La despedida - Ignacio Aldecoa

[Sue_Storm]

LA DESPEDIDA
Ignacio Aldecoa

Esta semana toca mirar a la España de los 60, de la mano de Ignacio Aldecoa (Vitoria, 1925 - Madrid, 1969). Los comentarios, a partir de hoy mismo, aquí, en este hilo

[Gretogarbo]

Genial. Corto. Conciso. Riqueza de vocabulario.

Una delicia de relato, que se lee de un tirón.

[magali]

[jilguero]

[jilguero]

Genial. Corto. Conciso. Riqueza de vocabulario.

Una delicia de relato, que se lee de un tirón.

Coincido en todos tus calificativos, con lo cual, me ahorro repetirlos.

Quiero añadir que la primera parte me estaba pareciendo un alarde de buena y rica prosa, si bien la historia en sí me estaba pareciendo un simple cuadro costumbrista. Pero ha sido subirse uno de los dos verdaderos protagonistas y la cosa ha cambiado.
¡Qué bien comunica la angustia y el cariño entre ambos con tan solo unas pocas frase !
¡Qué nudo se me ha hecho en la garganta !

La enfermedad es siempre dura . Pero...¡qué dura es cuando encima va acompañada de edad y pobreza!

[Kansas]

La verdad es que no se puede contar más en menos, siempre he sentido debilidad por las estaciones de tren, por los trenes, desconocidos que se encuentran, charlan brevemente, se separan, y aqui Ignacio Aldecoa lo narra con maestria. La parte final del relato es maravillosa:

Sus años se sucedían monótonos como un traqueteo

saludos

[Arden]

Lamento discrepar. La prosa la he encontrado rebuscada, sobre todo la primera parte, y la acción está dividida en dos partes, un cuadro costumbrista en un tren de la España de la época, y la segunda es la despedida en sí, conmovedora eso sí y lacrimógena, quizás demasiado lo veo un recurso fácil para que el lector empatice con la pareja que se despide, por añadir la abuelita podría haberse llevado al nieto pequeño que en el último momento llorara y fuera detrás del tren gritando abuelo vuelve, te quiero muchoooo!!!

En fin, un pequeño cuento costumbrista que utiliza en ocasiones palabras grandilocuentes para contar algo tan sencillo, me huele todo muy al Nodo de la época, y demasiado sensiblero.

[jilguero]

Lamento discrepar. La prosa la he encontrado rebuscada, sobre todo la primera parte, y la acción está dividida en dos partes, un cuadro costumbrista en un tren de la España de la época, y la segunda es la despedida en sí, conmovedora eso sí y lacrimógena, quizás demasiado lo veo un recurso fácil para que el lector empatice con la pareja que se despide, por añadir la abuelita podría haberse llevado al nieto pequeño que en el último momento llorara y fuera detrás del tren gritando abuelo vuelve, te quiero muchoooo!!!

En fin, un pequeño cuento costumbrista que utiliza en ocasiones palabras grandilocuentes para contar algo tan sencillo, me huele todo muy al Nodo de la época, y demasiado sensiblero.

Arden creo que es el comentario que te he leído más negativo de un relato en los años que llevamos de compartir miniclub; para mí eres paradigma del forero especializado en verle todo lo bueno a los textos. Será que como ya los demás se lo hemos visto, está vez te has sentido libre de sacar las uñas .

Siendo enemiga del recurso de dar pena, será que estoy muy sensibilizada con el tema de los ancianos (los niños son los reyes de nuestra sociedad; los ancianos los parias), que este relato me ha parecido de un realismo pasmoso. Evidentemente, se nota que han pasado unos años.

Muy de acuerdo en que tiene como dos partes, solo que para mí la más lograda es justo la segunda. Casualmente ayer estuve hablando por teléfono con una señora ya mayor que conozco de mi pueblo natal, ahora ya viuda, y podría haber sido la señora del andén. Cuando murió mi padre, al entierro vino ella y a la salida del cementerio me agarró del brazo y me llevó a ver la tumba de su Antonio. A su Antonio le gustaban mucho los pájaros y siempre tenía en su casa jaulitas con jilgueros y verderones. En la cruz de la tumba había hecho grabar unos pajaritos para que su Antonio esté contento. Y en su mesilla de noche tiene una foto de su Antonio y le habla antes de acostarse y tumba la foto. Por la mañana la coloca de nuevo. Escucha misa los domingos en la tele y coloca a su Antonio a su lado. Si contase esto en un texto habría parecido un recurso fácil para conmover al lector, cuando habria sido realismo puro. Un amor/unión muy naif, si se quiere, pero que al menos en mi tierra se ha dado hasta hace nada, casualmente entre gente muy humilde y, por ende, muy sencilla.

[Arden]

Y mira que soy fácil de conmover, pero entre que el lenguaje me pareció enrevesado, no al estilo barroco de Lezama, sino como cuando alquien dice voy a escribir y que se note que tengo cultura y vocabulario, o en este caso más bien como en el Nodo como comentaba, un poco apolillado, tampoco era novedoso en la época, como no lo era el recurso al realismo costumbrista, que no me parece mal pero lo vi excesivo.

En fin, ya sabes que cada uno tiene sus manías, siempre intento encontrarle ese algo al relato, en este caso lo vi como un recurso fácil, igual me equivoco. Tengo sus cuentos completos así que leeré algo más de Aldecoa.

[Tolomew Dewhust]

Pues nada, otro que tampoco me termina de engatusar. Será que hoy lo veo todo gris.

Lo que sí reconozco es que ha habido un momento en la lectura en que me he vuelto medio loco, y solo por eso ya ha merecido la pena pasar por aquí. Ha sido cuando tres de los pasajeros contemplaban a la muchacha beber vino y nos comenta el autor que todos tenían las manos posadas mineral e insolidariamente sobre las rodillas. Me lo apunto, .

[Laurus]

Voy muy retrasada. Este lo acabo de leer.

Me ha gustado. Me ha parecido un cuento muy bien escrito. Ahora bien, no sé si por su brevedad o por qué exactamente, no me ha acabado de llegar. Me pasa con algunos cuentos que me saben a poco, como si, de alguna manera, sus pocas páginas no me permitieran llegar hasta el fondo y acabar de empatizar con los personajes. Y el relato que nos ocupa es un claro ejemplo de eso que comento. En definitiva, un cuento correcto, pero que acabaré olvidando.

A ver si me voy poniendo al día.

[clachalote]

No diría que me encantó. Me gustan las metáforas o descripciones poco concretas, en general, pero acá encontré que se pasó. A ratos sentía que daba vueltas y vueltas, sin saber de qué hablaba claramente ni con qué fin daba tantas vueltas. El relato en sí, la historia, me pareció bien. Un reflejo de una escena en un tren, de una escena en un andén. De nuevo sentí que el relato estaba dividido y daba para más de un desenlace. Pero, finalmente, la historia me pareció bien. Sólo lo que decía,... de las excesivas descripciones.

[M. Corleone]

Con idea de reengancharme al miniclub (he andado muy líado...) he leído varios seguidos, y el que mas me ha gustado ha sido este de Aldecoa. Me ha dejado con ganas de leer mas de el.

Lamento discrepar. La prosa la he encontrado rebuscada, sobre todo la primera parte, y la acción está dividida en dos partes, un cuadro costumbrista en un tren de la España de la época, y la segunda es la despedida en sí, conmovedora eso sí y lacrimógena, quizás demasiado lo veo un recurso fácil para que el lector empatice con la pareja que se despide, por añadir la abuelita podría haberse llevado al nieto pequeño que en el último momento llorara y fuera detrás del tren gritando abuelo vuelve, te quiero muchoooo!!!

En fin, un pequeño cuento costumbrista que utiliza en ocasiones palabras grandilocuentes para contar algo tan sencillo, me huele todo muy al Nodo de la época, y demasiado sensiblero.

A mí, mas allá de que me haya gustado o no la forma de escribir (sobre todo en su primera parte, coincido contigo en que la prosa es un poco rebuscada) el desenlace me ha partido el corazón y me ha metido en el vagón como si fuera un pasajero más. Corazoncito encogido. Muy muy bonito. Probablemente pruebe a leer algo más de Aldecoa, se admiten sugerencias.

[Giada]

Re-bienvenido, Corleone
¡Cuánto tiempo!

[M. Corleone]

Re-bienvenido, Corleone
¡Cuánto tiempo!

Pues sí, ha sido una época complicada para mi (laboral y de salud), espero ir pudiendo pasarme más de vez en cuando. Gracias por acordarte de mí.