Una vez más, un canto a la sabiduría, jilguero.jilguero escribió:Esto es lo malo, Greto, de tener una sola vida. Me habría gustado continuar viviendo en la casa de la que el otro día os mostré las ruinas. Era lo que había planeado para escapar de esa ciudad, cuyo colegio consideraba una prisión. Estudiar y luego regresar a aplicar los conocimientos. Pero eramos muchos, las cosas se pusieron difíciles y hubo que decirle adiós. Mas sin ese adiós obligado no habría sabido de las bibliotecas ni de los mundos ocultos en sus estanterías. Y una vez que las conoces a ellas y a ellos, ¿cómo renunciar a esta otra dimensión de la vida? Don Gonzalo era lúcido y tenía la pluma con la que podía hacer compatibles esas dos caras de la luna que anidan dentro de nosotros pese a ser incompatibles. Otros, en cambio, cuando un día nos despertamos viendo la otra cara de la luna, nos quedamos asombrados de haber sido felices el día anterior viendo la otra, y viceversa... Imposible elegir, está claro...
Hay que saber adaptarse al lugar en el que la vida y sus circunstancias te ha puesto. Cualquier rincón de este planeta tiene mucho para disfrutar, desde la ciudad más populosa con sus múltiples ofertas culturales al lugar más apartado de la naturaleza. Incluso en medio de un conflicto bélico, hay quien lucha por ofrecer algo más que lágrimas y lamentos a sus congéneres. Ayer, de regreso a casa, muy tarde ya, escuché en la radio como en pleno conflicto sirio, la gente creó un oasis de belleza, de cultura, de sueños entre las ruinas de los edificios, en la ciudad de Daayara: se llamaba la Biblioteca Secreta de Siria, un lugar cuyas coordenadas se mantuvieron secretas durante mucho tiempo, hasta que el ejército de Bashar al-Ásad ocupó la ciudad y la biblioteca fue destruida. Allí, un grupo de fanáticos reunió más de 14 000 volúmenes, algunos de ellos prohibidos por el régimen del tirano, recuperados de entre los escombros de los edificios derruidos por los bombardeos sistemáticos y sin control.
Javier Cancho te lo cuenta mucho mejor.