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Hay, Cata, mucha gente que lo está pasando mal con el dichoso virus. Esta mañana he visto a una joven (es lo que deduzco de su silueta) durmiendo en el hueco de una puerta, que hay en una de las rampas de bajada a la playa. Tenía un anorak con la capucha puesta y estaba sentada, con las piernas recogidas, de manera que toda ella quedaba dentro del plumífero. Un maletín de viaje a los pies y una bolsa en el costado, colocados como para evitar que le entrase mucho aire. En el regazo, un bolsito pequeño, donde imagino tendría la documentación, dinero, etc. (si es que tiene, claro). He pasado muy cerca de ella, pero no he querido hacerle foto porque era como entrar en su intimidad. A este otro recién llegado, en cambio, si se la he hecho porque estaba oculto bajo una manta. Tiene también su maletín de viaje al lado. Así empiezan muchos. Espero que se haga pronto con una tienda y se una a los del poblado, pues estas noches está haciendo frío para dormir a la intemperie.
Recién llegado.jpg
Y hoy, el cinamomo estaba tomado por las cotorras argentinas. Mi duda es si estaban ellas ahí porque no estaban las palomas torcaces o si, por el contrario, las torcaces no estaban para no tener que aguantar su continuo cotorreo. Observaré en los próximos días a ver si las veo coincidir y puedo averiguar quién echa a quién.
Cotorras argentinas.jpg
luchana escribió: ↑24 Ene 2022 15:35
Las fotos son preciosas...
Me alegro que te gustasen. Las saco con el móvil, sin gafas y con poca luz. A veces salen potables y otras veces no tanto .
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Hoy, Cata, HA! nos propone este cuadro de Van Gogh donde mezcla olivos con cipreses, paisaje que, según parece, no es raro en Provenza, pero sí aquí.
Por lo visto, lo pintó cuando ya estaba internado, por voluntad propia, en un psiquiátrico. Pintaba sin parar porque era su terapia para alejar sus demonios.
Y me ha resultado curiosa una cosa que comentan. Dicen que era muy generoso a la hora de aplicar pintura, de manera que esta sobresale del lienzo. Por lo que añaden que "Un ciego casi podría disfrutar de un Van Gogh por medio del tacto".
jilguero escribió: ↑25 Ene 2022 14:04
Hay, Cata, mucha gente que lo está pasando mal con el dichoso virus.
Hablemos con propiedad, los que lo pasan mal con el virus pasan por el hospital. Los demás lo pasan mal por las medidas de algunos políticos para poner puertas al campo.
No sé por qué razón, Cata, en medio de este invierno pandémico (quizás por contraste) me he acordado de los despiadados veranos pasados en Sevilla, en un segundo piso y con la azota encima. Cuando nos daban las vacaciones en el colegio y comprendía que todos los planes que había hecho eran inviables (salir a la calle era como meterse en un horno), con la persiana casi echada, me metía debajo de la cama (allí el suelo parecía estar más fresco) a escuchar a Leonard Cohen.
Y la pobre de mi santacatalina, que no se podía permitir el lujo de estar inactiva, cuando pasaba por el pasillo y oía su voz, me decía que cómo me gustaba escuchar a un hombre tan triste. Ella era una mujer de natural vitalista, sociable y alegre. Pero hubo rachas en las que los imponderables, como ese que narré en la última pamplina, le bajaban la moral; y entonces su ánimo se volvía más dependiente de las condiciones ambientales. Y en concreto, aquella penumbra, en la que el calor nos obligaba a vivir durante el verano, y el tono melancólico y quejumbroso de Lonard Cohen le causaban desánimo.
Pero yo, que era todavía demasiado joven para darme cuenta, o quizás demasiado egoísta para querer hacerlo, pese a sus quejas, continuaba escuchando las canciones de quien ya era mi cantautor favorito.
Dance me to your beauty with a burning violin
Dance me through the panic till I'm gathered safely in
Lift me like an olive branch and be my homeward dove
Dance me to the end of love
Dance me to the end of love
Oh, let me see your beauty when the witnesses are gone
Let me feel you moving like they do in Babylon
Show me slowly what I only know the limits of
Dance me to the end of love
Dance me to the end of love
Dance me to the wedding now, dance me on and on
Dance me very tenderly and dance me very long
We're both of us beneath our love, we're both of us above
Dance me to the end of love
Dance me to the end of love
Dance me to the children who are asking to be born
Dance me through the curtains that our kisses have outworn
Raise a tent of shelter now, though every thread is torn
Dance me to the end of love
Dance me to your beauty with a burning violin
Dance me through the panic till I'm gathered safely in
Touch me with your naked hand or touch me with your glove
Dance me to the end of love
Dance me to the end of love
Dance me to the end of love
Y recuerdo, Cata, otra ocasión en la que alguien se quejó del tono tristón de las canciones de Leonard Cohen.
Habían pasado ya algunos años, pero los veranos seguían siendo igual de despiadados en Sevilla.
Un grupo de amigos íbamos apiñados en el interior de un coche, subiendo por una carretera serpenteante de las Alpujarras, camino de Trevélez, el pueblo más alto de Andalucía. El conductor y propietario del coche, un buen amigo, puso precisamente una cinta de Leonard Cohen.
Recuerdo que ya estaba atardeciendo en el valle (está rodeado de altas montañas) y aquel instante, si no lo era, se parecía mucho a lo que yo considero es la felicidad. Porque éramos jóvenes, disfrutábamos de nuestra amistad, compartíamos el amor por la Naturaleza y, hasta donde yo creía, también por las canciones de Cohen.
Mas, de repente, una amiga dijo que hiciéramos el favor de cambiar de cinta porque estaba harta de escuchar sus lamentos. Y al hacerlo, Cata, hizo añicos aquel momento de Clímax. Pero, como puedes ver, no consiguió empañar el buen recuerdo que guardo de ese atardecer en el valle del río Trevélez.
Come over to the window, my little darling
I'd like to try to read your palm
I used to think I was some kind of Gypsy boy
Before I let you take me home
Now so long, Marianne
It's time that we began to laugh
And cry and cry and laugh about it all again
Well, you know that I love to live with you
But you make me forget so very much
I forget to pray for the angels
And then the angels forget to pray for us
Now so long, Marianne
It's time that we began to laugh
And cry and cry and laugh about it all again
We met when we were almost young
Deep in the green lilac park
You held on to me like I was a crucifix
As we went kneeling through the dark
Oh, so long, Marianne
It's time that we began to laugh
And cry and cry and laugh about it all again
Your letters, they all say that you're beside me now
Then why do I feel alone?
I'm standing on a ledge and your fine spider web
Is fastening my ankle to a stone
Now so long, Marianne
It's time that we began to laugh
And cry and cry and laugh about it all again
For now I need your hidden love
I'm cold as a new razorblade
You left when I told you I was curious
I never said that I was brave
Oh, so long, Marianne
It's time that we began to laugh
And cry and cry and laugh about it all again
Oh, you are really such a pretty one
I see you've gone and changed your name again
And just when I climbed this whole mountainside
To wash my eyelids in the rain
Oh, so long, Marianne
It's time that we began to laugh
And cry and cry and laugh about it all again
jilguero escribió: ↑30 Ene 2022 18:50De Tomás el Esquivo, ni rastro; el posadero de tizón colirrojo, vacío; y el cinamomo, solitario.
Es que eres muy madrugadora, jilguero. Era domingo, temprano, madrugada fría,... estaban calentitos en cama.
Recuento 2024 Ayer: Cañas al viento. Grazia Deledda
Grito nocturno. Borja González Hoy: Los asesinos del emperador. Santiago Posteguillo
Hoy es un buen día para morir. Colo
jilguero escribió: ↑30 Ene 2022 18:50De Tomás el Esquivo, ni rastro; el posadero del colirrojo tizón, vacío; y el cinamomo, solitario.
Es que eres muy madrugadora, jilguero. Era domingo, temprano, madrugada fría,... estaban calentitos en cama.
Puede que no te falte razón en lo que respecta a los humanos, porque era domingo y era temprano (frío no hacía mucho). Pero los plumíferos suelen ser más madrugadores que yo. Igual es al revés: como amanece ya antes, a la hora que yo paso a lo mejor es ya tarde para ellos. Por cierto, ¿te has dado cuenta de que he sufrido dislexia a la hora de poner el nombre al colirrojo tizón?
jilguero escribió: ↑30 Ene 2022 19:58Por cierto, ¿te has dado cuenta de que he sufrido dislexia a la hora de poner el nombre al colirrojo tizón?
Pues sí pero no le di mayor imtorpancia.
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jilguero escribió: ↑30 Ene 2022 20:45Eres muy discreto. Al leerlo citado en tu mensaje me ha sonado regular eso de un tizón con la cola roja (jajaja).
Upsssss.
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Ya que estas últimas amanecidas han estado tan desplumadas, ¿quieres que te cuente, Cata, de cómo los girasoles y Jilguero se volvieron incompatibles? ¡Menuda putada, dicho sea de paso, para un pajarillo que tanto disfruta comiendo sus aquenios…!
Como bien sabes, soy de una tierra en la que, hasta avanzada la década de los sesenta, en todos los hogares, incluso en los más pobres, el único aceite que se usaba era el de oliva. En la cocina de casa, por ejemplo, teníamos una zafra de hojalata muy grande, con su correspondiente cubita para recoger el aceite que goteaba (eran tiempos en que nada se desperdiciaba), y en ella, cuando llegaba la época de la molienda de la aceituna y por todas partes olía a alpechín, se almacenaba el aceite de oliva que consumíamos durante todo el año.
Pero, de repente, no sé muy bien por qué motivo, aunque creo que hubo de por medio un tema de subvenciones, llegó a España la moda de los aceites de semillas. Y lo que en mi mundo había sido hasta entonces amplios campos de trigo o cebada, de una cosecha para otra, se convirtieron en inmensos campos de girasoles.
Hasta entonces, mi trato con esta planta había sido escaso pero la mar de agradable. Nosotros no teníamos huerto por carecer de un pozo cerca (el intento fallido fue la causa de que hubiéramos de rescatar al lagarto), pero la gente que sí tenía, ya de antes de la moda de los aceites de semilla, solía sembrar una hilera de girasoles en su huerto con el único propósito de poder comerse luego las pipas.
De vez en cuando, en algunos de los paseos vespertinos, regresábamos a casa con un lampazo (así llamaban a la cabezuela de la planta en mi tierra) que nos habían regalado y cuyas pipas, sentados en esos escalones que aún conservan el recuerdo de nuestro peso, sacábamos una a una de sus "celdillas" como si nuestros dedos fueran los picos de un pájaro. Amén de que, cuando íbamos al pueblo, una de las chucherías favoritas de los asilvestrados eran precisamente las pipas de girasol.
Pero esa agradable relación con los girasoles se acabó de súbito un mediodía en el que mi santacatalina nos mandó a por melones y sandías para el postre. Ese año, a fin de que no los robaran, estos habían sido sembrados en medio de un campo de girasoles. Así, pues, bajo un sol de justicia (recuerdo aún lo mucho que sudamos) nos abrimos paso entre las matas, ya crecidas, hasta el melonar.
Al regreso, tenía picor por todo el cuerpo y me di un abaño para aliviarme, y ahí quedó la cosa. Pero al poco tiempo, me comí un paquete de pipas y tuve una reacción aún más fuerte. Me tuvieron que llevar al pueblo porque tenía sensación de asfixia. El médico me puso un chute de urbason y regresamos a casa. Mi santacatalina concluyó que las pipas estaban rancias y me había intoxicado.
Mas hubo episodios posteriores y al fin caímos en la cuenta de que el factor común eran siempre... ¡los girasoles!
jilguero escribió: ↑01 Feb 2022 19:32Mas hubo episodios posteriores y al fin caímos en la cuenta de que el factor común eran siempre... ¡los girasoles!
¿Y eres alérgica sólo a las pipas de girasol o a los frutos secos en general, jilguero?
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