CV4 - El piano - Noramu

Relatos que optan al premio popular del concurso.

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Lifen
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CV4 - El piano - Noramu

Mensaje por Lifen »

El piano

A Xavier Montagut ya sólo le queda una octava de su piano.

A sus cincuenta años había decidido tomarse un merecido descanso y se había instalado en la mansión familiar de la Avenida Tibidabo, no muy lejos de la de los Sempere, pero sin ese aura de misterio. La casa la había mandado construir el abuelo Montagut quien se había forjado una buena fortuna gracias a la industria textil. El amplio salón acristalado daba a una terraza semicircular rodeada de flores, antes pulcramente ordenadas pero que ahora crecían según su antojo. En esta época se mezclaban alegremente los aromas de las jacarandás con el colorido chillón de las buganvillas y a Xavier le encantaba sentarse allí a leer el periódico, aunque ahora le resultara casi imposible concentrarse en él.

Sólo llevaba cinco meses en Barcelona pero le parecía que había pasado una eternidad. Lejos quedaban los suntuosos hoteles en los que se solía hospedar durante sus giras, rodeado de lujos y flashes; las noches de concierto en la Ópera de Berlín, del Royal Albert Hall de Londres, del Konzerthaus de Viena, etc. Incluso le parecía que habían pasado siglos desde lo que la crítica consideró la culminación de su carrera con la magistral interpretación que realizó del Nocturno de Debussy en la Filarmónica de París. Le habían comparado con los grandes pianistas de la historia y hubo quien incluso llegó a llamarle «el Beethoven catalán». El público había entrado en trance y los aplausos finales parecían no cesar. Las flores inundaron literalmente el escenario. Xavier Montagut estaba pletórico, enfundado en su frac, lejos de ser la figura ojerosa y demacrada que ahora le devolvían los espejos.

Una vez adecuada la casa a sus necesidades, Xavier Montagut, hombre disciplinado, seguía una rutina casi militar. Tras un frugal desayuno, cada día bajaba por la Avenida Tibidabo y daba un paseo por los jardines de la Tamarita disfrutando de la sombra de los robles centenarios, admirando la majestuosidad de los cipreses y la belleza de las fuentes. Cada día descubría algún elemento nuevo y anotaba los nombres de árboles que le eran desconocidos para investigarlos al volver a casa. En la Plaza Kennedy compraba La Vanguardia y los martes el "Musical Times" que le encargaban expresamente para él.

De vuelta en casa dedicaba un par de horas a la lectura antes de iniciar la sesión de prácticas de piano que le ocuparían casi el resto del día. Su vida social se limitaba a breves intercambios de saludos con sus vecinos y la visita semanal a la residencia que acogía a su padre aquejado de alzhéimer.

Un día, Xavier Montagut, que había empezado su sesión de ensayos con unas escalas para calentar los dedos, se encontró con que las dos teclas blancas más arrinconadas a la derecha del teclado no sonaban. Contrariado porque por la mañana había adquirido en Las Ramblas una partitura, hasta ahora inédita, del controvertido Alfred Cortot y deseaba tocarla, pero una manifestación contra los desahucios le había entorpecido el regreso y su rutina había sido alterada. Ahora sólo le faltaba eso.

Por suerte, al decir su nombre en Parts Piano le aseguraron que el afinador se pondría en marcha inmediatamente.

—Estas teclas no suenan. Debe haber algún problema con las cuerdas.

«Si, do» —sí suenan.

«...» —¡No suenan!

«Si, do» —¡sí suenan!

«...» —¡No, no suenan!

Desconcertados ante tamaña incongruencia decidieron llamar a la asistenta. Un poco vacilante ante la extraña petición y la atención con que la observaban el señor y el afinador, pulsó las teclas con sumo cuidado.

«Si, do».

Un silencio sepulcral se hizo dueño de la estancia hasta que Xavier Montagut lo rompió rugiendo un —¡fuera!— para quedarse solo y pensativo observando el piano que tantas satisfacciones le había dado.

Antes de dormirse oyó en el telediario la noticia de la muerte de una mujer en Benidorm de 48 años apuñalada por su marido. La víctima número dieciséis de violencia de género en lo que iba de año.

Al día siguiente lo primero que hizo fue correr al cuarto del piano y pulsar las malditas teclas. No sólo no sonaban sino que las negras de toda esa octava también habían dejado de hacerlo. Llamó a la asistenta que, temerosa, fue pulsando las teclas que él le indicaba.

«Do sostenido, re sostenido, fa sostenido, sol sostenido, la sostenido».

Ante el silencio del señor la asistenta optó por abandonar rápidamente la estancia, dejando a un Xavier Montagut abatido y tembloroso.

Una llamada a su representante relatándole lo que ocurría acabó con el compromiso de visitar a un psiquiatra. Al día siguiente, ya en la sala de espera del Dr. Roig, famoso por su discreción y por su afición a la música, Xavier Montagut se encontró con una antigua conocida que le relató que estaba allí a causa de una depresión. Su hijo, licenciado en derecho nunca había encontrado un trabajo. Había subsistido a base de «chapuzas» y trabajos precarios hasta que un día no pudo más y se tiró al tren.

El Dr. Roig, incrédulo ante lo que le contaba Xavier Montagut, se ofreció a acompañarlo a casa y ver él mismo lo que ocurría. Las teclas sonaron pulsándolas él con normalidad pero seguían en silencio cuando las tocaba su paciente. Además, se habían sumado las cinco blancas más graves. Despavorido huyó de allí, probablemente en busca de un psiquiatra para él.

Fueron sucediéndose los días y Xavier Montagut ya no paseaba ni salía de casa. Sus días transcurrían mirando el piano, probando teclas y tocando como un loco partituras que requirieran cada vez menos sonidos y las noches en vela las pasaba escuchando la radio. Le acompañaban las noticias sobre la crisis migratoria siria, el auge del neofascismo, la denuncia de Amnistía Internacional contra la creciente xenofobia en Alemania... Unos días perdía sólo una tecla pero otros desaparecía el sonido de muchas.

La noticia de que el umbral de pobreza en España había alcanzado el 29,2 % le pilló cuando aún le quedaban 24 teclas con sonido. En un último intento desesperado componía él mismo piezas que fuera posible ejecutar con tres octavas y las tocaba y tocaba de nuevo. Sin embargo, le seguían menguando.

El día en que se enteró del atentado de Orlando en el que habían perdido la vida 50 personas por su condición homosexual más otros 53 habían resultado heridos, supo que era el fin y que su piano callaría para siempre.
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jilguero
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Re: CV4 - El piano

Mensaje por jilguero »

:hola:


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noramu
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Re: CV4 - El piano

Mensaje por noramu »

:alegria:
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ACLIAMANTA
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Re: CV4 - El piano

Mensaje por ACLIAMANTA »

La idea central me encantó.
Me resultó muy interesante e intrigante desde el primer párrafo y lo leí con mucho interés hasta el final.
Y me gustó, aunque ya leído me parece que es más extenso de lo necesario. Creo que sobran algunos párrafos del comienzo.
Suerte autor! :hola:
Y sí... creo que tiene cierto aire kafkiano pero le falta algo... que no sé qué es! :oops:
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Gavalia
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Re: CV4 - El piano

Mensaje por Gavalia »

Creo que no sería muy parcial por mi parte decir si es o no es kafkiano. Para mi es un relato que me atrae, claro está, pero por el misterio de las teclas en un principio, que visto el significado que quieres transmitirnos, lamento decirte que no se ajusta a mi gusto personal, y como decía, no seré parcial. Seguramente no tendré razón, así que perdona de antemano, intentaré ser constructivo. Si tengo que juzgarlo por lo que entiendo, diría que pretende algo bastante raro, y eso puede ser lo kafkiano de tú trabajo, y si es eso, apaga y vámonos porque no se para que sirve entonces el maldito término. Para mi es un relato de misterio bastante absurdo donde todo es demasiado simple, o con poca enjundia si quieres. Relacionar las teclas con el fin del mundo a mi parecer es más absurdo que kafkiano. Aún así, entiendo que el absurdo debería estar de alguna forma integrado en el personaje y/o en la trama, que en este caso más simple no puede ser y se me antoja algo descabellado relacionar a un concertista como el prota de la historia del fin del mundo. Es demasiado ajeno al misterio, no le relaciona nada con él, en fin, es solo mi parecer, nada importante, eso seguro. Por otra parte me gusta tu redacción y rechinar, no me ha rechinado nada, ortográficamente hablando y esas cosejas de nota que los demás saben captar y a mi me jode porque no las veo, ea.
Un saludo y gracias por tu relato soci@
Como no es oficial me reservo la publicación de la puntuación hasta el final. Eres el primero que leo, pero si la cosa sigue así, creo que votaré por sensaciones.
En paz descanses, amigo.
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Landra
Me estoy empezando a viciar
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Re: CV4 - El piano

Mensaje por Landra »

Con comentarios como el de Gavalia sobra el mío en este caso. Yo me adhiero a sus palabras aun estando equivocado.
ni idea..
Donde pongo ni idea intentaré estudiar más a fondo a los que concursan para intentar adivinar su autor.
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Iliria
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Re: CV4 - El piano

Mensaje por Iliria »

No es el primero que leo, pero sí el primero que comento. Vaya por delante que la temática musical me atrae mucho, así que por ahí ya me ha seducido.
Me adhiero al comentario de Gavalia, aunque yo más bien he interpretado que el piano hace una especie de "huelga" ante las desgracias que suceden por el mundo (más que señalar el fin del mundo en sí)
Me ha faltado una pequeñita conexión del autor que cierre la trama, pero en sí el relato es muy bueno.

Gracias, autor/a :D
Si tienes un jardín y una biblioteca, tienes todo lo que necesitas - Cicerón :101:
-¿Y con wi-fi?
-Mejor.
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barrikada
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Re: CV4 - El piano

Mensaje por barrikada »

Bastante buen trabajo aquí. Barcelona con reminiscencias a Zafón y un texto que poco a poco va creciendo. La idea central de desactivar ciertas teclas del piano a raíz de las tragedias sociales me parece muy interesante y original. También está bien escrito, se lee de manera muy ágil. Me gusta, me ha convencido mucho. Enhorabuena!!
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Mister_Sogad
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Re: CV4 - El piano

Mensaje por Mister_Sogad »

Autor/a tengo que decir dos cosas con tu relato. Una: conforme leía, al comienzo, y no sé bien por qué, me ha venido a la mente Carlos Ruiz Zafón, por la trama, por las ideas, no sé, ha sido raro e inesperado. Segunda cosa: te confieso que no me seducía el planteamiento que se iba desarrollando, con el pianista... Ah, pero entonces haces el giro, el que tu protagonista tenga el problema con las teclas, y de hecho me ha hecho elucubrar al menos tres cosas diferentes en tres puntos diferentes del relato, primero he pensado "anda, ¿guiño a Beethoven y su sordera?", después he pensado "no es que se esté volviendo sordo, es que las teclas ya no suenan para él", y por último lo que me ha venido es "las teclas no suenan si las toca él, pero sí los demás". Me ha gustado elucubrar pero de pronto, al acabar, se me ha ocurrido si todo esto que yo he ido pensando era algo que ya habías ideado o he sido yo que no he pillado bien el relato hasta el final. Si es lo último debo regresar, a ver si efectivamente es cosa mía o es que el relato es confuso. No obstante, y otra cosa interesante, a mi modo de ver, es que hayas unido a lo que le sucede a tu protagonista con los sucesos que iban apareciendo día a día, sucesos sacados de las noticias de la realidad, un buen punto por cierto, de manera que ambas cosas tienen que ver, de hecho creo que debo darle otra lectura al relato para poder ver mejor esto que te señalo.

En mi segunda vuelta veremos lo que saco en claro autor/a. :60:
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Berlín
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Re: CV4 - El piano

Mensaje por Berlín »

Tigrecillo, es que el apellido del prota de La sombra del viento era Sampere. Sí, ha sido un guiño.

A mi hasta el momento de la tecla me estaba gustando una barbaridad. Además has colado un jacarandá que le hará mucha ilusión a nuestro pajarillo.

A ver si he entendido la historia. Un músico aclamado y famoso se toma un descanso merecido porque ya está el hombre ojeroso y demacrado. El mundo ya le pesa sobre los hombros. Está cansado. Ok. Un buen dia dos teclas de su piano ya no suenan tras oir en la tele malas noticias pero solo le ocurre a él. Y el tema sigue: malas noticias, más teclas mudas.

La música es su mundo y su mundo enmudece cuando las desgracias se suceden. Esto es lo que yo he entendido y me parece maravilloso. Pero no lo encuentro kafkiano.
Y como de los que llevo leidos -la mayoria- no he encontrado ninguno con tintes lo bastante absurdos al final votaré por aquellos que más me hayan gustado.

Tú me has gustado mucho. :60: Buen trabajo.
Si yo fuese febrero y ella luego el mes siguiente...
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moniquemu
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Re: CV4 - El piano

Mensaje por moniquemu »

No había caído: Sempere, el librero de Zafón, claro!
Me parece que tu relato es kafkiano. Defino el termino mas allá de lo absurdo. A ver si me sale: lo inevitable de un desenlace, el terror y la impotencia ante este desenlace, y por fin, darse por vencido ante lo inevitable.

El pianista ha vivido por su pasión, ha tenido un éxito extraordinario, la música es y siempre ha sido lo único que le ha importado. Al apartarse de ese mundo de conciertos en grandes escenarios, de hoteles de lujo y de aclamación se le cuela la vida 'normal', sin que el lo busque ni lo comprenda. La desgracia, la pobreza, la violencia siempre han estado ahí. Montagut siempre al margen. A medida que le invaden las noticias cotidianas por radio, periódicos etc., va perdiendo su capacidad de tocar el piano - y es mas - comprende que nunca le volverá. Se pierde ante el horror por esta vida cruel, despiadada tan lejana a la suya.
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Frigg
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Re: CV4 - El piano

Mensaje por Frigg »

Hola autor/a:

De los que llevo leídos, tu relato es el que más encaja en mi idea de kafkiano. Me parece muy buena idea esa huelga del piano aún cuando está en manos expertas porque el mundo que ve alrededor no le permite crear una de las maravillas del mundo: la música.
Es como si poco a poco se hubieran ido cayendo las esperanzas de alguien, en forma de notas musicales, hasta que se deja morir. El pianista, sin embargo aparece como el luchador incansable que intenta seguir adelante pese a las dificultades, intentando sacar la belleza de los poco que le va quedando.

La idea me gusta, tu estilo es bueno y sin embargo echo de menos algo que no se muy bien qué es. Quizás hay descripciones que no me terminan de encajar. Pero eso es una cuestión de gustos de estilo, amigo/a y yo soy un poco rarita para eso, así que no te preocupes.

Es sin duda un gran trabajo.
Un abrazo.
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Topito
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Re: CV4 - El piano

Mensaje por Topito »

Leñe, si es que sois todos muy buenos. Muy bien llevada la trama. Buen hacer. Y, sobre todo, muy intrigante. Lo cierto es que me ha encantado el principio, aunque luego siento que se me desinfla entre las manos. Todo subjetivo. No obstante, uno de los mejores relatos que se han presentado.

Por ello te concedo 4 kafka on the beach.
No tiene los permisos requeridos para ver los archivos adjuntos a este mensaje.
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jilguero
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Re: CV4 - El piano

Mensaje por jilguero »

Escribes de maravilla y la puesta en escena me ha encantado.
Kafkiano, kafkiano no lo veo yo. Tengo la sensación de que lo que para muchos de vosotros es kafkiano, para mí es un elemento de fantasía. En concreto, este relato diría que encaja mejor en el realismo mágico. Os lleváis a Montagut con su piano a Macondo y me da que allí no desentonaría en absoluto.
Pero, en lo fundamental, de una idea sencilla pero ocurrente has montado un relato que no está nada mal y, encima, muy bien escrito.
En tema libre, entre mis seis o siete favoritos (sobre todo por lo bien que se lee). En este temático, pues ya se verá :60:

PD: me sabe mal insistir tanto en lo de si es o no kafkiana, pero una cosa es la calidad literaria, que eso si la tiene la tiene (lo principal, creo yo) y otra que encaje o no en la temática del concurso.


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Berlín
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Re: CV4 - El piano

Mensaje por Berlín »

jilguero escribió:Escribes de maravilla y la puesta en escena me ha encantado.
Kafkiano, kafkiano no lo veo yo. Tengo la sensación de que lo que para muchos de vosotros es kafkiano, para mí es un elemento de fantasía. En concreto, este relato diría que encaja mejor en el realismo mágico. Os lleváis a Montagut con su piano a Macondo y me da que allí no desentonaría en absoluto.
Pero, en lo fundamental, de una idea sencilla pero ocurrente has montado un relato que no está nada mal y, encima, muy bien escrito.
En tema libre, entre mis seis o siete favoritos (sobre todo por lo bien que se lee). En este temático, pues ya se verá :60:

PD: me sabe mal insistir tanto en lo de si es o no kafkiana, pero una cosa es la calidad literaria, que eso si la tiene la tiene (lo principal, creo yo) y otra que encaje o no en la temática del concurso.
Cierto, pajarillo. A mi no me hubiera extrañado ver a Rebeca en un rincón de la estancia comiendo la cal de las paredes. O podrian haber llamado a Melquiades, el gitano, para pedirle opinión. De seguro que habría opinado: "este instrumento adolece de la mudez que ocasiona la tristeza de la vida".
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