Ivanovich escribió: ↑10 May 2022 15:14
Tenía Ángel Gabilondo, creo que en El País, un blog en el que publicaba artículos que me resultaban muy interesantes. Se llamaba El Salto del Ángel. Creo que se recopilaron en un líbro con el mismo título. Era un espacio de reflexión, de pensamiento. Me resultaba muy placentero leer lo que Gabilondo escribía en aquel blog, sobre temas de todo tipo. Leer sus artículos implicaba cierto reto, utilizaba un estilo
proustiano aplicado al pensamiento, con fraseo largo y bien construido, que no era sencillo de leer. Mi amigo Rober, un tipo bastante inteligente con quien compartía rutas de senderismo en el grupo de LPV (le gustaban los retos, las rutas con cierta dificultad), me puso en duda, cierto día, el interés de los artículos de Gabilondo. Él opinaba que se podían decir las mismas cosas de forma mucho más sencilla. Yo le comenté que sí, y que también se podía subir a los picos por el lado más sencillo o hacer rutas de menor dificultad. He recordado aquella conversación a la luz de vuestro debate.
Repito: la dificultad, el sudor y el sufrimiento son parte intrínseca de hacer ejercicio físico; si no quieres sudar ni que te duelan los músculos ni cansarte, no te gusta hacer ejercicio. No hay uno sin el otro.
En el caso que nos ocupa, mi primer comentario fue esto:
J. F. des Esseintes escribió: ↑09 May 2022 12:21
Scharlach escribió: ↑24 Mar 2022 23:22Todos lo comentarios empiezan y el tuyo no es una excepción, con que les parece insufrible su lectura inicial, pero la segunda da un atisbo de esperanza
O dicho con otras palabras: que si una serie de señores muy sabios y muy expertos no llevasen un siglo dando la matraca con que para entender Ulises hay que ser muy listo (es decir, que si no te gusta Ulises es porque no lo has entendido... o sea porque eres tonto) prácticamente nadie habría hecho el
esfuerzo de leerlo esa segunda vez... ni de pasar del segundo capítulo.
Leer novelas no hace a nadie más sabio, ni gustarte o no gustarte determinadas novelas te hace más o menos tonto, ni por supuesto que una novela no te guste significa que no la "entiendes".
Esfuerzo, sacrificio, aventura, metáforas y comparaciones con el alpinismo, con la lucha, arduas y penosas lecturas que hay que acometer con la ayuda de guías o de compañeros de penurias... ¿de verdad merece la pena? ¡Que es solo una novela! ¡Que no sois mejores personas por leerla ni peores por no hacerlo!
La clave del asunto es que para mucha gente (para casi toda, creo yo) la lectura de Ulises es aburrida, es un coñazo que (casi) nadie entiende. Aburrirse no es parte intrínseca de la literatura de ficción, ¡es lo opuesto! Una cosa es que un autor exija mucha atención, concentración, leer sin prisa... como pueda ser el señor que dices, o Proust, o Woolf, y otra muy diferente que sea un puto coñazo en el que no te enteras de nada. No sé tú pero yo no me aburro ni un segundo leyendo a Proust o a Faulkner o al de Bajo el volcán, no recuerdo su nombre.
Cuando un libro te parece un soberano aburrimiento lo que haces, porque es LÓGICO, es dejarlo y pasar a otro que sí te entretenga, te divierta, te emocione, etc. Porque no se me ocurre otro motivo para leer literatura de ficción, de verdad.
Sin embargo, como este libro se llama Ulises y los EJPERTOS dicen que es una de las cumbres de la literatura universal, mucha gente se encabezona en acabarlo, lo retoma al cabo de los años, se pelea con él durante meses, acude a la ayuda de una GUÍA DE LECTURA
porque hey, los EJPERTOS dicen que HAY que leer Ulises, Ulises no puede no gustarte salvo que no lo entiendas porque eres tontico.
Hay gente que disfruta Ulises a la primera (y sin ayuda de un tutor), hay gente que no se encuadra en lo que he descrito, etc... Pero la mayoría de gente sí, como parece indicar este mismo hilo.
El problema con Ulises no es que tenga una sintaxis muy barroca, ni que tenga súbitos cambios de narrador, ni que la trama sea difícil de seguir... su problema es que está REPLETO de notas al pie, algunas de cuatro o cinco líneas, otras de media página... Y esas notas no son anecdóticas o prescindibles, todo lo contrario: son IMPRESCINDIBLES para desentrañar una lectura que es enormemente compleja y críptica para cualquiera, pero muchísimo más para alguien que no domine por completo el inglés (un libro cuya gracia es básicamente jugar con el lenguaje, ya me dirás tú cuántas explicaciones del traductor te van a hacer falta), que no sea irlandés, que no viva a principios del s XX, que no conozca la historia de Irlanda.
Así que al final, de cada media hora leyendo, diez minutos los pasas leyendo no al autor sino al traductor, explicándote el sentido de los chistes y juegos de palabras, la multitud de oscuras referencias históricas, literarias, políticas... en resumen las sutilezas, guiños, bromas, citas, etc. que pueblan un texto que es más subtexto que texto.
Me atrevo a decir que es prácticamente imposible que nadie disfrute leer un libro así salvo que tenga el bagaje y el conocimiento necesario para "pillar" ese subtexto sin que se lo indiquen. Y... este hilo parece indicarlo así, repito.
Además voy a decir que leer traducido un libro que, insisto, consiste en jugar y experimentar con el lenguaje... bueno, de por sí ya es una experiencia mermada.
Por eso no me canso de decirlo: que son novelas solo. Que es un entretenimiento, un divertimento. Yo por lo menos disfruto mucho más la literatura cuanto más le he ido quitando todo resto de presunto misticismo, toda supuesta cualidad sagrada, toda labor "educativa". Para educarse lee uno un manual de historia medieval, o lee a Hegel, y ahí sí tiene sentido sufrir y aburrirse porque eso no se lee para divertirse, se lee para adquirir conocimiento.