Al salír de viáje, el prodúcto que siémpre cómpro en el “Líbre de impuéstos” del aeropuérto, es úno o vários paquétes de «Mil Sonrísas». Viénen muy bién embaládos y alégremente decorádos.
Si el viáje es córto, cómpro ménos Mil Sonrísas, ya que últimamente son muy cáras por lo escásas que son.
Siémpre las úso tódas y en algúnos viájes maravillósos que hágo, me arrepiénto de no habér comprádo más.
Cuando mi bólsa está lléna, me es muy fácil el sonreír a tódo el múndo, y me arréglan hásta las situaciónes más difíciles ya que, en ningún sítio del múndo necesitán traducción y yo no háblo idiómas.
Mil Sonrísas es un prodúcto milagróso. El paquéte viéne con úna gran variedád de éllas, y siémpre encuéntro en la bólsa, la apropiáda pára cáda situación. Las que más me gústan son «¿Me puéde ayudár?» y «El ustéd me gústa múcho».
Sr. fabricánte, por favór pónga algúnas más de éstas últimas Sonrísas en la bólsa, ¡no sábe ustéd cuánto las úso!
Me sorprendió tánto la gran variedád que éste prodúcto ofréce, que llamé al que las háce y le pregunté: cómo éra posíble que en su paquéte siémpre hubiése la sonrísa apropiáda. Que cómo las fabricába.
Reálmente no las fabricámos, me díjo. Símplemente las recolectámos de las persónas que, teniéndo la oportunidád de ofrecérlas, no lo hácen. ¡Qué tristéza! En cuanto a la variedád, no sábe ustéd la de buénos y variádos sentimiéntos que las persónas poséen y que múchos tiénen miédo de mostrár o expresár.
Afortunádamente, ahóra hémos conseguído envasár «La jóya de la coróna». Son las mejóres sonrísas que exísten y que ahóra darémos a conocér. Son las «Sonrísas Devuéltas». ¡Qué preciosidád!
Por lo que véo, ustéd ya es un expérto en sonreír, si me lo permíte le enviaré úna muéstra gratuíta de éste prodúcto. Necesitará múchas, ya que si hoy en día, encontrár un motívo pára sonreír es difícil, que te devuélvan la sonrísa, lo es múcho más.
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F I N
Emílio Vilaró