La aventura del tocador de señoras - Eduardo Mendoza (III)

[Kobayashi]

A ver si lo empiezo mañana

[Miguel B]

A mi juicio es la mejor de las cinco, con diferencia. Tiene momentos y personajes antológicos.

[Ashling]

Yo lo empezaré el lunes, a ver si termino antes el que estoy leyendo ahora.

[Miguel B]

Disfrutarás. Es de lo mejor que se puede leer en humor.

[Ashling]

¿Alguien lo ha empezado ya? Yo es que estoy metida en otros libros y este finde tenía otro mc. Pero bueno, es que hay mucho tiempo realmente.

[Kobayashi]

¿Alguien lo ha empezado ya? Yo es que estoy metida en otros libros y este finde tenía otro mc. Pero bueno, es que hay mucho tiempo realmente.

Yo lo empezaré hoy, que ayer terminé el que tenía entre manos

[Kobayashi]

Cap.2
Pues nada, le he dado un tiento en un rato que tenía y... este Mendoza está zumbado

Menuda colección de absurdeces y chorradas eso sí, maravillosamente escritas. Tiene pinta de novela para no pensar mucho y disfrutar de su lectura. Sé que leí el primero en el instituto, creo, pero no recuerdo nada... y el segundo ni siquiera eso así que no tengo muy presente el pasado del personaje.

Para muestra un botón:

—¡Si no me refería a usted, hombre! Ocúpese de conducir y no se meta donde no le llaman —repuso el enmascarado, y dirigiéndose a mí, añadió en voz baja—: Estos negros malolientes son de lo más susceptibles; se creen que todo el tiempo estamos hablando de ellos en términos despreciativos.

[Kobayashi]

Me parto el mismo negro de antes...

Por lo demás, añadió, el bar le parecía acogedor y tranquilo, no obstante el neón en forma de esvástica que refulgía sobre el dintel y la pintada que decía putos negros al paredón, bien porque atribuyera a estos detalles una función puramente decorativa, bien porque fuera tonto y burriciego.

Y así párrafo a párrafo, unas risas ya me estoy echando

[Miguel B]

Es buenísimo. Y en este libro en concreto Mendoza está sembrado con los nombres: Magnolio, Reinona, el abogado señor Miscosillas...

[rubisco]

Me tienta. Igual me lo pillo.

Una preguntita inocente: ¿conviene/es necesario leerse antes los otros libros de la serie?

[Jonayla]

Una preguntita inocente: ¿conviene/es necesario leerse antes los otros libros de la serie?

No, puedes empezar con este sin problemas, son historias independientes. Ánimate a leerlo, está muy bien

[Kobayashi]

Es buenísimo. Y en este libro en concreto Mendoza está sembrado con los nombres: Magnolio, Reinona, el abogado señor Miscosillas...

Ahí va un ejemplo...

La familia que regentaba la pizzería, compuesta por la señora Margarita, el señor Calzone y su hijito Cuatroquesos...

Me tienta. Igual me lo pillo.

Una preguntita inocente: ¿conviene/es necesario leerse antes los otros libros de la serie?

No es necesario, yo leí la primera hará unos 25 años y la segunda ni la he leído, pero eso no impide que esté disfrutando de esta tercera entrega

[boo]

Yo también lo estoy leyendo y es el primero que leo, sin problemas!!

Desde que lo empecé mi sensación es que no tiene desperdicio tiene un humor genial.

Acabo de terminar el capítulo 4, totalmente surrealista. Me los estaba imaginando

en el cuchitril inmundo del protagonista, tal cual el camarote de los hermanos Marx

[Kobayashi]

-Si tuviera dinero, te invitaría a comer, pero ya sabes cómo van las cosas últimamente por la peluquería. ¿De veras no crees que valdría la pena ampliar el negocio?
—¿Abortos?

Éramos amigas. No teníamos secretos la una para la otra. Yo quería ser modelo y ella, teniente de la División Acorazada Brunete. Se pirraba por Tejero, hasta que descubrió que era calvo.

No veo necesario poner muchos spoilers, parece que la trama es lo de menos la cuestión es leer, echarse unas risas y disfrutar

[Ashling]

Yo sigo a paso de tortuga, pero como a vosotros, me encantan estas frases tan surrealistas.

Terminé el cap. 2 (que son largos)
Nuestro protagonista

ya robado los documentos, los ha entregado y de momento no ha visto ni un duro.

- Por fortuna, había comenzado la temporada turística y mi atuendo se confundía con el de los numerosos visitantes extranjeros que a cambio de contemplar nuestras curiosidades arquitectónicas nos ofrecen la contemplación de sus vellosas adiposidades, pudiendo así yo deambular sin otra molestia que algún ofrecimiento como el de pasear en calesa, adquirir un piso en la Villa Olímpica o degustar un suquet de bogavante, cuando no las tres cosas a la vez, y ser recibido en todas partes con serviles muestras de cordialidad.