ASESINATO EN CLAVE DE SOL
Raquelina se había forjado una carrera sólida como directora de orquesta. No había sido fácil en un mundo dominado por los hombres, tan acostumbrados ellos a llevar la batuta en el mundo. Pero una vez que ella consiguió la suya, se hizo respetar. Tenía carácter para ello. De otra manera no habría podido hacerse un hueco entre los grandes de la música ni montar su propio conservatorio.
Y el reconocimiento había llegado por la puerta grande. La UNESCO le propuso liderar una orquesta seleccionada por ella, con los músicos más prometedores de su conservatorio. Darían conciertos por toda Europa, y si tenían éxito, concluirían la gira con un broche final: una actuación en el teatro de la ópera de Viena.
Los músicos seleccionados eran los mejores: auténticos cracks. Pero si había realmente una estrella que brillaba con luz propia y se llevaba todos los aplausos ese era sin duda
Jonathan, más conocido por el apodo de
El Gato, por su fina voz de castrati, que por única, se llevaba grandes ovaciones allá por donde iban. Aunque Jonathan no era ningún castrati, y más de una lo sabía...era guapo, alto, con carisma, duende y encanto. Hacía las delicias de las mujeres.
El grupo de cuerda estaba formado por las dos violinistas y hermanas gemelas
Giada y Bronia, niñas prodigio de 160 de CI, la violista
Persephone, hija única de padres músicos, que había visto en esta gira la oportunidad de alejarse de la presión de sus padres, la 2ª violista
Poulain, trabajadora incansable, pero siempre parecía estar insatisfecha y enfadada; era muy competitiva, la violonchelista
Adisson, ambiciosa, su objetivo era dar conciertos como violonchelista solista y la orquesta le importaba bien poco, y el contrabajista
Luis, un buen tipo, aunque algo dado a la juerga y la dispersión. Cerraba el círculo
Moskita, al piano, una auténtica dama del ébano y el marfil, dominaba el clásico y el jazz con absoluto tronío. Raquelina había añadido algunos vientos, como
Deckard a la flauta, que empezó como prometedor tenor, pero Raquelina le orientó a la flauta y ahí explotó su verdadero talento, y
Veves al oboe y al clarinete, música de raza, dominaba varios instrumentos y estudiaba para directora de orquesta. Cerraba el círculo la sobrina de Raquelina a la percusión,
Lía. Su trabajo era poco pero Raquelina la había colado para darle la oportunidad de que viera mundo y adquiriera experiencia y currículum. No tenía gran peso específico en la orquesta, pero sus toques de triángulo y platillos tenían su aquel.
Por fin, después de actuar ante los mejores auditorios de Europa, había llegado el momento cumbre, el broche de oro en el teatro de la ópera de Viena. Los nervios a flor de piel…había habido mucha tensión la noche previa al concierto. No en vano, Raquelina había exigido ensayos exhaustivos y constantes repeticiones para conseguir la perfección; tal era el grado de exigencia, que terminó en una explosión de reproches. Recriminó a todos y cada uno de ellos, y no todos lo encajaron igual. Todo fue fruto de la tensión y las circunstancias, todos lo sabían. Pero esa noche, Raquelina se había pasado de la raya...
Y llegó el gran día; el teatro estaba lleno, abarrotado de gente, deseosos de escuchar aquella orquesta que había hecho las delicias de los oídos de toda Europa.
El público expectante. Los músicos salen al escenario y toman sus puestos. Aplausos. El Gato sale después. Más aplausos. Todos esperan la entrada de la directora, para que reciba la ovación mayor, para que dirija la orquesta. Pero Raquelina se retrasa. Raquelina está tardando demasiado. Se oyen murmullos. Los músicos se miran entre ellos. Lía sale del escenario a buscar a su tía. Se oye un grito desgarrador. La sala se silencia, sobrecogida. Raquelina no saldrá. Ni ahora, ni nunca. Yace muerta tras el escenario, vestida de negro, hermosa y fría, ataviada para el éxito que no saboreará jamás.
POSIBLES ARMAS
Batuta
Busto de Mozart
Arco de violín
Candelabro de plata
Veneno
Manos
Tras la muerte de Raquelina, se recogieron estas declaraciones de los sospechosos:
Bronia:(Visiblemente alterada y algo ausente) E…es horrible lo que ha pasado…Raquelina era muy exigente, pe…pero sacaba lo mejor de todos nosotros gracias a ello. ¿Có…cómo me llevaba con ella? Pues bien, claro…bueno, to…todo lo bien que se…se podía. A…a…a mí y a mi hermana nos ayudó mu…muchísimo ¿saben?
Giada: (tranquila y segura) ¿mi hermana les ha dicho que nos ayudó mucho? ¡Ja! Estamos aquí por méritos propios. Somos superdotadas y profesionales. Esa creída no nos regaló nada. No sé cómo inculcárselo a esa cabeza hueca de Bronia. Pero ella sólo tenía elogios para él…ya sabe…el Gato, la graaaan estrella. ¿Han interrogado a Poulain? Irradiaba envidia por no tener ningún solo en el repertorio y encima no ser la 1ª viola, ¡jajaja!
Persephone: (frotándose mucho las manos, visiblemente nerviosa) Es una pena, una terrible pérdida…aún no me lo creo. ¿Cómo me llevaba con ella? Pues bien, claro…ella era un genio, digna de admiración, estupenda…sólo tengo elogios para ella. Sí, yooo… estuve un tiempo… indispuesta, es cierto, y ella me esperó y siempre contó conmigo. Incluso me cubrió de mis padres, que siempre me han presionado con ser la mejor violista, para que no se enteraran de nada.
Poulain: (altiva e irritable) Bueno, ¿qué quieren que les diga? La vida es muy justa y pone a cada quién en su sitio. Raquelina era genial en lo que hacía, no lo niego…pero en lo personal dejaba que desear y creó bastantes conflictos en el grupo. Tenía sus favoritos y a estos favorecía más…está claro que yo no estaba entre ellos…es el sino de las violas, que siempre nos ningunean. Pero la vida es muuuuy justa…Por cierto…creo recordar que Luis le amenazó con el dedo anoche, algo bebido…¿han hablado con él?
Adisson: (Apenada y nerviosa)Una lástima que no haya podido saborear el triunfo que tanto ansiaba. Si la hubieran visto anoche…estaba enfervorecida, de los nervios, sólo por este momento que no verá. ¿Nuestra relación? Correcta sin más. Yo busco mi éxito como ella buscaba el suyo. Sí, es verdad que anoche se pasó con lo que nos dijo, pero son cosas del estrés del momento, no pensé que nadie se lo tuviera en cuenta…hasta ahora, claro. Yo investigaría a Veves…quería su puesto ¿saben? Y anoche no se cortó un pelo en cantarle las cuarenta…
Moskita: (Llorando) No…no sé…si…si…podré hablar. ¡Ella y yo éramos tan amigas! Siento terriblemente su pérdida. Sólo vivía para la música…yo le insistía en que debía relajarse y tener vida propia. Y ahora que parecía que estaba viviendo un momento dulce…tanto en lo profesional como en…ooooh!! (llorando más)
Luis: (aturdido y disperso)Dios mío, no me lo creo todavía. ¡Raquelina muerta! ¿yo con ella, cómo me llevaba? ella no me tragaba…anoche mismo me echó una soberana bronca. Es cierto que tuvo para todos, hasta para el Gato. Pero sin duda yo me llevé la palma. Total, porque llegué un poquitín tarde al ensayo…y ¡cómo se puso porque había tomado dos cervezas! Miren, a mí me encanta la música, pero si ello representa convertirme en un tirano y obseso como Raquelina y compañía, prefiero terminar tocando en un club de alterne.
Lía: (Entre sollozos) ¡Aaaaay mi pobre tita! ¡aaaaay! Qué horrible expresión tenía en el rostro, ella, que era tan hermosaaaa…(más sollozos) ¿ella y el Gato? No lo sé, no lo creo. Ella adoraba al Gato por su don vocal pero no creo que hubiera nada más. El Gato es un “picaflor”, ya me entienden, de hecho creo que ha tenido una relación con una de las chicas de la orquesta…aunque lo llevaron discretamente.
Deckard: (serio y sereno) Es una tragedia…todos estamos conmocionados, la verdad. ¿eh…mi relación con Raquelina, me pregunta? Bueno, no voy a negar que no me caía bien…ya sé que gracias a ella tengo una prometedora carrera como flautista, pero mi verdadero sueño era ser cantante de ópera y eso me lo negó por favorecer al Gato. Ya sabemos todos porqué, claro está…pregúntenle a Persephone, pregúntenle...
Veves :(tapándose la cara con las manos, en shock) Un horror, un horror…y toda esa gente esperando a la directora…eso no está bien, no. ¿Raquelina conmigo? Bueno, sé que les habrán dicho que yo quería su puesto y cosas así…sé que anoche nos dijimos cosas duras, pero yo no la maté. ¿Por qué no le preguntan a Jonathan que fue el último en salir al escenario?
Jonathan “el Gato” :(nervioso, con las manos sudorosas) Les juro que yo no vi nada…ni siquiera la vi cuando salí al escenario, la esquivaba…anoche no estuvo muy fina ¿saben? Tuvo para todos, incluso para mí. Me sentí ridiculizado ante el resto…no me gustó. ¿Algo entre nosotros? ¿quién lo ha dicho? Bueno…miren…sólo fue un filtreo, un coqueteo sin importancia. Ella siempre estaba dorándome la píldora y aproveché un poco la situación, pero no era nada serio ¡no era nada serio! Yo sólo quiero cantar y triunfar, ¿qué culpa tengo yo de tener éxito? ¿Por qué no le preguntan a las dos locas del violín? Son raras de narices, muy listas pero a mí me dan miedo...
Y bien...¿QUIÉN MATÓ A RAQUELINA?