Llevo tres capítulos. Voy lento por razones de trabajo y otros líos, y tampoco he tenido tiempo de comentar nada por aquí hasta ahora. He leído rápidamente algunos de vuestros comentarios y me va a ser difícil no repetir alguna de las alabanzas hacia esta novela. Así que abrevio: GUAU. Eso creo que no lo ha dicho nadie.
Lo primero que me ha llamado la atención es que la novela fluye desde el principio. Me explico. Yo soy muy analítico leyendo, o viendo cine, o escuchando música. A veces me jode porque me fijo más en las tripas de la escritura que en la narración en sí. No sé, es incómodo, pero me pasa mucho, sobre todo si la novela no termina de engancharme. Voy a poner un ejemplo. Hace años intenté leer un libro de Almudena Grandes y desde el principio empecé a obsesionarme con el número tres
. Tríadas. “Bla bla bla quedó absorto, petrificado, paralizado...”. Todo así. Acabé contando palabras en vez de fijarme en la trama
. Almudena Grandes construye sus frases alargándolas artificialmente con tres adjetivos, tres nombres, tres verbos, da igual. Tres sinónimos forzados. Una desperdicio de papel y de mi tiempo
. ¿Qué pasa con
Stoner? Nada, no pasa nada de eso. Es lo opuesto. He apuntado una frase de
@Ceinwyn que describe perfectamente el estilo de John Williams:
Me resulta muy agradable cuando alguien es capaz de perfilar tanto y tan bien pensamientos y emociones.
Es exactamente eso. Qué bien visto y explicado. Con un adjetivo preciso, o confrontando dos ideas contrapuestas que, unidas, potencian tu imaginación, consigue despertar tu instinto de lector y que disfrutes: “era extraordinariamente vanidoso y
estaba consumido por su propia importancia”, o “Edith tocaba para él [el piano] mientras él escuchaba y observaba sus manos
moverse sin vida sobre las teclas.” Con esta forma narrativa tan elaborada cada frase se multiplica en tu cabeza, no en el papel. Es, convenientemente estilizado, lo que decían los surrealistas sobre la unión casual de dos objetos aparentemente opuestos y que tu imaginación se encarga de unir para ofrecer algo nuevo e insólito. En
Stoner sucede que nos sirve para tener una perspectiva de los personajes y de las situaciones más compleja de lo habitual. Ponemos mucho de nosotros ante esta narrativa escueta pero tan afilada y tan sugestiva. Y por tanto todo fluye, se produce una unión perfecta entre autor y lector, hay un hilo invisible entre un libro que te ofrece unas claves y un cerebro que traduce para construir un universo complejo. Y así te metes de lleno en la historia. Te olvidas de cómo está escrito y disfrutas.
Me da mucha rabia no poder avanzar lo rápido que me gustaría. Pero la próxima semana espero tener más tiempo y dejarlo listo en pocos días.