La parte de pelotear a los lectores como seres privilegiados de luz vs los analfabetos incultos lo considero lo más desagradable del libro, el elitismo del lector está ya muy superado en nuestra época.
A pesar de eso, y alguna incongruencia
los autobuses telépatas bondadosos e infalibles no casan bien con un mundo de robots idiotísimos hasta para nuestros estándares. |