Bueno, pues aquí una que casi se le junta el MC de agosto con el de octubre, pero ya he terminado
.
Me ha gustado y quiero leer
Mary Barton, y quizás
Cranford, pero aunque no puedo decir que me haya costado leerla y terminarla, es una novela que para mí tiene sus cosas negativas.
De hecho, si la he disfrutado es porque lo he leído con parones, cada dos o tres tardes me metía en la historia; porque de haberlo leído sin compaginar y del tirón, me habría resultado demasiado empacho y empalago, y la verdad es que ya al final, los últimos capítulos, estaba deseando acabar.
Me gusta cómo escribe la autora, me gusta el contexto de la historia, pero madre mía, casi ningún personaje me atraía (y no es por el contexto de la época, que entiendo que no se comporten a lo siglo XXI), las escenitas y dilemas de amor y no amor también me resultaban pesaditas, desde el principio sabes
que Margaret y Thornton van a terminar juntos, |
y también desde el principio sabes que
va a pasar en la última página porque hasta entonces solo vamos a asistir a los y me ama y no me ama y ahora le amo y ya no me ama, y cree que soy esto, y va a pensar lo otro, y quién era el hombre que la acompañaba, y no me ama y . |
El contexto, el ambiente de huelga, conocer a propietarios y obreros y sus relaciones entre ellos a través de un nexo común, Margaret, me gusta, pero hay muchas cosas en la historia que bueno, no sé, muy empalagoso
culebronero para mi gusto, aunque me puedan tachar de ser una
ignoranta de la vida
por decir algo así de esta autora. La cosa es que apenas había personajes que me gustasen, no es que me cayeran horribles, pero la señora Dixon no me gusta,
con todo lo leal y lo que quieras que sea; |
el señor Hale me parece
un inmaduro que se dedica a intentar no ver la gravedad de los asuntos, a esconderlo debajo de la alfombra, a delegar responsabilidades (oculta hasta el final la mudanza, le pide a su hija que se lo comunique ella a la madre, con la enfermedad creo que simplemente prefería pensar que no era tan grave...); |
la señora Hale, vale, que
está enferma y quizás hay cosas (como no mudarse a Milton hasta que no está todo preparado y no encargarse de nada) que las hacía por eso, pero no sé, no me ha gustado mucho; |
Bessy me resultaba un poco
cargante con tanta cita bíblica y tanto me voy a morir (igual aquí si debería pensar en qué época estamos y que la niña se agarra al clavo ardiendo que es la religión); |
y la propia Margaret,
madre mía, qué petarda, cada vez que un hombre se la declara se lo toma como una ofensa y reacciona airada, chica, si han sido muy educaditos, les dices que no estás interesada y ya está, no hace falta verlo como un insulto, y bueno, que a veces es un tanto altiva y estirada. Y luego es que otra que tiene lo suyo, cuando yo pienso A, todo bien; cuando viene uno de fuera y piensa A (luego tiene la misma impresión que tenía yo el primer día que conocí a alguien o supo algo), como yo ya no pienso A, aunque hago como que tampoco pienso B, pues me ofendo de que esa persona piense A, que es lo mismo que yo pensaba antes, ay, de verdad... |
El balance es bueno, me gusta cómo está escrito, hay referencias literarias y culturales que me han gustado, pero entre los personajes, y que ya sabíamos
desde el principio en qué iban a terminar, |
pues no sé, que ha habido cosas que no son mi tacita de té precisamente
.
Y bueno, mención aparte para el señor Hale, porque hay personajes que me caen peor, pero es que este es la monda. Cuando se
mudan a Milton, y le cuestionan como elige semejante lugar, que hay otros lugares así más cuquis y tal, el buen hombre dice que prefiere ir a un sitio tan feo como Milton porque así no le va a recordar a Helstone. Sí señor, como me tengo que mudar a otra ciudad y ya no voy a vivir en la que más me gusta del mundo mundial, me voy a ir a una que me parezca horrenda, para que no me recuerde a la que abandono, si es que hay quien no necesita ayuda para hundirse. Y luego cuando hablan de la visita a España, dice que no sería justo, y que sería cruel con la señora Hale (ya fallecida) que justo cuando ella no está ellos se vayan a España, pues otra igual, hala, castigado a estar en Milton hasta los restos para hacer justicia a tu mujer fallecida, una manera preciosa de ver las cosas. |
Vamos, es que me ha impactado la actitud de este hombre en especial.
Y luego, bueno, esto ya igual decirlo de un clásico es un sacrilegio, pido disculpas a los afectados
, pero hay algo que a los clásicos les pasamos que creo que reprocharíamos a un autor actual, y que he leído que es habitual de la Gaskell, como cambiar cosas a lo largo de la historia porque no se acuerda de cómo lo contó antes
(la cifra de la herencia, de quién es padrino el señor Bell...), |
pero bueno, aquí tampoco quiero entrar yo a juzgarlo de una manera tan dura porque entiendo que hay dos motivos (como mínimo) para que haya ese doble rasero (que quizás no se puede llamar siquiera así). Por un lado, la profesión de escritor y el negocio editorial han cambiado completamente, y por otro, ahora ese tipo de fallos tiene mucho más bemoles porque los autores tienen muchos más recursos y hay muchas más cosas alrededor de ellos y su obra pasa por muchas más manos antes de publicarse.