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(Edito de momento. Perdón por las molestias)

2ª parte del relato que escribí para el concurso del pasado otoño, y con el que participé el pasado verano en el V Certamen de Relatos Cortos Pascual Enguidanos, organizado por el Ayuntamiento de Liria.
Un placer compartirlo por aquí.

Saludos

Al empezar a leer esto he pensado que nunca había oido hablar de Victor Charles Perkins. Por lo que me ha dicho Google al buscar es un ladrón que fue arrestado en Texas, y eso me ha hecho pensar: ¿Es por llamarse como ese delincuente que llamarse así no era buena idea? Me daba que no porque en la red me sale muy poca información sobre ese hombre, así que dudaba que lo hubieras hecho por eso.

Luego cuando se refieren a él como “un charlie” he encontrado esto:

https://www.curistoria.ccom/2007/12/qu- ... podos.html

He aprendido gracias a tu relato, cosa que agradezco.

Debería ser “se echaron a la maleza”. Quitaría lo de “qué pensaba encontrar aquel idiota en la selva?” ya que probablemente llevara los condones para usarlos a su regreso a Saigón después de la batalla.

El relato me ha gustado mucho tanto por lo documentado que está como por su final que da esperanza de que Warren pague.

Aparte del relato, me gusta tu firma, porque pillo la referencia.

¡Un saludo!

Buenas, Iramesoj

En su día me fijé a posteriori en un médico australiano, Charles Perkins (sin el Víctor), pero la referencia del delincuente (que no conocía) es brutal Y sí, visto como dices refuerza el escarnio...
Aunque en este caso como bien dices el motivo de burla para el pobre Perkins es llamarse igual que como se designa al Vietcong...

Muchas gracias por tu lectura y por los apuntes que dejas por aquí. Ayudarán a pulir el relato. En cuanto a lo que lleva el soldado en la mochila, es un intento de resaltar la naturaleza cerebral - demasiado cerebral - de Perkins a la hora de desechar cosas para él superfluas.

Me alegra que te haya gustado. Un saludo

Enhorabuena por el relato, Iliria. Nos prometiste una continuación y has cumplido

La historia me ha encantado, y el modo de narrarla también. Está bien ambientada y las descripciones te ayudan a entrar en ella. Frases como "...la selva, una bestia de follaje esmeralda que acechaba con múltiples ojos..." hacen honor al premio que la precuela ganó.

Lo de los condones me ha descolocado un poco. No por la reacción de Perkins, que la veo acorde a su personalidad, sino por el hecho de que en los años sesenta un veinteañero americano estuvieran tan concienciado con la profilaxis como para llevarse preservativos a una selva al otro lado del mundo. No es imposible, obviamente, pero sí inusual.

El final se me ha hecho un poco breve de más, aunque creo que es porque la historia me estaba enganchando. O quizás se le pudiera añadir una conclusión de la reflexión sobre "qué es la confianza" con la que empieza el relato. De cualquier forma, es una historia que funciona. Por lo que dices, la escribiste como relato, pero quizás podrías sacar una novela con Perkins y Mai Quý (como sigas así, te vamos a seguir pidiendo capítulos ).

Gracias por compartirlo

Muchas gracias por la lectura, Jarg. Me alegra que te haya gustado

La idea de cerrar el relato con una alusión al tema de la confianza es buena. Pero en este caso la historia tiene continuación Estoy concibiendo una serie de relatos con una línea argumental que seguramente autopublicaré en un recopilatorio (pero a medio plazo: tengo que documentarme mucho, perfilar personajes y acciones y corregir pifias sobre la marcha )

Y hablando de pifias, la historia de los condones. Aquí un curioso artículo sobre qué otros usos tenían en Vietnam:
https://warisboring.com/la-historia-de- ... el-condon/
Así que a Perkins no debería extrañarle que el muchacho llevara preservativos en la mochila. Es más, él mismo también debería llevarlos. Tomaré nota y corregiré (un pequeño matiz será suficiente), por ejemplo, que el chico disparado hubiese decidido que leer revistas del motor sea buena idea en la selva, absurda según Perkins...
Con los condones, al igual que con los chalecos salvavidas, cabe tanto su uso como la falta del mismo. En esta guerra (supongo que en otras también) acababa siendo muy latoso tomar precauciones al 100% todo el tiempo, y la relajación en el uso de ciertas cosas conllevaría que los mandos decidieran tomar cartas en el asunto. Los chalecos daban calor y muchos soldados al final pasaban tanto de llevarlos y exponían tanto su vida que al final se tuvo que tomar medidas. Supongo que con las gomas, igual. De hecho, Perkins se salva de los disparos de Warren por no relajarse y llevar siempre el chaleco...

En fin, detalles para hacer el relato más creíble. Gracias por adelantado por vuestro tiempo y por cualquier aporte que pueda ayudar

Iliria escribió: ↑04 Feb 2020 19:41 Pero en este caso la historia tiene continuación

Avisa cuando la publiques

Tomo sitio, porque ahora no puedo leerte, pero ya lo voy a hacer

Bueno, pues después de leerlo me he ido a la precuela y todo ha cobrado más sentido.

Me encanta el tema que has escogido, tan poco común, y el aire a guión de cine que respira. Solo tengo una crítica: que hagas esperar a tus lectores meses y meses entre una parte y la siguiente.

me ha gustado mucho, Iliria, ya en su momento me gustó la del concurso, espero las próximas entregas!

Muchas gracias a tod@s por tan buena acogida

Mi idea es ir pillando documentación y seguir escribiendo. Lo ya publicado lo he ido registrando en Safe Creative para hacer un recopilatorio con varios relatos. En un principio había pensado en un volumen versión kindle por Amazon, pero no descarto otras formas de autopublicación... iré meditando
Perdón si me tomo mi tiempo (lo necesitaré) y gracias por vuestra paciencia

Pues, por lo visto, llego tarde para leerlo

Lucía
Cuando tenga el kindle a punto de salir del horno, tú mi primera lectora

Iliria escribió: ↑10 Feb 2020 17:05 Lucía
Cuando tenga el kindle a punto de salir del horno, tú mi primera lectora