabes lo que puede ocurrir. ¡Salute!
Y sin más, saltó.
De nuevo, sola, pensó la molécula.
Hacía frío y el reno en su peregrinaje anual se estaba acercando a Alaska. Aunque todavía le faltaban muchos kilómetros por recorrer. Primero, descansaría en Canadá unos meses.
Allí la molécula tuvo el placer de conocer a alguien muy especial. Lo vio de lejos y le gustó. Era una gigantesca molécula de Oxígeno.
- ¡Ooooooh! –exclamó al verla.
- ¡¿Cómo sabes mi nombre?! –preguntó el desconocido-, bueno, al fin y al cabo no importa. Encantado de conocerte, me llaman “O”. ¿Quién eres tú?
La molécula se agitó sin saber qué contestar.
- Yo soy… -comenzó-, yo soy…
- Ya veo. Veo que no lo sabes, quiero decir…
- Sí, sí que lo sé, sólo que no me acuerdo ahora mismo. Mi nombre es…
De pronto un fogonazo dejó chamuscada a nuestra molécula. Cuando quiso darse cuenta, ¡su nuevo amigo había desaparecido! En su lugar había sólo una llamarada ardiente.
- ¿Qué ocurre? ¡¿Qué ha pasado?!
Todo el aire a su alrededor se calentó y vio como una tras otra, moléculas similares a ella se consumían en un fuego aterrador.
- ¡Socorro!
- ¡Todos al globo! –oyó exclamar a un feriante de sonrisa bonachona-, ¡vamos, que despegamos!
Un grupo de niños se subió a una cesta de mimbre, mientras ella trataba de alejarse de un extraño cañón de metal, en el que pululaban cientos de miles de moléculas de Aluminio.
- ¡Volamos, volamos, volamos! –repetían las moléculas excitadas.
Afortunadamente, nuestra amiga no se volatilizó consumida por el fuego. Consiguió sobrevolar las cabezas de los niños y alejarse lo máximo posible de aquel misterioso fenómeno natural.
- Debes tener más cuidado con las combustiones –le advirtió un poco de Manganeso que disfrutaba del viaje en globo. Su presencia evitaba el óxido del artilugio- ¿Por qué no te asocias con un grandullón de esos?
Ella se percató entonces de la presencia de otra gran molécula de Oxígeno. Era tan esférica y atrayente que el resto del espacio a su alrededor dejó de importarle. Su redondez la hipnotizaba. Sin darse apenas cuenta, abandonó su posición para aproximarse.
- ¡Mirad, niños, hay rayos entre esos cumulonimbos! –exclamó el hombre que pilotaba el artilugio.
Un fogonazo cegador e inesperado la sacó de su trance, salvándola de sufrir una desintegración a causa de un severo síndrome de Stendhal. La descarga eléctrica entre nubes pasó rozando el globo. Fue un acontecimiento tan inusual como rápido. Los niños gritaron asustados y un olor electrizante quedó suspendido en el aire durante unos segundos. Cuando la molécula se dio cuenta de lo que pasaba, era arrastrada hacia el océano que había en la superficie. El Manganeso y el globo se empequeñecían en la distancia.
- ¡¿Qué está pasando?! –gritó- ¡Socorro!
Otras dos moléculas de Oxígeno se precipitaban a su lado. Solo que ellas estaban juntas, como dos siamesas. Una tercera caía muy cerca de ambas. Nuestra protagonista, que se precipitaba al vacío junto a ellas, se sentía mareada, y no tenía ni idea de lo que estaba ocurriendo.
- ¡No te pegues a mí! –exclamó una de las siamesas mirando a la tercera molécula de Oxígeno- ¡si lo haces nos convertiremos en Ozono!
Nuestra amiga no comprendía nada. Las oía hablar sin entender su desasosiego.
- ¡Fuera, aparta! –gritó otra molécula unida a una gemela- ¡Apartaos todas de mí!
El mar se acercaba a toda velocidad.
Por fortuna, una gaviota detuvo la vertiginosa caída libre de nuestra molécula protagonista. Las otras tres de Oxígeno se juntaron y comenzaron a elevarse nuevamente, de un modo lento, hacia la estratosfera. Cuando sobrevolaron la cabeza de la gaviota, la molécula que desconocía quién era, las oyó exclamar:
- ¡Nos esperan mil años atrapadas en la Ozonosfera! ¡Aburridas y sin posibilidad de cambio! Allí sólo hay rayos ultravioleta para reflejar. ¡Qué destino tan cruel!
Entonces la molécula que las vio alejarse se dio cuenta de algo: a veces era mejor estar sola.
La gaviota voló durante muchas horas, hasta la puesta de sol. Un faro se perfiló en el horizonte y cuando se acercaba al mismo, nuestra estrella más próxima con sus deslumbrantes rayos, tiñó el cielo de naranja y carmesí.
- ¡Qué bonito! –exclamó la molécula.
La gaviota que la transportaba era un ser muy especial y le contestó en un lenguaje inherente a la naturaleza, que ambas comprendían porque todos los seres estamos de algún modo conectados:
- Pues esto ocurre gracias a ti –le dijo con un graznido-. El Sol está compuesto de miles de millones de hermanas tuyas.
- ¿¿En serio??
- Pues claro.
De pronto nuestra molécula se sintió muy importante.
- ¿No sabes lo que eres, verdad? –preguntó la gaviota.
Volaron un poco más, en silencio. Al cabo de unos instantes, el ave le dijo:
- Los “humanos”, que disfrutan tanto poniendo etiquetas a las cosas y no son capaces de vivir sin ellas, se refieren a ti como “Hidrógeno”.
- ¿Hidrógeno?
- “H”, para abreviar –contestó el pájaro.
- ¡Vaya, así que soy Hidrógeno! ¿Y hay más como yo?
La gaviota se echó a reír. Como era una gaviota “reidora” a los pescadores que faenaban a los pies del faro no les pareció extraño. Ya que el canto de estas aves semeja una risa alegre. Continuaron tirando de sus redes de pesca, en busca de sardinas y otros peces.
- ¡Eres la molécula más abundante de la Tierra! –exclamó la gaviota-, ¿no lo sabías? Aquí es imposible que estés sola.
¡Una gran felicidad invadió a H!
- Gracias por todo –dijo nuestra protagonista, cuando el ave se posó.
- No hay de qué.
Se deslizó fuera de sus plumas y aterrizó sobre una concha de caracola de mar. Entonces miró a su alrededor y descubrió otras moléculas como ella. Cientos de miles de millones, ¿cómo había estado tan ciega antes? ¡No podía estar sola! ¡Jamás lo había estado!
Al acercarse a una de ellas para intentar comprender su propia naturaleza, sin pretenderlo se quedó pegada.
- ¡Vaya! –exclamó su nueva amiga-, ¡ahora somos dos! ¡Me alegro de conocerte H! Yo también me llamo H. Somos un todo, completo y milagroso.
La molécula de Hidrógeno miró a su alma gemela, ¡que era ella misma! Y juntas dieron vueltas y más vueltas por aquella playa. Hasta que de repente una bellísima molécula de Oxígeno se acercó a ellas.
- Señoritas… -saludó el gigantón.
Sin saber cómo ni porqué, nuestra molécula de Hidrógeno y su alma gemela se pegaron al Oxígeno y de pronto todo cambio.
¡CHUMP!
Ambas cayeron al mar, convertidas en parte de una pequeña gota de agua. Y ya nunca más H volvió a sentirse sola, pues comprendió que formaba parte de un increíble ecosistema eterno.
La gaviota reidora, que lo observaba todo desde su atalaya, supo que para nuestra amiga estaba a punto de comenzar un viaje alucinante, ahora que había comprendido por fin cuál era su lugar en la naturaleza.
Nuestra editorial: www.osapolar.es

Si cedes una libertad por egoísmo, acabarás perdiéndolas todas.

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Landra
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Re: CP XI Cuando H encontró a O

Mensaje por Landra »

Gracias por el relato.

Me ha hecho sonreír y pasar un buen rato. Al mismo tiempo original, fácil de leer, ameno, divertido…

:60: :60: :60: :60:
1
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ciro
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Re: CP XI Cuando H encontró a O

Mensaje por ciro »

Aspecto formal: perfecto.
Argumento: original, gracioso y bien hilado.
Buen relato, divertido, dinámico, original.
La forma segura de ser infeliz es buscar permanentemente la felicidad
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Shigella
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Re: CP XI Cuando H encontró a O

Mensaje por Shigella »

A este tengo que volver, porque anoche debía de estar con el pie torcido y lo dejé a medias, pero soy consciente de que es un relato ameno, así que asumo que es culpa mía.

Lo que sí me ha llamado la atención de momento es que te refieras al Hidrógeno como molécula pero se sienta sola. Si van dos hidrógenos de la manita, ¿cómo se van a sentir solos? ¿No querrás decir átomo? :shock:

Volveré cuando me lo acabe. Por cierto, uno de los pillados en la Excel, aunque no por mí, que estoy intentando renegar de mi pasado químico. :roll:
1, 2... 1, 2... probando...
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MomoEnSilencio
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Re: CP XI Cuando H encontró a O

Mensaje por MomoEnSilencio »

¡Qué lindo! Me ha parecido muy dinámico, divertido, incluso tierno. Es un relato sencillo que se lee de manera muy fácil pero que contiene verdades universales.
Enhorabuena!! Y gracias por este rato tan agradable
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Shigella
Bacteria
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Re: CP XI Cuando H encontró a O

Mensaje por Shigella »

Ya me lo he leído entero. La verdad es que me gusta el desparpajo con el que está contado, como un cuento infantil, y me gusta que los protagonistas sean elementos químicos.
La historia, sin embargo, me ha parecido sosa y no me ha dicho nada. Y lo de llamar a los átomos "moléculas" una vez lo hubiera pasado, pero tantas veces a lo largo de todo el relato me ha llegado a tocar las naricillas bastante.
Una molécula de oxígeno :O2
Tres átomos de oxígeno= una molécula de Ozono (O3)
El Hidrógeno sólo es molecular al final del relato. :roll:
1, 2... 1, 2... probando...
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Mister_Sogad
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Re: CP XI Cuando H encontró a O

Mensaje por Mister_Sogad »

Tremendo ejercicio el tuyo autor/a, para quitarse el sombrero. Un relato muy bueno, pero con una idea de fondo mucho mejor, ah y el toque de humor me ha encantado. Como digo es un ejercicio muy bueno, porque esto es lo que me viene a la mente, una manera de relatar para una clase de estudiantes que pueda atraerlos, o al menos darles qué pensar. Me gusta, y me gusta mucho esta apuesta tuya por un relato diferente, con toques de enseñanza, humor y bien hecho. Un acierto y un buen trabajo.

Lo mejor sin duda es la visión que logras transmitir, al menos a mí, es una mezcla entre dibujos animados preciosistas y coloridos de un lado, e ilustraciones educativas por otro, no sé, me gusta, en serio. Y aventuro que será uno de los más originales del concurso, si no el que más.

Como pega, y porque estamos en un concurso y en los comentarios se saca punta, ya sabes, el título da demasiadas pistas, en la excel no fui capaz de escribir lo que me sugería porque ya se me habían adelantado y veo que acertado.

Volveré autor/a. :60:
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Frigg
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Re: CP XI Cuando H encontró a O

Mensaje por Frigg »

Tu relato me ha parecido fresco, original y divertido.
Se me viene a la mente la musiquilla de esa serie infantil de mi época y canturreo al terminar de leerte:
" La química es así, la química es así... llena de luz y llena de color..."
En fin, intentaré centrarme, pero es que has sacado mi parte más niña. Yo soy negada con la química, pero si alguien me la hubiera explicado así, seguro que hoy en día tendría bastantes nociones.

Hay una cosa que admiro mucho y es que alguien sea capaz de sacar una historia de algo cotidiano donde la gente no ve nada más que lo evidente. Que tengo un examen de química pero me apetece escribir un relato, pues ale, con lo primero que tenga a mano me invento yo una historia... y encontrarse en la portada del libro un H20 y ponerse manos a la obra.
No se cual fue tu proceso creativo, pero yo lo imagino así. Tal y como te han comentado antes, es un gran ejercicio literario y por mi parte tienes mi más sincera enhorabuena.
:60: :60:
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Fernweh
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Re: CP XI Cuando H encontró a O

Mensaje por Fernweh »

:hola:
A pesar que desde las primeras líneas se intuye cómo va a acabar el relato, lo he disfrutado mucho. Muy ameno y fluido, y mientras leía he estado todo el rato con una sonrisa en los labios.
Muy buen trabajo. :60:
«El futuro es más ligero que el pasado, y los sueños pesan menos que la experiencia porque la vida no vivida es más leve, tan leve.»
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Ratpenat
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Re: CP XI Cuando H encontró a O

Mensaje por Ratpenat »

Está entretenido a ratos y es un buen ejercicio. Pero este tipo de historias no me gustan mucho la verdad.

Aparte, ¿cómo va a ser posible que el hidrógeno no haya visto más hidrógeno?

Hmmm... bueno, a los demás gustas, así que ya te irá bien.
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Leticiamc
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Re: CP XI Cuando H encontró a O

Mensaje por Leticiamc »

Lo siento pero desde el conocimiento que tengo de la química no puedo dar el visto bueno. La idea me parece muy buena, original, graciosa... pero hay muchos fallos e incongruencias. Eso sí, creo que revisando un poco la materia y corrigiendo te quedaría un muy buen trabajo.
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Sinkim
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Re: CP XI Cuando H encontró a O

Mensaje por Sinkim »

:alegria: ¡Lo acerté en la Excel! :alegria:

La historia me ha parecido graciosa y muy simpática aunque, como ya te han dicho otros foreros, hay partes que no tienen mucho sentido químicamente hablando :D
"Contra la estupidez los propios dioses luchan en vano" (Friedrich von Schiller)

:101:
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blinder
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Re: CP XI Cuando H encontró a O

Mensaje por blinder »

Hola autor/a.

Fascinante fábula molecular. Relato entretenido y más educativo que un tutorial de youtube jeje. Me ha gustado mucho y es muy muy entretenido, qué más se puede pedir?

Enhorabuena.

Gracias y suerte.
:batman:
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indigeitor
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Re: CP XI Cuando H encontró a O

Mensaje por indigeitor »

Me ha parecido genial, genial, genial. Lo he pasado en grande leyéndolo, me he reído como un idiota. Puede que los listillos de la química le saquen pegas, pero a mí me ha parecido muy bueno el uso de tecnicismos para designar los estados de ánimo de las moléculas. Y el final me parece grandioso. Porque si una simple molécula consigue descubrir su función en el Universo... Y la figura de la gaviota "reidora" es una maravilla. Me reitero: Genial. Gracias por este relato.
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Landra
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Re: CP XI Cuando H encontró a O

Mensaje por Landra »

indigeitor escribió:. Puede que los listillos de la química le saquen pegas..
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