Cerrado el ciclo de Hyperion. Ah, ahora me da pena. Cuán bien lo pasé con Hyperion. Ya no volveré a leer de estos personajes ni del Alcaudón.
En este último libro he vuelto a ver algún destello de la imaginación desbordante del primer libro. Todo el tema de los exters es genial, mejor de lo que esperaba. La trama de misterio de Aenea con Raúl... bueno, previsible. Yo también me pregunto cómo se enamora de un papanatas como ese. Pero la personalidad de Aenea se también se difumina como mesías que es, y al final el personaje más humano es Raúl o incluso el androide.
Lo que más me ha gustado es el tono épico que gana en ciertos momentos la historia. La escala galáctica siempre me ha impresionado.
Hay un porrón de flecos que quedan abiertos, y otros se han cerrado con pinzas. Que yo recuerde:
- ¿Qué pasa con el ávatar de empatía que se iba a oponer a la Inteligencia Máxima?
- Se supone que Raúl va a liderar algo. Nos quedamos con las ganas de saber el qué. ¿Es él ese ávatar de la empatía?
- ¿Quiénes son los leones, tigres y osos? ¿Qué conclusiones sacan del estudio de la Tierra y de los seres humanos?
- ¿Cómo deriva todo hacia la construcción de un Alcaudón por parte de la humanidad?
- ¿Por qué puede el Alcaudón viajar por el tiempo, y Aenea o Raúl no? ¿Qué pasa, que el bicho ese navega por el Vacío Que Vincula mejor que nadie? ¿Rebosa amor por sus espinas?
- ¿Qué pinta ahora el Árbol del Dolor en este nuevo escenario?
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En fin, lo cerrado cerrado está. Me lo he pasado bien con la lectura y eso es lo que importa. Aunque casi casi casi hubiera sido mejor que dejara los interrogantes abiertos con Hyperion y su Caída....