La tarjeta postal -Jacques Derrida

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Pablo Zuta

La tarjeta postal -Jacques Derrida

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Jacques Derrida (El-Biar, Argelia francesa 15 de julio de 1930 - París, 8 de octubre de 2004), ciudadano francés nacido en Argelia, es considerado uno de los más influyentes pensadores y filósofos contemporáneos. Su trabajo ha sido conocido popularmente como pensamiento de la deconstrucción, aunque dicho término no ocupaba en su obra un lugar excepcional. Lo revolucionario de su trabajo ha hecho que sea considerado como el nuevo Immanuel Kant por el pensador Emmanuel Lévinas y el nuevo Friedrich Nietzsche, según Richard Rorty. Es, acaso, el pensador de finales del siglo XX que más polémicas ha levantado, por su iconoclasia y por su empeño crítico. En cierta medida, logró realizar el sueño nietzscheano del filósofo-artista.

Derrida es conocido por su juego con el lenguaje (con la escritura) y este libro escrito en el estilo de la literatura epistolar es uno de sus mas bellos trabajos.

Aca dejo unas pocas lineas del libro:

Estoy solo, solo solo, tanto que me muero. Lloro suavemente, me oyes. Ganas de condenarme a muerte, todo es mi culpa, sabes por qué y algo tienes que ver. ¿Qué hacer cuando se dice “estoy solo”? Como nunca es ni cierto ni falso, se trata en un principio, pero es cierto para todas la frases, de producir un efecto sobre alguien, de decirle “ven”.

Acepto, tal será mi firma a partir de ahora, pero no te
preocupes, no te preocupes por nada. Nunca te desearé mal alguno, entiende bien esa
palabra letra por letra, es mi nombre, que acepto, y podrás contar, contar con él como sobre
las claridades mayúsculas, viniendo de ti lo acepto todo.

Esto acabará muy mal, yo mismo no
doy una desde hace tiempo, y de hecho me traiciono, a mí mismo, todo el tiempo. Todos
esos cretinos que no saben descifrar, y que de buena gana creerían que llevo una vida muy
protegida, sin exponer el cuerpo, sin obsesión y sin sismo político, sin riesgo militante...
Pero es cierto, aumenta año tras año el desprecio, el asco, y por más que me resista a ello
(desprecio o asco, no, otra cosa porque siempre están mezclados con esa especie de triste
solidaridad, como te había dicho, una compasión desesperada: habré compartido todo lo
que hace época (al menos eso, que no lo es todo, ni tal vez lo esencial) con ellos, que no
han entendido nada. Época, es decir alto, y posta. Ya sin ganas de dar un paso fuera.
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