El espejo

Espacio en el que encontrar los relatos de los foreros, y pistas para quien quiera publicar.

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GabrielTanaka
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El espejo

Mensaje por GabrielTanaka »

Desde hace días, Julián observa que el viejo espejo del desván se ha convertido en una obsesión para Ana. A escondidas, ella sube por la empinada escalera de madera que da acceso a la estancia polvorienta, busca a tientas la forma ya familiar del espejo y se sienta frente a él durante horas, con una vieja revista donde aparece una foto de su madre, la gran actriz Ana Conde, fallecida hace años, al dar a luz a su única hija. Nunca se hicieron públicos los detalles pero, al parecer, una serie de complicaciones que surgieron durante el parto resultaron fatales para la madre e incluso hicieron temer por la vida de la niña, quien finalmente pudo ser salvada por los médicos de la clínica.

La pequeña Ana, sentada frente al espejo, sueña con la imagen de su madre e imagina que ella también es una gran estrella de la pantalla, adorada por todos, y que su rostro aparece en las revistas de papel satinado, como aquella vieja revista que sostiene en su regazo, marcada por la página en que aparece el retrato de su madre, a quien, pese a no haber conocido, extraña tanto.

La voz de su padre le trae de vuelta a la realidad. Es hora de cenar. Con delicadeza, las pequeñas manos de Ana cierran la revista y la dejan sobre el taburete forrado de terciopelo donde se sienta cada tarde, al terminar sus clases. Comienza a descender por la escalera como siempre, contando los peldaños. Uno, dos, tres...

Julián Gandía, el padre de Ana, no volvió a ser el mismo tras la muerte de su esposa. Pese a ser uno de los directores de cine con más talento de la época, solicitado a ambos lados del océano y con una carrera cuajada de éxitos, lo dejó todo y se dedicó única y exclusivamente al cuidado de su hija, a quien puso el nombre de Ana, como homenaje póstumo a la mujer de su vida. No podía evitar sentirse culpable por lo ocurrido. El rodaje de su última película, con Ana Conde como protagonista, había resultado extenuante, nada recomendable para una embarazada, pero ambos se comprometieron a terminarla a tiempo, y cumplieron con lo pactado, a pesar de varios sustos en forma de desmayos que sufrió la artista en la última semana de rodaje. Cuando el embarazo entró en su cuarto mes, los médicos recomendaron a Ana reposo, pero ella insistió en continuar con su apretada agenda social, donde las obras benéficas eran parte fundamental. Finalmente, cuando faltaba un mes para salir de cuentas, y desoyendo a los doctores, Ana comenzó la promoción de la película, cuyo estreno tendría lugar hacia la fecha prevista para el parto. Julián intentó por todos los medios disuadirla para que no hiciera esa locura, pero Ana era una mujer decidida, y era misión casi imposible hacerla cambiar de opinión. Sin la estrella principal de la película, la promoción quedaría deslucida y resultaría poco creíble, así que merecía la pena el esfuerzo. Serían unos pocos días, y tendría tiempo para descansar tras el parto, pues había decidido tomarse un descanso para disfrutar de su bebé, le dijo, mirándole con esos profundos ojos verdes y sonriendo. Julián era incapaz de resistirse a esa mirada, a esa sonrisa, que algún crítico había definido tiempo atrás como "la más luminosa de la historia del cine" y accedió. El resultado no pudo ser más trágico: debido al stress acumulado, Ana llegó agotada al parto y el esfuerzo realizado le provocó un colapso cuando el bebé se hallaba a punto de salir. Intentaron reanimarla, pero no respondía. Pasaron unos minutos angustiosos hasta que el médico tomo la decisión de sacar el bebé con ayuda de unos fórceps. Cuando salió, la pequeña Ana estaba casi azul por la falta de oxígeno. Enseguida la llevaron a la UCI mientras el doctor y su equipo intentaban por todos los medios reanimar a la madre, sin éxito. La noticia fue como una daga en el corazón de Julián.

La pequeña Ana sigue bajando la escalera. Tres, cuatro, cinco… Hay quince peldaños hasta la planta alta, después nueve hasta el rellano, y luego nueve más hasta la planta baja, donde está el comedor. Seis… ¿dónde está el seis? Su pie no encuentra el peldaño y se hunde en el vacío, haciéndola caer rodando escaleras abajo, hasta detenerse con un golpe seco en el rellano, inerte.

El jefe del equipo de neonatología del hospital salió al encuentro de Julián, que trataba aún de asimilar la pérdida de su esposa. La falta de oxigeno sufrida por la pequeña en los minutos que permaneció aprisionada dentro de su madre muerta, habían afectado a su cerebro de manera permanente: la niña quedaría ciega de por vida.

El ruido de Ana al caer saca a Julián de sus recuerdos. Por unos instantes permanece inmóvil, después suspira y se levanta. Ahora, el sufrimiento mudo que le ha acompañado todos estos años por fin ha cesado. Sube por la escalera, pasa junto al cuerpo de su hija y vuelve a colocar el peldaño en la vieja escalera de madera. De vuelta al comedor se detiene por unos instantes a contemplar el cadáver de la pequeña Ana, que, hasta un momento antes era el recuerdo viviente de su culpa. Julián descuelga el teléfono, marca el 112: “Operadora, ha habido un terrible accidente...”
tritonof
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Re: El espejo

Mensaje por tritonof »

Hola @GabrielTanaka .

La idea de tu relato me ha gustado aunque tengo varios peros.

Cuando le dejo leer a alguien algo que he escrito valoro mucho la crudeza con que describen, de manera constructiva, mis errores. Voy a hacer lo mismo con tu relato.

Creo que falla en dos puntos: ritmo e incongruencias.

Empecemos con el ritmo. Los saltos temporales, para un relato tan corto, dificultan bastante la fluidez, aunque en este caso lo has resuelto bastante bien, a excepción de ese gran párrafo. ¿Es necesario? Sí, desde luego. ¿Tiene que ser tan largo? Eso ya lo tienes que valorar tú, pero creo que acortándolo ganaría en ritmo y no te dejaría descolocado cuando vuelves con la pequeña Ana bajando la escalera.

Ahora vamos con las incongruencias. Ponte una revista a mano y cierra los ojos. Abre la revista por una página al azar y, con los ojos aún cerrados, describe el contenido de la página. Es imposible, ¿verdad? "...sueña con la imagen de su madre e imagina que ella también es una gran estrella de la pantalla, adorada por todos, y que su rostro aparece en las revistas de papel satinado, como aquella vieja revista que sostiene en su regazo, marcada por la página en que aparece el retrato de su madre, a quien, pese a no haber conocido, extraña tanto." ¿Cómo puede soñar con la imagen de una mujer a la que nunca ha visto? ¿Cómo puede tener marcada la página donde sale el retrato de su madre?

Por la forma que tienes de escribir diría que ya tienes ciertas "tablas" en esto, así que ánimo, pues en la soledad de esta pasión que es la escritura no hay nada peor que un suspiro en el peor momento.

Espero que te sea útil mi comentario.

Un saludo.
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GabrielTanaka
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Re: El espejo

Mensaje por GabrielTanaka »

Hola @tritonof , gracias por tus comentarios y por los ánimos.

La verdad es que este relato tiene ya sus años y para mí es un capítulo cerrado. Lo escribí en una noche, inspirado por la pintura de Norman Rockwell “ Girl at mirror”. Posteriormente lo corregí durante un tiempo, lo sustancial fue cambiar el punto de vista. En un principio estaba enfocado en la pequeña Ana, pero me sugirieron que cambiase a Julián y la verdad es que creo que funciona mucho mejor así, colocándolo a él de protagonista. Conseguí reducir el tamaño del texto hasta ajustarlo a los parámetros que me pedían y fue publicado en la recopilación anual de relatos breves de la escuela de escritores donde hice un curso de escritura creativa. Por tanto, aunque “nunca digas nunca”, para mí El espejo es algo que pertenece al pasado. Estoy bastante satisfecho de cómo quedó, dadas las circunstancias y la época en que fue escrito. Dista mucho de ser perfecto, pero no tengo intención de volver a trabajar en él.

Lo que tú señalas como incongruencias, yo, como autor, lo veo como un cumplido, ya que pienso que he conseguido que la imagen de la pequeña Ana sentada frente al espejo con la revista en su regazo haya permanecido en tu cabeza el tiempo suficiente para que pienses en ella, aunque sea para llegar a la conclusión de que es incongruente. :wink: Considero eso un logro, y me anima a seguir.

Gracias de nuevo por tus palabras y por tu espíritu constructivo, siempre se agradece.

:hola: :hola:
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lucia
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Re: El espejo

Mensaje por lucia »

Le veo un detalle, y es el tema del escalón. Y te lo digo habiéndome caído en unas escaleras, hacia atrás, pero conociendo también a alguien que cayó hacia adelante en un tramo de ocho escalones. Demasiado arriesgado el que caiga y sobreviva, que es lo más probable.

Y eso contando con que alguien que es ciego y va contando escalones vaya a descargar peso de un pie antes de cargarlo en el otro.
Nuestra editorial: www.osapolar.es

Si cedes una libertad por egoísmo, acabarás perdiéndolas todas.

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GabrielTanaka
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Re: El espejo

Mensaje por GabrielTanaka »

Un autor no debe defender su obra una vez sometida al escrutinio del público, y yo no lo voy a hacer, pero si me gustaría aclarar ciertos aspectos que habéis expuesto aquí y que generan dudas. Esto no significa que yo tenga razón, tan solo expongo mi punto de vista.
tritonof escribió: 16 Sep 2021 23:12
Ahora vamos con las incongruencias. Ponte una revista a mano y cierra los ojos. Abre la revista por una página al azar y, con los ojos aún cerrados, describe el contenido de la página. Es imposible, ¿verdad? "...sueña con la imagen de su madre e imagina que ella también es una gran estrella de la pantalla, adorada por todos, y que su rostro aparece en las revistas de papel satinado, como aquella vieja revista que sostiene en su regazo, marcada por la página en que aparece el retrato de su madre, a quien, pese a no haber conocido, extraña tanto." ¿Cómo puede soñar con la imagen de una mujer a la que nunca ha visto? ¿Cómo puede tener marcada la página donde sale el retrato de su madre?
Lo resumo en una sola palabra: imaginación. La pequeña Ana es una niña y por tanto, es fácil despertar la suya. No es descabellado que fantasee con la imagen de su madre. Es posible soñar con alguien a quien jamás has visto, yo lo he hecho. Imagen no tiene por qué ser lo mismo que representación gráfica. Finalmente, sobre la página marcada de la revista, evidentemente, no la marcó ella, sino otra persona. Recuerda que Ana no está sola en su casa.
lucia escribió: 19 Sep 2021 22:40 Le veo un detalle, y es el tema del escalón. Y te lo digo habiéndome caído en unas escaleras, hacia atrás, pero conociendo también a alguien que cayó hacia adelante en un tramo de ocho escalones. Demasiado arriesgado el que caiga y sobreviva, que es lo más probable.

Y eso contando con que alguien que es ciego y va contando escalones vaya a descargar peso de un pie antes de cargarlo en el otro.
Lo más probable es lo que dices: que no te mates al caer por una escalera, y que una persona ciega la baje como señalas. Sin embargo, en literatura, una historia no tiene por qué ser realista, ni probable, ha de ser plausible. ¿Es posible matarse de un mal golpe al caer por una escalera? Ciertamente. ¿Puede la pequeña Ana bajar confiadamente por una escalera que está en un entorno familiar y seguro (su casa) y que ha subido y bajado muchas veces? La mayoría de los accidentes tienen lugar en el hogar, donde tendemos a confiarnos y bajar la guardia.

Tal vez no os encaje, pero yo lo veo así.

:hola:
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lucia
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Re: El espejo

Mensaje por lucia »

¿Realmente te parece que el padre confíe su suerte a una posibilidad? Porque ese es el quid de la cuestión. El riesgo de que sobreviva a la caída es muy grande.
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