Esta obra es muy ágil a pesar de que en realidad se trata de una lectura bastante reposada en cuanto a horrores (Gabi, todavía espero el susto ).
Dejando a un lado la parte introductoria, todo el libro está envuelto en las sensaciones del protagonista y en las extraordinarias descripciones del entorno. Hasta me descargué la parte "de prueba" en iTunes para leer por lo menos un poco en inglés, siento que me estoy perdiendo de algo al no hacerlo, aunque tampoco es que tenga ganas de pagar por un libro que ya leí...
Me llama la atención en el personaje
ese deseo de pasar tiempo en la casa de Eel Marsh, un deseo que le infunde valor cuando es de día, como si luz y oscuridad le transmitieran sus esencias primordiales. Yo, como muchos más, no tendría valor ni de día ni de noche. A pesar de lo que ha visto, de las situaciones inquietantes que lo aterran, del paisaje tan siniestro, Arthur se empeña en hacer lo que a todos espanta y ni siquiera se ocupa en profundizar un poco en la situación que otros parecen conocer bien, quizá porque -en su inocencia- no espera ningún daño por parte de los entes sobrenaturales que se pasean por las marismas. |
La historia en sí es muy simple, más bien me llama la atención esa forma de contar de Susan Hill que cautiva con las mismas sensaciones una y otra vez y que hace que el lector se mantenga atento ante las posibilidades que abren las escuetas manifestaciones de la mujer de negro. La verdad es que me está gustando.
Ashling, ¿cómo vas?
Me voy a terminarlo.