Deseos oscuros (Fanfic sobre "Crónicas vampíricas")

[kassiopea]

Pues nada, estos últimos días he estado viendo "Crónicas vampíricas" (The vampire diaries) y un poco a lo loco he empezado a escribir mi propio fanfic de romance paranormal inspirado en la famosa serie de televisión. Se basa en el mundo de la serie, aunque incluyo algunos personajes y hechos que son idas de olla de mi propia cosecha... Iré subiendo los capítulos a medida que los escriba. Y ya veremos si me atrevo con las partes más hot...



Sinopsis:

Lilith O'Brien es una veinteañera que ha vivido siempre bajo la sombra de su abuela. Sin embargo, la anciana es asesinada en extrañas circunstancias y, a partir de entonces, la joven empezará a descubrir secretos del pasado que lo cambiarán todo, incluso a ella misma. Sus pesquisas la llevarán hasta el pueblo de Mystic Falls y conocerá a los hermanos Salvatore, dos atractivos vampiros que jugarán un papel muy importante en su destino.

(El de la foto es Damon Salvatore, interpretado en la serie por Ian Somerhalder).



Capítulo 1: Secretos

Mi vida cambió para siempre el día que encontré el cadáver de mi abuela. Me he preguntado muchas veces qué habría pasado si aquella tarde no hubiera salido con mi amiga para ir al cine. En ese caso, habríamos estado juntas trabajando en la tienda y tal vez hubiera podido enfrentarme al asesino... O puede que ambas estuviésemos muertas.

Su cuerpo estaba sobre un charco de sangre. Me resbalé al pisar sin querer el líquido viscoso y caí de rodillas a su lado. Una parte de mí advirtió que la sangre ya estaba fría, aunque en ese instante me dominaban el terror y la desesperación y no reparé en ello hasta horas después. Acaricié su rostro lívido y sacudí su cuerpo intentando despertarla, hasta que advertí la herida que tenía en el pecho. Había un amasijo de carne desgarrada donde debería estar el corazón. ¿Dónde estaba su corazón? Nunca lo encontraron. No fui consciente de mis propios gritos hasta que unos vecinos entraron y sentí que me apartaban del cadáver.


No puedo evitar rememorar esta escena cada vez que entro en la tienda. No soporto más este lugar. Cuelgo el cartelito de “Cerrado por defunción” y subo al piso de arriba. Me detengo ante la repisa de la chimenea y contemplo una vez más las pocas fotografías familiares que me quedan. Mi madre murió al darme a luz y siempre he vivido en esta casa con la abuela. Fui una niña bastante enfermiza y ella se dedicó a cuidarme en cuerpo y alma. “Mi niña especial”, me llamaba con cariño, cubriendo de besos mi carita pecosa.

Me dirijo hacia el dormitorio y contemplo mi rostro en el espejo del tocador. Han aparecido unas feas ojeras bajo mis ojos, tendré que aplicar un poco de maquillaje para ocultarlas. Deslizo la goma negra de la coleta y mis cabellos rojos se desparraman con desorden sobre los hombros. Los he heredado de mi madre, igual que la piel pálida y pecosa, pero ella tenía los ojos verdes. Los míos son grises y siempre he pensado que deben ser como los de mi padre.

Mi padre... De niña fantaseaba imaginando cómo sería, dónde estaría... Luego, durante la adolescencia, empecé a odiarlo por haberme abandonado. Mi abuela siempre aseguró que no sabía quién era mi padre. Por lo visto, mamá nunca lo confesó. Con el paso de los años he llegado a comprender que lo más probable es que él nunca supo de mi existencia.

Sin embargo, esta mañana he descubierto algo que ha acelerado mi corazón. Mientras rebuscaba entre los papeles privados de la abuela, cosa que nunca antes me había atrevido a hacer, he encontrado por casualidad algo escondido en el fondo de un cajón. Acaricio las cubiertas desgastadas del libro como si fueran un tesoro y luego lo abro por la primera página. “Diario de Erin O’Brien”. Me pregunto por qué la abuela tendría bajo llave el diario de mi madre. ¿Por qué nunca me lo enseñó ni me habló de él? Después rebusco entre las páginas para volver a leer unos fragmentos:



Hace un mes que empezó mi vida universitaria. Amy, mi compañera de habitación, está en su segundo año y gracias a ella me he adaptado rápidamente. Las clases son un poco estresantes, pero de momento las llevo bien.

Ayer fui con Amy a una fiesta y conocí a un dios griego. Se llama Damon Salvatore y tiene los ojos más azules que he visto nunca. Él estudia literatura y yo bellas artes, por eso no hemos coincidido en clase. ¡He pasado el día pensando en él y estoy deseando volver a verle! Hemos quedado esta noche y tengo que decidir qué vestido ponerme...

…/...


Hoy, al salir de clase, he encontrado a Damon esperándome en la puerta. Me he puesto tan nerviosa que se me han caído los libros al suelo y él me ha dedicado una de sus sonrisas torcidas mientras me ayudaba a recogerlos. Su sonrisa me derrite. Luego hemos paseado por los jardines del campus y nos hemos estado besando.

El tiempo pasa tan rápido cuando estamos juntos... Pierdo la noción de todo. Al regresar a mi habitación he advertido que ya era de noche. He estado fuera durante toda la tarde y la verdad es que no recuerdo qué hemos hecho durante tantas horas. Será que el amor me nubla la cabeza...

…/...

Después de algunos días sin tener noticias de él, hoy me he enterado de que Damon ha dejado la universidad. No sé por qué, ni siquiera vino a despedirse. Tengo el corazón roto. Ahora me doy cuenta de que he sido una tonta y solo tengo ganas de llorar...




Tras esta última anotación la tinta está toda emborronada, como si las últimas páginas del diario se hubieran mojado, y resulta imposible descifrar el texto. “Damon Salvatore”, susurro, aferrándome a la única pista que tengo. “Han pasado veinte años, pero voy a encontrarte”. Justo en ese instante suena el móvil y doy un respingo.

—¡Hola! ¿Cómo estás? —pregunta Sarah, mi mejor amiga.

—Estoy bien, no te preocupes.

—Perdona que haya marchado tan rápido tras el funeral. Mi intención era acompañarte a casa y pasar la tarde juntas, pero no he podido escaquearme del trabajo. Ya sabes cómo se pone mi jefe...

—Sí, sí, lo sé. Es un ogro. No tienes que disculparte.

—¿En serio vas a marcharte mañana, Lilith? ¿Lo has pensado bien?

—Estoy decidida, Sarah. Ahora mismo voy a preparar las maletas. Tengo ganas de salir de esta casa. Siento que me ahogo, que me falta el aire, y no soporto entrar en la tienda y recordar una y otra vez el momento en que la encontré...

—Claro, lo entiendo. Si pudiera te acompañaría. A mí también me gustaría hacer una escapadita.

—Te iré contando mis pesquisas. Es probable que no descubra nada, pero por lo menos mantendré la cabeza ocupada en otras cosas. Lo necesito.

—Oye, dime otra vez el nombre del pueblo donde estarás. Voy a anotarlo.

—Mystic Falls. Te llamaré cuando llegue. ¡Besos!



(Continuará...)

[Saicere]

"He estado fuera durante toda la tarde y la verdad es que no recuerdo qué hemos hecho durante tantas horas. Será que el amor me nubla la cabeza..."

Sí, en cuanto a eso... ¿Quién se lo dice? Xdd

Ay, qué recuerdos con esta serie. Me dio tanta nostalgia que tuve que entrar a leerlo jajaja. Y eso de O'Brien... Es por Dylan O'Brien? Y quizás Teen wolf? Bah, ya desvarío. Pero me asaltaron muchos recuerdos con esto xd. No soy de leer fanfics, pero oye, si son cortitos así y directos al grano como este, tipo novela ligera, te estaré leyendo por aquí :")

[lucia]

Hombre, volvemos a los fanfics de vampiros

[kassiopea]

¡Muchas gracias por leerlo y comentar, @Saicere!

Me hace mucha ilusión que mi ida de olla te haya despertado tantos recuerdos. Solo por eso ya vale la pena haberlo escrito Vi algún capítulo suelto de la serie cuando la hicieron en televisión hace algún tiempo, pero no ha sido hasta ahora cuando la he visto desde el principio (en la plataforma de Amazon). Voy por la quinta temporada y aún me quedan tres, por lo que a día de hoy no sé cómo terminará la cosa... El caso es que me he enganchado tanto con la serie que me he venido arriba y me he montado mi propia historia.

Lo de O'Brien no es ninguna referencia deliberada. En el primer capítulo que he subido aún no se sabe, pero la familia de Lilith procede de Irlanda. Simplemente busqué apellidos irlandeses y salió éste.

"He estado fuera durante toda la tarde y la verdad es que no recuerdo qué hemos hecho durante tantas horas. Será que el amor me nubla la cabeza..."

Sí, en cuanto a eso... ¿Quién se lo dice? Xdd

A ver, lo que quería decir con esto es que ella recuerda que salió con Damon después de las clases (hacia el mediodía) y que al regresar a su habitación ya era de noche. Se da cuenta de que no recuerda lo que pasó durante esas horas y por eso se siente un poco confundida. Tal vez podría redactar de otra forma esta parte.

Lo que sucedió es que el vampiro utilizó el control mental para obligarla a olvidar ciertas cosas.

[kassiopea]

Hombre, volvemos a los fanfics de vampiros

Hasta yo estoy sorprendida de haberme liado con esta historia, pero no he podido resistirme

[Saicere]

"He estado fuera durante toda la tarde y la verdad es que no recuerdo qué hemos hecho durante tantas horas. Será que el amor me nubla la cabeza..."

Sí, en cuanto a eso... ¿Quién se lo dice? Xdd

A ver, lo que quería decir con esto es que ella recuerda que salió con Damon después de las clases (hacia el mediodía) y que al regresar a su habitación ya era de noche. Se da cuenta de que no recuerda lo que pasó durante esas horas y por eso se siente un poco confundida. Tal vez podría redactar de otra forma esta parte.

Lo que sucedió es que el vampiro utilizó el control mental para obligarla a olvidar ciertas cosas.

Sii, justo por eso lo dije. Entendí lo que había pasado allí y la razón de esa aparente laguna de memoria que ella atribuye a las mariposas del estómago xd.

En cuanto a la serie, yo la descubrí hace muchos años por unas amigas. En un principio no me llamó la atención, pero dio la casualidad que tiempo después empecé a ver una serie, The originals, que sí me gustó bastante y me acabé enseguida las 3 temporadas que tenía por aquella época. Imagínate mi sorpresa cuando me enteré que era una serie spin off de TVD xd. Allí ya dije, pues venga, va, qué remedio. Y me acabó enganchando la serie principal también.

Si no viste The Originals y te gustó TVD, seguro que te encanta también. Y te iba a contar una anécdota pero no estoy al 100% seguro si sería spoiler o no por donde vas ahora, así que me lo guardo para más adelante mejor

[kassiopea]

En cuanto termine las ocho temporadas de esta serie me pondré con The Originals, sí, a ver qué tal. Lo malo es que parece que los protagonistas son diferentes, echaré en falta a Damon.

Ya te avisaré cuando vea el final para que me cuentes esa anécdota sin riesgo de spoilers

[kassiopea]

Segundo capítulo recién salido del horno. Lilith conoce a los Salvatore. Tengo que confesar que he disfrutado como una enana imaginando todas las situaciones.









Capítulo 2: Mystic Falls

De madrugada, tras desayunar sola en esa mesa de la cocina que ahora me parecía enorme, cargué las maletas en la vieja camioneta de mi abuela y emprendí el viaje. Unos oscuros nubarrones que cubrían el horizonte no parecían presagiar nada bueno, pero para cuando divisé el indicador que anunciaba el desvío hacia Mystic Falls lucía un sol resplandeciente sobre la carretera. Hacia las doce de la mañana enfilé la calle principal del pueblo y estacioné frente a un bar llamado Mystic Grill.

Los parroquianos brillaban por su ausencia. Solo había dos tipos sentados en la barra del bar y otros dos jugando en la mesa de billar. Un camarero con aspecto de quaterback se dedicaba a secar con un paño los vasos recién lavados. Su rostro absorto se animó de repente en cuanto me acerqué y me saludó con una agradable sonrisa.

—Hola... Matt —dije tras leer su nombre en la placa que llevaba sujeta sobre la camiseta—. ¿Serías tan amable de servirme un vaso de agua y un café bien cargado?

—¡Hola! —exclamó ampliando su sonrisa—. Un vaso de agua apareció ante mí como por arte de magia—. Siempre es bueno ver caras nuevas. Bienvenida.

—Gracias, eres muy amable. Yo soy Lilith.

—Un placer, Lilith.

Matt estiró su mano gigante de quaterback sobre la barra y yo correspondí estrechándosela levemente. Luego se alejó hacia la cafetera para preparar lo que le había pedido. En ese momento advertí que uno de los hombres que estaba sentado ante la barra me miraba de arriba abajo sin disimular un ápice su descaro. Opté por ignorarlo. Rebusqué dentro del bolso entre todos los objetos inútiles que no sé cómo se empeñaban en aparecer allí dentro y por fin encontré el pastillero. Saqué una de las píldoras y me la tragué con unos sorbos de agua.

—Apuesto a que el bourbon te sentaría mejor, nena —me dijo el desconocido.

Esta vez sí que giré la cabeza para mirarlo abiertamente. Me llamó la atención el profundo contraste de su cabello azabache con el prístino azul de sus ojos, disparidad que se acentuaba porque vestía camiseta y pantalones negros. Me dedicó una sonrisa lasciva y el cariz burlón de su mirada me molestó en gran medida, aunque al mismo tiempo me sentí algo turbada.

—Y tú no deberías estar borracho a estas horas, idiota —repliqué con saña haciendo énfasis en la última palabra.

Lo cierto es que esta reacción tan exagerada por mi parte me sorprendió a mí misma, pues lo que suelo hacer es alejarme de los conflictos. Di media vuelta con la cabeza bien alta y fui a sentarme en una mesa del fondo. Enseguida llegó Matt para servirme el café bien cargado.

—Gracias, Matt.

—No hay de qué.

—Sin duda, tú conoces bien el pueblo. ¿Podrías recomendarme algún alojamiento? Mi presupuesto no da para un hotel de cinco estrellas, me apaño con lo básico.

—Prueba en el Mystic lodging house, está en la calle de detrás. Es un hostal pequeño pero acogedor y muy pintoresco. La señora White es la dueña. Dile que vas de mi parte.

Tras mostrarle una vez más mi agradecimiento, el camarero se alejó. Saqué el móvil del bolso y me entretuve consultando Google Maps mientras iba dando sorbitos al café. Tenía que localizar dónde se encontraba exactamente la mansión de los Salvatore, mi próximo objetivo. En ello estaba cuando el desconocido grosero pasó cerca de mi mesa. Me dirigió otra mirada burlona antes de salir por la puerta del bar.

La señora White resultó ser un encanto y conseguí una bonita habitación por un precio estupendo. Deshice las maletas, comí algo y me di un baño relajante que me sentó de maravilla. Después me puse un poco de maquillaje y en esta ocasión decidí llevar el cabello suelto.

Hacia las cuatro de la tarde detuve la camioneta ante la mansión Salvatore. La contemplé durante varios minutos con la boca abierta. Estaba claro que las fotos que había visto en Internet no le hacían justicia. Según mis investigaciones, la mansión fue construida en 1860 por los Salvatore, una familia de origen italiano que fue muy importante en la fundación del pueblo. Al parecer, sus descendientes seguían formando parte del Consejo de Fundadores en la actualidad. La casa original fue reformada por completo durante el siglo XX, pero seguía siendo un edificio histórico.

Respiré hondo, hice acopio de valor y al fin me decidí a llamar al timbre. El descarado del bar apareció en la puerta. Todo el valor que había conseguido reunir se me cayó a los pies.

—¡Vaya, qué sorpresa tan agradable! —exclamó él.

—Yo... —balbuceé para mi propia vergüenza—. Creo que ha sido un error venir hasta aquí, será mejor que me vaya.

—Lo que sería un error es venir hasta aquí para luego dar media vuelta, ¿no crees? —argumentó con gran acierto—. No te cortes y entra, nuestra casa es la tuya.

—Gracias...

Se apartó un poco para dejarme pasar y vi que sonreía. Entonces reparé en todos los muebles, cuadros y antigüedades que cubrían cada metro cuadrado del vestíbulo y del pasillo hasta donde alcanzaba a ver. ¡Aquella casa parecía un museo! Contemplé todo con la boca abierta.

—Hola, bienvenida —dijo otra persona a mi espalda. Me sorprendí un poco porque no le había visto ni oído llegar—. Soy Stefan Salvatore y él es mi hermano Damon.

—Damon... —susurré ese nombre que mi madre había escrito en su diario hacía veinte años sin advertir que lo decía en voz alta.

—Como “demonio”, pero con “a” —comentó él—. La verdad es que me pega.

Al fin conseguí salir de mi asombro y me dirigí a los dos hermanos:

—Disculpadme, por favor. Estoy siendo una maleducada. Me llamo Lilith O’Brien y me dedico a restaurar antigüedades. Para mí, entrar en esta casa ha sido como descubrir el paraíso.

—En cambio, para nosotros es algo normal. Es bueno que alguien te haga ver la importancia de lo que tienes —comentó Stefan con una gran cordialidad. Era muy agradable hablar con él.

—Sí, eso suele pasar. Pero en realidad no he venido por motivos profesionales... Estoy buscando a Damon Salvatore, aunque está claro que no eres tú porque el hombre que yo busco debería tener unos cincuenta años.

Los hermanos intercambiaron una rápida mirada.

—Supongo que buscas a nuestro padre —dijo Damon—. Murió hace dos años.

—Vaya, lo siento mucho.

—Será mejor que vayamos al salón y nos lo cuentas todo con tranquilidad, Lilith —sugirió Stefan.

Más que un salón parecía una biblioteca. Estábamos rodeados de estanterías repletas de libros antiguos. Seguro que entre ellos había incunables que valían una fortuna. Por los grandes ventanales, con vistas a un jardín, entraban los rayos del sol que dibujaban un entramado de luces y sombras sobre la exquisita tapicería del sofá y de los sillones. Los colores predominantes eran el negro y el rojo y conformaban un ambiente bastante gótico.

—Encontrar el diario de mi madre ha sido como abrir una puerta al pasado que creía que estaba cerrada para siempre —añadí tras haberles contado toda la historia—. En el diario hay muchas páginas ilegibles, por lo que puede que la mención a Damon Salvatore tampoco signifique nada... Pero bueno, no me he podido resistir a tirar de ese hilo.

—Claro, lo comprendo perfectamente —aseguró Stefan. Él se había acomodado en un sillón y yo estaba en el sofá. Damon había permanecido en pie y me observaba apoyándose en la chimenea—. Es cierto que nuestro padre empezó a estudiar literatura en esa universidad, las fechas coinciden. Luego lo dejó porque se dio cuenta de que lo suyo eran los números y no las letras. Lamento no poder decirte más...

—Os lo agradezco mucho de todas formas. Tenía miedo de presentarme aquí y parecer una loca, pero sentía que tenía que hacerlo —dije con gran sinceridad—. Y bueno, ha sido increíble entrar en esta casa. ¡Pasaría horas y horas admirando tantas obras de arte!

—Puedes volver cuando quieras y te haremos una visita guiada —comentó Damon tras haber estado un buen rato sin decir palabra—. ¿Verdad, hermano?

—Por supuesto. ¿Estarás libre mañana, Lilith?

—Pues..., seguro que sí.

Quedamos en que volvería al día siguiente, después de comer, y nos despedimos. Me sentí feliz como una niña ante la perspectiva de poder explorar aquella casa repleta de tesoros. De repente, Damon pareció salir de su letargo y se puso en movimiento para acompañarme hasta la puerta.

—Esta mañana, en el bar, había bebido demasiado. Quiero pedirte disculpas.

Por primera vez sus ojos me parecieron sinceros. Seguro que los había heredado de su padre y comprendí que a mi madre le hubieran gustado.

—No pasa nada. Yo también fui bastante borde —reconocí esbozando una sonrisa tímida—. Hasta mañana.

Llegué al hostal cuando empezaba a anochecer. Tomé la cena que había preparado la señora White con más apetito de lo que era habitual en mí y me acosté temprano. En algún momento durante la noche me pareció oír ruidos en la ventana. ¿Tal vez era la rama de un árbol movida por el viento? Me incorporé con los ojos legañosos, sin encender la luz de la mesilla de noche, y al acercarme vi la silueta de un cuervo tras el cristal. Solté un grito, sobresaltada, y el pájaro emprendió el vuelo.

Pasé el resto de la noche enredada entre las sábanas, en un duermevela azotado por un sueño recurrente. Estaba perdida entre los árboles de un bosque oscuro e inmenso. Corría desesperada, sin rumbo, hasta que al final caía agotada sobre una maraña de raíces y hojas secas. Entonces aparecían los cuervos. Cubrían todo mi cuerpo desplegando sus alas negras. Uno de ellos era más grande y tenía los ojos rojos. No dejaba de mirarme mientras me picoteaba el pecho y las gotas de mi sangre cubrían de rojo su plumaje negro.



(Continuará...)

[kassiopea]

Aquí tenemos a los hermanos Salvatore en la serie:



Y una foto del salón de la mansión Salvatore:




Capítulo 3: Quédate quieta y no grites

—Damon, tenemos que hablar sobre Lilith —dijo Stefan apoyándose en una de las estanterías repletas de libros.

—Parece un poco mojigata, pero tiene su punto —respondió el hermano mientras se acercaba al mueble bar y se servía un bourbon.

—Venga, en serio. ¿Te acuerdas de su madre? ¿Qué sucedió con ella?

Damon frunció el entrecejo y empezó a contar con los dedos de las manos. Luego esbozó una sonrisa ladina y contestó con despreocupación:

—He conocido a muchísimas mujeres a lo largo de ciento ochenta años. Es imposible acordarse de todas... Ya sabes cómo funciona esto: las seducimos, nos alimentamos y les borramos la memoria. Y si se nos va la mano... mueren. Es el pan de cada día.

—Pero las pelirrojas siempre te han gustado.

—Vale, hermanito, me has pillado... —confesó Damon soltando un suspiro—. Conocí a una pelirroja durante mi aventura universitaria, es verdad. Se parecía mucho a Lilith.

—¿Y qué pasó?

Damon se acomodó en uno de los sillones rojos del salón, dio un sorbo al licor y se tomó su tiempo para saborearlo mientras Stefan lo observaba con impaciencia. Finalmente respondió levantando las cejas y haciendo un ademán con la mano para quitar importancia al asunto.

—Nos lo pasamos bien. ¿No querrás que entre en detalles?

—¿Y por qué te fuiste de la universidad tan repentinamente?

—Me aburría...

Damon resopló con fastidio.

—Podrías haber borrado todos sus recuerdos, como si nunca te hubiese conocido.

—Sí, hubiera sido lo más sensato, pero en esta familia el sensato eres tú. Yo soy un egoísta egocéntrico, como sabes... Me molaba verla tan enamorada.

Stefan dirigió a su hermano mayor su habitual mirada de "Eres imposible" y empezó a caminar ante la chimenea con el ceño fruncido y los pulgares remetidos en los bolsillos del pantalón.

—Bueno, el caso es que la chica tuvo que quedar embarazada en esas fechas, porque nueve meses después nació Lilith —razonó.

—Yo no fui. Los vampiros no podemos procrear, aunque nos guste intentarlo.

—El problema es que Lilith no lo sabe y eres su candidato número uno. También me preocupa que se ponga a investigar y descubra que le hemos mentido con lo de nuestro padre.

—Pues habrá que mantenerla vigilada. Relájate, hermano. Te veo muy tenso.

—Tal vez lo mejor sería borrarle la memoria esta misma tarde, cuando venga de visita —propuso Stefan tras meditarlo un poco.

—Uhm, está bien, si así te quedas más tranquilo... Yo lo haré.

Damon tomó otro trago del licor y lo paladeó con evidente satisfacción mientras imaginaba cómo posaría sus labios sobre la delicada piel del cuello de Lilith. Lo recorrería con la lengua dejando un rastro húmedo sobre la carne palpitante mientras ella pegaba su cuerpo contra el suyo y...

—Por otra parte, lo del asesinato de su abuela huele muy mal...

—¡Joder, Stefan! Me acabas de fastidiar la fantasía —protestó Damon. Su hermano puso los ojos en blanco—. Pero tienes razón, yo también lo pensé. Solo un ser sobrenatural puede arrancar un corazón de cuajo.

—Exacto. Tuvo que matarla un vampiro. O un licántropo.

—Parece que hay más criaturas sobrenaturales en la vida de Lilith, aunque ella no lo sepa.




En el hostal, Lilith acababa de recibir una llamada telefónica de Sarah. Estuvo hablando con su amiga un buen rato para ponerla al corriente y le contó que aquella tarde volvería a la mansión Salvatore porque los hermanos le habían prometido una visita guiada. “¡Creo que podría matar por tener una casa así!”, comentó entre risas. Le aseguró que se encontraba bien y que se sentía más animada, que había sido un acierto embarcarse en aquel viaje.

Sin embargo, la realidad era que apenas había podido dormir durante la noche y se había levantado muy cansada. Tras despedirse de Sarah se metió en la bañera con el agua bien caliente y se quedó dormida. El traqueteo de un camión que pasaba por la calle la despertó una hora más tarde. El agua estaba fría, pero se sentía mejor. Después de almorzar empezó a prepararse para su “cita” con los Salvatore. En un primer momento se vistió con vaqueros y camiseta, como solía hacer, pero luego decidió ponerse el vestido azul que, según su amiga, era el que más la favorecía. Peinó su cabellera roja marcando algunas ondas y se maquilló un poco.

—Estás preciosa, Lilith —dijo Stefan al recibirla.

—Muchas gracias. Espero no haber llegado muy pronto, no quiero molestar.

—Has llegado en el momento perfecto. Ven, salgamos al jardín.

Stefan señaló una puerta que había junto a la biblioteca y accedieron a la parte trasera de la mansión. Allí había un invernadero que no era visible desde la carretera, parecía el lugar ideal para desconectar de todo. Estaba construido con hierro forjado y cristal y tenía dos pisos de altura.

—Ahora mira hacia arriba —comentó Stefan cuando hubieron entrado en el invernadero.

Lilith obedeció y quedó fascinada al ver cómo los rayos del sol incidían sobre la cúpula de cristal y creaban un mosaico de colores que parecía el de un caleidoscopio.

—¡Dios mío! Creo que es lo más bonito que he visto nunca —exclamó ella realmente emocionada.

—Sabía que te gustaría. De haber venido un poco más tarde te lo habrías perdido —comentó él dedicándole una franca sonrisa. Fue en aquel instante cuando Lilith se dio cuenta de que Stefan tenía los ojos verdes. En su rostro destacaban sus pómulos elegantes, la mirada cordial y el cabello castaño ensortijado.

—Eso se lo dices a todas, hermanito —dijo Damon, que había llegado de improviso. Estaba apoyado en la puerta con los brazos cruzados y los miraba divertido.

El tour por la mansión se alargó durante toda la tarde. Lilith disfrutó cada momento y se enamoró de varias antigüedades, pero su preferida fue la habitación azul. La llamaban así porque estaba decorada con diferentes tonos de azul, incluyendo las cortinas, alfombras y una gran cama con dosel. El resto de muebles eran de color blanco, entre los que se encontraba un escritorio francés del siglo XIX.

—¿Sabéis que estos escritorios solían tener compartimentos secretos? —preguntó Lilith, y empezó a abrir los cajones. Tras uno de ellos, en efecto, localizó un panel que se deslizaba y quedó a la vista un hueco—. Las damas de alcurnia escondían sus joyas más preciadas en estos escondrijos. O los regalos de sus amantes—. Introdujo los dedos con cuidado y tocó algo. Tiró del objeto y luego lo mostró en la palma de su mano. Era un collar con un camafeo.

—Era de Katherine —susurró Stefan—. Se lo regalé yo.

—Una antigua novia —aclaró Damon al ver la expresión confusa de Lilith—. Murió muy joven.

—Qué pena, lo siento mucho —dijo la chica con sinceridad.

Tomó la mano de Stefan y colocó el collar sobre su palma. Sus dedos se tocaron durante varios segundos y se produjo un silencio incómodo. Fue entonces cuando Damon decidió que había llegado su oportunidad:

—Bueno, Lilith, te quedan por ver las mazmorras del sótano. ¿Te animas a bajar o eres una miedica?

—Me encantan las historias de terror —aseguró ella.

—Ésta es la parte más antigua de la mansión —iba explicando el vampiro mientras descendían hacia las profundidades por una angosta escalera de piedra—. Toda la casa fue remodelada, excepto el sótano.

El aire se iba enrareciendo a medida que bajaban. Sus pasos resonaban de forma inquietante en aquel lugar que parecía haberse detenido en el tiempo. Por toda iluminación había una bombilla que pendía desde el techo y al final de las escaleras se abría un abismo de oscuridad.

—Es bastante tétrico, la verdad —admitió ella cuando llegaron abajo.

—En las celdas que hay ahí delante encerraron a muchos prisioneros durante la Guerra Civil. Muchos murieron y hay quien asegura haber visto sus almas en pena —comentó Damon haciendo rodar sus ojos y mostrándolos en blanco.

—¿Las has visto tú?

—No —confesó sonriendo.

Lilith se detuvo junto a una pared de piedra y la acarició con la mano. Pudo percibir el frío y la humedad que rezumaba de los muros y un escalofrío recorrió toda su columna vertebral. ¿Cuántas historias trágicas contarían esas piedras si pudieran hablar? ¿Cuánto dolor y cuánta desesperación?

En ese momento, el vampiro colocó su mano sobre la de la chica y se acercó hasta sentir el calor de su cuerpo. Ella se sobresaltó, contuvo el aliento y sus ojos se abrieron mucho mientras él la miraba profundamente para utilizar su poder mental:

—Quédate quieta y no grites —ordenó, y luego se inclinó para besarla.

Sus labios se rozaron por un instante, pero Lilith le empujó con todas sus fuerzas y consiguió apartarse. Damon estaba tan sorprendido que permaneció inmóvil observándola. La chica no llevaba ningún collar ni pulsera con verbena, por lo que no comprendía por qué era inmune al control mental de un vampiro.

—¡Eres un cerdo! —le insultó ella, y subió corriendo las escaleras.

Lilith salió de la casa hecha una furia. Ya había anochecido. Se subió a la camioneta y aceleró para alejarse de allí. Había sido una tarde estupenda, casi perfecta, de aquellas que permanecen en el recuerdo, hasta que las cosas se torcieron por culpa de aquel mujeriego descarado. Sintió que los ojos le ardían y las lágrimas comenzaron a rodar por su cara.

De improviso, unos espesos jirones de niebla cubrieron la carretera como si se tratara de un sudario. Volvió a sentir un escalofrío funesto. A continuación, surgiendo de la nada, apareció un cuervo con las alas extendidas sobre el parabrisas. Ella gritó y luego todo fue oscuridad.



(Continuará...)


Nota: Stefan no tiene los ojos verdes en la serie, pero en los libros sí. He optado por describirlo así porque me gusta más.

[lucia]

¿Los vampiros pueden tener hijos?

[magali]

Partiendo de que los vampiros

no existen porque son entes de ficción, el creador de la historia puede hacer lo que quiera. ¿O es que hay normas insoslayables para la imaginación? ¿Solo se puede mantener y crear sobre lo ya inventado?

No quiero polemizar. Solo quiero saber dónnde y cómo se establecen las normas para la imagiación.

PS. Perdona @kassiopea pero no he leído tu historia. Ya llegará. Ahora estoy a otras cisas

[kassiopea]

Hola, @magali

No podría estar más de acuerdo con lo que has comentado, muchas gracias por opinar. Y no te preocupes, ya leerás mi historia algún día si te apetece. Un abrazote

¿Los vampiros pueden tener hijos?

Es una pregunta muy interesante. Depende de cada autor, película o serie. Por ejemplo, en "Crónicas vampíricas" los vampiros no pueden procrear, en "True blood" tampoco, si no recuerdo mal, pero en la saga de "Crepúsculo" Bella y Edward sí tienen una hija que es semi-vampira. En el videojuego de "Los Sims 4" también tienen hijos.

Yo me he montado mi propia fantasía y más adelante se sabrá algo al respecto (o más bien al final del todo). Lilith es peculiar. No hay que ponerle barreras a la imaginación.

[Yayonuevededos]

Hola Kassio.
No he leído ni visto Crónicas vampíricas, tampoco tengo mucha idea de lo que es un fanfic. Por ello me siento bastante "virgen" para leerte sin influencia ajena.
Te dejo algunas observaciones.
El primer párrafo no me gustó mucho. ¿La abuela asesinada, el corazón arrancado y la narradora se detiene a comentar la restauración de la mesa? Quizá sería más adecuado desarrollar más en el horror, los gritos y la desesperación.
"manando un manantial" Humm...
Otra cosa que he notado es que, por momentos hay demasiado diálogo seguido. Quizá deberías dosificarlo un poco más, intercalando pequeñas descripciones sobre lo que hacen los personajes.
Tampoco le des todo servido al lector, haz que "trabaje" con el texto, que sea partícipe más que espectador.
El relato va bien, sólo necesita algún retoquecillo.
Claro que el texto es tuyo, yo me limito a dejarte sugerencias.

Saludos cordiales,
Marcelo

[kassiopea]

Muchas gracias por tomarte la molestia de leerlo y dejar tus impresiones, @Yayonuevededos

Tus sugerencias me parecen muy acertadas. El primer párrafo tampoco me gusta a mí, tienes razón. Fue lo primero que escribí y así quedó la cosa. Me suele ocurrir que el inicio de una historia es lo que me cuesta más. Una vez "arranco" siento que sale con más fluidez. También debo decir que los 3 capítulos que he subido los he escrito prácticamente del tirón y sin repasar.

Saludos de vuelta para ti y gracias de nuevo,
Yolanda

[Yayonuevededos]

Muchas gracias por tomarte la molestia de leerlo y dejar tus impresiones, @Yayonuevededos

Tus sugerencias me parecen muy acertadas. El primer párrafo tampoco me gusta a mí, tienes razón. Fue lo primero que escribí y así quedó la cosa. Me suele ocurrir que el inicio de una historia es lo que me cuesta más. Una vez "arranco" siento que sale con más fluidez. También debo decir que los 3 capítulos que he subido los he escrito prácticamente del tirón y sin repasar.

Saludos de vuelta para ti y gracias de nuevo,
Yolanda

No te preocupes, los primeros párrafos suelen ser de "merodeo": estás buscando cómo entrarle a la historia. Serían andamios antes de empezar la construcción. A veces necesitan repaso, otras, hasta se los puede quitar por completo.
Otra sugerencia: primero termina de escribir. Ya habrá tiempo para repasarlo todo.
Saludos,
Marcelo