Austerlitz - W. G. Sebald

Novela internacional de nuestros tiempos.

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Ceinwyn
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Re: Austerlitz - W. G. Sebald

Mensaje por Ceinwyn »

No participo pero os leo extasiada. :D
Silba la calandria y nos sorprende en vela, amuchados, con ganas de seguir.
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jilguero
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Re: Austerlitz - W. G. Sebald

Mensaje por jilguero »

Ivanovich escribió: 04 Feb 2021 21:38 me ha llamado la atención eso que dices de que las películas de Godard son ranuras ¿me lo explicarás?
Empiezo por el final. En realidad, solo hice un juego de palabras (cambio de orden de letras) para decirte que para mí son poco comprensibles. Como tú usaste el adjetivo "raruna", te repliqué que eran "ranuras" porque en las pocas que he visto he tenido la sensación de estar viendo lo que ocurre solo a través de una "ranura" de mi entendimiento que no me deja ver (entender) lo suficiente para poner la historia (o lo que sea) en pie.
Ivanovich escribió: 04 Feb 2021 21:38 Ya me contarás qué tal en Praga, con ¿Vera? No recuerdo bien el nombre de la mujer.
Sí, ese era su nombre, solo que con tilde en la "e": Véra; lo mismo que la madre lleva acento en la "a" intermedia: Agáta. Véra, con tilde, es también buena narradora y de su mano, hablando de lo que dijo Maximilian, Sebald se ha superado en los anidamientos narrativos: narrador(Austerlitz(Véra(Maximilian))). ¡Asombroso! :D.

Y con Véra nos enteramos de la parte más dura de la historia, esa que hizo que Austerlitz no quisiera recordar durante tantos años, apareciendo términos tremendos como "guetizados" o "vagonificación". En esa parte, cuando describe a lo alemanes, mi sensación es que momentáneamente se diluye la magia, que suena más a otras historias ya leídas, pero no dura demasiado. Aparte de que está salpimentada con momentos interesantes, como cuando le da esa foto que nos hace entender la portada de Anagrama: Desde entonces he estudiado la fotografía muchas veces, el campo desnudo y liso en que me encuentro, pero sin que pueda recordar dónde estaba; la zona oscura y borrosa sobre el horizonte, el cabello rizado del niño, espectralmente claro en su borde exterior, la capa sobre el brazo aparentemente doblado o, como pensé una vez, dijo Austerlitz, roto o entablillado, los seis grandes botones de madreperla, el sombrero extravagante con su pluma de garza y hasta los pliegues de las medias, he examinado todos los detalles con lupa, sin encontrar el menor punto de apoyo.

Y por su boca, la de Véra, nos hemos enterado de que a Agáta la citaron en este Palacio de Exposiciones, delante del cual ambas se despidieron.
Palacio de la Feria de Holesovice.jpg


Después de esa charla, Austerlitz ha visitado Terezín...

Campo dee concentración de Terezín.jpg


No hay un alma en la calle y, en un escaparate, en medio de otros muchos objetos, ve una ardilla: Y luego estaba, en una vitrina del tamaño de una caja de zapatos, sobre un trozo de rama, aquella ardilla disecada, desfigurada ya en algunos sitios por la polilla, que mantenía inexorablemente fijo en mí su ojo de botón de cristal, y cuyo nombre checo -veverka- vuelvo a recordar aquí desde lejos, como el de un amigo caído hace tiempo en el olvido. Y en cierto modo, ese ojo de cristal es como esa mancha de azafrán que tú has descubierto en la mochila verde del Austerlitz niño y que ya también los demás hemos visto. Sebald se olvidó de mencionarla o quizás no lo hizo a posta: para que algún avispado lector, amante del verde, la descubriese.

Pero antes, también en Praga, Austerlitz ha visitado el Teatro de los Estados donde vio de niño actuar a su madre en un ensayo:..entré en el Teatro de los Estados y estuve allí largo tiempo en el patio de butacas, exactamente debajo del cenit de la cúpula [...] A mi alrededor ascendían hacia las alturas las filas de butacas, cuya ornamentación dorada centelleaba...

Teatro de los Estados (sala de butacas).jpg


Al leer este otro párrafo "...cada vez me parece más como si no hubiera tiempo, sino diversos espacios, imbricados entre sí, entre los que los vivos y los muertos, según el talante en que se encuentran, van de un lado a otro...", me he preguntado si será por esto que los edificios tienen tantísima importancia en la novela, sí será el recurso de Sebald para hacernos sentir esa anulación del tiempo dejando como única realidad los espacios en que han sucedido las cosas. :roll:

Ceinwyn escribió: 05 Feb 2021 09:56No participo
Pues no te cortes y échate al ruedo :wink:.
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Ivanovich
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Re: Austerlitz - W. G. Sebald

Mensaje por Ivanovich »

jilguero escribió: 05 Feb 2021 20:23En esa parte, cuando describe a lo alemanes, mi sensación es que momentáneamente se diluye la magia, que suena más a otras historias ya leídas, pero no dura demasiado.
Algo parecido comenté yo a raíz de mi primera lectura, que anda por la primera página del hilo, hermana.
Pero para mi la verdadera magia de Austerlitz está en la forma en que Sebald construye la novela. Sí, porque la trama central, la parte, diría, “intensa” (investigación para recuperar las raíces familiares), tiene un papel que casi me atrevería a llamar “secundario”. O por lo menos para mi lo ha sido. La búsqueda de las raíces familiares, que da lugar a recuerdos fragmentados que van surgiendo al hilo de la novela, no se hace patente hasta bien entrado el libro y su importancia decae incluso en la parte final. Utilizando una metáfora ciclista, el libro tiene una primera etapa en llano, una de alta montaña y termina otra vez en llano. Y es (para mí) en las etapas de llano donde está la esencia del libro.
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jilguero
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Re: Austerlitz - W. G. Sebald

Mensaje por jilguero »

Ivanovich escribió: 06 Feb 2021 13:09 Algo parecido comenté yo a raíz de mi primera lectura, que anda por la primera página del hilo, hermana:

Pero para mi la verdadera magia de Austerlitz está en la forma en que Sebald construye la novela. Sí, porque la trama central, la parte, diría, “intensa” (investigación para recuperar las raíces familiares), tiene un papel que casi me atrevería a llamar “secundario”
No la había leído o no me acordaba ya. Pero tienes razón: la trama es casi la excusa par ir soltando multitud de sensaciones del autor, vividas en persona o a través de lecturas, pero engarzadas de forma que resulten coherentes para un tercero: el lector.

Un buen ejemplo de esto, del tramo que he leído hoy, es lo que nos narra de cuando viaja a Marienbad con su amiga Marie.

Marienbad.jpg
Osborne- Balmoral.jpg


Nos dice: “En algún momento del pasado, pensé, he cometido un error y ahora estoy en una vida falsa.”. Y a partir de ahí entra en un estado de ensimismamiento que, poco después, usa Sebald para poner en boca de Marie, por paralelismo, el estado de Schuman ya internado, de cómo su esposa Clara y el joven Brams lo visitaban; y cómo a veces no era posible hablar con él porque estaba muy ido, lo miraban por la mirilla de la puerta de su habitación; narración que, a su vez, hace que Austerlitz se acuerde de un viejo palomar abandonado, en cuyo interior había visto palomas con una suerte de demencia senil que se le antoja similar a la locura de Schuman. Sí, es una maravilla ver cómo va tirando de la hebra y cambiando de un hilo a otro sin que casi nos demos cuenta de la transición.

Y de nuevo tenemos otro momento “cúpula” (me duelen ya las cervicales de mirar tanto hacia arriba :cunao:) cuando sale otra vez de Praga en tren, tal como hizo de niño, haciéndolo desde la estación Central: “...desde el que podía ver, hacia arriba, la poderosa cúpula de la anterior estación Wilson […] A lo largo del semicírculo del borde de la cúpula corría una galería en la que habían puesto mesas de café. Allí […]estuve sentado media hora aún, hasta la salida de mi tren, intentando remontarme hacia atrás por los decenios, acordarme de cómo era cuando, en los brazos de Agáta -eso, dijo Austerlitz, me lo había contado Véra-, casi me descoyuntaba el cuello porque no quería apartar los ojos de la cúpula que, enormemente lejana, se curvaba sobre nosotros.”. Y en ese viaje, hay bonitos pasajes, como este que cito, describiendo lo que divisa desde la ventanilla de tren: “No podía apartar los ojos del río que fluía en el crepúsculo pesadamente, de las gabarras que, aparentemente inmóviles, yacían sobre el agua hasta el bordillo, de los árboles y arbustos de la otra orilla, el fino rayado de los viñedos, las líneas transversales más claras de los muros de apoyo, las grises rocas y quebradas que, hacia un lado, llevaban a un reino, según pensé, prehistórico e inexplorado.”.

Estación Central de la Wilsonova.jpg


Y tremendo la vuelta a Tejerín, esta vez de la mano de lo que Austerlitz nos cuenta de lo que ha leído a Adler, con la puesta en escena que se hizo en el campo, llevándose incluso a los menos presentables del gueto, para la visita de la comisión de la Cruz Roja. Tan contentos quedaron los alemanes que hasta hicieron una película propagandística de su buen hacer. He buscado lo de la película (mi ignorancia no tiene límites) y ocurrió tal cual. Y eso, de que cuando buscas las cosas te des cuenta de que la inmensa mayoría son reales, hace que te genere casi la duda de que no lo sea también el propio Austerlitz y su historia. Porque Sebald no solo hace visible y da credibilidad a base de manchas de azafrán, sino a base de meter realidad a gogó.

Y enfilando ya el tramo final, lo he dejado en París tras la huella de ese Maximilian ataviado “con su bonito traje cruzado de color ciruela y su sombreo de terciopelo negro”. Ya casi solo me queda ver cómo mañana remata la faena o, siguiendo tu símil ciclista, entra en la meta. No me acuerdo de nada (es increíble lo mal que leí este libro la primera vez), pero supongo que será como el poema de Kavafis:
Pide que el camino sea largo
[...]
Itaca te brindó tan hermoso viaje.
Sin ella no habrías emprendido el camino.
Pero ya no tiene nada más que darte.

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Re: Austerlitz - W. G. Sebald

Mensaje por Ivanovich »

jilguero escribió: 06 Feb 2021 19:48 No la había leído o no me acordaba ya. Pero tienes razón: la trama es casi la excusa par ir soltando multitud de sensaciones del autor, vividas en persona o a través de lecturas, pero engarzadas de forma que resulten coherentes para un tercero: el lector.

Un buen ejemplo de esto, del tramo que he leído hoy, es lo que nos narra de cuando viaja a Marienbad con su amiga Marie.

Sí y no, hermana -lo de tener razón yo, que dices tú- porque al final todo es un conjunto, y es esa historia de Austerlitz la que explica el poso de soledad que va dejando toda la narración con ese estilazo que tenía Sebald al escribir. ¡De cuánta maravillosa literatura nos privó su prematura muerte!

Camino de vueta a Inglaterra, en tren, el mismo recorrido que hizo de niño; la ansiedad persiste, aunque ya conoce la causa, quizá porque la conoce "... me acometían de noche los terribles estados de ansiedad, que a veces duraban horas y horas y continuamente se intensificaban. Evidentemente me servía de poco haber descubierto las fuentes de mi trastorno y, mirando atrás en los años anteriores, pudiera verme con la mayor claridad como un niño apartado de la noche a la mañana de su vida habitual: la razón no podía nada contra el sentido de rechazo y aniquilación que siempre había reprimido y ahora brotaba en mí con violencia".
jilguero escribió: 06 Feb 2021 19:48 Marienbad

El balneario. Para mi, siempre asociado a Goethe y el apasionado amor extemporáneo, de senectud que, a sus 74 años, sintió por Ulrike von Levetzow (17) un verano de 1823.

Veo que estás a punto de acabar Austerlitz, y lo has leído con pasión, como se leen esos libros inolvidables. Me alegro mucho, hermana. Aquí se separan nuestros caminos en este hilo, espero verte pronto en el de yo pregunto, tú contestas :P :hola:
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Re: Austerlitz - W. G. Sebald

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Ivanovich escribió: 06 Feb 2021 20:47 ...al final todo es un conjunto, y es esa historia de Austerlitz la que explica el poso de soledad que va dejando toda la narración con ese estilazo que tenía Sebald al escribir.
Pero tal vez por la forma en que lo hace ese poso de soledad, al menos para mí, mas que pesarme me deja en una actitud receptiva a disfrutar de todo lo que me rodea, a pensar que la realidad/vida está llena de entresijos tan insondables como bellos.
*****

Las bibliotecas, en general, los libros, en particular este, tienen algo de laberinto:
Durante la semana iba a diario a lá Bibliothéque Nationale en la rue Richelieu, donde casi siempre permanecía en mi sitio, en muda solidaridad con los muchos otros trabajadores intelectuales, perdiéndome en las notas de letra pequeña de las obras que consultaba, en los libros cuya mención encontraba en esas notas, así como en los de las notas de estos libros, retrocediendo así cada vez más, de las descripciones científicas de la realidad a los detalles más raros, en una especie de regresión constante que se reflejaba en la forma pronto confusa de mis notas, cada vez más ramificadas y divergentes.

Laberinto en el que te puedes sentir prisionero o perdido, o bien como en un paraíso del que no querrías salir nunca:
No pocas veces me preocupaba entonces la cuestión de si, en aquella sala de biblioteca, llena de ligeros zumbidos, crujidos y carraspeos, me encontraba en la Isla de los Bienaventurados o, por el contrario, en una colonia penitenciaria.

Biblioteca Nacional.jpg
Antigua Biblioteca nacional.jpg


...vi una vez, en un documental en blanco y negro sobre la vida interior de la Bibliothéque Nationale, cómo los mensajes neumáticos pasaban rápidamente de las salas de lectura a las estanterías, a lo largo de un sistema nervioso por decirlo así, y cómo los investigadores, vinculados en su conjunto con el aparato de la biblioteca, formaban un ser muy complejo y en continuo desarrollo, que necesitaba alimentarse de miríadas de palabras para poder producir a su vez otras miríadas de palabras.



Llegada al final me siento extraña, como si estuviera flotando; para evitar esa suerte de vértigo me agarro a esta imagen que me atrapó la primera vez y lo ha vuelto a hacer ahora:
Había descubierto el cementerio, dijo Austerlitz, del que, como sospechaba ahora, solían volar las polillas a su casa, sólo unos días antes de su partida de Londres, cuando el portal empotrado en el muro, por primera vez en todos los años que había vivido en la Alderney Street, estaba abierto. Por dentro paseaba una mujer de quizá setenta años, llamativamente pequeña, guardiana del cementerio, según resultó, en zapatillas, por los caminos que había entre las tumbas. A su lado, casi tan alto como ella, iba un perro pastor belga, ya canoso, que respondía al nombre de Billie y era muy tímido. A la clara luz de la primavera, que brillaba a través de las hojas de los tilos recién abiertas, se hubiera podido pensar, me dijo Austerlitz, haber entrado en un cuento de hadas que, como la propia vida, envejeciera con el paso del tiempo.

Me quedo, pues, paseando entre las tumbas en compañía de esa mujer llamativamente pequeña y ese perro, canoso y tímido, que es casi tan alto como ella :chupete:.

Gracias, Ceinwyn, Ivanovich, por haber reflotado el hilo y propiciar que lo haya (re)leído como se merece; gracias, Ivanovich, por haberme acompañado durante el viaje.
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Re: Austerlitz - W. G. Sebald

Mensaje por ratonB »

Lo empiezo. :101: :101: :101:
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Re: Austerlitz - W. G. Sebald

Mensaje por ratonB »

magali escribió: 05 May 2021 20:12 Apuntado :lista:
¿Lo leiste al final? Si no, hazle un hueco. Es una novela rarita, ahora te cuento.

Me enfrentaba a Austerlitz casi a ciegas y la verdad que lo he disfrutado. Un narrador testigo que ni pincha ni corta, mejor dicho narrador oyente, porque se limita a contar las parrafadas de Austerlitz a lo largo de varias décadas, un niño de la guerra en busca de respuestas y de lo que no digo nada más. Es desgarradora, como todas las lecturas sobre el holocausto.

Pero lo que llama la atención son las formas, las interminables, preciosistas y encadenadas descripciones de lugares y objetos acompañadas de fotografías. Al principio me parecía una linda guia turística, pero conforme avanza y vas reuniendo detalles aumenta el interés hasta llegar a un punto que me fue imposible dejar de leer.

No he dejado de preguntarme el porqué de tantas descripciones "sin venir a cuento". Aunque me queda más de una inquietud, sospecho sus razones.
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Re: Austerlitz - W. G. Sebald

Mensaje por Aben Razín »

ratonB escribió: 04 Oct 2023 21:46 ¿Lo leiste al final? Si no, hazle un hueco. Es una novela rarita, ahora te cuento.

Me enfrentaba a Austerlitz casi a ciegas y la verdad que lo he disfrutado. Un narrador testigo que ni pincha ni corta, mejor dicho narrador oyente, porque se limita a contar las parrafadas de Austerlitz a lo largo de varias décadas, un niño de la guerra en busca de respuestas y de lo que no digo nada más. Es desgarradora, como todas las lecturas sobre el holocausto.

Pero lo que llama la atención son las formas, las interminables, preciosistas y encadenadas descripciones de lugares y objetos acompañadas de fotografías. Al principio me parecía una linda guía turística, pero conforme avanza y vas reuniendo detalles aumenta el interés hasta llegar a un punto que me fue imposible dejar de leer.

No he dejado de preguntarme el porqué de tantas descripciones "sin venir a cuento". Aunque me queda más de una inquietud, sospecho sus razones.
Te iba a seguir, @ratonB :60: , pero tu comentario paraliza mis intenciones.
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Re: Austerlitz - W. G. Sebald

Mensaje por Aben Razín »

Lo acabo de sacar de la biblioteca y he leído los comentarios de este hilo. Me voy a sumergir en el fondo de la novela. Es mi primer Sebald y espero que no defraude, :roll:
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Re: Austerlitz - W. G. Sebald

Mensaje por Aben Razín »

Terminado.

El sentido de la novela lo he empezado a captar en las últimas veinte páginas de la novela, de manera que ya se puede alguien imaginar cuál ha sido mi ritmo y marcha a lo largo de las páginas de esta obra que, por otro lado, le concedo que está muy bien escrita, pero algo de meta literatura tiene, y no estoy, en estos momentos, por la labor. Este desdichado Austerlitz no deja de jugar el papel de un testigo mudo de una realidad social y política bastante incomprensible que se la encontró hecha y cocida, como otros millones de habitantes de la Europa del siglo XX.

Hay un deseo hermenéutico de entender, desde los ojos de un niño, la realidad ilógica de lo que sucedió o, quizás, tampoco sea eso, sino una descripción continua y con saltos temporales de lo que iba sucediendo para que nada se olvidara y para que, también, no olvidemos en unos tiempos tan convulsos como éstos. En cualquier caso, toda esta ornamentación literaria, necesaria desde el punto de vista del autor, me ha hecho perderme en el marasmo de los acontecimientos que narra.

Decir que me ha gustado sería excesivo, pero tampoco que me ha disgustado, :lista:

Saludos, :hola:
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