Congreso de nueva ciencia (Relato)

[Snorry]

CONGRESO DE NUEVA CIENCIA

Después de leerme yo mismo, he llamado a mi psiquiatra, necesito regular la medicación. Quizá un periodo de descanso.







Con el advenimiento del siglo XIX a la vuelta de la esquina, por así decir, los científicos nos hemos visto, en cierta medida, a dejar un tanto de lado nuestra labor de investigación para prestarnos, por obligación tácita de nuestros patrocinadores, a otras tareas más lúdicas, gratificantes de algún modo, pero desde luego alejadas de nuestro interés general. Están de moda los congresos y ferias que producen pingues beneficios a los organizadores, y donde nos vemos obligados a materializar nuestros conocimientos en forma de espectáculo donde el visitante profano se deleitará más con el artificio de la diversión que con la base científica que lo sustenta. No obstante, algunos de estos episodios tienen un resultado bastante notable, como en el de esta mañana en el auditorio de B****, donde tuve el honor de asistir, habiendo de apearme de la berlina a una distancia considerable, debido a la horrible concurrencia de espectadores.
Abrió el acto mister P**** con una pequeña introducción sobre los errores de la aeronáutica. Errores matemáticos que primero verbalizó haciéndose valer de un puntero y unas grandes láminas con grabados de Da Vinci respecto de la anatomía de las alas de pájaro y sus diseños delirantes sobre aparatos voladores. Procedió más tarde a argumentar con formulas matemáticas en una pizarra la incapacidad del ala de un pájaro para sostener y elevar a su dueño en el aire. Invitó a subir al estrado a algún matemático que fuera capaz de contradecir la formulación algebraica que acaba de trazar en el encerado, y ante la inacción generalizada, comenzó a desarrollar su teoría telequinésica del vuelo. Tras una pequeña introducción procedió a la demonstración del experimento. Hizo hincapié en que la base del vuelo de las aves consiste en la pura voluntad, y que muchos intentos habían sido fallidos al amputar las alas, en otras ocasiones simplemente anestesiarlas o untarlas de brea, pues el individuo, entiéndase el pájaro en cuestión, perdía toda confianza en la capacidad del vuelo. Así que, siendo la ciencia un bastón que tantea en la ciega noche, mister P**** probó diferentes métodos, todos infructuosos, hasta dar con el mesmerismo. Allí mismo hizo una demonstración que dejo a todos atónitos. Situó una paloma torcaz en el centro de una mesa y se dedicó a mirarla fijamente, haciendo suaves gestos, como de despliegue de alas, con sus manos. Al cabo de unos minutos, la paloma, sin el menor movimiento de su plumaje, aparentemente inmóvil, comenzó a elevarse en círculos alrededor del ínclito científico.
Luego fue el turno de miss M****. Es sabido que las moscas tienen accesos de ira contra los espejos, dijo nada más aparecer sobre el escenario, mientras que los operarios preparaban la escenificación, y puede parecer en principio una cuestión de violencia gratuita o de enajenación mórbida del carácter narcisista, continuaba miss M**** y la proyección de una caja oscura mostraba los insectos voladores chocando encarnizadamente contra un espejo. Este tipo de hipótesis, continuó miss M****, en principio nada desdeñables, aparecen al albur de una observación externa del fenómeno. Sin embargo, ¿qué ocurre si abordamos el problema desde otra perspectiva? Pongámonos por un instante en el papel de la arrebatada mosca. Observemos a través de sus ojos, y mostró al público una simulación en yeso o material similar el ojo compuesto de una mosca a escala gigante, donde se percibían a distancia las múltiples celdillas que funcionaban, dijo M**** como ojos individuales. Por tanto, querido público, imaginen decenas de imágenes, cientos de imágenes de nosotros mismos proyectándose contra la superficie del espejo. Es decir, de alguna manera, cientos de nosotros mismos proyectándose contra sí mismos una y otra vez y una y otra vez y una y otra vez. Llegado este punto, hizo aquí miss M**** una pausa dramática, cabe aventurar que hay en la mosca, así como en el resto de los seres vivos, un conocimiento natural del cálculo de probabilidades. Y si bien la tasa de aciertos debe mantenerse cercana al cero absoluto, es probable que algún testigo -desgraciadamente no ha dejado constancia del fenómeno- haya observado con estupor como una mosca atraviesa inmune e íntegra la superficie irreal de un espejo. Aunque en la mayor parte de los casos haya ocurrido el fenómeno inverso, consistente en que es una de las imágenes de la mosca la que logra traspasar la faceta reflectante, cayendo al instante fulminada, pues es un principio universal el hecho de que ningún ser puede vivir sin su propia imagen, así como tampoco una imagen puede vivir sin el objeto que le dio origen. Y como si su explicación fuera imperativa, todos pudimos ver, con todo detalle y a un ritmo que parecía ralentizado ad hoc, como una de las imágenes de la mosca lograba traspasar la faceta reflectante y caía al instante fulminada, inánime, pues las imágenes no pueden sobrevivir por sí mismas, y la mosca que había originado aquella imagen dejó de volar, convulsionó unos instantes y, finalmente desapareció.
Finalmente tuve el placer de presentarme ante la audiencia. La cosa causó gran confusión, pues nadie podía verme, si bien escuchaban mis risas sardónicas. No se trataba de un invento que me hacía invisible como en el clásico de H.G. Wells, mi experimento versaba sobre la ineptitud del ojo humano. Constataba así mi teoría que la visión en sí misma carecía de objeto. Solo nos mostrábamos al mundo mediante una proyección magnético-mental, estando yo rodeado por un poderoso campo electromagnético que impedía que mis ondas cerebrales se irradiaran más allá de aquél estrecho cerco, mi presencia no se volvía invisible pero si, inadvertida por así decir, se podría captar por el órgano de la visión, pero no mostraban el menor interés, inducían a confusión.
En fin, quizá no fui tan espectacular como los otros ponentes, no obstante me sirvió para hacerme con las carteras de algunos despistados, con cuyo montante y sonante me estoy dando ahora un frugal almuerzo.

[Yayonuevededos]

Las teorías científicas, que hoy nos parecen delirantes, tuvieron su fundamento. Con seguridad, en unos cuantos años, nuestros métodos actuales sean vistos como producto de la peor ignorancia.

Me gustó mucho el texto (hoy no hay música).

Saludos,
Marcelo

[Snorry]

Las teorías científicas, que hoy nos parecen delirantes, tuvieron su fundamento. Con seguridad, en unos cuantos años, nuestros métodos actuales sean vistos como producto de la peor ignorancia.

Me gustó mucho el texto (hoy no hay música).

Saludos,
Marcelo

Yayo, cuánto tiempo!!
Qué música se le podría poner a esta cosa?

Un abrazo

[Yayonuevededos]

Las teorías científicas, que hoy nos parecen delirantes, tuvieron su fundamento. Con seguridad, en unos cuantos años, nuestros métodos actuales sean vistos como producto de la peor ignorancia.

Me gustó mucho el texto (hoy no hay música).

Saludos,
Marcelo

Yayo, cuánto tiempo!!
Qué música se le podría poner a esta cosa?

Un abrazo

https://www.youtube.com/watch?v=TAEQMp4soOw

[Snorry]

Las teorías científicas, que hoy nos parecen delirantes, tuvieron su fundamento. Con seguridad, en unos cuantos años, nuestros métodos actuales sean vistos como producto de la peor ignorancia.

Me gustó mucho el texto (hoy no hay música).

Saludos,
Marcelo

Yayo, cuánto tiempo!!
Qué música se le podría poner a esta cosa?

Un abrazo

https://www.youtube.com/watch?v=TAEQMp4soOw

jajaja.. un poco excesivo quizá, le queda mejor a Appocalypse Now (como se escriba)

[Batteman23]

Como siempre destacar la calidad de la prosa. Pero lo mejor la idea , no sería digna de psiquiátrico si no fuera acertada . Un concepto mezcla de filosofía y teoría científica , muy bueno .

[lucia]

Las charlas cruce del gabinete de curiosidades y primeras exposiciones científicas, en versión embaucadores de todo tipo Muy original

[Snorry]

Gracias Batte y lucia.

Me imagino que en el siglo XIX (me equivoqué y lo retrasé aún un siglo más) debían haber innumerables charlatanes y pseudocientificos. Y también un espacio único para imaginar.

Saludos