He acabado la
segunda parte... he llegado, pues, al ecuador...
Ha medida que se lee esta novela, habiendo leído otras del autor, se perciben unas ciertas diferencias. Dostoievski sigue indagando en el alma de sus personajes. Es, qué duda cabe una novela psicológica, en la que se desgrana el sentir humano y las acciones que producen ese 'sentir'...
Sin embargo, permitidme que aporte mi personal visión. En otras grandes novelas dostoievskianas, el lector quedaba impresionado constantemente por las decisiones que tomaban los personajes, atormentados ellos, nunca hacían lo que parecería razonable en el 'mundo real' o, por lo menos, yo, como lectora, no comprendí las más de las veces por qué actuaba como lo hacía el principe Mishkin en
El idiota, por ejemplo...
Con los personajes de
Humillados y ofendidos esa percepción me ha cambiado. Vania es muy 'lógico' en líneas generales. Aun cuando no estemos de acuerdo con su actitud pasiva ante quien le ha 'levantado' a la novia, podemos comprender su cariño, su afecto, su ternura y su bonhomía hacia Natacha, hacia Anna y hacia Elena...
¿Que quiénes son estas? No se me permite mostrarlo...
Voy a empezar la
tercera parte
klatubaradaniktó