El bujío de Santa Catalina 2 (Bordeando la realidad)

[mayuscula]

... según mi propia experiencia un puñado de años atrás,... el hecho de que la inmensa mayoría de las compradoras fuéramos mujeres, hacía que los hombres fueran unos privilegiados, que ni siquiera tenían que molestarse en pedir la vez, porque en cuanto los tenderos los veían esperando tras la nube de mujeres, los colaban con la excusa de que eran hombres y querían poca cosa. A mi esa discriminación me molestaba y se lo hacía saber a los tenderos. Pero estos me escuchaban condescendientes y los seguían colando como mandaba la costumbre.

Pues sería una costumbre muy local, jilguero. Desde que tengo uso de razón, hice los mandados de mi madre, primero, y posteriormente, cuando abandoné el nido paterno, las compras propias y/o familiares en mercados, hipermercados y tiendas de barrio y jamás me dieron ni vi dar trato de preferencia a un hombre. Y eso abarca a las compras en uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete... y ocho pueblos o ciudades.

Pues aquí donde vivo también era habitual lo que cuenta Jilguero. La gente íbamos a comprar los sábados a la plaza de abastos (yo iba con mi madre, claro) y en la carnicería y pescadería era normal que los maridos ( porque solían ser maridos mandados por sus mujeres para no tener que esperar) se saltasen las largas y pesadas colas. Y no es que comprasen poca cosa, que daban la lista de la compra al tendero. Y daba igual que protestases...

Y por cierto, @hexagono69 , ¿por qué te sentiste machista? Lo de ridículo lo entiendo, porque esos listos/as que se quieren saltar la cola, a veces te hacen sentir así. A mí me da mucho coraje

[jilguero]

Pues aquí donde vivo también era habitual...

Dónde es aquí,Mayuscula, si no es mucha indiscreción.

[mayuscula]

Pues aquí donde vivo también era habitual...

Dónde es aquí,Mayuscula, si no es mucha indiscreción.

En Miranda de Ebro

[jilguero]

Pues aquí donde vivo también era habitual...

Dónde es aquí,Mayuscula, si no es mucha indiscreción.

En Miranda de Ebro

Creía recordar que era ahí, pero no estaba segura. Conformada, que diría el galleguiño, y gracias.

Y no es que comprasen poca cosa, que daban la lista de la compra al tendero.

Alguno así he visto por aquí, pero en esos casos la protesta era generalizada. Pero la mayoría de las veces eran un par de cosas o tres que supuestamente se le había olvidado a su señora. Y en estos casos la tolerancia era la postura general, salvo de servidora que protestaba igualmente. Otra cosa era cuando alguien llegaba, decía que se le había olvidado una cosa y con buenas formas nos preguntaba que si no nos importaba que se la dieran. Casos, estos, en los que la cortesía prevalecía también en mí sobre la vena reivindicativa.

[hexagono69]

Yo llevo comprando desde los 19 años y nunca he recibido un trato especial ni lo demando por supuesto, soy muy orgulloso.

Me sentí machista porque casualmente todos los que me miraban eran femeninos y de alguna manera sintonizaban con la sonora del sombrerito que a lo mejor hasta tenia razón, cunado me ocurren estas cosa me pongo muy furibundo y a la gente sospecho que le molesta.

Y me siento machista porque donde miro veo a hombres mandando y a mujeres, iba a decir obedeciendo pero seria excesivo, el filtro genérico lo debo de tener con varias miopías de mas.

[jilguero]

Yo llevo comprando desde los 19 años y nunca he recibido un trato especial ni lo demando por supuesto, soy muy orgulloso.

Y eso te honra. Igual en la capital habéis sido más avanzados en hacer la compra los varones, algo que ahora ya es muy normal aquí, sobre todo en el super. Más chocante es en Galicia, pero igual allí ha habido menos machismo por haber tanto pescador y tanta mujer de pescador haciendo tareas varias. De todas formas, yo hablaba del pasado, no de ahora.

Y me siento machista porque donde miro veo a hombres mandando y a mujeres, iba a decir obedeciendo pero seria excesivo, el filtro genérico lo debo de tener con varias miopías de mas.

Pues sí, debes de tener el filtro alterado. Yo no veo a mi alrededor hombres mandando y mujeres obedeciendo, sino una gran variedad de situaciones. Y en los hogares (a veces los vecinos hablan alto y se entera una de todo) te diría que lo que escucho es más mujeres dando órdenes a los supuestos "inútiles" que tienen por maridos. En el maltrato sicológico creo que la cosa está bastante repartida y depende más del talante de la persona que de su sexo.

[hexagono69]

Dice Jilguero.- Y en los hogares (a veces los vecinos hablan alto y se entera una de todo) te diría que lo que escucho es más mujeres dando órdenes a los supuestos "inútiles" que tienen por maridos. En el maltrato sicológico creo que la cosa está bastante repartida y depende más del talante de la persona que de su sexo.


Sin duda Jilguero que sabia eres.

[Gretogarbo]

Más chocante es en Galicia, pero igual allí ha habido menos machismo por haber tanto pescador y tanta mujer de pescador haciendo tareas varias.

Que conste que he vivido en tres comunidades autónomas, jilguero. Pero sí, Galicia, afortunadamente, siempre ha sido un matriarcado.

[jilguero]

Pero sí, Galicia, afortunadamente, siempre ha sido un matriarcado.

En Andalucía, mi sensación es que ha habido de todo. De puertas para adentro, había tanto matriarcas como patriarcas, si bien en la vida pública todo transcurría como si solo hubiera patriarcas. Porque al varón había que darle su sitio ante los demás, aunque en casa no mandara nada, pues no estaba bien visto tener a un calzonazos por esposo.

Pero regresando al presente, te diré, Cata, que Tomasito está desconocido. Y son muchas las mañanas en las que se halla cotilleando desde la puerta de la madriguera, o bien asomado a la ventana.

Tomás en la puerta.jpg

Aquí lo tienes en la puerta. Como verás, después del desescombrado, de nuevo está con sus tareas de mantenimiento y vuelve a haber arena fresca bajo la puerta.

[mayuscula]

Ya no vas a poder llamarle Tomás el Esquivo .
¿Aún sigues o siguen dejándole comida cerca de la madriguera?

[Gretogarbo]

Aquí lo tienes en la puerta.

Para mí que Tomás no tiene un pelo de tonto. Escuché ayer que el ayuntamiento de Cádiz ha permitido el nudismo en todas las playas de la ciudad. Éste está esperando a la llegada de las primeras bañistas que lo practiquen.

[jilguero]

Aquí lo tienes en la puerta.

Para mí que Tomás no tiene un pelo de tonto. Escuché ayer que el ayuntamiento de Cádiz ha permitido el nudismo en todas las playas de la ciudad. Éste está esperando a la llegada de las primeras bañistas que lo practiquen.

Greto, me acaba de decir mi abuela, vía telepática desde el más allá, que te diga que: Cree el ladrón que todos son de su misma condición.

Ya sabes que ella era muy dada a los refranes y se lo has puesto a huevo.

Quizás porque hoy es lunes y tenía menos posibilidades (seguro ya se ha dado cuenta de que el flujo de bañistas no es uniforme), esta mañana Tomás no estaba ni en la puerta ni en la ventana de la madriguera.

[Gretogarbo]

Greto, me acaba de decir mi abuela, vía telemática desde el más allá, que te diga que: Cree el ladrón que todos son de su misma condición.

Tu abuela es/era sabia.

[jilguero]

Tu abuela es/era sabia.

Jajaja, creo que te ha "calao".


Pensando en ella y sus dichos, me he acordado ahora de una anécdota que, sacudiéndome la pereza que provoca este veranillo adelantado, le voy a contar a Cata.

Como ya sabes por habértelo referido con anterioridad, mi abuela materna, una vez enviudó, pasaba medio año en casa. Cuando se hablaba de un tema de política, ella se solía mantener al margen. Pero a veces, cuando los asilvestrados, ya crecidos, debatiamos entre nosotros y alguno se mostraba a favor de la igualdad propugnada por el comunismo, la abuela no podía reprimirse. Levantaba, entonces, una mano y, mientras se la miraba, decía: "Cinco dedos tiene mi mano y ninguno es igual a otro".

Su antipatía por los comunistas provenía del tiempo de la guerra. Aunque más que antipatía, habría de decir pavor. Porque Puente Genil, donde vivía su familia, estuvo en el bando republicano y, cuando avanzó hacía allí el bando nacional, antes de marcharse, los milicianos hicieron fusilamientos un tanto aleatorios que causaron gran terror. Por fortuna, a la casa de sus padres (mis bisabuelos) fueron solo en una ocasión a hacer un registro y, en vez de derramamiento de sangre, lo hubo de cristales.

En su dormitorio, tenían mis bisabuelos un armario en cuya puerta había un espejo enorme. El armario estaba colocado justo en el testero situado enfrente de la puerta. Y según contaba mi abuela, durante el registro, un miliciano armado con un fúsil abrió la puerta del dormitorio de una patada. Lo primero que vio fue un hombre que lo estaba encañonando con un arma. Le disparó de inmediato y el resultado fue que hizo añicos la luna del armario.

Imagino que no era ese momento de andar arreglando muebles e hicieron un apaño provisional, colocando un tablero de madera en el lugar del espejo. A la muerte de su madre, mi abuela heredó el armario; a la muerte de ella, lo hizo mi madre; y a la suya, pasó a mis manos. Tras el accidental fusilamiento de la luna, ninguna de las sucesivas propietarias del armario sustituyó el tablero por una nueva y eso ha hecho que la anécdota del miliciano, que se asustó de su propia imagen reflejada en el espejo del armario, haya seguido muy presente en nuestra memoria.

Y en recuerdo de los caídos injustamente de uno y otro bando, incluida la luna del espejo del armario de mi bisabuela, dejo aquí este lamento que he conocido gracias a Hexa.

Enlace

[luchana]

Tenia olvidado el bujío. Después de varios avatares miraba abretelibro pero no veía el bujío y ayer lo vi y encontré que tenia 3 paginas de retraso. Ya están leídas y oídas, con textos bonitos y músicas también bonitas.
Muy bonita la historia de Antonia.
Y la de Tecla también, aunque creo que no le pasa nada si llevas la bici rodando aunque tenga una rueda pinchada. Eso si da un poco de pena... También la podías haber llevado agarrada del cuadro y levantada para que no toque la rueda pinchada y apoyada en la rueda de adelante. Cuando era un poco mayor que el niño de la doble sonrisa yo recuerdo mis aventuras mecánicas con mi bici. Yo también le puse nombre, la llamaba la Monja, porque la pinte de blanco. Era una bici que tenia tres piñones y no tenia cambio, por lo que para cambiar tenia que aflojar las palomillas, cambiar de piñón y volverlas a apretar.