CP III: "El fin"- Milo

Relatos que optan al premio popular del concurso.

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Arwen_77
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CP III: "El fin"- Milo

Mensaje por Arwen_77 »

6º participante concuso Primavera 2008

El fin

El emperador se alzaba ante mí y mis compañeros, los ninjas se acercaban, sigilosos como una hoja al caer y veloces como el viento, el pueblo necesitaba defensores y nuestra labor era protegerlos, tendríamos que partir al amanecer del día siguiente, hacia los campos, para intentar detener a los enemigos, tendríamos un día para prepararnos, el emperador habló:
- Amigos, los ninjas se acercan campo a través, necesitaremos vuestros servicios para detenerlos, mañana partiréis, tened afiladas vuestras katanas, presiento que se acerca una guerra, no temáis a la mano helada de la muerte, pues tarde o temprano ella os impondrá su ley, no su accidente. En la batalla empuñad con fuerza vuestras espadas, y pensad en un pensamiento alegre, muchos de vosotros moriréis, pero todo valdrá la pena, de vosotros depende el futuro del país, y sobre todo, el futuro de vuestras familias. Estad preparados, no será una batalla fácil. Podéis retiraros.
Sus palabras fueron sinceras, un rastro de tristeza surcó por un instante su cara, durante todo este tiempo habíamos sido como hijos suyos, que nos tuviese que encargar aquella tarea era como si una espina le hubiese atravesado el corazón. Llegué a mi casa y hablé con mi mujer, sentí como una lágrima surcaba rápidamente sus mejillas, le dije que tenía que ser fuerte, que tenía que cuidar de nuestro hijo, y que si no volvía, que dijese a nuestro hijo que le quería, le di un beso con pasión y ternura, ella se echó a llorar encima de mi kimono, lo que más lamentaba era el no haber disfrutado con ella la vida. Pasamos la noche abrazados, en la cama, ella hecha un ovillo sobre mí, sentía su respiración acompasada y regular en mi pecho. Me quedé dormido, pensando en la batalla, tenía que estar descansado.
A la mañana siguiente, mis compañeros estaban montados en sus respectivos caballos y dispuestos a partir, salimos de la ciudad cabalgando, las mujeres nos echaban flores al paso, mientras que nuestro hijos se limitaban a llorar y esconderse detrás de nuestras mujeres. Estuvimos cabalgando durante una hora, sin conversaciones, llegamos a los campos y montamos el campamento, los campos eran extensos y verdes, los ninjas se divisaban a lo lejos, la batalla tendría lugar en una hora, no tenía miedo, pasé la hora dándome ánimos y pensando en un mundo mejor si ganásemos la batalla, los ninjas estaban a unos 500 metros, con los kunai en mano, presiento que mi última batalla está cerca. No tengo miedo a la muerte. La segunda y, más importante, lección del samurái, es vivir la vida plenamente. El fin, es el fin. No hay forma de retrasarlo ni de evitarlo. Una vez muerto, mi espada permanecerá a mi lado eternamente. Mi conciencia morirá, pero sin remordimientos de ningún tipo. Me disolveré, etéreo como la bruma por el mar, pero sé que nada ha sido en vano.
Los ninjas atacaron, el sonido de las espadas al chocar era tan terrible como una flor desnuda en un día de lluvia, ninjas y samuráis cayeron muertos al suelo, mi adversario, cayó, rogué un lugar en el cielo para él, seguí avanzando, mirando de un lugar para otro, mirando las encarnadas batallas que entablaban los demás, oí un ruido detrás de mí, el ruido de una espada cayendo rápidamente hacia su objetivo, no pude hacer nada por evitarlo, pero me alcanzó, tenía una enorme herida en la cintura, no había remedio, moriría pronto, mi fin había llegado, sentía el aliento frío de la muerte recorrer mi cuerpo, no tenía tiempo, así que me puse a recordar mi historia.
Recuerdo cómo comenzó todo.
Intentaba aferrar con impotencia su alma metálica, herida por los rayos del sol. Yo era pequeño, pero sabía que mi destino estaba infestado de batallas, envuelto en sangre. Así que ya me preparaba para ser un hombre, para blandir una katana y servir a mi señor.
Crecía. Mis compañeros de la infancia eran la sombra de mis mejores recuerdos. Por aquella época, yo ya era adulto. Recibí mi primera katana y, en el brillo cristalino de su filo, encontré una nueva visión de las cosas.
Bushido.
Definitivamente, todo atisbo de niñez en mí había desaparecido. La nueva senda, la del samurái, me tendía sus manos, manchadas de honor, valor, nobleza, benevolencia, honestidad, lealtad y rectitud. Los siete valores fundamentales que me costó seguir al principio. Ahora convivo con ellos.
Admito que he tenido suerte en la vida. El bushido es para mí la perfección, la belleza de contemplar cada día el amanecer. Me ha enseñado a apreciar la sutileza de las lluvias de pétalos rosados en primavera, lo cálido que puede llegar a ser el té entre las manos. Cuando yo desenvaino, el bushido sentencia. La gracia de mis movimientos pueden matar, pero jamás morir. Un samurái lo da todo, primero por su señor, después por sí mismo. La Lealtad fue el primer valor que me infundieron. Mi alma, mi espada. Mi cuerpo, mi fuerza. Mi espíritu, mi decisión.
Yo no he visto tantas guerras como él. Ha visto morir a los más capaces guerreros en manos de asesinos y locos. Pese a que ellos mueren, se hace más fuerte, y sus enseñanzas llegan más lejos. Mas el viento no sacudirá, ni el mar podrá arrastrar, toda la sangre que habita en sus espadas. Cuando me miro en las aguas heladas y transparentes del río, veo el reflejo de un hombre curtido, completo, señorial y capacitado, pero soy un diminuto bonsái comparado con su habilidad. Tiene todas esas cosas con las que yo solamente puedo soñar, aunque hay algo que me hace más fuerte día a día.
Mi familia.
Adoro a mi mujer y a mi hijo. Ella jamás se ha quejado sobre nada, se ha limitado a hacer su trabajo en casa sin rechistar. Desde que compartimos lecho, nunca ha hecho nada que mereciese un castigo. Bella como una flor aterciopelada, tan frágil… Mi hijo, tal y como mi esposa y yo deseábamos, crece con los mismos valores que tú, en el pasado, me inculcaste. El pequeño samurái, dentro de unos años, desenvainará su propia espada, y hará honor a tu nombre.
Los dos hacen de mí una persona mejor. Querría haberles protegido cada día, verles sonreír. Habría dado por ellos mi vida, y les protegeré desde el cielo, velando junto a él. Deseo que mi hijo crezca tan fuerte como su acero, convirtiéndose en un elegante portador del deber y de la sabiduría. Quizá yo no sea lo suficientemente sabio como para enorgullecerme de mí mismo, pero todas las cicatrices que pueblan mi cuerpo cantan con la misma estridencia que un violín joven.
El Bushido existe, habita en las almas humanas. Por ello, le dedico estas últimas palabras antes de mi muerte.
El samurái no se arrepiente. Sabe que las consecuencias son leves hilos atados a su conciencia, y toma el camino correcto para deshacerse de ellos.
Como yo, lo único que un samurái lamentará, será morir como una hoja de otoño caída demasiado pronto…
Última edición por Arwen_77 el 30 Abr 2008 20:36, editado 1 vez en total.
:101: El trono maldito - Antonio Piñero y José Luis Corral

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El Ekilibrio
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Mensaje por El Ekilibrio »

Tengo que ser sincero y decir que no me ha gustado mucho. Demasiado peliculero para mi gusto (me pasa con muchas pelis en las que un general de medio pelo les dice a los muchachos que van a morir y estos gritan locos de alegría. Lo siento, pero no).
Será que yo no tengo espíritu ni de Samurai ni de salvapatrias... total, que soy una medianía cobarde y arrojadiza.
En fin, he leido el relato hasta el final con la esperanza de encontrar un tirabuzón que me sacara de esa sensación de endiosamiento oriental... pero no lo he encontrado. Seré hoja que cae pronto en otoño...
Aun así, felicidades por el relato. La exposición de imágenes dentro de la historia está bien conseguida.

Saludos
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SHardin
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Mensaje por SHardin »

Leído. A mi ver la palabra ninja, me evoco a película de acción, pero creo que el relato es algo más. Aunque no guste la filosofía del protagonista, esta bien dibujada.
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Fley
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Mensaje por Fley »

A mi si me va el rollo ninja. Me encanta la cultura japonesa y la época feudal de apogeo de los ninjas y las artes marciales. Me ha parecido un monólogo bien posicionado, pero es dificil no caer en una falsa solemnidad en este tipo de discurso. Aún así se nota que al autor el tema le apasiona.
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1452
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Mensaje por 1452 »

Me gusta lo que transmite el relato: el honor, la lealtad, la entrega...pero quizás lo hubiera expresado de una forma menos magnificada.
Y lo que sin lugar a dudas me ha parecido realmente espléndido, son las frases finales: El samurái no se arrepiente. Sabe que las consecuencias son leves hilos atados a su conciencia, y toma el camino correcto para deshacerse de ellos.
Como yo, lo único que un samurái lamentará, será morir como una hoja de otoño caída demasiado pronto…


Son de una belleza apabullante.
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Naide
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Mensaje por Naide »

Estoy de acuerdo con 1452 en que tiene frases alucinantes.
Hay algo más (muy bueno) en el
autor que está por salir, pero en esta historia me quedo con la sensación de que falta algo.

Aún así, me ha gustado.
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al_bertini
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Mensaje por al_bertini »

Leído. Me gusta mucho la temática, la idea del samurái y su código de honor, pero creo que se le podía haber sacado más jugo. hay algunas partes que no me gusta cómo están escritas, y creo que hay terminos japoneses que necesitan una aclaración para los profanos. Bien desarrollado, este relato y su autor dan para mucho :)
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Milo
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Mensaje por Milo »

No me ha gustado mucho, le queda algo por exprimir, y como decís, se le podía haber sacado más jugo, definitivamente, no me ha gustado :?
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Emma
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Mensaje por Emma »

Reconozco que a mí el Bushido y demás rollitos orientales me dejan fría. Desconozco esa cultura, pero sobre todo es que no me atrae en exceso :roll:
Gracias.
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Katia
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Mensaje por Katia »

Le ha faltado más trabajo, sin duda.
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Gabi
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Mensaje por Gabi »

A mi la historia no me convence mucho, pero reconozco que la frase a la que Mil hace alusión es muy bella!
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ciro
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Mensaje por ciro »

Se nota el apasionamiento del autor por la cultura nipona. A mi modo de ver le falta sorpresa para ser un relato corto. Algún que otro fallo de concepto religioso, creo yo, pues los samurais solian ser budistas. El final muy bueno. Me quedan un poco cogidos por los pelos los conceptos de honor, familia, lealtad,...
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isabelita
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Mensaje por isabelita »

Yo tampoco conozco mucho estos temas orientales. Aún así creo que la historia tiene mucho potencial, pero quizás si hubiese sido un poquito más larga ..........
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eskarina
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Mensaje por eskarina »

Vuelvo a coincidir con la mayoría: le falta trabajarlo más; se nota que el autor conoce el tema, pero quizás está contado de forma demasiado apasionada.
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takeo
GANADOR del III Concurso de relatos
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Mensaje por takeo »

Es un trabajo para seguir trabajando y no dejarlo ahí. Experimentar con la idea y ver si crece, se mejora. Se ven maneras y ganas en el autor
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