A mí me gustó especialmente el capítulo 6 (El punto de vista) porque me molesta muy especialmente las historias en las que el punto de vista se cambia continuamente sin motivo justificado. No me disgusta que en diferentes capítulos se nos presenten los hechos desde la perspectiva de los distintos personajes; tampoco me molesta que haya más de un punto de vista. Lo que me descoloca hasta llegar a sacarme de la historia, es que sin motivo aparente, el autor dé paso a la perspectiva de otro personaje, cuando eso no es la tónica de la novela.
Yo no lo sé explicar tan claro como lo hace D. Lodge, pero en esa cuestión coincido plenamente con él. Mirad cómo lo explica el autor.
David Lodge escribió:Uno de los síntomas más habituales que delatan a un escritor perezoso o sin experiencia es la incoherencia en el manejo del punto de vista. Supongamos que la historia que cuenta es la de John, que se va a vivir por primera vez fuera de casa de sus padres, para acudir a la universidad, tal como John la percibe: John preparando la maleta, echando un último vistazo a su habitación, despidiéndose de sus padres… y de pronto, sólo durante un par de frases, se nos dice lo que su madre piensa de todo eso, simplemente porque al escritor le pareció que era una información interesante para colocar en ese momento; después de lo cual la narración continúa desde el punto de vista de John. Naturalmente, no hay ninguna ley o norma que diga que una novela no debe cambiar de punto de vista en cualquier momento en que el autor así lo decida; pero si eso no se hace de acuerdo con algún plan estético o principio, la participación del lector, su «producción» del sentido del texto, se verá perturbada. [...]