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Lo importante está a veces en los detalles. Hoy he leído un capítulo y me ha parecido curiosa la historia
respecto a que ella en la Universidad era una especie de paria precisamente por estudiar, en vez de pasárselo bien y dedicarse a encontrar marido, y cómo sube su popularidad al saber que irá a Yale porque la han invitado al baile de graduación.
Veo al personaje como en una contradicción permanente entre lo que desea (estudiar, escribir, realizarse) y lo que se supone que debe hacer, y para lo que la han educado, que es para encontrar un hombre y casarse, a ser posible con un buen partido, y al fin y al cabo ella también parece que lo desea, de ahí las ganas de
ir a Yale al baile de graduación.
Bajo tierra seca de César Pérez Gellida. Recursos inhumanos de Pierre Lemaitre.
Bueno chicos. ¡Por fin! Llevaba como 3 semanas en crisis. No podía leer nada. Ni concentrarme bien.
Y Sylvia ha hecho su magia.
Me gusta mucho cómo escribe, su alter ego. La personalidad que transluce de una chica tan honesta y fresca, su flujo de pensamiento, sus sencillas deducciones tan acertadas y fieles al sentido común y las metáforas. Amo mucho sus metáforas:
Un silencio denso como la maleza de la jungla.
Una música que te inunda como un aguacero.
Su ironía:
Es increíble la cantidad de chicos universitarios que no beben ni fuman y, por lo visto, yo los conocía a todos.
Había imaginado que Buddy se enamoraría de mí y no tendría que preocuparme más de lo que haría los sábados por la noche del resto del año
Sabía que a pesar de todas las rosas, los besos y las cenas en restaurante que un hombre prodigaba a una mujer antes de casarse con ella, en el fondo estaba deseando que acabara la ceremonia de la boda para tumbarla en el suelo y pisarla como si fuera el felpudo de la cocina de la Señora Willard
Su firme convicción de no dejarse arrastrar por todo lo que ve en su entorno. Esa clarividencia. Con 19 años.
Fantástico fantástico. Va saltando en el tiempo introduciéndote historias pasadas con la suavidad de la mantequilla. Muy bien muy bien.
Silba la calandria y nos sorprende en vela, amuchados, con ganas de seguir.
Arden escribió: ↑24 Abr 2024 22:08
A mí me encanta como fluye, y la ironía con que cuenta las cosas.
Lo surrealista de las situaciones a veces me desconcierta y me divierte a partes iguales
Estoy de acuerdo contigo, Sylvia Plath tiene un estilo que atrapa, con ese punto irónico y en cierto modo sorprendente. Hay situaciones de las que la protagonista escapa por los pelos y que sin embargo tienen un punto humorístico que podría hasta parecer inadecuado.
Por otra parte, me parece que en esta parte de la novela la protagonista, como decías no sabe bien lo que quiere. Personalmente cualquiera de los dos modelos, aunque Plath ridiculiza uno, me parecen aceptables, incluso diría que sin ser extremistas podrían ser compatibles. El problema principal es que se siente atraída personalmente por uno y su núcleo familiar y de compañeros a otro, y ella no se decide.
No he leído la novela —sí algo de su poesía—, pero me enteré de que el pasado lunes se celebraba cerca de casa la reunión de un club de lectura que se iba a dedicar a este libro, así que pregunté si podía asistir sin haberlo leído, porque el tema me interesa, y me aceptaron. Todas las participantes eran mujeres, quince en total, de diferentes edades y nivel social, aunque la mayoría tenía estudios. Catorce habían disfrutado mucho de la lectura, hablaban del libro de forma entusiasta, pero a una de ellas le había impactado muchísimo; iba a ser un antes y un después en su vida. Solo a una no le había gustado. De las quince, era la única sin estudios; se dedica a pintar uñas, y las suyas eran realmente bonitas.
Antes de la reunión, pero después de haber terminado el libro, la mayoría había visto una conferencia de Laura Freixas sobre la obra y Sylvia Plath —habían compartido el enlace en el grupo de WhatsApp del Club—, y comentaban que es de visionado obligado: a todas (igual eran diez las que la habían visto) les había ayudado a comprender mejor el libro. Estaban entusiasmadas con la conferencia. La dejo aquí por si a alguien le interesa:
También hablaron de un documental titulado Sylvia Plath: Dentro de la campana de cristal, que sí que he visto y que me parece una maravilla. Es una disección meticulosa de la novela, con participación de gente cercana a Sylvia Plath y que en algún caso fueron la inspiración de varios personajes de la obra. Gracias a que lo había visto pude participar en el debate, además de porque yo era el único hombre en la sala y el tema de la novela es una cuestión feminista, y claro, me hicieron algunas preguntas. Está en Filmin.
Fue un debate muy agradable. Se comentaron muchas cosas que me guardo porque estáis en plena lectura y ellas ya lo habían terminado.
Última edición por Jeeves el 25 Abr 2024 11:45, editado 1 vez en total.
Muchas gracias @Jeeves por la información, me parece muy interesante.
Hoy he avanzado un poco en la lectura.
Hay un par de páginas que me han encantado. Reflexiona sobre los caminos que puede tomar y lo que quiere hacer, y desde luego no quiere recibir lecciones de taquigrafía para ser una buena secretaría de un joven ejecutivo, que parece que es el único camino posible para una mujer universitaria, para lo que le puede servir el título, ella lo que quiere es ser ese joven ejecutivo, y es lo que se le tenía vetado a una mujer, y después la metáfora de la higuera y los higos me ha gustado mucho. Es algo totalmente normal para alguien tan inteligente y a la que le interesan tantas cosas, tener muchos caminos que le llamen la atención y que le gustaría hacer, pero después te topas con la realidad de su sexo y del momento que le ha tocado vivir...
Bajo tierra seca de César Pérez Gellida. Recursos inhumanos de Pierre Lemaitre.
Tienes razón, @Arden, hacer abstracción del momento en que vive la protagonista es un error. Eso le condiciona de forma muy importante, sobre todo cuando es una figura que debería ser de referencia, como su madre, le hace unas recomendaciones tan alejadas de sus objetivos personales.
Bueno, qué interesante, @Jeeves
Hoy mismo voy a intentar ver la conferencia, porque me interesa mucho cómo se puede salir una persona en su momento y con su entorno tanto de la norma, tener esa clarividencia.
Es fantástico.
Y luego comparar con su alter ego, ver cómo transcurrieron sus planteamientos aplicados a su propia vida.
El libro es estupendo, de verdad lo digo. Es muy refrescante, está muy bien planteado.
La metáfora de los higos, @arden es verdad. Ahora, desde mi perspectiva, en el que puedo elegir comerme 2 o 3 .... aunque sigue siendo una falacia todo o que nos rodea a nosotras y a nuestra libertad.
Silba la calandria y nos sorprende en vela, amuchados, con ganas de seguir.
Terminada. Me gustaría compartir mis impresiones:
La novela me ha parecido a ratos desconcertante, a ratos sarcástica e incluso ha tenido momentos en que me he indignado. Está escrita en clave autobiográfica y relata unos años de la juventud de la autora, bajo el nombre de Esther Greenwood, una chica muy inteligente que vive en la sociedad americana de los 50, tremendamente represiva para las mujeres.
Esther se debate entre seguir la norma y casarse y formar una familia o estudiar y ejercer una profesión. Lo primero que me llama la atención es que no se contempla la posibilidad de una vía intermedia, pero claro no debemos olvidar que se trata de hace casi un siglo y no debemos perder la perspectiva histórica. Gracias a Dios algo hemos evolucionado desde entonces en Occidente. En cierto modo su lectura me ha servido para reflexionar sobre cómo eran tratadas las mujeres, lo que hemos avanzado y lo que nos queda…
La novela a veces se me ha hecho un poco lenta, sin embargo, Plath escribe con un tono sarcástico, que si bien no te sacará una sonrisa, el drama que contempla es tremendo; sí que te hace empatizar con Esther.
Los personajes secundarios son algo arquetípicos, el chico chulito y fantasma, el matón con derecho de pernada, el doctor chapuzas y la doctora buena y eficiente.
Sobre todo en la segunda parte, la he leído con un nudo en la garganta, e incluso el final ha sido como dejarme pendiente en el vacío. Un dato muy importante para leer esta novela es que Sylivia Plath era bipolar y en esos momentos los tratamientos no estaban muy avanzados.
Resumiendo, nunca va a ser mi novela favorita, pero me alegro de haberla leído. Cómo me gustaría que alguien escribiera una novela en la que se reflejaran los problemas laborales de las mujeres de hoy día, pongamos de una médico de la Seguridad Social en… digamos Madrid.
violación. Ella sale viva de milagro, él la amenaza con romperle el cuello, y vuelve tapándose los pechos como puede porque se le ha roto el vestido, pero parece que lo de denunciar no era una opción, lo cuenta como algo digamos "normal", por lo que una chica podía pasar y sin más.
Después, viene para mí lo desconcertante, por ser un terreno totalmente desconocido para mí, y es el tema de la salud mental. Pasa de ser una estudiante magnífica a volver a casa y hundirse por completo. Y ya lo horrible, y me he quedado ahí, es el tema de
los tratamientos con electroshocks, que igual servían para un roto que para un descosido, porque se usaban también para las terapias de conversión en homosexuales, por cierto se siguen usando en gran parte del mundo.
Y ahí me he quedado, alucinando con lo que se hacía para "curar" a una persona con problemas mentales.
Bajo tierra seca de César Pérez Gellida. Recursos inhumanos de Pierre Lemaitre.
El tratamiento con electroshock está indicado en determinadas dolencias siquiátricas. A mí me sorprendió tanto como a tí, pero consultándole a mí hija médico me ha informado que se sigue haciendo, bajo ciertas circunstancias y previa sedación. Me comentaba que por las razones que comentabas está algo demonizado , pero que es efectivo como tratamiento. Como digo en determinadas circunstancias para pacientes siquiátricos.
He seguido y la parte de la enfermedad mental es muy triste,
esos intentos o ganas de suicidarse de tantas formas, tampoco se explica por qué, no tengo idea ni conocimiento sobre el tema así que no quiero decir nada para no decir una burrada, y después acabar en el psiquiátrico.
En alguna cosa me recuerda a Virginia Woolf en ese aspecto de la enfermedad mental, y de hecho ambas autoras se suicidaron.
Bajo tierra seca de César Pérez Gellida. Recursos inhumanos de Pierre Lemaitre.
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