A mí también me está pareciendo muy agradable la lectura.
He terminado la segunda parte que cuenta los primeros años de la vida, profesional sobre todo, de Henry James, con sus intentos sin mucha suerte de abrirse paso en el mundo del teatro. Sus relaciones personales se centran en las que mantuvo con su gran amigo du Marier y la escritora Constance Fenimore, una especie de novieta con la que mantuvo una relación de algo más que amistad y los historiadores no tienen nada claro si se comieron alguna rosca, parece que no, los muy pamplinas.
Aparecen infinidad de escritores e intelectuales de la época, con muchos de ellos mantuvo alguna relación, a veces solo epistolar. De la de chismes que te enteras; a Oscar Wilde no lo tragaba, a Rider Haggard lo envidiaba, Maupassant le oarecia un salido...
Quien no ha hecho aparición aun es Edith Warthon. Debe hacerlo en la tercera parte que empiezo ya e imagino que será la del éxito profesional de H. James,