Pues nada no puedo dormir ni controlar el llanto. Aprovecho la lejanía y el tiempo ocioso para contar un poco mi relación con mi padre, y lo hago sólo en este sitio que me hace sentir cómoda, la historia tiene muchos matices y contarla de la forma que la siento puede herir sensibilidades de gente que adoro, por eso nunca lo haré frente a ellos.
Alberto es mi padre, mi relación con el ha sido interminente. Desde mi nacimiento hasta mis dos años, pasaron 14 años yo creciendo bajo otra figura paterna, a quien si llamo papá, una persona que respeto, que amo mucho. Mi madre nunca me dijo nada malo de alberto, solo verdades y gran parte de ella era el amor que me tenía. Nunca pregunté nada sobre el porque genuinamente no tenía interés... mi madre siempre me recordaba luego de cierta edad: cuando tu quieras hija, lo conoces. Pasaron años hasta que a mis 17, en mi ciudad natal, donde el y la familia vivía, de la nada mire a mi mamá como quien pide otra porción de comida y le dije: oye, quiero conocer a Alberto, me llevas?
Y ese mismo día me llevó, mi madre llorando, con nervios, muy ansiosa, me llevó con ella a tocar la puerta de la casa de la familia Avendaño. Estaba la señora que hacía limpieza desde hace muchos años, Francisca, me conocía o por lo menos sabía de mi, y su reacción fue de mucha alegría, se le pusieron los ojos como platos de la felicidad felicidad extrema, pero también tenía una expresión como que estaba preparada para que ese momento llegara en cualquier minuto, se coordinó todo con extrema facilidad pero con muchas ansias y emociones. Nos citaron a volver a esa casa a las 7pm, allí estarían primos, tíos, mi mamá por supuesto, y Alberto.
Entre a esa casa hermosa, olía a bizcoche y ponche crema, vi a mis primos en los que me veía reflejada en ciertos aspectos, empezaba a unir piezas de un rompecabezas que no sabía que estaba armando durante toda mi vida, piezas que no sabía que me faltaban ni que las estaba buscando... pero ahí las encontré. Saludé a todos. Qué nervios, qué giro dió mi vida en menos de 12 horas por una decisión que yo misma tomé. No sé si el impulso habrá nacido de una necesidad que no supe verla antes, pero qué buena decisión tome, con 17 años creo que abrió la puerta a la madurez.
Salude a todos y luego el salio de su cuarto, nervioso pero apurado en tocarme. Yo extendí mi mano como si me estuviese presentando a alguien por primera vez, el la agarró fuert y me abrazó pero sin hacer el momento incómodo. Me soltó rápido y ahí dijo: Hija! que bella eres. Me agarró la cara y me dijo lo tanto me parecía a mi abuela que había fallecido hacía pocos años.
Y allí nació una relación atípica pero muy bonita
Sus primeras preguntas fueron: te gusta la mantequilla? de que equipo de beisbol eres? sacó un cuaderno y me pidió que escribiera algo y firmara, para ver mi letra y compararla con la suya, igual con la firma. La primera gran sorpresa que me llevé fue que nuestra letra es idéntica, y nuestra firma casi... la genética actúa de formas muy extrañas.
El quería oirme reír genuinamente, intento con varios chistes pero escuchó la de verdad cuando dijo algo gracioso a sus hermanos. Esa risa que el escuchó le dio una felicidad increíble, estaba volando y yo atónita porque no entendía por qué estaba recibiendo ese torrencial de amor en tan poco tiempo de alguien que apenas conocía...
No le gustó para nada que me gustara la mantequilla, esperaba tener eso en común conmigo... pero cuando le dije que no me gustaba la mayonesa se animó un poco más. Somos del mismo equipo de beisbol, muy fanáticos y me dijo aliviado: gracias a dios, estaba pensando que si eras del magallanes me tenía que cambiar a ese equipo por ti y no sabía como hacerlo.
El próximo paso fue hacerme las preguntas normales que se hacen, donde vives, que estudias, tienes novio etc. Yo acababa de elegir derecho como la carrera a estudiar, era un 22 de Diciembre cuando lo conocí, yo empezaba clases en Febrero.
Terminó la reunión, intercambiamos teléfonos, me dijo que no dormiría por mucho tiempo y creo que efectivamente así lo hizo, se trasnochó mucho ese diciembre.
El era ingeniero agronomo, uno muy brillante, pero no ejercía. Era un hombre libre, literalmente hizo con su vida lo que quiso sin mirar atrás, fue feliz, vivió sufrió... vida full de experiencias. Un hombre brillante que daba clases a jovenes del colegio y los preparaba para entrar a universidades. Familias de todo tipo tenían en común este cariño a Alberto. Siempre les hablaba de lo mal que le hacía sentir a el tener haber contribuido a la educación de muchos niños, incluso muchos que a el no le agradaban, y haber tenido cero influencia en la mía, no haberme podido enseñar algo. Y todas estas familias me conocían, me abrazaban y saludaban como si ya me conocieran... recibí otro coletazo de amor por el orgullo que yo le daba que no podía ni quería disiumula.
Ese enero siguente, en el 2007 me mando una foto de su matriculación para estudiar la carrera de derecho también, en otra ciudad y universidad, pero estudiariamos la misma carrera. La primera gran muestra de amor que recibí de el, volví a quedar atónita... pero por que? le pregunté y me lo dijo para que lo entendiera fácil: quiero tener ésto en común, hablaremos de clases, materias, estudiaremos juntos. Y así fue.... llegamos a compartir apuntes, libros, códigos y leyes. Hablabamos, con poca seriedad claro, del derecho, compartíamos nuestras opiniones incluso las que no nos atrevíamos a compartir con el resto. Yo me gradué, y el también. Abogados los dos casi en la misma época... sacó una carrera a punta de amor puro, se enamoró del derecho y lo ejerció hasta el final de sus días. No me habrá enseñado a sumar ni restar, pero me enseñó una forma de amar única, pura. Me dejaba claro cuanto lo hacía, todo lo que era capaz de hacer por mí... no se ruborizaba decirselo a nadie.
Conoció a muchos de mis amigos... todos hoy recuerdan alguna anédota o frase que les dijo al conocerlos... cada una más graciosa y loca que la otra.
Un día me llamó muy serio para pedirme permiso para darme una hermana. Yo muerta de risa le dije que claro, que no me importaba partir su moto en dos para repartir la herencia, pero al final no se dió.
Hace como dos años soñe que estaba en su funeral y aparecían dos muchachos diciendo que eran sus hijos. Lo llamé y le conté, le pregunte que si tenía algún hermano regado por ahí. Me dijo: Hija NO nunca, imposible... no tienes hermanos. Lo que sí creo que tienes es una hermanita de 2 años
la niña la mama se la había llevado para españa, la vió solo un día que la madre lo dejó que la conociera. Su prueba irrefutable de que era su hija fue: Cuando hace pipí, tiembla. Y todos los Avendaños cuando hacemos pipí temblamos. Cómo refutarlo? además yo sí tiemblo, pero creía que toda persona normal lo hace o no?
Nos hablabamos por nota de voz varias veces a la semana, me echaba un chiste, yo alguna anécdota... nos reíamos de algo o de alguien y ya. Hace una semana celebraba la eliminación de Argentina y España.
Conociendole gane risas, gane un amigo, gané una familia bellísima. Vi la excelencia de tío que fue, mis primos, todos, lo idolatran lo aman como a un padre... y lo único que el le "exigió" a sus hermanos, mis tíos, es que me cuiden y estén para mi siempre. Fue una orden, que mis tios tomarón con mucho amor, pero orden al fin. Otra muestra de amor que no necesitaba ni la quería así, pero que la puso allí a la vista de todos y diciendome: lo que tu quieras y necesites, ellos te lo dan, pide por esa boca. Como el gato que te muestra su amor trayendote a la cama lo que ha cazado recientemente... cómo decirle que no, que pare que no hace falta, que ya se que me quieres.
Hoy su última muestra de amor fue irse cuando escuchó mi voz, sonriendo. Le envié una nota de animo y e respondió a duras penas con sentido del humor, pero mi tia quien sostenia el telefono, fue testigo que al terminar la nota se acostó, sonrió y se fue. Esta parte a mi me puede, aprenderé a valorar que se haya ido contento de escucharme, tranquilo, en paz y sin sufrir... pero ahora mismo me destroza saber que se fue así, que no pude estar.
Conocerlo, como dije antes, completó el rompecabeza imaginario de mi vida. Una vida feliz, tranquila, nunca me faltó amor, ni la figura de un padre. Esa pieza que faltaba era más el de entender mi esencia, por qué soy de cierta forma en ciertas circunstancias cuando mi otro lado por parte de madre son diferentes muy diferentes en ese aspecto? Porque unas cosas me dan risa, porque lloro con otras absurdas, porque soy tan radical con algunas cosas y tan flexible en otras que no debería serlo. Hay partes de mi forma de ser que no les daba explicación hasta que lo conocí a el y a mi familia avendaño, no es que seamos los locos adams pero un tornillito si nos falta a todos. Escucho mi risa, veo mi mueca o algún gesto extraño en el, en ellos. He ganado mucho teniendole en mi vida estos ultimos años. Lo extrañaré mucho, enormemente, ya hay una grietica en mi siempre. Ya me falta algo.