Foro, que no blog, en el que escribir sobre todo lo que se os ocurra referente a libros que hayáis leído, o no, y sus autores. Somos afiliados de Amazon.
Fermín parece que no tiene suficiente con Teresina, que también ha tenido relaciones con Petra. Y luego el hipócrita se queja de Ana con Álvaro... Bueno, ha llegado a un momento en el que parece que le va a dar un parraque. ¡Casi se pega un hostión por ahí con la sotana el día de la tormenta porque va buscando a Ana como un loco pensando que estará con Mesía a solas! Iba más preocupado que el marido.
También es digno de comentar el momento de
la procesión con Ana descalza. Esa fue la gran atracción del año en Vetusta. Además, vaya momento, cuando Ana ya no sabe ni lo que creer y sabe lo que el magistral siente por ella. De todas formas, ¿alguna vez esta mujer de verdad sintió sentimientos religiosos? Porque mucho énfasis, mucha palabrería y mucho pensar, pero para mí que es más por aburrimiento que otra cosa. Cuando ve a Mesía no piensa en nada de eso. Bueno, ya directamente es que hace bastantes páginas que pasa del magistral. Además de que le da asco, vamos.
No he terminado el capítulo,
Mesía justo se le acaba de declarar, y como están en esta villa alejada de Vetusta, pues seguro que va a pasar algo interesantísimo (aunque ya me puedo imaginar qué).
Ah, momentazo también con lo de la liga roja de Petra en la cabaña. Vamos, que el marido de Ana también se la había visto...
Qué mundo tan hipócrita describe Clarín. Porque todos son así, TODOS. No se libra ni uno de los personajes de ser un auténtico farsante, incluyo a Ana.
Quizás el hombre este que murió borracho y arruinado por la iglesia fue el más coherente.
Percibo _o me resulta evidente_ que todo lo demás de Leopoldo Alas está a la sombra de La Regenta, como si fueran unas meras obras menores de su autoría.
Empezaría para finales de enero o principios de febrero. Todavía no lo sé con seguridad. Por eso dejé marcados los hilos, por si se mueven que no se me pase.
Bueno, estoy releyendo estos días "La Regenta", Llevo lo que podría ser un tercio, los primeros diez capítulos de los treinta que la componen, y, realmente, a mí me parece un texto espectacular. No es ya el famosísimo capítulo del Casino, justamente celebrado. Es que el siguiente, el dedicado al palacio de los Vegallana no le va a la zaga. Es que el capítulo post-confesión en la fuente está a la altura. Es que el del teatro y el del jardín, y el encuentro nocturno en sombras sigue en idéntico nivel.
Pero, sobre todo, el retrato que va haciendo Clarín de Ana Ozores me parece tan amplio como hondo. No es meter un mundo social en la redoma de una novela. Es meter el mundo interior de una persona concreta, de carne y hueso y con biografía.
Mariela escribió: ↑23 Ago 2018 20:30
Aquí estoy, aunque casi casi tengo abandonada La Regenta porque se me ha cruzado El disputado voto del Señor Cayo de Delibes. Pero vuelvo a retomar a Clarín para irlo leyendo a mi ritmo, así que con suerte, puede que lo termine para finales de año.
Para mi gran vergüenza debo decir que cuatro años después La Regenta sigue tal cual la dejé...
"He buscado el descanso y sólo lo he encontrado en un rincón leyendo un libro" (Tomás de Kempis)
Mariela escribió: ↑23 Ago 2018 20:30
Aquí estoy, aunque casi casi tengo abandonada La Regenta porque se me ha cruzado El disputado voto del Señor Cayo de Delibes. Pero vuelvo a retomar a Clarín para irlo leyendo a mi ritmo, así que con suerte, puede que lo termine para finales de año.
Para mi gran vergüenza debo decir que cuatro años después La Regenta sigue tal cual la dejé...
Mariela escribió: ↑23 Ago 2018 20:30
Aquí estoy, aunque casi casi tengo abandonada La Regenta porque se me ha cruzado El disputado voto del Señor Cayo de Delibes. Pero vuelvo a retomar a Clarín para irlo leyendo a mi ritmo, así que con suerte, puede que lo termine para finales de año.
Para mi gran vergüenza debo decir que cuatro años después La Regenta sigue tal cual la dejé...
Bueno, pero si es por Delibes se puede perdonar lo de dejar La Regenta. Es mucho Mesía don Miguel también.
Yo voy avanzando poco a poco. En su momento me pareció una lectura estimulante... Pero, francamente, en esta relectura es que me está pareciendo una barbaridad de novela. Pero una auténtica barbaridad. Por amplitud, por riqueza, por hondura. Desde lo macro hasta lo micro. Desde la arquitectura hasta la orfebrería. Es un alarde impresionante. Sales de un capítulo con chiribitas en los ojos y resulta que el que le sucede es todavía mejor. El capítulo XIII, el de la comida en el palacio del marqués, la escena del columpio y la marcha hacia el Vivero...
Entran ganas de asesinar a Clarín, como un si fuera uno un vetustense más. No se puede escribir de esa manera, caramba. Es un peligro.
RAOUL escribió: ↑30 Ago 2022 18:51
Bueno, pero si es por Delibes se puede perdonar lo de dejar La Regenta. Es mucho Mesía don Miguel también.
Yo voy avanzando poco a poco. En su momento me pareció una lectura estimulante... Pero, francamente, en esta relectura es que me está pareciendo una barbaridad de novela. Pero una auténtica barbaridad. Por amplitud, por riqueza, por hondura. Desde lo macro hasta lo micro. Desde la arquitectura hasta la orfebrería. Es un alarde impresionante. Sales de un capítulo con chiribitas en los ojos y resulta que el que le sucede es todavía mejor. El capítulo XIII, el de la comida en el palacio del marqués, la escena del columpio y la marcha hacia el Vivero...
Entran ganas de asesinar a Clarín, como un si fuera uno un vetustense más. No se puede escribir de esa manera, caramba. Es un peligro.
Entran ganas de volver a leerla; ¡han pasado tantos años, ya! Y no dudo de que la segunda será tan gratificante como la primera, posiblemente más.
Ivanovich, en general un libro que no merece una segunda lectura es porque no ha merecido la primera. Y esta obra reclama, creo yo, ni siquera dos lecturas. Hace falta más. Aparte de que tal y como está escrita y concebida es como el Quijote; puede abrirse por cualquier parte y ponerse a leer.
Me parece que la primera lectura es la que menos se puede disfrutar; y con diferencia.
He acabado lo que es la primera parte y la novela ya es un gigante formado, que respira por cada poro y que sigue en período de crecimiento. Es una auténtica barbaridad, impresionante. No han pasado por ella los años. El capítulo XV con esa conversación brutal entre madre e hijo (me río yo de la madre de Norman Bates... la madre de Norman Bates en una ursulina comparada con la del Magistral, la Hillary Clinton de Vetusta; doña Paula sí es una madre castradora) y el final que, en realidad, enlaza con el comienzo. Los dos en las alturas. El campanario de la Catedral, con el Magistral contemplando a los vetustenses y viéndolos como escarabajos. El Magistral en su balcón contemplando a Santos Barinaga, borracho pero lúcido sin saberlo, y viéndose a sí mismo desnudo y con todas las miserias de su alma. Con la criadita suspirando en el cuarto de al lado y la madre y su cómplice contando abajo las monedas.
La obra es terrorista, inmisericorde. Lo que yo no recordaba - o no supe apreciar en su momento- es la enorme dimensión que alcanza, la riqueza del paisaje, la profundidad de los personajes y lo maravillosamente bien que están dibujados (o caricaturizados) y explicados, la prosa privilegiada del autor...
Raoul, totalmente de acuerdo. Es una obra tremenda, excepcional y sí, para leerla en diferentes momentos. La he leído en tres momentos de mi vida y siempre me ha resultado fastuosa.
Blog
Entrevistas
Revista
Fotos
Y luego el hipócrita se queja de Ana con Álvaro... Bueno, ha llegado a un momento en el que parece que le va a dar un parraque. ¡Casi se pega un hostión por ahí con la sotana el día de la tormenta porque va buscando a Ana como un loco pensando que estará con Mesía a solas! Iba más preocupado que el marido. 
Bueno, ya directamente es que hace bastantes páginas que pasa del magistral. Además de que le da asco, vamos.
.
