La novela plantea un buen conflicto ético, propio de la filosofía del derecho: la relación entre la Justicia y los procedimientos judiciales a seguir para impartirla, que necesariamente parten de la identificación de unos hechos que es preciso probar. ¿Qué sucede cuando un juez o un fiscal, por las razones que sean, tiene el convencimiento de que un condenado es inocente pero no puede probarlo en el marco regulado del proceso, con los medios admitidos en derecho? En caso de duda, que es peor ¿encarcelar a un posible inocente o absolver a un posible culpable?
P. 213: "La justicia es una cosa divina y nosotros nos limitamos a actuar conforme a normas humanas y falibles: vivimos entre escombros, pensó, y debemos habérnoslas con ellas".
Pág. 243: ".. reconozco la falibilidad de los legisladores; solo digo que, si nos abandonamos a la búsqueda de la justicia pura y simple, acabamos en el caos, y cualquier orden es preferible al caos".
Llegué a este libro interesado por otro del autor que he leído recientemente,
Muerte de un hombre feliz, que me gustó mucho.
Ambas novelas tienen mucha relación: tratan, desde perspectivas distintas, el asunto de la Justicia, así con mayúsculas; las dos historias se construyen con el foco puesto en el protagonista, un fiscal, y los conflictos que le surgen, sean sociales, éticos, etc… en el ejercicio de su profesión. Ambos protagonistas fueron amigos. Las dos novelas tienen a la ciudad de Milan y el Palacio de Justicia como escenarios. Los dos protagonistas tienen una familia que, de alguna manera, condiciona su profesión.
Los momentos temporales son distintos: En
Muerte de un hombre feliz son principios de los 80´y el terrorismo de las Brigadas Rojas. En
Por ley superior, el telón de fondo es la inmigración, ya bien entrado el siglo XXI.
Por ley superior se publicó antes.
El protagonista de
Muerte de un hombre feliz (Colnaghi) es recordado en
Por Ley superior. Y Doni, el protagonista de esta, tiene un papel secundario en aquella. Ambos eran fiscales, ambos eran amigos.
A pesar de las similitudes,
Muerte de un hombre feliz me gustó mucho más. Esta me ha parecido una novela interesante, que plantea un buen conflicto, pero la historia me parece que no está tan bien contada, es menos redonda, más forzada. También menos emotiva.
Ya termino, hay una cosa que he percibido en Fontana: cuando utiliza el diálogo corto, en ocasiones hay cierta confusión en cuál es el personaje que habla.